Comenzamos con un empate en Leverkusen que entiendo tiene cierto sabor agridulce. Por un lado, es cierto que es un resultado que prácticamente asegura nuestra clasificación como líderes de grupo y que objetivamente es bueno. Pero, por otro lado, en un partido en el que fuimos mejores en general, siempre fuimos a remolque. En todo caso, el equipo supo reponerse dos veces ante la adversidad y terminó empatando en una dura salida. Tenemos que dar el resultado por bueno. Y luego nos tocó visitar Nottingham, y nos las prometíamos felices con el gol tempranero que venía a ponernos en buena disposición de encarar el resto del partido en una salida complicada. Fuimos mejores en la primera mitad, pero nos empataron al borde del descanso, en uno de esos goles que hacen pupa. Luego llegaron las comprensibles dudas de nadar y guardar la ropa o ser ambicioso. Esta vez nos salió mal, pero Hoeness fue valiente y creo que, a la larga, eso es mejor. Caímos por primera vez esta temporada, pero en algún momento debía pasar. Ahora, sin solución de continuidad, visita a Sheffield, a priori asequible, pero sin apenas descanso. A partir de ahora, la gestión de los minutos será fundamental. Esperemos volver a la senda de la victoria.
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