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Capítulo XVI: “¿Qué es esto, Ramsés?”

Ramsés se encontraba sobre la cama aún derrotado por el encuentro con Cía, su vecina. Al oír ruidos en la habitación, abrió entrecortadamente los ojos para observar que pasaba. Lucía estaba vistiéndose muy cuidadosamente, para no despertar con sus ruidos al anfitrión que tanto placer le había provocado horas antes.

- ¿Por qué tanta prisa por irte? –Ramsés había abierto los ojos y la miraba con ternura. Cía pegó un bote del susto.

- ¡Menudo susto! No es prisa, Ramsés. Simplemente, quería ir a casa a preparar la cena para esta noche. ¿O crees que con tres asaltos ya has cumplido conmigo?

- Vaya, vaya. Va a resultar que mi vecina quiere algo más que una visita. –En ese momento, Cía se sentó en la cama y besó con ternura a Ramsés-. ¿A que hora me paso a recogerte?

- ¿A recogerme? –Dijo Cía extrañada- Pensaba que no te importaría comer en mi casa.

- Y no me importa en absoluto. Pero quiero llevarte hoy a un sitio especial. Así que, ¿te viene bien sobre las 21:30?

Lucía estaba muy extrañada. La verdad es que no pensaba que Ramsés tuviese ese puntito romántico que tanto tiempo llevaba buscando en su vida. Ambos se despidieron con un largo y profundo beso en la puerta del apartamento y quedaron para esa misma noche. De no ser por la intrigante llamada de Marco, Ramsés podría haber estado en casa analizando los informes sobre su próximo rival. Eran las 16:20 y tenía que empezar a prepararse si no quería llegar tarde. Volvió a ducharse, escogió la ropa y se puso rumbo al estadio donde le esperaba Marco Branca, el director deportivo del Inter de Milán.

Subió hasta la planta noble del estadio y se dirigió al despacho. Dos toques en la puerta.

- Adelante, Ramsés. –El despacho era bastante amplio, con varios muebles contenedores de DVD’s sobre jugadores y equipos. Al fondo pudo divisar una pequeña bodega donde el director deportivo guardaba varias botellas de vino francés. –Estaba esperándote.

- Buenas tardes, Marco. La verdad es que tu llamada me ha dejado bastante preocupado. ¿Qué ocurre?

En ese momento, el señor Branca le dio al play y empezó a reproducirse un video en la enorme televisión de la propia sala. -¿Qué es esto, Ramsés?

El mánager estaba atónito: el video mostraba la grabación de las cámaras de seguridad de la sala de reuniones donde, el día de la presentación del entrenador, Ramsés se desmayó y tuvo uno de sus sueños.

- Ramsés, quiero la verdad. –Dijo Marco en un tono nada simpatizante.- Debes entender que el Inter es un club muy serio y no podemos permitirnos escándalos con la prensa. Eso solo nos debilitaría.

Ante tan delicada situación, Ramsés comprendió que lo mejor era contarle a su director deportivo la verdad. Empezó a relatarle toda su historia: sus sueños, su infancia, las sesiones de hipnosis con Luigi… Marco fue relajando el semblante a medida que las explicaciones avanzaban.

- Menuda historia, muchacho. La verdad es que no sabía lo mal que lo estabas pasando. Tranquilo, que el único que ha visto esta cinta soy yo y tu secreto está a salvo conmigo. –Fue todo un alivio comprobar que la situación se relajaba y que ahora contaba con el apoyo de Marco.- Por cierto, tengo dos noticias que darte. La primera es que necesitamos a un nuevo ojeador, pero no uno cualquiera. Debe ser una persona que no le importe viajar y que tenga un don innato para las negociaciones. ¿Conoces a alguien?

Ramsés dudo durante unos instantes pero de repente una idea se le vino a la mente.

- Marco, ¿puedes darme unas horas para encontrar a tu hombre?

