Entonces no vives muy lejos de mi, yo en La Oliva, el principio de las 3000. Sobre la historia, piensan quedarse toda su carrera en París, o buscarán retos en otros equipos si se les presenta.

ELESSAR: De momento, la idea es llevar a largo plazo al Paris FC a la Ligue 1; pero no descarto irme a cualquier otra parte siempre que sea interesante.

Nota informativa:

Después de jugar el partido correspondiente a la 9ª Ronda de la Copa de Francia, y cuando estaba creando los screen para agregarlo a la historia. Windows me ha saltado con una de sus preciosas pantallacas azules por lo que no he podido recuperar el resultado obtenido. Ahora volveré a jugar el partido, un partido que había ganado 2-3 con sudor y esfuerzo. Quiero que quede este screen como testigo.

Te sigo, suerte con el Paris FC, interesante la trama.

1.8 Doble o nada

Toulouse estaba demasiado lejos. Cuando vimos los 2000 asientos del Estadio de las Fuentes de Toulouse ya estábamos con el culo plano de tanto autobús. Soltamos las cosas en el Estadio y fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Edificios rosas, canal de midi, el Languedoc inspiraba languidez, poca fuerza... Los jugadores venían confiados y Pablo y yo íbamos encabezando el grupo, con una cerveza en la mano, y el mister no parecía nervioso.

-¿Qué equipo es el Toulouse Fontaine? -le pregunté.

-A mí, me lo vas a decir... Yo sólo sé que nosotros vamos de azul. Ellos son los otros.

Comimos cerca del Ayuntamiento e hicimos las fotos de rigor junto al Garona, los edificios tipicamente turísticos... Después llegamos al Estadio. Un destartalado cuchitril donde apenas cabían cuatro gatos.

-Hoy es el turno de los suplentes: juegan Macalou, Clement, Diawara, Bennai... ah, y Pollet al banquillo...

-No seas hijo de puta, Pablo, es su último partido. Dale algo.

Pablo había hablado con el Presidente durante el camino. Pollet no era de su agrado y después de una llamada a Lens, el joven delantero francés volvía tras su cesión a su equipo. Los chicos aún no lo sabían. Él tampoco.

-Ya veremos...

El Estadio apenas se llenó. Poco más de 100 espectadores vieron cómo el Toulouse, que jugaba de verde, se adelantaba en el minuto 13 con un gol de Simeóni. La diferencia entre los dos no era demasiado grande. Ellos jugaban desde atrás, lanzando duros contraataques y nosotros intentamos controlarlos como podíamos. Sobre el minuto 30, los jugadores ya empezaron a carburar, y Valéri, que estrenaba brazalete de capitán, metia un tiro raso desde el borde del área que suponía el empate. Justo antes del descanso, Roye nos puso por delante con un gol estúpido. Un rechace del portero que él empujó de nuevo a las redes junto al palo.

Al descanso, decidimos abrir las líneas y cambiar la punta. Pollet entraba para jugar su último partido. Justo antes de salir del vestuario, Pablo lo espero. Estábamos los tres sólos.

-Es tu último partido. Mañana vuelves a Lens.

-¿Cómo míster? -dijo el francés.- No lo entiendo, ¿por qué?

-Tu futuro no está en París. No hay sitio aquí para ti. -dijo mirándole a los ojos. Pollet agachó la cabeza- Pero aún quiero algo. Sé que algún día llegarás lejos. Demuéstrame que me equivoqué contigo.

-Vete a la mierda, puto español de mierda.

Pollet salió corriendo del vestuario y Pablo sonrió satisfecho. Un delantero enfadado era mucho mejor que un delantero tranquilo. Pero el francés no hizo nada más. El partido se acabó con 45 minutos de adelanto. Los jugadores mantenían la pelota y el Toulouse corría detrás tratando de no caer eliminados. Cuando el arbitro pitó todos corrimos hasta el centro del campo, habíamos cumplido con el objetivo copero: superar la novena fase. Pollet no estuvo en la fiesta. Cogió su ropa y antes de que volviéramos al vestuario, él ya estaba camino de Lens.

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