Popular Post Mapashito Posted August 15, 2019 Popular Post Share Posted August 15, 2019 (edited) Nombre de personaje: Wynton Rufer Autor: Polimares Porque merezco una historia: WYNTON RUFER, LA LEYENDA DEL PACÍFICO Si podemos definir la carrera de este futbolista oceánico con una palabra esa sería "distinción", así lo reconocen personalidades del fútbol y la misma FIFA. Ottmar Hitzfeld dijo en una entrevista que Rufer era lo mejor que había visto manejando el balón. Desde su juventud llamó enormemente la atención por su control de balón, su velocidad y su finiquito. Nacido un país donde el fútbol está en un segundo plano, donde el mayor deporte es el rugby y todos miran los Sevens o los mundiales de esa categoría, un pequeño futbolista del barrio Miramar coleccionaba láminas y posters de los mundiales de fútbol de los 60'. Él no sabía en ese entonces que se transformaría en el mejor futbolista oceánico del siglo XX y el mejor futbolista de Nueva Zelanda de todos los tiempos. Ese pequeño era Wynton Rufer, una leyenda viviente del fútbol del Pacífico. Wynton nació en Wellington, capital de Nueva Zelanda, con padre de origen suizo y madre de origen maorí. Fue criado por su madre en escuelas indígenas, donde destacó desde muy joven por su amor al balón circular. En la Escuela de Rongotai fue uno de los alumnos fundadores de la escuela de fútbol de Rongotai, donde de inmediato fue clasificado como un jugador diferente y llamado por el club del barrio de su ciudad, Stop Out, para que el año siguiente pasara al Wellington United, club más grande de su ciudad y de la región de la capital. Allí sus actuaciones lo hicieron ser elegido el mejor jugador neozelandés de los años 1981 y 1982, lo que sumado a sus actuaciones en el seleccionado nacional con tan solo 19 años llamaron la atención de Inglaterra, específicamente del Norwich City donde le ofrecieron probarse al club inglés, impresionando a su técnico Ken Brown que de inmediato le ofreció un contrato como jugador profesional. Aceptó, pero por permisos de trabajo nunca pudo concretarse su traspaso. Regresó a su país para jugar por el Miramar Rangers y al año siguiente fue contratado por el FC Zúrich aprovechando su pasaporte suizo. Rufer se transformó en el primer futbolista kiwi en jugar en el fútbol europeo y como profesional. En el año 1983 partió por tanto a Suiza, jugando durante siete años en tres clubes distintos. 159 partidos anotando 73 goles, en todos los años se transformó en el goleador de su equipo y ayudó a uno de sus clubes, FC Aarau, a lograr su puesto más alto en la Superliga de la historia, cuarto lugar. En Suiza logró la marca de anotar más de 100 goles en su carrera, conquistando también una copa domestica con el FC Zúrich. Su leyenda comenzaba a brotar y a sus 27 años fue transferido al Werder Bremen, dirigido por el conocido Otto Rehhagel. Su impacto fue inmediato, anotando 7 goles en 12 encuentros, hizo una dupla legendaria con Klaus Allofs, llamados por Rehhagel como "El dúo dinamita". Su coronación mundial fue al obtener la Copa de Campeones de Copa de Europa (Recopa) en el año 1992 frente al Mónaco. Rufer se transformaba así en el primer jugador de Oceanía que ganaba un trofeo continental europeo, y en los años 92 y 93 ayudaría a su club a ganar la Bundesliga. Sus características de rapidez, gran finiquito y buen movimiento con el balón eraN atípicas para un jugador esbelto y fuerte como Rufer. Con una fisionomía de rugbista, era un delantero completo diseñado para ser un 9 solitario. A los 31 años dejó Alemania pasando al naciente fútbol japonés, donde se transformaría en goleador del JEF United en la primera temporada que llegó a tierras niponas. Al año siguiente Rehhagel lo llamaría de nuevo para resucitar y devolver al Kaiserlautern a la Bundesliga, siendo pilar fundamental en la temporada de ascenso del año 1997. A sus 34 años, Rufer podía entregar aún más futbol y su decisión lo transformaría en leyenda no sólo como jugador, sino como persona. Después de ascender a la Bundesliga, rescindió su contrato