JamesCG_CM4 Posted April 20, 2005 Share Posted April 20, 2005 Pues eso, necesiuto una respuesta rápida. Cada vez que pongo el ordenador se me pone el msn directamente, y quierÃa saber que puedo hacer para remediar esto. Sé que habÃa una opción, pero no me acuerdo dónde estaba. Gracias Link to comment Share on other sites More sharing options...
cm_sergio Posted April 20, 2005 Share Posted April 20, 2005 Herramientas>>Opciones>>General Miralo hay.Esque tampoco entiendo muy bien a lo que te refieres..Ke se te conecta solo? Eso es sencillo.Simplemente si no encuentras la opcion,pon mal tu contraseña,le das a iniciar sesion automaticamente i ale..no te deja entrar porque la contraseña esta mal. Si asi se te soluciona mientras tanto..Si no,explicamelo mejor jeje. Un Saludo Link to comment Share on other sites More sharing options...
Adriano Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 Esa es una opción, sino andá a inicio-ejecutar- escribes: msconfig, le das aceptar y te dará una ventana en la que deberás seleccionar la última solapa (inicio) y ahà destildas el elemento que desees. Posteriormente deberás reiniciar la pc para que el cambio surja efecto. Link to comment Share on other sites More sharing options...
JamesCG_CM4 Posted April 21, 2005 Author Share Posted April 21, 2005 Os voy a decir con mas detenimiento lo q me pasa Resulta que pongo el ordenador y directamente se pone el msn de mi hermana ¬¬ . Entonces lo quito, pongo el mio, pongo la contraseña pero la primera vez siempre dice que no puedo entrar, porque el msn hace como si hubiera puesto mi contraseña en la cuenta de mi hermana. Cuando a la segunda vez que pongo la contraseña y puedo entrar, me sale una ventana de Internet diciendo que mi cuenta ha sido bloqueada temporalmente, sin embargo yo puedo hablar y utilizar el mn tranquilamente. Lo que me gustarÃa que me dijerais es que puedo hacer para que cuando encienda el ordenador no salga el msn de mi hermana. Gracias por todo y no preguntad si mi hermana está buena ¬¬ Link to comment Share on other sites More sharing options...
WeZaR Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 Borra la cuenta de tu hermana Link to comment Share on other sites More sharing options...
bakanly Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 Tu hermana quiere todo, es capitalista !!!!! Link to comment Share on other sites More sharing options...
GM_Juanjo Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 Solo una pregunta James...¿tu hermana esta buena? Un saludo. Link to comment Share on other sites More sharing options...
bakv Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 El capitalismo es un duro tema a tratar. . . Link to comment Share on other sites More sharing options...
WeZaR Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 Pues la verdad sq si...wink.gif PD: Nos hemos desviado un poco del tema Link to comment Share on other sites More sharing options...
Numenebu Nesbu Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 GM_Juanjo, tienes hermana? Link to comment Share on other sites More sharing options...
GM_Juanjo Posted April 21, 2005 Share Posted April 21, 2005 No os estais iendo un poco por los cerros de Ubeda? Bueno ya que sacais el tema del capitalismo hare un breve resumen de su historia... Hacia mediados del siglo XV el Sistema Feudal gozaba de buena salud, habÃa sorteado con relativo éxito la terrible peste negra del siglo anterior (1348) que habÃa diezmado los campos de mano de obra servil y las ciudades se fueron recuperando poco a poco. Pero hacia 1543 los Turcos tomaron definitivamente Constantinopla y avanzaron sobre Europa oriental con lo que cortaron todo el comercio terrestre con el Asia y amenazaron a Europa con invasiones permanentes. Esto significó prácticamente el bloqueo Europeo, ya no llegaron más las especias ni el metal precioso ni las sedas, para colmo el Mediterráneo inmediatamente se infestó de piraterÃa musulmana. El respiro para la crisis económica que se produjo vino de manos de portugueses, primero, y españoles, luego. Pero en el descubrimiento de América y en las ingentes cantidades de metal precioso estarÃa el germen de la destrucción del sistema feudal que tardarÃa al menos 200 años en producirse. La acumulación originaria del Capital: Las grandes travesÃas y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron las tendencias del intercambio y fomentaron el comercio, ya que se creo un enorme circuito comercial que abarco a casi todo el globo terrestre. Además el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de enormes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras produjeron un trastocamiento de las