- Por supuesto, Ramsés. La segunda es que seguimos con la búsqueda del extremo derecho que tanto nos has solicitado, pero sin un hombre de confianza que pueda viajar a cerrar los acuerdos estamos atados de pies y manos. Es por eso que el tiempo corre en nuestra contra. Y hablando de todo un poco, ¿has decidido que hacer ya con Cambiasso?

- Por supuesto, Marco. Esteban no se mueve de nuestra plantilla. Y quiero proponerte algo… Es algo atrevido y casi imposible, pero creo que daríamos un golpe de autoridad y avisaríamos a los demás equipos del nuevo Inter.

Ramsés le contó su plan a Marco y aunque al principio este no estuvo muy receptivo, poco a poco comprendió que era una buena oportunidad para dejar claras las intenciones del club.

- Espero que sepas lo que haces, Ramsés.- Dijo Marco mientras descolgaba el teléfono.

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Capítulo XVII: “Le dará muchos éxitos al Inter"

Ramsés viajaba en la línea 3 del metro –más conocida como la línea amarilla- y tenía billete hasta la parada Duomo. Allí, junto a la esquina de la Piazza Duomo se encontraba la via Marconi, donde se situaba la oficina de turismo milanés. Subió rápidamente las escaleras y miró a su alrededor. Un magnífico día soleado llegaba ya casi a su fin y debía aligerarse si no quería quedarse sin encontrar al hombre que buscaba. Sabía que estaría allí aún sin haber hablado con él en varios meses.

Entró por la puerta principal de la Azienda di Promozione Turistica y ojeó detenidamente por si encontraba al hombre que buscaba. Imaginó que en dos meses de trabajo ya se había ganado algún despacho por lo que le preguntó a la recepcionista. Esta le comentó que lo encontraría en la segunda planta y que por favor le dijese que quería irse ya. Ramsés sonrió y subió las escaleras lo más rápido que pudo. Cuando encontró el despacho llamó a la puerta.

- Adelante.- El hombre trabaja de espaldas, ordenando unas carpetas archivadoras.-

- ¿Por qué será que no me extraña verte a esta hora trabajar?

- Esa voz… ¡No puede ser! –El hombre del despacho se volvió y miró a su amigo- ¡Ramsés, qué alegría verte!

- Lo mismo digo, viejo amigo. He venido por razones laborales.

- ¿Razones laborales? ¿Qué puede buscar el mánager del Inter en una persona como yo?

- Veo que te has enterado de la noticia, Ángelo. –Ramsés acompañó sus palabras con una amplía sonrisa de satisfacción-

- ¿Hay alguien en todo Milán que no sepa quien eres y a que te dedicas?

Ángelo Gabaldoni era un hombre de unos 29 años bastante alto –aunque no mayor que Ramsés- y bien definido. La cabeza grande, de pelo castaño y grandes ojos negros. Criado en los mejores colegios de Milán, había sido amigo de la infancia de Ramsés y Paolo. Estudió turismo, idiomas y dirección de empresas.

-Risas- Es algo a lo que aún no estoy acostumbrado, créeme. Bueno, a lo que íbamos, vengo por motivos laborales. Cuéntame, ¿te gustaría cambiar de trabajo para hacer lo que te gusta y cobrar por ello?

- ¿Lo que me gusta? –Ángelo estaba confundido.- ¿Qué se supone que me gusta a mí?

- Vamos, Ángelo. Te conozco desde hace casi 25 años y se perfectamente que estas totalmente agobiado entre papeles. A ti te gustan los riesgos, las negociaciones duras y los viajes. ¿Me equivoco?

- ¡Viejo zorro, como me conoces! He de reconocer que esto no está tan mal, pero no es lo que me gusta.

- Por eso. Tengo una oferta para ti y estoy seguro de que no la rechazarás. –Ramsés observó que la cara de su amigo cambiaba completamente y que estaba receptivo a cualquier oferta que lo sacara de aquel infernal despacho-. Quiero que te unas a mí en el Inter y formes parte de la secretaría técnica que quiero formar. Serás mi ojeador principal, mi hombre de confianza y a quién enviaré para cerrar los acuerdos de las incorporaciones. Tendrás una casa en la mejor zona de todo Milán, coche propio y un sueldo bastante generoso.

