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Tenía miedo. El sudor corría por su cuerpo. Nunca había estado arriba de un avión, les tenía pánico a esos pájaros de metal, pero no había otra solución: debía llegar a Italia en menos de 20 horas. Ese era el plazo que le había dado el Cacho para escapar, y no pensaba hacer otra cosa. Sabía que no podía quedarse en América, porque ahí podían encontrarlo. Debía buscar un lugar más alejado, adonde el negocio sucio al que solía pertenecer no llegara. El mayor problema era que no tenía un peso, que se lo había gastado todo en el pasaje y que si no encontraba un trabajo rápidamente como cantante en algún bar iba a tener que vender la guitarra. Su hermosa guitarra, la que tenía desde los 12 años y la que lo había acompañado toda su vida. El rugir del motor cortó estos pensamientos y lo devolvió a la realidad, en la que debía tomarse fuerte de la baranda para no desmayarse. El temor lo acorraló completamente en el despegue, y debió ahogar un grito en el momento en el que se levantaron las ruedas, pero luego de unos minutos se desconcentró mirando las nubes por la ventana, y finalmente se durmió.

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No sabía que le había dicho el camionero cuando subió, pero no podía quedarse parado en la entrada del aeropuerto así que se sentó rápidamente en el asiento del acompañante y agradeció a su salvador en un italiano muy torpe. "Que problemas me puede llegar a causar el hecho de no hablar italiano" pensó mientras miraba por la ventana los grandes campos que iban pasando "Apenas tenga la plata voy a tener que hacer un curso".

El viaje fue largo, de al menos 8 horas, lo cual le dio tiempo suficiente para entender adonde iban: Alessandria, región de Piamonte. Con su celular investigó un poco y se enteró que estaba a 80 kilómetros de Turín. "Bien. Puedo quedarme aquí, y si no tengo suerte necesitaré viajar solo unos kilómetros para llegar a una ciudad más importante que me de más posibilidades".

Cuando bajó del camión, y luego de desentenderse de varias frases que no comprendía, entendió que debía ir hacia el centro, donde conseguiría un lugar para dormir y donde podría visitar pequeños bares que podrían necesitar sus servicios. Le dio las gracias al hombre (o por lo menos eso intentó) y se marchó, rezando en que algún hotel de la zona le cobrara menos de $5 por noche, para así poder dormir allí por lo menos una semana.

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Editado por roniixeneizee

Empieza una nueva aventura en Italia! De qué huirá nuestro protagonista? Por su bien parece que mejor que no le encuentren :biggreen

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  • Meruelo: El primero en unirse a la historia! La verdad es que pensaba hacer un poco más extensa la presentación, pero los tiempos me apuraron y tuve que dejarla así, sin dar demasiados detalles de lo que le ocurría a nuestro personaje, y hasta sin decir su nombre. Igual, en unos minutos subiré el segundo capitulo, donde podremos conocer un poco más de su vida.

  • Autor

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- Son $10 la noche - Le dijo la recepcionista del décimo hotel que visitaba esa noche, y en el cual el precio parecía ser el más bajo de la ciudad. Lo dudó unos minutos, rozando con los dedos el poco dinero que tenía y pensando en el dudoso futuro de su guitarra, pero finalmente se decidió y pagó.

Esa noche fue dura. Caminó y caminó en busca de un lugar donde pudiera ganar unos Euros para mantenerse en el hotel por lo menos, pero luego de visitar los únicos cinco bares del lugar, y de ser rechazado en todos sin siquiera escucharlo, se rindió en la barra de uno llamado Il Tuono Blanco, en donde comenzó a sollozar mientras susurraba bajito la letra de Cambalache

- No llore macho, deje de cantar ese tango triste y brinde conmigo - Escuchó un tono argentino, similar al suyo, que provenía de sus espaldas. Giró la cabeza velozmente y vio a un hombre sonriendo que le ofrecía un vaso de whisky.