relaciones feudales puesto que el orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistÃa en intercambiar bienes. Con lo que la producción eminentemente rural, patrimonio de los señores feudales, paso a segundo plano. Este proceso fue capitalizado por la burguesÃa, la que al aumentar su poder económico (La clase social que encabezó la revolución comercial) y al acumular riquezas, estuvo dispuesta a eliminar a sus principales opositores: los Señores Feudales y a manejar los resortes de la economÃa. Pronto se hizo necesario, para abastecer al mercado mundial, ingentes cantidades de mercancÃas que el sistema tradicional de producción industrial, es decir los Gremios, no podÃa satisfacer por sus rÃgidas y costosas estructuras de producción. El antiguo sistema fue lentamente reemplazado por Sistemas de producción de manufacturas artesanales listas para entrar en el mercado de la EconomÃa–Mundo, aprovechando el abaratamiento del costo de la moneda, que hacÃa que los costos de producción fuesen accesibles. El Sistema Doméstico: Este sistema de producción de usó predominantemente en Inglaterra a partir de mediados del siglo XVII y consistÃa, básicamente, en la elaboración de manufacturas artesanales en los hogares campesinos: en sus tiempos libres y con toda la familia, el campesino recibÃa materia prima de manos de comerciantes de la ciudad y la transformaba usando herramientas artesanales. El pago era en función de la cantidad de mercaderÃa manufacturada que el comerciante recibÃa, al que se le descontaba el costo de la materia prima. Este sistema permitió lanzar al mercado importante volúmenes de mercaderÃa y además permitir una entrada extra de dinero para el campesino, que pronto se dedicarÃa a esto, abandonando la actividad rural. Los Talleres Manufactureros: este sistema de producción se dio principalmente en Francia: Fueron el antecedente de la fábrica, entendida como lugar de producción y ensamblado de piezas. Lejos de la moderna lÃnea de montaje, en estos talleres diversos especialistas construÃan las manufacturas requeridas por el mercado y cada uno de ellos elaboraban una parte de dicho producto, cada especialista tenÃa a su cargo uno o varios obreros a los que dirigÃa. Estos cambios en la producción de mercaderÃas no hubiesen sido posibles si no hubiese existido una CLASE SOCIAL, la burguesÃa, que acumuló fortunas producto del inmenso tráfico comercial que unió a todo el mundo desde el siglo XVI y que usarÃa esa fortuna como capital para nuevas experiencias económicas. Las transformaciones en el campo Gracias a su enorme poder económico, la BurguesÃa no tardo en buscar nuevas inversiones y si bien el trabajo rural habÃa pasado a segundo plano, todavÃa era necesario para alimentar a las grandes urbes de la época. Por lo que comenzó a invertir en la compra de tierras, favorecida por el abaratamiento general de los precios de los campos y de los productos agrÃcolas. Esta inyección de dinero en las áreas rurales implicó una importante concentración de la propiedad terrateniente, la burguesÃa pudo adquirir las tierras porque se las compró, generalmente a los pequeños propietarios y a los arrendatarios que en gran número poblaban el espacio rural, entrando en franca competencia con los SeñorÃos nobiliarios que todavÃa eran los principales productores agrÃcolas. No solamente se compro tierras sino que además se las cercó, expulsando a los habitantes de esos solares que en su gran mayorÃa arrendaban las tierras, se trataba de pequeños productores y de aquellos que se dedicaban al sistema de producción doméstico de manufacturas; que tuvieron que ir a vivir a las ciudades. Esa mano de obra fue reemplazada por peones asalariados disminuyendo sensiblemente los costos de la producción. Los expulsados pasaron a integrar esta nueva especialidad de mano de obra o se convirtieron en indigentes que engrosaron las filas de los desocupados en las grandes ciudades de la época y se les tendrÃa reservado un lugar en la historia económica y social de la humanidad. La Revolución Industrial La primera Revolución Industrial tuvo lugar en Reino Unido a finales del siglo XVIII; supuso una profunda transformación en la economÃa y sociedad británicas. Los cambios más inmediatos se produjeron en los procesos de producción: qué, cómo y dónde se producÃa. El trabajo se trasladó de la fabricación de productos primarios a la de bienes manufacturados y servicios. El número de productos manufacturados creció de forma espectacular gracias al aumento de la eficacia técnica y el uso de mano de obra asalariada reclutada entre los miles de indigentes que poblaban las ciudades. En parte, el crecimiento de la productividad se