y regresó a Nueva Zelanda. De vuelta en casa ficha por el Central United, en ese entonces el club más grande de una liga neozelandesa amateur. Su impacto fue inmediato no sólo como jugador, sino como técnico y asesor directivo de los jóvenes y ambiciosos empresarios locales, entre ellos Matthew Lee e Ivan Vuksich, quienes junto con Rufer ayudaron a fundar el primer club profesional de fútbol de Nueva Zelanda, Football Kingz, e inscribirlo en la liga de futbol nacional australiana, toda una revolución en ese tiempo. Rufer se transformó en su primer jugador y técnico, mostrando las bases del funcionamiento de un club profesional en Nueva Zelanda. En Oceanía fue catalogado el mejor jugador en los años 1988, 1989, 1990, 1991 y 1992. La FIFA le nombró como el jugador oceánico más importante del Siglo XX y es considerado por lejos, el mejor jugador kiwi de todos los tiempos. A nivel de selección participó poco, pero fue parte del plantel de los All Whites que llegaron al Mundial de España 82, clasificando en los playoffs frente a Kuwait gracias a una asistencia suya y posteriormente anotando uno de los goles en la victoria 2-1 frente a China que le darían el pase a los kiwis al mundial. En ese entonces, el técnico John Asdhead había dicho que ese joven Rufer derrocha determinación y energia, mismos comentarios que repetiría Ottmar Hitzfeld mientras dirigía el Werder Bremen una década después. Su leyenda como jugador perdura y en su retiro trabaja activamente en el crecimiento del fútbol no sólo en Nueva Zelanda, sino en todo el Pacífico. Fue asesor técnico de los All Whites entre los años 2002 y 2006, fundó numerosas escuelas de fútbol en todo el país y en otros países del Pacífico, el más conocido es la Academia Asia-Pacífico que fundó en Auckland y semillero de grandes jugadores kiwis de la actualidad. Ayudó a fundar el primer equipo de fútbol profesional neozelandés y lo instaló en el fútbol australiano. Como técnico, ha tenido poca experiencia pero muy particular: dirigió al seleccionado nacional de Papúa Nueva Guinea en categoría sub 20 y la llevó al mundial de su categoría del año 2009. RETOS Tomar el FC Zúrich y que sea protagonista en el fútbol de Europa Central. Tomar al Werder Bremen y que sea protagonista de la Bundesliga tal como lo fue en los tiempos de Rufer como jugador. Actualmente el Kaiserslautern se encuentra en las tercera división alemana, tómalo y llévalo de regreso a la élite germana. Rufer tuvo un papel discreto como técnico, toma su perfil y termina su labor como formador e inspiración del fútbol del Pacífico. - Polimares - Edited August 15, 2019 by Mapashito 8 Link to comment Share on other sites More sharing options...
Popular Post Mapashito Posted November 2, 2020 Popular Post Share Posted November 2, 2020 (edited) Nombre: Selección Nacional de Zambia País: Zambia (África) Fecha de Fundación: 1964 (antes Rodesia del Norte) Autor: Mapashito Porque merezco una historia... Honrar a los desaparecidos El fútbol, un deporte amado en todo el mundo que no es ajeno a la tragedia. Se dieron en la historia varios momentos trágicos, de esos que no solo encogen el corazón a los aficionados de un equipo o de un país si no al mundo entero por las consecuencias en las que se producen tales sucesos fatales. Si hablamos de tragedias aéreas vinculadas al mundo del fútbol a algunos le vendrán a la mente imágenes de los "Busby Babes" y aquel nefasto intento de despegue en Múnich, de aquel Torino que dejó de ser grande en el fútbol para ser grande en el recuerdo tras la tragedia de Superga o, más recientemente, de ese vuelo 2933 desde Bolivia hasta Colombia del que formaba parte la expedición del ACF Chapecoense y que finalmente acabó dejando 71 fallecidos y un campeón de la Copa Sudamericana a modo de homenaje póstumo. No son las únicas tragedias de este tipo en las que el mundo del fútbol se ha visto envuelto. Dinamarca, Perú, Bolivia, los accidentes de Emiliano Sala o el dueño del Leicester City o la tragedia en la selección de Zambia han sido otras catástrofes aéreas que