- ¿Quién sos vos? - Le preguntó al hombre, que le causaba desconfianza pero al mismo tiempo lo hacía sentir en casa, en su Argentina natal de la que había tenido que huir.

- Don Enrique Caneto, dueño del bar. Vivo acá hace 10 años, me vine por la crisis. Y a vos pibe, ¿qué te trae por aca? -

- Emm... es complicado. La verdad no me gusta hablar del tema, pero dejame chupar un poco de whisky y te largo todo -

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- Mi nombre es Martin Goyeneche. Soy Argentino, fanático de Boca Juniors, del mate y de la noche. Viví toda mi vida en Corrientes, a 3 cuadras del Abasto, y siempre fui fanático del tango, como mi abuelo. Terminé la secundaria y empecé la Universidad, pero me metí en las drogas y de a poco fui largando todo lo bueno que tenía. Primero no fue tan grave, me perdía algunas salidas con amigos y a veces llegaba tarde a casa, pero todo fue empeorando. De un día al otro pasé de comprar a ser el que entregaba la merca, fui desapareciendo, consumiéndome, y así estuve desde los 19 años hasta ahora, que tengo 25. Lo único que me mantenía un poco cuerdo era la música. Iba todos los sábados a tocar al bar que esta en frente del Abasto, pero también me borraba algunas veces de ahí. Un día me enteré que mi vieja estaba enferma, pero como el Cacho no me dejaba irme yo...-

- Pará. Dos cosas. Decime quién es el Cacho, y si tu abuelo fue...bueno... ya sabés: tu apellido y tus gustos me hace pensar que tu abuelo era el Polaco. ¿Es así?-

- Si, mi abuelo era el Polaco Goyeneche. De ahí saque mi amor por el tango y por la musica. Por suerte llegué a compartir unos años con él, me enseñó todo lo que se. El Cacho era mi jefe, el que me pasaba la merca y para el que trabajaba. Bueno, como te decía...

- ¿El Polaco Goyeneche? Que tipo, por favor. De los tangueros, el más grande lejos.-

- Si boludo, ya se que era un groso, pero dejame contarte y después hablamos de música. El Cacho no me dejaba irme, entonces le armé un quilombo tremendo y nos peleamos. A la otra semana lo agarraron, y pensó que yo había sido el que le había dado el dato a la policía, entonces me mandó un mensaje que decía que si no me escapaba en 20 horas iba a mandar gente a que me matara. Yo estaba con mi vieja, pero la tuve que dejar y venirme hasta acá con los pocos ahorros que me quedaban del negocio, para salvar la poca vida que me quedaba-

-O sea que te escapaste del negocio de la merca. No me gusta la gente que está metida en cosas raras, pero no voy a decir nada. ¿Y por eso llorabas recién?

-No. No consigo trabajo. Nada más se tocar la guitarra, pero en ningún lugar me quieren. Mira, si hasta vos me rechazaste sin escucharme-

-Y si lo que suena ahora acá no es el Tango. Ni siquiera la guitarra. Ahora buscan música electrónica, David Guetta y todo eso-

-Y entonces, ¿qué voy a hacer de mi vida?-

-Primero te voy a contratar como mesero, pero tenes que aprenderte el nombre de todos los tragos y aunque sea algunas palabras básicas del italiano. Además, si querés podes venirte para Valenza, donde yo vivo, que tengo un amigo que te puede prestar una habitación. Ah, y otra cosa, quiero que me consigas algunos discos de tu abuelo-

-Gracias maestro! Mil gracias! Te consigo lo que quieras, tengo todos los discos en el hotel, una foto autografiada, lo que quieras. Gracias!-

Y así terminó la noche. Martín Goyeneche sirviendo tragos en un bar sin saber ni una palabra en italiano, en el cual el jefe era fanático de su abuelo. "Para ser la primera noche no estuvo tan mal" pensó para adentro en el momento en el que Enrique le avisó que cerraban.

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El hombre que salvó de la ruina al nieto del Polaco, Enrique Cantero.