produjo por la aplicación sistemática de nuevos conocimientos tecnológicos a partir del uso masivo de la máquina a vapor, la mayor explotación de la mano de obra asalariada y gracias a una mayor experiencia productiva, que también favoreció la creación de grandes empresas en unas áreas geográficas reducidas. AsÃ, la Revolución Industrial tuvo como consecuencia una mayor urbanización. Se puede afirmar que los cambios más importantes afectaron a la organización del proceso productivo. Las fábricas aumentaron en tamaño y modificaron su estructura organizativa y aumentó la especialización laboral. Su desarrollo dependÃa de una utilización intensiva del capital, de mano de obra, de las fábricas y de nuevas máquinas y herramientas. Esto permitió que los trabajadores produjeran más bienes que antes y que la experiencia adquirida, utilizando una máquina o herramienta, aumentara la productividad y la tendencia hacia una mayor especialización en un proceso acumulativo. Todo lo anterior sentó las bases económicas del Sistema Capitalista. La mayor especialización y la aplicación de bienes de capital a la producción industrial creó nuevas clases sociales en función de quien contratara y tuviera la propiedad sobre los medios de producción y de quien los usara. Los individuos propietarios de los medios de producción en los que invertÃan capital propio se denominaron empresarios o capitalistas o lo que es lo mismo, la burguesÃa industrial, que no era otra que la heredera de aquella que habÃa iniciado el proceso de disgregación del Sistema Feudal. Pero también aquellos expulsados del campo en virtud del proceso de cercamiento pasaron a desempeñarse como mano de obra para la industria a cambio del pago de un salario. Cambiando, por ende, la especialidad de mano de obra de las nuevas Fuerzas Productivas, lo que significa la aparición de otra nueva clase social denominada clase obrera o proletario; produciéndose una profunda reforma en las Relaciones Sociales de Producción establecida hasta entonces y por ende la base social de un nuevo modo de producción o F.E.S. Como la Revolución Industrial se produjo por primera vez en Gran Bretaña, este paÃs se convirtió durante mucho tiempo en el primer productor de bienes industriales del mundo. Durante gran parte del siglo XVIII Londres fue el centro de una compleja red comercial internacional que constituÃa la base de un creciente comercio exportador fomentado por la industrialización. El resto de los paÃses europeos iban a tardar medio siglo más en generalizar la nueva F.E.S, dependiendo de las condiciones sociales y materiales de cada uno de ellos. 2. Los Cambios En La Superestructura El primer gran paso para los cambios en la superestructura JurÃdica PolÃtica e ideológica lo dio Europa a caballo de las transformaciones económicas del siglo XVI. Los descubrimientos geográficos, el aumento en el volumen de los negocios y sobre todo el metal precioso que inundaba las arcas de los ricos de entonces; hizo ver a las débiles monarquÃas europeas la necesidad de disputar el poder polÃtico a los grandes señores feudales. Para ello debieron modificar las relaciones sociales derivadas del esquema feudal que diluÃa y descentralizaba la toma de decisiones, era necesario concentrar el poder y darle su fundamento polÃtico e ideológico: nace el absolutismo monárquico. Este sistema de dominio polÃtico se baso en cinco pilares básicos: la burocratización del estado, la creación de los ejércitos nacionales, la cooptación de la iglesia, el mantenimiento de las relaciones sociales de producción feudales y el uso de un "nuevo" sistema de orden jurÃdico. Cabe aclarar que estos cambios trajeron aparejados grandes conflictos sociales y guerras civiles puesto que los grandes señores no estuvieron dispuestos, fácilmente, a perder poder. La burocratización del Estado: Para concentrar el poder bajo el mando de un monarca y, controlar y manejar no solo a los Señores Feudales, sino también la enorme masa de recursos proveniente de las nuevas actividades económicas; se necesitó de un Estado con un aparato administrativo y burocrático complejo. Este fue construido sobre la base de la creación de cargos, instituciones, oficinas, etc. que cubrÃan todas las áreas de la administración pública. Estos puestos eran ocupados por nobles pobres formados en las universidades de la época y por clérigos menores de diversas órdenes religiosas; contra lo que se podrÃa pensar estos puestos no eran remunerados con salarios, sino más bien eran cargos que el Estado (o sea el monarca) vendÃa a precios que variaban según la importancia de cargos, para usar un lenguaje cotidiano dirÃamos que eran privatizados o concesionados, el