merecen un recuerdo. Precisamente sobre esta última tragedia hablaremos en este nuevo "Porque Merezco un Historia", ¿porque quién dijo que el fútbol africano no debería estar representado en esta comunidad? Chipolopolos Echemos un vistazo al palmarés de la Copa África de Naciones... ¿Quién recordaba/sabía que Zambia fue campeón del continente en 2012? Toda una historia de superación la de las "Balas de Cobre" (Chipolopolos) surgida a partir de una tragedia aérea que asoló la Confederación Africana y al mundo del fútbol. Ocurrió en 1993 con la que para muchos fue la mejor generación de jugadores del fútbol zambio. Una generación que parecía estar alcanzando su mejor momento y que en 1988 había logrado la gesta de clasificarse en el grupo de los Juegos Olímpicos de Seúl tras derrotar, golear más bien, a Italia por 4 goles a 0. Una Zambia que exhibió todo su potencial en una cita especial para el fútbol africano como son siempre las Olimpiadas y que tenía ya por aquel entonces al jugador del Círculo de Brujas Kalusha Bwalya como abanderado (tres goles ante los italianos). Se despidieron con goleada en contra ante Alemania pero poco importaba después de la gesta lograda. El crecimiento exponencial vivido por la selección de Zambia a partir de esa gesta, ya con Bwalya en las filas del PSV Eindhoven, les llevó a dar un salto de nivel maravilloso. Hicieron de la victoria parte de su rutina, con serias esperanzas de clasificarse por primera vez en su historia a una Copa del Mundo, una que además atraería las miradas de todo el mundo por su celebración en suelo estadounidense. Todo parecía dispuesto, en la primavera del 93 confirmaron su pase a la segunda ronda de las clasificatorias africanas y en ese momento de forma Marruecos y Senegal sonaban a selecciones fuertes pero no parecían rivales para Zambia. Un viaje a Senegal abría para Zambia este grupo de tres cuya ilusión final era el Mundial de 1994. Un viaje desde Lusaka con una expedición incompleta ya que los tres únicos integrantes del plantel que competían en Europa viajarían desde sus respectivos países de acogida. La "suerte de los europeos" no se pudo trasladar al resto de tripulantes de ese viaje desde Zambia a Senegal, siendo Johnson Bwalya (FC Bulle suizo), Charles Musonda (Circulo de Brujas -padre de Charly Musonda) y Kalusha Bwalya (PSV) los tres únicos supervivientes de aquella convocatoria. Los problemas económicos del país y la federación zambiana evitaron que se pudiera fletar un vuelo chárter hasta Senegal y obligó a la federación a aceptar un antiguo avión militar no acondicionado para tal cita. Un aparato que, como se ha demostrado posteriormente, no estaba para nada preparado para realizar ese desplazamiento pero la necesidad obligó y, tras una primera parada sin contratiempos en el Congo el fatídico destino vino a visitar a la tripulación de un avión que acabó estrellándose en aguas de la costa gabonesa. Dolor en Zambia. Dolor en África. Dolor en el mundo del fútbol. Un dolor del que poco a poco ha ido saliendo el país zambio gracias sobretodo a la figura de Kalusha Bwalya, el encargado de liderar a su país en el renacimiento futbolístico de los Chipolopolos. Zambia no se rindió. Tras un parón, justificado después de la tragedia, volvieron a competir por la clasificación mundialista en ese grupo en el que pasaron de la noche a la mañana de ser favoritos al rival más débil y pese a la reestructuración total se quedaron a un solo gol de lograr la gesta. Un gol de Laghrissi clasificó a los "Leones del Atlas" y dejó sin sueño a Zambia y esa gran parte del continente africano que se había unido a los zambios en sus oraciones y les alentaba para conseguir la hazaña. No sería esa "casi" gesta un hito momentáneo si no el nacimiento de una nueva generación de futbolistas zambios que ya en 1994 lograron acabar subcampeones de África, nuevamente se quedaron a un paso de la gloria ante una de las mejores selecciones africanas de la historia, las "Super Águilas" nigerianas. En 1996 lo volvieron a intentar y se volvieron a