Editado por roniixeneizee

  • Autor

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El primer mes pasó sin muchos otros sobresaltos. Martín dormía en un galpón del vecino de Enrique, y el mismo le daba comida y bebida a cambio del trabajo en el bar. Pasaba la noche trabajando y durante el día tocaba la guitarra o paseaba por el campo, excepto los lunes, donde el bar cerraba y él se quedaba hasta tarde discutiendo con Don Cantero de música, enseñandole algunas canciones o discutiendo de fútbol. Así, una noche le contó que en esa localidad había un club llamado Valenzana que limitaba en la Serie D de Italia, y que nunca había logrado pasar de esa categoría.

- Este lugar tendría un prestigio gigante si el Valenzana lograra hacerse grande. El fútbol le da fama a las ciudades y a los países. Nadie sabía de la existencia de Croacia hasta que perdió en Semifinales del Mundial de Francia. Lo mismo ocurre aquí, si trajeran jugadores o formaran una buena cantera esto podría volverse uno de los lugares más famosos de Italia. Pero no es así. Es más, a falta de unos meses para el comienzo del torneo no tienen un técnico que los dirija. La plata está, pero las ganas no -

Al segundo mes de llegar a Italia ya comenzaba a resultar aburrida esa rutina para Martín, entonces decidió explorar un poco más la ciudad. Así, un día llegó al club que había nombrado Enrique en una de sus conversaciones: el Valenzana.

Se paró en un costado de la cancha y vio un rato el entrenamiento. Había buenos jugadores, pero estaban muy mal acomodados. En su mente empezó a pensar que le faltaba a ese equipo, como había que arreglarlo, y así comenzó a forjar en su mente las distintas tácticas y las distintas formas de juego para ese pequeño equipo.

Poco a poco, fue cambiando sus tardes en las que tocaba la guitarra por días enteros en el campo de entrenamiento, viendo como los jugadores seguían cometiendo los mismos errores. Comenzó a hablar con algunos de ellos, y a decirles lo que pensaba. Algunos le hacían caso, otros no, pero él igual intentaba ayudarlos. Para eso, llevaba un cuaderno donde anotaba los errores que cometían, y a través de señas les explicaba más o menos que era lo que según él tenían que cambiar en su táctica.

Un día, se sentó cerca de él un hombre viejo vestido de traje, con un papel en la mano y una lapicera en la otra. Martín lo miraba de forma extraña, intentado leer que era lo que decía el papel, pero estaba demasiado doblado como para entender alguna letra. Mientras tanto, intentaba imaginarse quién era. Ya lo había visto caminando por el campo de entrenamiento algunas veces, hablando con otro hombre viejo, y algunas veces con lo que parecían ser jóvenes entrenadores que visitaban el club y no volvían nunca más a pisarlo, pero nunca lo había visto sentado en las tribunas.

De repente, salió del vestuario Enrique, saludó al señor, le dijo algunas palabras en italiano mientras lo señalaba y luego, dirigiéndose a Martín, gritó: -Felicidades, sos el nuevo técnico del Valenzana! Te presento a tu presidente: Alberto Omodeo- El hombre lo miró a los ojos, le extendió el papel y la lapicera y solo le dijo: -Benvenuto.

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Bueno, así doy comienzo a mi primera historia. Espero que sepan disculpar si tengo errores, ya que es la primera vez que escribo. Si piensan que tengo que corregir algo solo diganlo y haré lo posible para cambiarlo.

Antes de continuar, debo aclarar algunas cosas que me parecen importantes:

  • No me quedaré en el Valenzana permanentemente, sino que haré una carrera basándome en el lugar en el que yo quiera dirigir.
  • Haré informes mensuales sobre los partidos.
  • Para representar a Goyeneche usaré la imagen de Sebastián Cebreiro, ya que es una persona joven de la cual se encuentras varias imágenes en Internet, y concuerda bastante con la personalidad de mi personaje.