ingreso que estos obtenÃan era producto de cobranzas de impuestos, tasas y sellados propios de cada cargo. El monarca fomentaba la creación de cargos porque el poder económico, la influencia polÃtica y el prestigio social que le acarreaba a esa nueva nobleza, conocida con el nombre de Nobleza de Toga, ocupar esos puestos; servÃa de freno a la vieja nobleza señorial, porque el rey conseguÃa aliados más fiables y asà mismo más dependientes de sus dádivas. La creación de los ejércitos del rey: Estos sirvieron no solo para la guerra entre paÃses sino también para controlar a la vieja nobleza que no perdió nunca las apetencias de poder y de paso para ayudar a la misma nobleza a controlar y a reprimir los múltiples levantamientos campesinos que se produjeron al ver los enfrentamientos entre nobles y reyes. De esta manera el Rey le quitaba poder polÃtico a la nobleza pero le aseguraba el poder económico al mantener sus privilegios y sus relaciones sociales de producción, es decir el Estado se transformo en un "aparato potenciado de dominación feudal". Ejércitos de mercenarios dependientes del poder central, sustituyeron a los ejércitos de "vasallos y peones" que eran la base del sistema feudal. La Iglesia y el Estado. La iglesia católica fue incorporada a este nuevo proceso de la misma forma que la nobleza feudal. Los reyes absolutista se apoyaron en, las nuevas órdenes religiosas nacidas al calor del descubrimiento de América que desplazaron a aquellas que, con el correr de los siglos, se convirtieron en uno de los más poderosos Señores feudales. La reforma encarnada a través de MartÃn Lutero provocó un duro golpe a la iglesia tradicional, su cuestionamiento hacia la corrupción, la venta de indulgencias (lugar asegurado en el cielo, para aquellos que dieran jugosas limosnas) y la poca predisposición para dejar las cómodas catedrales para predicar; dieron origen al poderoso movimiento de la Contrarreforma, y su instrumento la inquisición, que fue utilizado como arma para control social e ideológico de aquellos que se opusieran a los designios de la Corona. Monjes, curas, canónigos y hasta cardenales, fueron incorporados al aparato del Estado como funcionarios o como intelectuales al servicio del rey. Aunque resulte contradictorio, estos cambios producidos en el seno de la superestructura, no solo tenÃan como función controlar y restar poder polÃtico a los antiguos señores, sino también contribuir a mantener su estructura y su poder económico; después de todo el rey era tan noble como los demás. Además la principal fuente de riquezas seguÃa siendo la producción de la tierra y hubiese sido imposible mantener el sistema económico si se cambiaban las relaciones sociales de producción existentes. Es por ello que la corona reprimió con más énfasis a los levantamientos campesinos que a los Señores dÃscolos. El "nuevo" orden jurÃdico. Era necesario, luego de tantos cambios, que se estableciera un sistema jurÃdico que pudiera contenerlos y justificarlos, sobre todo a esta idea del "El Estado soy yo". El recurso, vino de manos de la iglesia, curiosamente, porque uno de los poderes a incorporar y dominar era, precisamente, "la casa de Dios" católico. Durante siglos los monjes habÃan conservado en las bibliotecas de los monasterios gran cantidad de documentación perteneciente al antiguo Imperio Romano y sobre todo del complejo sistema judicial y administrativo que sustentó el vasto y complejo estado imperial, este material en mano de los reyes y sus asesores (la mayorÃa de ellos clérigos) fue convenientemente utilizado para darle entidad jurÃdica al nuevo Estado absoluto. Tan importante fue este rescate que aún hoy sustenta gran parte del sistema jurÃdico actual. La Revolución Francesa Indudablemente la BurguesÃa, como clase social revolucionaria, iba a reclamar un lugar dentro de esta nueva superestructura. Lamentablemente (para la monarquÃa) ésta era considerada plebeya carente de sangre nobiliaria e inculta, que realizaba actividades viles como la de comerciar, actividad que significaba una inmoralidad para los nobles; y por lo tanto no merecedora de pertenecer a la corte. Independientemente de consideraciones prejuiciosas, los burgueses representaban una incómoda competencia contra los nobles y la corona no tenÃa intenciones de perjudicar la frágil relación que la unÃa al estado noble. Por lo tanto no quiso o no pudo darle lugar en la toma de decisiones polÃticas. Como clase social revolucionaria, no se iba a quedar con un no como respuesta, lo único que le faltaba para completar su imparable ascenso era tener poder polÃtico, asà fue que se lanzo en su búsqueda y produjo lo que se considera el acto fundacional de la modernidad: La Revolución Francesa. Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono (1774), el Estado francés habÃa sufrido periódicas crisis económicas motivadas por las largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV, la mala administración de los asuntos nacionales en el reinado de Luis XV, las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra Francesa e India (1754-1763) y el aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica durante la guerra de la Independencia estadounidense (1775-1783). Los defensores de la aplicación de reformas fiscales, sociales y polÃticas comenzaron a reclamar con insistencia la satisfacción de sus reivindicaciones durante el reinado de Luis XVI. . Además el pueblo exigÃa la convocatoria de los Estados Generales (una asamblea formada por representantes del clero, la nobleza y el Tercer estado, es decir lo que en ese entonces se consideraba el pueblo y que en realidad era la burguesÃa), cuya última reunión se habÃa producido en 1614, y el rey Luis XVI accedió finalmente a celebrar unas elecciones nacionales en 1788. A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requerÃa una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789. Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados. El objetivo de tales propuestas era conseguir el voto por individuo y no por estamento, con lo que el tercer estado, que disponÃa del mayor número de representantes, podrÃa controlar los Estados Generales. Las discusiones relativas al procedimiento se prolongaron durante seis semanas, hasta que el grupo dirigido por Emmanuel Joseph Sieyès y el conde de Mirabeau se constituyó en Asamblea Nacional el 17 de junio. Este abierto desafÃo al gobierno monárquico, que habÃa apoyado al clero y la nobleza, fue seguido de la aprobación de una medida que otorgaba únicamente a la Asamblea Nacional el poder de legislar en materia fiscal y se comprometÃa a no disolverse hasta que se hubiera redactado una constitución para Francia. En ese momento, las profundas disensiones existentes en los dos estamentos superiores provocaron una ruptura en sus filas, y numerosos representantes del bajo clero y algunos nobles liberales abandonaron sus respectivos estamentos para integrarse en la Asamblea Nacional. El rey se vio obligado a ceder ante la continua oposición a los decretos reales y la predisposición al amotinamiento del propio Ejército real. El 27 de junio ordenó a la nobleza y al clero que se unieran a la autoproclamada Asamblea Nacional Constituyente. Luis XVI dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se concentraran en ParÃs y Versalles. El pueblo de ParÃs respondió con la insurrección ante estos actos de provocación; los disturbios comenzaron el 12 de julio, y las multitudes asaltaron y tomaron La Bastilla —una prisión real que simbolizaba el despotismo de los Borbones— el 14 de julio. Antes de que estallara la revolución en ParÃs, ya se habÃan producido en muchos lugares de Francia esporádicos y violentos disturbios locales y revueltas campesinas contra los nobles opresores La burguesÃa parisina, temerosa de que la muchedumbre de la ciudad aprovechara el derrumbamiento del antiguo sistema de gobierno y recurriera a la acción directa, se apresuró a establecer un gobierno provisional local y organizó una milicia popular, denominada oficialmente Guardia Nacional. El estandarte de los Borbones fue sustituido por la escarapela tricolor (azul, blanca y roja), sÃmbolo de los revolucionarios que pasó a ser la bandera nacional. No tardaron en constituirse en toda Francia gobiernos provisionales locales y unidades de la milicia. El mando de la Guardia Nacional se le entregó al marqués de La Fayette, héroe de la guerra de la Independencia estadounidense. Luis XVI, incapaz de contener la corriente revolucionaria, legalizó oficialmente las medidas adoptadas por la Asamblea y los diversos gobiernos provisionales de las provincias. La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban produciéndose en las provincias (el periodo del 'Gran Miedo'). El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimÃa el diezmo, aunque se otorgaban compensaciones en ciertos casos. En otras leyes se prohibÃa la venta de cargos públicos y la exención tributaria de los estamentos privilegiados. A continuación, la Asamblea Nacional Constituyente se dispuso a comenzar su principal tarea, la redacción de una Constitución. En el preámbulo, denominado Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, los delegados formularon los ideales de la Revolución, sintetizados más tarde en tres principios, "Libertad, Igualdad, Fraternidad". Mientras la Asamblea