Con retrasos en los pagos, conflictos internos y una administración bajo investigación, el Sheffield Wednesday vive un momento crítico. Lo que alguna vez fue una relación de esperanza entre el propietario tailandés Dejphon Chansiri y la afición de Hillsborough se ha transformado en una historia de frustración y distancia.

Durante años, Chansiri prometió estabilidad y ambición. Sin embargo, los informes financieros filtrados en octubre revelaron una deuda que supera los £80 millones y una gestión marcada por el aislamiento del dueño respecto a la estructura deportiva.
“No escucha a nadie, ni siquiera a sus asesores”, afirma un antiguo miembro del club que pidió mantener el anonimato.

El ambiente en Hillsborough refleja la ruptura. Murales, pancartas y cánticos que alguna vez celebraban la historia del club ahora se han convertido en mensajes de protesta. “1867–2025. You killed our club”, se lee en los muros cercanos al estadio.
Para muchos aficionados, la administración del club se ha vuelto el símbolo de una gestión autoritaria y desconectada, donde las decisiones se comunican tarde y los errores se repiten.

La situación deportiva tampoco ofrece alivio. Con los jugadores sin cobrar parte de sus salarios y un embargo financiero que impide nuevos fichajes, el equipo ha caído en la tabla y enfrenta la posibilidad real de un segundo descenso en tres temporadas.
“Nos duele verlo así”, comenta James Horton, socio vitalicio del club desde 1974. “Ya no se trata solo de fútbol, se trata de identidad, de una ciudad que siente que su club está siendo destruido desde adentro”. 

Los rumores sobre una posible venta se intensifican a medida que el proceso de administración avanza. Fuentes cercanas aseguran que hay tres grupos interesados, entre ellos un consorcio estadounidense además de capital británico con vínculos en la Premier League.
Sin embargo, los aficionados temen que la falta de transparencia de Chansiri retrase cualquier intento de rescate. En Sheffield, la esperanza persiste entre la rabia y la nostalgia. Los cánticos no piden títulos, sino respeto. Los murales frente a Hillsborough no son arte urbano: son gritos de una afición que exige volver a tener voz.
“No queremos un milagro. Solo queremos recuperar nuestro club”, sentencia un cartel colocado frente a la entrada principal

Editado hace 2 horas2 horas por donal

Esto es algo que tenía ganas de hacer desde hace tiempo.
Volver a engancharme con un nuevo Football Manager. Sé que esta versión 2026 tiene sus problemas, bugs y detalles por pulir, igual me decidí a arrancar esta historia. Al final, es un juego que me gusta mucho y qué, mientras el trabajo me lo permita (trabajo del fútbol) quiero aprovechar para ir subiendo cosas, compartir el progreso y mantenerle cierta regularidad.

La historia se va a centrar en el Sheffield Wednesday, un club que siempre me llamó la atención por su historia y su contexto actual. En la vida real parece estar a punto de ser adquirido por nuevos dueños, y me pareció interesante recrear toda esa situación dentro del juego, agregándole matices y creando mi propio estilo. Trataré de darle realidad a su situación actual con la deducción de puntos y la inhibición de fichajes que más adelante verán, buscando ese toque de realismo que me gusta.

La partida iniciara en enero de 2026, dándole ese matiz al contexto actual, donde seguramente el club tendrá un nuevo dueño para esa época, lo que le dará más interés a la historia. No habrá inyección de capital; simplemente, con la compra, mejorar las finanzas, organizar el club y darle un departamento de captación y de preparadores acorde a lo que quiero centrar en la historia.

Obviamente busco divertirme, experimentar, darle mi toque, compartir y tratar de seguir un hilo inspirado en modelos como los del Brighton o el Brentford, pero con mi estilo y ritmo.

Espero que les guste y que sea entretenida de seguir.