Por unos instantes, Ángelo pareció estar soñando. Se había quedado petrificado con la oferta de su amigo Ramsés y deseaba decir sí a todo. No tuvo que pensar nada por lo que estrechó la mano de su amigo.

- No sabes cuanto me alegra que aceptes el cargo. Y ahora, a trabajar. Mañana tienes tu primer viaje y negociación.

- ¡Cómo me va a gustar esto! ¿A dónde tengo que ir?

- Iras a España. Necesitamos un extremo derecho y se que tú puedes conseguirme uno. Tenemos dos nombres sobre la mesa y uno de ellos debe cerrarse antes de mañana por la noche. Se que lo que te pido es muy precipitado, pero confío en ti. Aquí te traigo los informes de ambos jugadores: Jesús Navas, jugador del Sevilla F.C. y Joaquín Sánchez, que milita en el Valencia C.F.

- ¡Perfecto! Como se nota la caligrafía de Paolo. Dime, ¿puedo viajar esta misma noche?

Ramsés se quedó atónito.

- ¿Esta noche? Pero tendrás que hacer la maleta, ¿no?

- Ramsés, te prometo que mañana miércoles, antes de las ocho y media de la tarde, tendrás a tu extremo derecho. Solo tengo que llevar dos mudas y algo de ropa.

- Está bien, Ángelo. Ahora mismo lo arreglo todo. Por cierto, cuando mañana vuelvas necesito que vuelvas a hacer las maletas y vuelvas a viajar el jueves. Aunque con menos prisas, pero sin demora, debes ir a Londres. Mientras vamos a tu casa te cuento el plan que he trazado con nuestro director deportivo.

- Lo vuelvo a repetir… ¡Como me va a gustar esto!

Ambos hombres salieron de la oficina de turismo y dejaron sobre la mesa de la recepcionista la carta de renuncia de Ángelo a su puesto. Se subieron a un taxi y empezaron una nueva andadura que seguro le dará muchos éxitos al Inter.

Te había abandonado al pensar que dejarías la historia cuando tardaste en postear (aunque lo entiendo perfectamente) pero ya veo que la has retomado y con fuerza. Podría comentar la trama pero prefiero esperar a la parte táctica para así poder discutir más tranquilamente.

Por lo que veo todavía no han aparecido muchos fieles pero no me cabe duda de que llegarán viendo la calidad de la historia!

Un saludo y ánimo!

  • Autor

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@ volveremosaprimera

La verdad es que la he retomado con más fuerzas incluso que cuando la empecé. Espero tus comentarios tácticos con ganas :o

Ojalá se cumplan tus predicciones y empiecen a pasar por aquí mas foreros, jejeje.

Gracias por ser de nuevo asiduo a ella xD

Un saludo

Editado por lk2_89

  • 2 semanas más tarde...
  • Autor

tactica.jpg?t=1283184372

th_feed-icon-2.png?t=1283184354Analizamos las tácticas usadas por Ramsés

Ahora que el primer partido de la temporada está a la vuelta de la esquina podemos ofrecer a nuestros lectores, en exclusiva, el análisis táctico del equipo de Ramsés. Un equipo que se ha vanagloriado de jugar con unas bandas rápidas y profundas, un centro del campo destructor y creador a la vez y una delantera letal.

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Las dos tácticas usadas por Ramsés durante esta pretemporada y la Final de la Supercopa.

arrow.gifDos sistemas, el mismo juego. Nuestro entrenador ha usado dos tácticas a lo largo de estos cinco partidos (amistosos y Supercopa Italiana) donde ha intentado dejar claro cual va a ser su planteamiento táctico al frente del Inter.