Editado por roniixeneizee

  • Autor

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- Estas loco Enrique, yo no soy entrenador de fútbol - Martín venía gritando eso desde el momento en el que le habían dado la noticia - No puedo estar a cargo de un equipo, duraría semanas -

- Callate de una vez, y dejame explicarte cómo va a ser esto - La voz de Enrique retumbaba en el vestuario del estadio - Alberto, el tipo que te presenté recién, ya te vio varias veces anotando cosas y hablando con los jugadores, y esta muy interesado en vos. No importa si sos o no entrenador, tampoco eras barman y ahora me vendes cien tragos en una noche. El tema es que nadie quiere agarrar el equipo por el sueldo que les ofrece el entrenador, y más teniendo en cuenta que el presupuesto es pequeño. Pero ese sueldo que para muchos es pequeño para vos en estos momentos es muy bueno. Vos quedate tranquilo, que yo ya arreglé todo con él, nada más tenes que firmar. Además, creo que la vas a pasar mejor entrenando a estos pibes que vendiendo alcohol -

- La idea esta buena, y la verdad es que no pierdo nada probando - Martín dudaba - Pero vos sabes que yo no estoy acá porque quiero. Yo quiero volver a Argentina, a tomar mate con mis amigos, a visitar a mi vieja. No quiero comprometerme a hacer algo si en cualquier momento me puedo ir y dejar al equipo de vuelta sin entrenador -

- Si igual no tienen entrenador, vos por lo menos les aseguras un técnico por algún tiempo. Dale gil, yo te voy a seguir cuidando aunque te vaya mal, y si en algún momento querés renunciar lo podes hacer -

- Está bien, me convenciste. Vamos con el viejo, así me cuenta un poco más del equipo -

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La charla con el presidente era muy cortada. Enrique tenía que hacer todo el tiempo de interlocutor entre ambas partes, así que rápidamente se cansaron los tres de esa charla, y decidieron pasar a conocer el club, su economía, sus instalaciones, sus empleados y, sobre todo, sus jugadores.

Como ya se preveía, la economía del club era muy limitada. Los presupuestos para sueldos eran de $15.000, cuando ya se estaban gastando $14.500, y no había dinero disponible para hacer fichajes, así que Martín debía fichar jugadores libres o conseguir cesiones si quería reforzarse.

- Enrique, sabés que me voy a ir al carajo con los sueldos si lo que buscan es que arme un buen equipo, así que preguntale al presidente si está dispuesto a correr ese riesgo - Martín ya comenzaba a discernir y disgustarse con el club

- Mirá, yo que vos no le digo nada por ahora. Si después necesitas mas plata seguro la vas a tener, pero no empieces desde ahora a buscar quilombo - Las palabras de Enrique no podían ser más claras.

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Las instalaciones del club no eran para nada malas. Solamente había una cancha disponible para los juveniles, pero el espacio que poseía el club en sí era muy grande, y el estadio tenía una capacidad mucho mayor a la utilizada, por lo que no hubo ningún tipo de quejas por parte de Martín.

- Están muy bien cuidadas las canchas. Me gusta el espacio que hay. Bien presidente, una bien. - Martín se burlaba, y Enrique se reía de los chistes tontos que hacía.

- Callate gil, que algunas palabras entiende. Además, hay equipos de esta división que entrenan en cancha de barro, no podes quejarte - Enrique retrucaba sus bromas

- Y sí, pero a ellos le falta la cancha y les sobra el buen futbol. Acá es al reves -

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Al volver a la oficina, se encontraban 6 hombres parados en la puerta hablando en un italiano indescifrable para Martín. Luego de saludar a todos, Alberto le dijo algunas palabras a Enrique, el cual me repitió en español:

- Este es tu cuerpo técnico. Segundo Entrenador, Preparador, Fisio, Preparador Físico, Entrenador de Porteros y Ojeador. Si te dan los sueldos, podes traer al que quieras, pero no eches a ninguno -

- ¿Y a quién voy a echar, si ni se cómo explicarle que lo estoy echando? - Martín continuaba bromeando con todo

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Luego de presentarse, bajaron al campo de juego, donde todos los jugadores ya habían terminado de entrenar y se dirigían a los vestuarios. Alberto detuvo sus marchas, y les empezó a contar quién era ese hombre, qué papel iba a cumplir en el club y les explicó cuales habían sido las razones por las que lo había contratado. Más de uno se rió, otros se sorprendieron, pero lo que es seguro es que todos pensaron que, así como fácil había llegado, fácil iba a irse.

