A LA FINAL... A PESAR DE RAMSDALE El West Ham hizo valer el factor campo para mostrar una imagen muy diferente de la ida. Los Hammers fueron mejores y llevaban camino de no poder reflejarlo en el marcador, por culpa del gran partido de Ramsdale en la meta de los Gunners. El meta visitante hizo dos paradones de mucho mérito, Zouma se encontró con su mano y el travesaño y cuatro minutos antes del gol definitivo había parado un penalti al propio Kudus. A la segunda no falló el ghanés y el conjunto de Hoeness estará en la final de Wembley, para tratar de ganar su segundo título desde que llegó el alemán. Prácticamente repitió once titular Hoeness para la vuelta de las semifinales. De nuevo hizo salir a los suyos con la 4-3-3, de nuevo con Anang en portería, el meta de las copas, y con el único cambio de Coufal en el lateral diestro, pues Ben Johnson continúa lesionado. Más cambios introdujo Zidane, también apostando por su habitual 4-3-3, y con las bajas por lesión de Jorginho y Zinchenko. De entrada dejó a Hein en el banquillo y puso a Ramsdale de titular. Más tarde se vería que fue un acierto esta decisión. También dio entrada a Saliba por Tomiyasu, cayendo White a la derecha, y dos cambios en la medular, con Zaïre-Emery y Havertz de titulares, dejando fuera a Thomas y Declan Rice. Sorprendió ver a este último en la grada, pues siempre ha estado a gran nivel frente a su exequipo. Cambió mucho el escenario del partido, con un West Ham que salió a por todas y en esta ocasión el Arsenal sufriendo atrás. A los dos minutos Ramsdale ya tuvo que salvar a los suyos, con una parada antológica. Baturina conducía en la frontal, entraba al área dejando atrás a su par y su centro raso llegaba al segundo palo, donde Olise empujaba el cuero con fuerza a las mallas, pero el meta visitante se estiraba para dejar mudo a todo el estadio. No se arrugó el conjunto local que siguió apretando y poniendo en apuros a la zaga Gunner. Olise y Rivera estaban activos encarando a su par en la banda pero sin fortuna a la hora de finalizar jugada. El argentino se quedaba solo ante Ramsdale, algo escorado y el portero sacaba un pie milagroso para evitar el tanto. Los de Hoeness parecían otro equipo, más agresivo, más asociativo y, sobre todo, sin errores en la salida de balón. La presión visitante no surtía efecto y Baturina movía al equipo como quería. Kalvin Phillips estaba atento para apagar los fuegos en los contragolpes que trataban de lanzar los de Zidane. Pasada la media hora de juego el Arsenal empezó a tener más balón y a buscar la meta rival. Sufrieron entonces los locales, cansados y con una presión menos efectiva. Pero los Gunners no llegaban con demasiado peligro y acababan la jugada con lanzamientos lejanos. Tras 30 minutos excelsos, el West Ham llegaba al descanso pidiendo la hora. Al descanso Hoeness pidió a los suyos que tuvieran más balón, pues habían llegado al entretiempo con menos posesión y eso había dado vida al rival. Pero en el primer cuarto de hora no consiguieron revertir la situación y el Arsenal parecía estar mejor. Anang tuvo que intervenir en un disparo de Martinelli, que se había quedado solo tras llevarse un rebote ante Coufal. El meta ghanés sacó el balón con apuros, desviándolo a córner. El técnico de los Hammers movió el banquillo, retirando a dos jugadores de ataque y a un Ward-Prowse desconocido. Zidane ya había realizado dos cambios e hizo otro más. El francés no rotó en la Carabao ni en liga, donde se enfrentó al Liverpool y su equipo llegó al tramo final del partido con las fuerzas demasiado justas. El físico se impuso y el West Ham volvió a mandar. Zouma, imperial como siempre en el juego aéreo, saltaba más que nadie en el primer palo y remataba con potencia de cabeza, pero Ramsdale ponía la mano y desviaba lo justo al larguero. Otra gran acción del meta visitante. En el córner, tras un rechace, el cuero caía a pies de Guéhi, quien disparaba con violencia y se topaba con el cuerpo del meta para negarle el gol. Apretaban los locales, que no querían llegar a los penaltis. En el 81 entraba Kudus y Angeliño, renovando fuerzas en ambas bandas. A cinco minutos del final Baturina volvía a conducir con criterio, entraba en el área y era trabado por Zaïre-Emery. Penalti ratificado por el VAR. Se encargaba Kudus de lanzar la pena máxima y Ramsdale volvía a hacer otra gran parada. Los Hammers se desquiciaban y veían que el partido podía acabar en la tanda de penales. Algo que podía ser muy malo, visto el gran momento del meta Gunner. Pero en el último minuto Aktürkoglu se iba de su par, Timber salía a taparle y cometía otro claro penalti. El colegiado no dudó y tampoco Kudus. El ghanés volvió a lanzar el penal, al mismo sitio, pero esta vez engañando a Ramsdale. El Arsenal estaba fundido y no tuvo capacidad de reacción en los 7 minutos de añadido. El West Ham se apunta una buena victoria y estará en la final de Wembley. Tendrá que esperar al día 5 de febrero para conocer a su rival, pues la otra semifinal se vio aplazado por el partido de replay del Newcastle en la FA Cup. LAS NOTAS DEL PARTIDO Sobresaliente. Aaron Ramsdale. Probablemente con otro guardameta el Arsenal habría caído con estrépito en el London Stadium. Partidazo del meta inglés, que aun así no pudo evitar la eliminación de los suyos. Notable. Martin Baturina. El croata rayó a gran nivel. Circulación rápida cuando tocaba, conducciones en otras ocasiones y siempre queriendo tener el balón. Acertó en casi todas sus decisiones. Aprobado. Mohammed Kudus. El ghanés entró tarde y no tuvo mucha participación en el juego. Pero mostró mucha personalidad al querer lanzar el segundo penalti, tras haber fallado el primero. No le temblaron las piernas. Suspenso. Zinedine Zidane. El técnico francés no rotó a su equipo y se vio a sus jugadores escasos de fuerzas en el tramo definitivo. Nadie entendió que dejara fuera a Declan Rice, ni dejar en el banquillo a Saka al descanso.
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