  • Una defensa adelantada para aprovechar los fueras de juego y participar en los contraataques. Los dos carrileros jugarán con bastante libertad por su propia banda, siempre y cuando, el ataque sea por ese lado.
  • Un centro del campo para destruir y crear jugadas, bien compenetrado y con buena salida del balón. Alternarán el juego abierto hacia las bandas con pases diagonales entre líneas.
  • Extremos puros que serán el "alma mater" del ataque interista. Tendrán instrucciones claras: verticalidad y cambio de banda. Se buscarán pases al área o que hagan de falsos delanteros cuando esten a pie cambiado.
  • Mediapunta de enganche para el juego entre el centro del campo y la delantera. Ramsés intentará que Sneijder aproveche su fuerte disparo desde fuera del área para crar ocasiones.
  • Una delantera explosiva donde se cuenta con grandes anotadores como Eto'o y Milito. Es una de las parcelas que ahora mismo menos preocupan al técnico.arrow.gifAmbas tácticas. Detalladas para vosotros.

th_feed-icon-2.png?t=1283184354El club anuncia un nuevo fichaje

Según hemos podido conocer a través de la planta noble del club, en pocas horas será anunciado un nuevo fichaje. Fuentes cercanas al club nos han confirmado que se trata del tan ansiado extremo derecho solicitado por Ramsés.

4-2-2-2 || Un sistema de juego bastante equilibrado, aunque solo lo ha usado en el partido contra el Pontevedra. Carece de un mediapunta nato, pero se juega con dos puntas donde normalmente Eto'o es el que arranca desde atrás.4-2-3-1 || El sistema táctico más usado por Ramsés. Puede que su único punto débil sea el jugar con un solo atacante, pero Wesley se encarga de que eso no sea un problema. Por lo que hemos podido observar, Samuel y Diego tendrán muchas oportunidades de demostrar lo que son capaces de dar, tanto individual como colectivamente.
  • Autor

banner.jpg?t=1273097745

th_feed-icon-2.png?t=1283272137Joaquín ¡FICHADO!

Por fin Ramsés se ha salido con la suya y consigue a su ansiado extremo derecho. A pesar de que los aficionados ya pensaban que el extremo titular tendría que ser Quaresma el equipo italiano se ha hecho con los servicios del español en unas frenéticas negociaciones. Según hemos podido saber, en menos de 24 horas el club presentó la oferta, la negoció y cerró la contratación.

Aunque el montante total no ha sido desvelado aún por ninguna de las partes implicadas, todo hace indicar que el fichaje se ha cerrado en torno a los 20M€. La deuda económica que arrastra el club español ha sido determinante en la negociación y la mayor parte del dinero será destinado a subsanar la deuda que tenía el Valencia con el Real Betis -antiguo club del nuevo extremo interista-.

La duda está ahora en si Quaresma será traspasado o compartirá banda con el portuense. Lo que si está claro es que este nuevo fichaje demuestra el ambicioso proyecto que está preparando el club para esta temporada.

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El portuense ya ha puesto rumbo hacia nuestro club. ¡Bienvenido!

  • Autor

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Capítulo XVIII: "¿Dudarías en reparar una injusticia?"

Vigilante estaba hambriento. Con una lengua decidida, el perro amarillo oro lamió el rostro de su amo, que dormía desde hacía mucho rato. Ramsés se despertó sobresaltado, aún sumido en un sueño en el que estrechaba el cuerpo amoroso de una mujer con los senos semejantes a manzanas dulces, labios tiernos como caña de azúcar y piernas ágiles como plantas trepadoras. Un sueño... ¡No, no era un sueño! Ella existía, se llamaba Iset la bella, se había entregado a él y le había hecho descubrir el placer.

Vigilante, indiferente a los recuerdos del príncipe, lanzó unos ladridos de desesperación. Ramsés comprendió finalmente la urgencia de la situación que lo condujo a las cocinas de palacio, donde comenzó a devorarlo todo. Una vez la escudilla vacía, lo llevó de paseo por los alrededores de las cuadras.