- No se qué pensarán de mí, pero no parecen felices con mi contratación -

- Tranquilo. Mañana vas a empezar a entrenarlos, y vas a ver que dentro de poco el ambiente va a ser otro -

- Eso espero Enrique, eso espero... -

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Y así terminó el primer día de trabajo de Martín Goyeneche, nuevo entrenador del Valenzana F.C. Volvió al campo caminando junto al Don Enrique Cantero, mientras hablaban de lo que había ocurrido hoy, de lo que iba a ocurrir mañana, y de lo que iba a ocurrir dentro de unos meses, cuando el equipo ya estuviera disputando la liga en busca del ascenso.

- Imaginate si te vienen a buscar de la Vecchia Signora, del Milan o del Inter - Decía Enrique, imaginándose a su compañero como un técnico de nivel mundial

- No digas boludeces, que yo hago esto por la plata, no porque realmente quiera dirigir a estos muertos -

Editado por roniixeneizee

  • Autor

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- Ya te explicó Alberto que no te van a dar más plata, hace lo que puedas con la guita que hay -

- El problema no es la falta de guita, el problema es que estamos gastandola en 22 muertos -

Desde el día en el que Martín había firmado ese contrato las peleas no paraban. Las fotos de los jugadores se mezclaban con las partituras de algunas canciones que el pibe Goyeneche tocaba despacito mientras pensaba. Pensaba en que defensor podían comprar, en que delantero podían traer, en que ojeador podían confiar, en que formación tenían que entrenar

- Dos partidos de pretemporada tenemos nada más, después tenemos que largar con todo. Esto va a ser un quilombo -

- Vivís quejándote, cuando podrías alegrarte del trabajo que te conseguí. Deja de amargarte, que vos sabes lo suficiente de fútbol como para poner once jugadores que hagan un gol más que el rival -

"Un gol más que el rival" pensaba Martín "Nada más. Un 9 de área que las pelee todas, desde el primer hasta el último minuto. Un Batistuta, un Palermo, un Crespo. Si, argentino. No, argentino no, la liga no deja traer jugadores extracomunitarios. Un italiano. No, mejor, un argentino pero italiano. Ya se"

- Julio Cesar Capretta -

- ¿Y eso? -

- El primer fichaje. Un jugador que pueda hacer un gol más que el rival. Julio Cesar Capretta. Argentino pero italiano -

- ¿Viste? Ya estas pensando como un técnico de elite. En un rato lo llamo al presidente y le digo que arme una reunión para mañana -

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- Como se puede defender tan mal, por favor - Las quejas de Martin se hacían escuchar entre mate y mate. Era ya la segunda semana, y Capretta junto a Alteri no paraban de humillar a la defensa en cada práctica, por lo que Goyeneche ya comenzaba a dudar si realmente esa defensa iba a servir para la liga.

- Pensá que los delanteros estan metiendo por lo menos un gol por entrenamiento cada uno - Trataba de consolarlo Eduardo

- Si, pero por más que logren meter un gol cada uno, los defensas se van a comer cuatro. Necesitamos renovar el fondo -

- ¿Querés limpiar a todos? -

- No, pero hay algunos jugadores que vinieron cedidos que deberán volver a sus clubes. Di Pierri y Soriente. No sirven para nada -

- ¿Y a quienes vas a traer?