quedar muy cerca (terceros) de un éxito que el destino les tenía reservados para más adelante. No fue hasta 2012, con el francés Hervé Renard en el banquillo, cuando una Zambia que ya entonces estaba muy lejos de las grandes favoritas, rompió todos los pronósticos y llegó a una nueva final continental. El Stade d'Angondjé de Libreville (Gabón) les esperaba para enfrentarse a la poderosa Costa de Marfil de Didier Drogba, Kolo y Yayá Touré, Gervinho, Zokora, Kalou y demás estrellas que para muchos hacían imposible la gesta zambia. Pero las aguas de Gabón seguían llorando la muerte de aquella selección que se dejó la vida en el 93 y la presencia de Kalusha Bwalya en el palco no hacía más que alentar a una selección que se dejó todo sobre el terreno de juego para llegar a la tanda de penaltis. Los once metros decidieron el partido más importante de la historia de Zambia. Los onces metros enterraron a los elefantes costa marfileños. En una tanda que se prolongó hasta el octavo lanzamiento, un Gervinho aterrorizado falló ante la mirada decepcionada de Didier Drogba. Le llegó el turno a Stoppila Sunzu, que caminó hasta el punto de penalti sabiéndose apoyado por toda Zambia y por la expedición que murió muy cerca de allí. El fútbol recuerda y en ese golpeo del balón sanó a un país entero. Bibliografía: Indomable (Alberto Edjogo-Owono), Reportaje MD (Mundo Deportivo) , La Tragedia de Zambia (odioeternoalfutbolmoderno.es) Retos: Convertir a Zambia en un habitual participante de la Copa África Volver a ganar una Copa África con Zambia Clasificar a Zambia por primera vez en su historia a una Copa del Mundo (Se recomienda cargar todos los jugadores de Zambia y África o regiones africanas a la hora de crear la base de datos para la partida) Edited November 21, 2021 by Mapashito 5 Link to comment Share on other sites More sharing options...
Popular Post Mapashito Posted November 21, 2021 Popular Post Share Posted November 21, 2021 (edited) Nombre de Equipo/ Selección / Personaje: CSA Steaua Bucarest País: Rumanía Liga Actual: Liga II Fecha Fundación: 1947 Autor: Breogán Porque merezco una historia... EL RESURGIR DEL STEAUA 7 de Mayo de 1986. Estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Un cuarto de siglo después, el Barça tenía la oportunidad de desquitarse por la desastrosa final en Berna ante el Benfica y lograr al fin el máximo torneo continental. El combinado culé era un equipo temible que había ganado la Liga el año antes y tenía la Copa de Europa entre ceja y ceja. Un equipo repleto de estrellas que, además, contaría con la ventaja adicional de jugar la final en Sevilla, a poco más de un millar kilómetros de su ciudad. Bucarest quedaba lejos, muy lejos, más allá de ese Telón de Acero que partía en dos el Viejo Continente. El estadio era prácticamente un monocolor blaugrana solo roto por el millar de aficionados del Steaua. Bueno, en realidad, doscientos oficiales del Ejército y ochocientos miembros del Partido Comunista. Un jugador del equipo dacio declarará años después en una entrevista que solo volvieron setecientos, que los otros trescientos se quedaron en España. Pero aquello daba igual, el Steaua de Bucarest, una comparsa. Para el Barça, aquello iba a ser un paseo triunfal. El partido es un soporífero tostón, lento, trabado, sin ocasiones. El Barcelona parece atrapado en el campo, incapaz de hilvanar ni una sola jugada. La segunda final en veinticinco años, la posibilidad de ganar su primer gran título continental. Quizá sea la presión, las expectativas o que quizá se creen mejor de lo que son, pero los culés son incapaces de romper la defensa del Steaua. Los minutos se suceden y con ellos, la primera parte, la segunda y la prórroga hasta llegar a los ciento veinte. Cero a cero, y los blaugranas se mascan la tragedia. Penaltis. Cuatro lanza el Barcelona. Alexanko, Pedraza, Pichi Alonso, Marcos Alonso. Todos los detiene el gran héroe de la noche: Helmuth Duckadam. Para los de Bucarest anotan Lăcătuș y Balint. Trajano conquistó Dacia y ahora, en las mismas tierras que vieron nacer a ese emperador, el Steaua conquista Europa. 