Allí estaban reunidos unos magníficos caballos, que gozaban de una higiene muy estricta y de un mantenimiento permanente. Vigilante desconfiaba de aquellos cuadrúpedos de altas patas, que a veces tenían reacciones inesperadas. Con prudencia, trotaba detrás de su amo.

Unos palafreneros se burlaban de un aprendiz que llevaba con dificultad un capazo lleno de estiércol. Uno de ellos le hizo la zancadilla y el desdichado soltó el capazo, cuyo contenido se desparramó frente a él.

--Recógelo -ordenó el verdugo, un cincuentón de rostro rudo.

El infeliz se volvió y Ramsés lo reconoció.

- ¡Ameni!

El príncipe saltó, empujó al palafrenero y levantó a su amigo, que estaba temblando.

--- ¿Por qué estás aquí?

Acongojado, el muchacho farfulló una respuesta incomprensible. Una mano rencorosa se posó en el hombro de Ramsés.

-Di pues, tú... ¿Quién eres para permitirte molestarnos?

Con un codazo en el pecho, Ramsés apartó al preguntón, que cayó hacia atrás. Furioso por haber sido ridiculizado, con los labios torcidos en un rictus, se dirigió a sus compañeros.

-Vamos a enseñarles educación a estos dos chiquillos insolentes...

El perro amarillo oro ladró y mostró los dientes.

-Corre -ordenó Ramsés a Ameni.

El escriba fue incapaz de moverse.

Uno contra seis. Ramsés no tenía ninguna posibilidad de ganar. Mientras los palafreneros estuvieran persuadidos de ello, él conservaría una minúscula posibilidad de salir de aquel avispero. El más corpulento se lanzó sobre él. Su puño sólo golpeó el vacío y, sin comprender lo que le sucedía, fue levantado en vilo y cayó pesadamente sobre la espalda. Dos de sus compañeros corrieron la misma suerte. Ramsés se felicitó por haber sido un alumno asiduo y concienzudo de la escuela de lucha; aquellos hombres, que sólo contaban con la fuerza bruta y querían ganar demasiado de prisa, no sabían pelear. Vigilante, mordiendo las pantorrillas del cuarto hombre y apartándose lo bastante rápido para no recibir algún golpe, participaba en el combate.

Ameni había cerrado los ojos, por donde asomaban unas lágrimas.

Los palafreneros se reagruparon, vacilantes; sólo el hijo de un noble podía conocer aquellas llaves de lucha.

-¿De dónde eres?

-¿Tenéis miedo, seis contra uno?

El más furioso blandió un cuchillo, riendo.

-Tienes una hermosa boquita, pero un accidente va a desfigurarte.

Ramsés no había luchado nunca contra un hombre armado.

-Un accidente, con testigos... e incluso el pequeño estará de acuerdo con nosotros en salvar la piel.

El príncipe conservó los ojos fijos en el cuchillo de hoja corta. El palafrenero se divertía trazando círculos para asustarlo. Ramsés no se movió, dejando al hombre girar a su alrededor; el perro quiso defender a su dueño.

-¡Quieto, Vigilante!

-Muy bien, quieres a este horrible animal... Es tan feo que no merece vivir.

-Ataca primero al que es más fuerte que tú.

-¡Eres muy pretencioso!

La hoja rozó la mejilla de Ramsés; de un puntapié en la muñeca, intentó desarmar al palafrenero, pero solamente lo rozó.

-Eres duro de pelar... ¡pero estás solo!

Los demás sacaron sus cuchillos.

Ramsés no sintió ningún miedo. Lo invadió una fuerza desconocida hasta entonces, un furor contra la injusticia y la cobardía. Antes de que sus adversarios se organizaran, golpeó a dos de ellos y los derribó, evitando las hojas vengativas.

-¡Basta, compañeros! -gritó un palafrenero.

