Jump to content

Respuestas destacadas

Publicado

Capítulo 1

Se alzaba ante mí aquella enorme puerta de húmeda madera. Se podría reconocer aquel olor aunque tus fosas nasales se encontrasen entaponadas. Aquello era inevitable. Cabizbajo, empujé aquel pórtico, y toqué aquel material tan repugnante y asqueroso. No sé que ocurrió que segundos después me econtré tirado en el suelo defendiéndome de las garras de aquel despiadado ser. Me arañaba la cara a más no poder. Yo gritaba. Una de esas garras pude ver que venía directa hacia mi cara, hacia mi ojo izquierdo, pero...

PIIIIIIIIIIIIIIIII...

Sonó el despertador con aquel terrible pitido que tanto odiaba. Desde los años en la escuela en que debía levantarme temprano. Ahora que trabajaba, eso no me ocurría, y mi vida era mucho más tranquila. Trabajaba por la tarde entrenando en un gimnasio, y por la mañana iba un par de horas a recibir clases de diferentes tipos, simplemente, para llenar mi currículum. Así pues, tenía la oportunidad de dormir bastante más, dado que aquellas clases comenzaban sólo dos horas antes de comer.

Como todos los días seguí la misma rutina: puñetazo al despertador; me levanté; me fui a la ducha; bajé a desayunar; hablé con mi madre. Desde hacía cinco años, cuando mi padre murió, Aquella misma rutina regía mi vida. Me gustaba, era adicto a ella; no era de esos tipos que creen que tener una rutina nula era bueno, aunque a veces pienso que romperla no habría sido para nada malo. Deseaba ser quien era, y no un ser que mi imaginación o mi infancia tratasen de ser, la rutina confirmaba aquello, y mis vagos intentos de no cambiarla, demostraban que no tenía más aspiraciones en la vida. ¿De qué me servía progresar si todos rechazaban mis actitudes? Lo único que me importaba en esta vida era el dinero, y todo lo que hiciese para conseguirlo, merecía la pena. Para mí, el fín justificaba los medios.

El día transcurrió de la misma manera que todos. El cursillo -de cocina esta vez- fue bien, divertido, sin sobresaltos. En el gimnasio ayudé y dirigí a los mismos adolescentes que cada dos meses llegaban al gimnasio para tratar de fijarse un plan de trabajo y ponerse en forma, pero, siempre acababan dejándolo a los dos días. Fue cuando salí del trabajo cuando noté una sensación extraña.

A diferencia de todo el transcurso del día, el cielo ennegreció y amenazaba a tormenta. El viento enfureció y ofrecía resistencia a mi andar. Las verdes hojas caídas por culpa del otoño me atacaban, y junto a ese polvo que el feroz viento me echaba encima, se me metían en los ojos. Todo aquello me hizo presagiar que algo había ocurrido. "Serán cosas mías", pensé yo. Pero fue llegar a casa y ver aquel coche, y todo se me vino encima.

  • Autor

Capítulo 2

Un hombre vestido con traje chaqueta hablaba por teléfono movil con uno de mis vecinos. La puerta de mi casa se encontraba abierta, y el sonido de una ambulancia se acercaba cada vez más hacia nosotros. ¿Qué había pasado? No lo sabía, pero me lo podría llegar a imaginar. En mi mente miles y miles de posibilidades se escenificaban, veía a mi padre asesinada con un cuchillo, con un tiro en la cabeza... demasiadas imágenes desagradables...

Fue entonces cuando el agente se me acercó y me indicó que pasase. Al parecer, aquel vecino le había dicho que yo era el hijo. Me enseñó la habitación donde yacía mi madre muerta. Había sido asesinada, al parecer, por un toxicómano del barrio que trataba de conseguir dinero.

No pensé en ello durante días, pues fue entocnes cuando vi que tal vez mi teoria de que el fín justifica los medios estuviese desplomada. ¿Para conseguir dinero para chutarme mierda en el cuerpo hacía falta matar a alguien? Para mí no, pues hay mil métodos en lso que nadie sufre daños físicos, pero cada cual hace lo que mejor ve. ¿Pero era aquella la mejor opción? Tal vez para ese ser inhumano que decidió asesinar a una pobre anciana, sí.

Tras ese período en el que viví de los pocos ahorros que tenía, decidí buscar un empleo en el cual pudiese cumplir mis expectativas, ganar dinero, tanto como fuera psoible para alejarme de este mundo asqueroso, de estos barrios tan peligrosos, y tener a mi familia en un lugar mínimamente seguro. Lejos de este zulo.

Únete a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte después. Si ya tienes una cuenta, accede ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a este tema...

viendo esta sección 0

  • Ningún usuario registrado viendo esta página.