1 de Septiembre de 2017. Complejo Deportivo Steaua-Ghencea. Primera jornada de la división municipal de fútbol de la Liga IV para los clubes con sede en la capital rumana. La refundada sección de fútbol del Steaua de Bucarest debutada ante el AFC Venus 1914. Dos mil aficionados abarrotan el pequeño campo deportivo para ver el comienzo de la singladura de los rojiazules, liderados en el banquillo por el legendario Marius Lăcătuș. Tres años tardarán en abandonar las canchas y campos de barro y ascender al tercer escalón del fútbol rumano. ¿Qué había sucedido para llegar a esta situación? Todo comenzó en 1998. Según las normativas de la UEFA, el club no podía seguir siendo propiedad de un ente público así que la sección de fútbol se separó de su matriz, la CSA Steaua, y cambió su nombre a FC Steaua București, dirigido por una asociación sin fines de lucro liderada por el empresario rumano Viorel Păunescu. Este se desempeñó mal como presidente y el club se sumió en seguida en problemas económicos, ofreciendo a Gigi Becali, otro empresario, el puesto de vicepresidente con la esperanza de una mayor inversión en el club. En 2003, Becali supuestamente logró hacerse con el control del club transformándolo de una organización sin ánimo de lucro a una sociedad anónima pública. Posteriormente, aunque el club logró ganar cinco campeonatos nacionales y clasificarse para la UEFA Champions League cuatro veces, se asoció cada vez más con el controvertido personaje de Becali, infame por sus maneras autoritarias y dictatoriales, así como por su homofobia, xenofobia, misoginia, racismo, evasión de impuestos e incluso encarcelamientos. Entre las acciones más controvertidas de Becali están usar el club para promocionar un partido de extrema derecha que él mismo preside, la prohibición de reproducir música de Queen en el estadio debido a la orientación sexual de Freddie Mercury o afirmar que "La mujer es esclava del hombre", lo que le hizo merecedor de una suspensión de cuatro meses y una multa de 16.000 euros. Finalmente, intentó apropiarse de los derechos de imagen del Steaua, lo que lo llevó a una serie de litigios legales con el Ministerio de Defensa rumano en los que perdió sucesivamente el derecho a usar los colores, escudo y el nombre. Esto llevó a que Becali renombrase como FSCB y a la entidad polideportiva CSA Steaua a refundar su sección de fútbol y empezar de cero en el cuarto escalón del fútbol nacional. En la primera temporada coincidirían con otro clásico también refundado, el Rapid de Bucarest, que se haría con la plaza de ascenso condenando a los Steliștii a permanecer otro año en el pozo. La segunda temporada vería al club dominar su grupo de forma incontestable para estrellarse en los play-off de ascenso. A la tercera iría a la vencida y los rojiazules lograrían ascender en la temporada 2019/20, encadenando otro ascenso el año siguiente. Poco después llegaría un triunfo en los tribunales largamente anhelado: La justicia reconocía al CSA Steaua como el legítimo dueño de todos los logros obtenido desde su fundación hasta la venta del club. El camino ha sido largo y espinoso, pero los antaño dominadores del fútbol rumano están cerca de regresar a la élite. ¿Será este el comienzo de una nueva era de hegemonia de los Steliștii? ¿Volveremos a verlos paseándose por los principales canchas del Continente como antaño? Sólo el tiempo lo dirá. Retos para comenzar una historia: - Asciende al CSA Steaua a primera división en tu primera temporada. - A medio plazo, consolídalo en la élite y gana la liga de forma consecutiva durante al menos cinco años. - A largo plazo aspira a convertirlo en un habitual de las últimas fases de Champions y Europa League. - Breogán ** Este artículo completa y actualiza otro artículo presente en esta zona y escrito en su día por el compañero Tomas_Morrongiello. Edited November 21, 2021 by Mapashito 11 Link to comment Share on other sites More sharing options...
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