La historia de un manager

Capítulo 1: Sólo

Recuerdos de una infancia feliz eran aquellos que agobiaban al joven que ante sus ojos veía. Y le pegó un puñetazo al espejo. ¿Cómo podía haber acabado tan bajo? Sin aquella enorme herencia que sus padres le habían dejado antes de marcharse al otro barrio. Desalojado de su propio hogar, con apenas unos euros más para pasar el resto del mes. Sin lugar a dudas, su vida acababa de dar un giro inesperado.

¿Cómo había perdido todo? "Sencillo", se decía contínuamente a sí mismo. El esperar a vivir de la renta era algo inadecuado en el mundo de hoy, pues en cualqueir momento, cualquier suceso, cualquier problema, cualquier traidor, podían dejarte sin dinero. Y eso le había pasado a él. Su mejor amigo le había traicionado de forma cruel. Engañándole cada vez que se juntaba con él, con falsas sensaciones de alegría que escondían un desastroso y amargo final. La bancarrota en la que Mario Bonassera se había quedado la habían provocado las drogas. Sí, esas traicioneras y malas compañeras que con el paso del tiempo le fueron robando todo su dinero y apartándole de todos y cada uno de sus verdaderos amigos.

"¿Y ahora?" Se preguntaba con frecuencia aquel joven. Ahora estaba tirado en la calle, tomando una cerveza en una de las peores tascas de su ciudad natal. Salió de aquel maloliente cuarto de baño y volvió a la barra. Miro el botellín, lo tomó entre sus manos y de un trago lo terminó. Echó una mirada al resto de los parroquianos y se marchó de aquel lugar en busca de cobijo para una noche que se antojaba fría. Con su maleta a rastras llegó a un local donde compraban y vendían todo tipo de objetos de segunda mano. "Necesito dinero", se dijo, y sin más entró. Vendió y vendió muchos de sus trajes de alta costura, sus más preciados libros, vinilos de grandes grupos, amén de pactar la venta de otras posesiones que aún tenía que recoger. Y aún así, recogió muy poco dinero, tal vez el justo y necesario para pasar un mes en una casa alquilada, pero no más.

Decidió pasar aquella noche en la calle, reflexionar y pensar qué hacer. Y así lo hizo.

La Fuga - Heroína