- Hace un rato me llegaron los informes de Vittorio, el ojeador. Hay muchos jugadores viejos en la lista, pero por ahora esta bien -

- ¿Querés que vaya a hablar con el presidente para ver si esta dispuesto a pagar por alguno? -

- Quedate tranquilo, yo ya arreglé todo con los tres -

- ¿¡Tres!? Tus sueldos deben estar por las nubes... -

- Probablemente... -

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Poco a poco las cosas iban mejorando. El equipo comenzaba a adaptarse al 4-3-1-2 planteado por el técnico, y cada vez se acercaba más el primer amistoso contra la reserva del Genoa, uno de los equipos afiliados al Valenzana, al igual que el Cesena. Sin embargo, al presidente no le gustó nada el aumento en los gastos, por lo que citó a Goyeneche junto a Enrique, y le explico que los sueldos no podían seguir subiendo

- Ya estás gastando $17,000, cuando el limite era de $15,000. Martín, debes controlarte - Enrique traducía las palabras de Alberto

- Tienes razón, pero el equipo ya esta comenzando a entenderse. Por favor, dejame conseguir solo algunos jugadores más -

- No Martín. No gastarás un centavo más -

- Entonces, ¿como haré para llenar los huecos del equipo? -

Alberto se acercó despacio al oido de Enrique, y le susurró algo lentamente. Una sonrisa corrió por su rostro, y luego mirando a Martín le dijo:

- Deberás conseguir algunos préstamos -

Gran historia, me encanta!! Buen delantero has traido pero el presi ya esta dando el coñazo con los sueldos jajaja suerte! te sigoo

Pues aqui tienes otro seguidor, muy interesante la historia, y a ver si el problema que dejó en Argentina no lo sigue hasta acá!!

Editado por ihloo

  • Autor

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  • Smidur: Bienvenido, y gracias por los halagos. Me alegra que te guste como viene la historia, ya que eso me lleva a continuar escribiendo. La verdad es que no esperaba encontrarme con sueldos tan ajustados, así que no tuve otra opción que gastar más de lo que tenía (y voy a continuar haciendolo :biggreen ). La verdad es que todos nuestros fichajes están varios niveles arriba de casi todos los jugadores que ya tenía el club, y por eso estamos intentando convencer al presi que nos deje seguir invirtiendo.
  • ihloo: Bienvenido! La verdad es que tener de seguidor a uno de los hombres que me inspiró a comenzar esta historia es un placer gigante. Tu historia con la Juventus es una de las primeras que seguí en este foro, y hasta el día de hoy es una de las que más me gusta.
    Como tu dices, esperemos que el problema de Martín no lo persiga hasta aquí, y que la vida de nuestro técnico siga tan pacífica como viene siéndolo desde su llegada a Italia (aunque todos sabemos que no va a ser asi).

    Gracias por sus comentarios! ;)

  • Autor

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Llegaba el primer partido de pretemporada, lugar donde se iba a plasmar por primera vez el duro trabajo del director técnico en el campo de juego. Martín esperaba en el vestuario que sus jugadores terminen de cambiarse.

- Hay 90 personas esperando para ver el partido. Parece que la gente de la zona esta entusiasmada con tu equipo - Enrique abrió la puerta con un paquete de galletitas en la mano - ¿Querés una?- dijo mostrandole el paquete

- No, gracias - Martín no dejaba de darle vueltas al equipo que iba a plantar en la cancha - Sabes Enrique, tengo miedo. Pongo 11 jugadores en cancha, los cuales me convencen todos, pero si tengo que llegar a sacar a uno me da miedo meter a cualquier suplente. La diferencia entre los que estan adentro y los que estan afuera es gigante. La mayoría de nuestros jugadores son viejos, se pueden cansar o lesionar -

- Ya lo hablaste con Alberto, conseguí jugadores que vengan prestados sin cargo -

- ¡Ningún jugador que esté en la reserva de la Roma, de la Juventus o del Milan piensa jugar en la cuarta división de Italia Enrique, ¿no te das cuenta?! - La voz de Martín rebotó contra las paredes