Una silla de manos acababa de franquear el porche de las cuadras. Su esplendor probaba suficientemente el rango de quien la ocupaba; con la espalda apoyada contra un alto respaldo, los pies sobre un taburete, los codos sobre los brazos de la silla y la cabeza protegida por una sombrilla, el gran personaje se enjugaba la frente con una tela perfumada. De unos veinte años, con el rostro redondo, casi lunar, las mejillas rollizas, unos pequeños ojos marrones y los labios gruesos y golosos, el noble, bien alimentado y ajeno a cualquier ejercicio físico, pesaba mucho sobre los hombros de los doce porteadores, bien remunerados a cambio de su celeridad.

Los palafreneros se fueron. Ramsés hizo frente al que llegaba, mientras el perro lamía la pierna de

Ameni a fin de tranquilizarlo.

-¡Ramsés! Todavía en las cuadras... En verdad, los animales son tu mejor compañía.

-¿Qué viene a hacer mi hermano Chenar a estos lugares de mala fama?

-Inspecciono, como el faraón me ha pedido que haga. Un futuro rey no debe ignorar nada de su reino.

-Es el cielo quien te envía.

-¿Tú crees?

-¿Dudarías en reparar una injusticia?

-De este joven escriba, Ameni. Ha sido arrastrado aquí a la fuerza por seis palafreneros y martirizado.

Chenar sonrió.

-Mi pobre Ramsés, ¡estás muy mal informado! ¿Acaso tu Joven amigo te ha ocultado la sanción que le afecta?

El príncipe se volvió hacia Ameni, incapaz de hablar.

-Este escriba novato ha pretendido corregir el error de un superior que en seguida se ha quejado de tanta arrogancia. He estimado que una estancia en las cuadras le haría un gran bien a este pequeño jactancioso. Transportar estiércol y forraje le encorvará el espinazo.

-Ameni no tendrá fuerzas para ello.

Chenar ordenó a los porteadores posar la silla en el suelo.

Su porta sandalias dispuso en seguida un escabel, calzó los pies de su amo y lo ayudó a bajar.

-Caminemos -exigió Chenar-; debo hablarte en privado.

Ramsés dejó a Ameni al cuidado de Vigilante.

Los dos hermanos dieron unos pasos por un corredor enlosado, al resguardo del sol, que Chenar, de piel muy blanca, detestaba. ¿Cómo imaginar a dos hombres más distintos? Chenar era pequeño, rechoncho, relleno, y ya parecía un notable demasiado cebado con buenas carnes. Ramsés era alto, ágil y musculoso, en el esplendor de una juventud triunfante. La voz del primero era untuosa y titubeante, la del segundo, grave y clara. Entre ellos no había ningún punto en común excepto el hecho de ser hijos del faraón.

-Anula tu decisión -exigió Ramsés.

-Olvida a ese aborto y abordemos los problemas serios; ¿no debías abandonar pronto la capital?

-Nadie me lo ha pedido.

-Pues bien, está hecho.

-¿Por qué debería obedecerte?

-¿Olvidas mi posición y la tuya?

-¿Debo alegrarme de que seamos hermanos?

-No juegues al astuto conmigo y conténtate con correr, nadar y ponerte fuerte. Un día, si mi padre y yo queremos, tal vez tengas un puesto en el ejército activo; defender nuestro país es una noble causa. Para un muchacho como tú, la atmósfera de Menfis es nociva.

-En estas últimas semanas empezaba a acostumbrarme.

-No inicies una lucha inútil y no me obligues a provocar una intervención brutal de nuestro padre. Prepara tu partida sin escándalo y desaparece del mismo modo. Dentro de dos o tres semanas te indicaré tu destino.

-¿Y Ameni?

-Ya te dije que olvidaras a tu miserable pequeño espía, y me horroriza repetirme. Un último punto: no intentes volver a ver a Iset la bella. Has olvidado que desprecia a los vencidos.

Ramsés despertó de la sesión muy confundido. ¿Quién era aquel Chenar? Si era su hermano, ¿por qué le exigía en aquel sueño que abandonara aquella ciudad? ¿Haría lo que le había pedido? ¿Y su amigo, el tal Ameni?

Necesitaba otra sesión más por lo que le rogó al doctor que proseguiera.

Editado por lk2_89

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