Capítulo 11: Abril y Mayo de 2026 - "La Fiesta del Campeón y el Dolor de la Despedida" Diario del Míster - Matías GeseCon la consagración del campeonato en marzo, los meses de abril y mayo se convirtieron en un largo festejo, pero también en un período de toma de decisiones difíciles. El calendario liguero, aunque sin la presión del ascenso, fue una oportunidad para rotar el plantel, dar minutos a aquellos jugadores que menos habían participado y, sobre todo, para que la afición despidiera a sus héroes. Jugamos un total de 7 partidos: 6 victorias y 1 derrota, un cierre de temporada más que digno para un equipo campeón. La rotación fue masiva, con varios debuts de jóvenes promesas y minutos valiosos para jugadores que sabíamos, con dolor, que vivirían sus últimos partidos con la camiseta del Hércules. Muchos de ellos habían ascendido en 2024 y descendido en 2025, por lo que este ascenso era una reivindicación personal y profesional. La afición, consciente de la situación, los mimó, coreó sus nombres y enalteció su trabajo en cada encuentro, sabiendo que este grupo, a pesar de los cambios, ya había hecho historia. Puertas adentro, sabíamos que la renovación del plantel sería grande, de esas difíciles. Este grupo, con todas sus virtudes y carencias, quedará en la historia por haber logrado el campeonato y el ascenso. Sin embargo, el cuerpo técnico y yo estábamos convencidos de que con este plantel no podríamos competir de manera sostenible en la Segunda Categoría, y volver a descender no era una opción. Es un momento doloroso, pero necesario, de ser pragmáticos y mirar por el bien del club. Para el final de mayo, ya teníamos confirmación de que nos enfrentaríamos al Numancia, campeón de la Primera Federación grupo 1, para disputar el trofeo de campeones de la Primera Federación. Aún con el campeonato en la bolsa, la mentalidad sigue siendo la misma. "En Argentina al fútbol se juega para ganar, siempre, y eso buscaremos", fue mi declaración a la prensa, reflejando el espíritu inquebrantable que nos trajo hasta aquí. Apunte Familiar (por Lucía)Abril y mayo fueron meses de celebración y de reajustes en la vida familiar. Con la consagración del equipo en marzo, la presión disminuyó y pudimos aprovechar el tiempo. En abril, aprovechamos algunos días de descanso de Matías para que mi suegro, Adrián, conociera un poco más de España. Fue un viaje hermoso en el que le mostramos la belleza de nuestro nuevo hogar, y disfrutamos de esos días juntos. Fue muy emotivo despedirlo en el aeropuerto de Barcelona, con el corazón lleno de gratitud por su visita. Luego, en mayo, llegó el gran día: el cumpleaños de Ainhoa. Le preparamos una fiesta hermosa, con sus compañeras de la escuela, sus amigas de hockey e incluso los hijos de algunos de los jugadores del Hércules. Verla feliz, rodeada de sus amigos en esta nueva vida, me reafirmó que la decisión de venir a Europa fue la correcta. Los logros de Matías en el campo de juego se ven reflejados en la estabilidad y felicidad que hemos encontrado como familia. Capítulo Final – Junio 2026“El Grito de Campeón” La previa El ascenso ya era nuestro. Habíamos cumplido el objetivo, pero sabíamos que faltaba un paso para cerrar la temporada con broche de oro: ser campeones de la Primera Federación 25/26. Enfrente estaba el Numancia, primero del Grupo 1. En Soria, con un estadio que rugía desde el minuto 0, sufrimos la derrota en la ida. Posesión, empuje, pero no alcanzó: un gol en el 35’ nos dejó contra las cuerdas. Caímos 1-0, aunque con la convicción de que la historia se podía dar vuelta en casa. El Rico Pérez reventó Domingo 7 de junio de 2026. Alicante amaneció con olor a fiesta. 29.000 hinchas, entradas agotadas, banderas en cada balcón. Esa tarde, el José Rico Pérez no era un estadio, era un volcán en erupción. En la arenga previa lo hablamos claro: “Jugamos por nosotros, por nuestras familias, por esta gente que nunca dejó de creer”. El partido Fue un encuentro de nivel altísimo, digno de dos campeones. En el 68’, el Numancia golpeó de nuevo con un contragolpe letal: el global se ponía 0-2. El silencio se adueñó de la tribuna, pero nunca bajamos los brazos. En el 82’, apareció nuestro goleador. Un cabezazo desde el punto de penal nos devolvió la vida y encendió al Rico Pérez. 1-1 en el partido, 1-2 en el global. El reloj corría, parecía que no alcanzaba. Pero este club lleva un nombre demasiado grande para rendirse. Minuto 94: tiro libre. César Moreno, con una zurda mágica, la clavó en el ángulo. Gol de videojuego, gol de campeonato, gol de mística. La ciudad entera explotó. El alargue Ya no jugábamos con táctica ni con libretas: jugábamos con el corazón. En el 102’, el capitán, Dani Romera, recibió en la esquina del área, se sacó la marca y definió cruzado, bajo, inatajable. 3-1. Ese fue el grito que hizo temblar Alicante. Los minutos restantes se convirtieron en un viaje emocional. Lágrimas, abrazos, cánticos que bajaban como un himno eterno. El Hércules era campeón de la Primera Federación 25/26. Reflexión final Ese 7 de junio de 2026 no fue solo un título. Fue la confirmación de que los sueños más imposibles pueden volverse realidad. Desde Villa Rumipal, Córdoba, hasta levantar una copa en España. Ni soñando hubiera escrito un final así. Gracias, fútbol. Gracias, Hércules. Gracias, familia.
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