- Entonces vas a tener que convencerlos de que lo hagan, o conformarte con los pibes que tenés -

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Alineaciones | Datos del Partido | Puntajes

"Para ser el primer partido del año no esta nada mal. Esperaba que nos fuera mucho peor, más aún teniendo en cuenta la calidad del rival, y la verdad estoy muy conforme con el resultado. No atacamos bien, pero supimos mantener nuestro arco bastante cerrado y solo permitimos que tuvieran dos llegadas claras, además de que todos los jugadores dieron muestras de la gran mejora que hubo en los entrenamientos, aunque aún queda muchos puntos por reforzar" pensaba el técnico camino al vestuario rápidamente, donde esperaba conocer la gravedad de la lesión de su delantero Alteri "Y, al fin y al cabo, ¿alguien esperaba que ganáramos?"

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- ¡¿Pierna rota? ¿6 meses afuera? ¿Dejas el fútbol a final de temporada?! - Goyeneche no podía creer lo que estaba escuchando. Fabio Alteri, miembro clave de su equipo, se había roto la pierna disputando una pelota, y no podía jugar hasta la segunda mitad de la temporada. Además, había decidido que, debido a esta lesión, dejaría el fútbol al terminar la misma.

- Pará un poco Martín, todavía tenes dos semanas para conseguir jugadores - Caneto, como siempre, intentando tranquilizar a su compañero

- Las bolas, ahora además de un enganche y un cinco necesitamos un delantero -

- No se que decirte. Conseguí un pibe del campo que quiera jugar, llamá a alguien de los 90 tipos que vieron el encuentro para que fiche por 100 pesos, no se -

En ese momento entró Capretta al vestuario y, con una leve sonrisa en la cara, dijo:

- Tranquilo, capaz tengo la solución - La pelea se detuvo, y ambos miraron sorprendidos al delantero argentino

- ¿Qué solución? -

- Hay un parque a unos kilómetros de acá donde yo me junto con unos amigos a jugar picados. Son todos bastante malos, pero apostamos unas cervezas y nos divertimos un rato. Hace un mes más o menos nos faltaba uno, entonces le pedimos a un italiano que vimos ahí si quería jugar. La descosió. Desde ahí lo invitamos siempre a jugar. Yo le dije varias veces que podía llegar a jugar profesionalmente, pero él siempre me responde que ya probó suerte en el Empoli y no le fue bien -

- ¿Y vos decís que va a querer venir y va a poder suplantar a Alteri? - Martín no creía realmente lo que escuchaba

- No se si suplantarlo, pero con un poco de suerte conseguís un suplente de 17 años que cobre un cuarto de lo que cobra cualquier otro jugador -

- Esta bien, vamos a mandarlo al sub 20 y si rinde capaz lo subamos -

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Al otro día apareció un chico alto, con un peinado moderno, que decía llamarse Salvatore Montella y que venía a firmar el contrato

- Explicale a tu amiguito que yo no compro el producto sin antes probarlo - le decía Martín a Capretta

- Esta bien, tranquilo. Ahora lo mando al campo de juveniles -

- Nada de juveniles. Si quiere firmar que hoy juegue con la primera -

Si la dupla Capretta - Alteri era buena, esta no estaba tan lejos. Montella era un chico muy veloz, sin tanta llegada como Fabio pero con un talento impresionante, que con un buen desarrollo podía volverse un jugador estrella dentro de unos años.

Al terminar el entrenamiento, la dupla ofensiva encaró al técnico

- ¿Y, Martín, que decís? -

- 180 dólares a la semana, hasta el 2013, sin clausulas ni nada raro -

- Perfecto. No te vas a arrepentir -

"Yo seguro que no, pero él se va a arrepentir de firmar hasta el 2013, tiene un talento impresionante" pensaba Martín para adentro, exagerando un poco las virtudes del niño "si explotamos su potencial ni me imagino cuál será su techo"

► Salvatore Montella

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Editado por roniixeneizee

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