deliberaba, la hambrienta población de ParÃs, irritada por los rumores de conspiraciones monárquicas, reclamaba alimentos y soluciones. El radicalismo se apoderó de la cámara, pero el objetivo original, la implantación de una monarquÃa constitucional como régimen polÃtico, aún se mantenÃa. El primer borrador de la Constitución recibió la aprobación del monarca francés en unas fastuosas ceremonias, a las que acudieron delegados de todos los lugares del paÃs, el 14 de julio de 1790. Este documento suprimÃa la división provincial de Francia y establecÃa un sistema administrativo cuyas unidades eran los departamentos, que dispondrÃan de organismos locales elegibles. Se ilegalizaron los tÃtulos hereditarios, se crearon los juicios con jurado en las causas penales y se propuso una modificación fundamental de la legislación francesa. Con respecto a la institución que establecÃa requisitos de propiedad para acceder al voto, la Constitución disponÃa que el electorado quedara limitado a las clases alta y media. El nuevo estatuto conferÃa el poder legislativo a la Asamblea Nacional, compuesta por 745 miembros elegidos por un sistema de votación indirecto. Aunque el rey seguÃa ejerciendo el poder ejecutivo, se le impusieron estrictas limitaciones. Su poder de veto tenÃa un carácter meramente suspensivo, y era la Asamblea quien tenÃa el control efectivo de la dirección de la polÃtica exterior. Se impusieron importantes restricciones al poder de la Iglesia católica mediante una serie de artÃculos denominados Constitución civil del Clero, el más importante de los cuales suponÃa la confiscación de los bienes eclesiásticos. A fin de aliviar la crisis financiera, se permitió al Estado emitir un nuevo tipo de papel moneda, los asignados, garantizado por las tierras confiscadas. Asimismo, la Constitución estipulaba que los sacerdotes y obispos fueran elegidos por los votantes, recibieran una remuneración del Estado, prestaran un juramento de lealtad al Estado y las órdenes monásticas fueran disueltas. Durante los quince meses que transcurrieron entre la aprobación del primer borrador constitucional por parte de Luis XVI y la redacción del documento definitivo, las relaciones entre las fuerzas de la Francia revolucionaria experimentaron profundas transformaciones. Éstas fueron motivadas, en primer lugar, por el resentimiento y el descontento del grupo de ciudadanos que habÃa quedado excluido del electorado. Las clases sociales que carecÃan de propiedades deseaban acceder al voto y liberarse de la miseria económica y social, y no tardaron en adoptar posiciones radicales. Este proceso, que se extendió rápidamente por toda Francia gracias a los clubes de los jacobinos, y de los cordeliers, adquirió gran impulso cuando se supo que MarÃa Antonieta estaba en constante comunicación con su hermano Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Al igual que la mayorÃa de los monarcas europeos, Leopoldo habÃa dado refugio a gran número de émigrés y no habÃa ocultado su oposición a los acontecimientos revolucionarios que se habÃan producido en Francia. El recelo popular con respecto a las actividades de la reina y la complicidad de Luis XVI quedó confirmado cuando la familia real fue detenida mientras intentaba huir de Francia en un carruaje con destino a Varennes el 21 de junio. Los sucesos posteriores serán motivo de otro trabajo, pero para completar la visión de esta revolución diremos que el 21 de setiembre de 1792 se proclamó la república y se abolió la monarquÃa y el 21 de enero de 1793 Luis XVI fue guillotinado. Los sucesos internacionales posteriores mostraron una clara y fuerte tendencia a tomar el legado de la revolución francesa cuyas ideas se volcaron a todo el mundo y sirvieron de bandera a las burguesÃas europeas y a los hombres que iniciaron los proceso independentistas en América latina y si bien la revolución terminó con el ascenso de Napoleon al poder en Francia; el proceso, histórico, polÃtico y social, iniciado con ésta fue imparable al igual que la instalación del sistema capitalista. Para concluir este larguÃsimo texto diremos que el perÃodo histórico que estamos reseñando, significó para el hombre el camino más directo a la actualidad, y es muy importante entender lo que pasó porque muchas de las cosas que hoy vivimos son producto de esa historia, más aun, los noventa son el inicio de otra nueva etapa para la humanidad, la posmodernidad, y nos será imposible entender lo que nos pasa si no aprendemos de nuestro pasado. Bueno es un pequeño resumen, espero que os sirva para algo... Link to comment Share on other sites More sharing options...
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