¿Cómo aumento la disciplina?

Yo siempre amonesto a los jugadores que son expulsados con roja directa o doble amarilla, independientemente del motivo. Los amonesto verbalmente, y si siguen en la misma actitud, los amonesto de manera más contundente. Nunca he tenido problemas con el resto de la plantilla, aunque las sanciones más graves las dejo para actitudes directamente proporcionales.

La disciplina ya no es solo importante de cara a la directiva, sino también como parte de tu perfil como entrenador respecto a tus jugadores. Cuando las cosas no van tan bien en el apartado deportivo, algunos jugadores se toman licencias que hay que cortar de raíz. En su momento, cuando jugué con el Fulham, el hecho de ser un entrenador benévolo y compasivo me llevó a atravesar una auténtica revolución en mi equipo, con muchos jugadores de la plantilla tensando la cuerda.

Desde entonces, utilizo mano dura en los casos disciplinarios y me va fenomenal. Las charlas previas, durante y posteriores al encuentro también tienen resultados mucho más positivos cuando tus jugadores saben que las cosas no las dices por decir, o cuando utilizas tonos más severos como el asertivo o el agresivo. Si eres disciplinado y lo has demostrado, pocos serán los que se atrevan a llevarte la contraria cuando en un encuentro se tocan las pelotas y los mandas al orden.