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Votación Concurso de Relatos!!

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Texto 1

Es un rió de emociones, en el que desemboca uno principal llamado confusión, ahí los sentimientos se mezclan para formar algo inexplicable, pero a la vez tan real como vos y yo. A veces la fusión de estas emociones es buena, y trae consigo alegría y felicidad, pero en algunas ocasiones, cuando el sol cae, la luna reclama el lugar que se merece y las estrellas brillan por su ausencia, todos nuestros pronósticos se desvanecen como una pompa de jabón, nuestras ilusiones y esperanzas termina formando una combinación mortal, plagada de dolor y sufrimiento. No son estados de ánimos, es algo mas, la profundidad es ilimitada, varia con el tiempo y con las corrientes de los otros ríos de emociones. A veces es plano, y podemos apoyar nuestros pie con tranquilidad, sintiendo la suave sensación de la arena mojada, hasta es innecesario humedecer nuestros rostros y por nuestra boca, ingresa ese oxigeno tan preciado que necesito para vivir… pero también, hay veces en el que quiero pisar el fondo, y este es mas profundo que mi cuerpo, y mi espíritu, ocasionando mi sumergimiento. En ese instante, cuando la respiración se hace mas tediosa y difícil, comienza un stop en mi vida, se mira al pasado, se analiza el presente y se planea el futuro .En ese preciso instante me doy cuenta de que tengo que vivir el momento, ver las cosas hermosas que tengo a mi alrededor, las que no me doy cuenta que están ahí, junto a mi. Es un viaje al interior, que dura poco en tiempo, pero mucho en riquezas. Paso a ser un turista que recorre el alma, que admira sus paisajes, mi paisaje, y se fija si hay algún bache en el camino, para luego repararlo, así cuando otra persona quiera entrar en esta “ciudad”, sea perfecta, o al menos habitable .Pero es un viaje de ida y vuelta, y en algún momento tiene que terminar, y cuando lo hace es mejor que te apures porque queda poco tiempo para salir, hay que tener cuidado de no terminar ahogándonos, y que la angustia no se transforme en depresión, porque ahí, es donde cuesta mas nadar y llegar a esa superficie en donde todos queremos estar, donde habita la felicidad.

Texto 2

Plato Frio

… - Pero vamos a ver…

Las manos le temblaban, y apenas alcanzaba a balbucear las palabras.

- No tienes…no tienes que hacer esto. Lo sabes, no? O sea…podemos arreglarlo.

El se detuvo, se dio media vuelta, dejo las maletas en la acera y dio un par de pasos hacia ella, para después detenerse en seco.

- No…no puedo hacerlo. No puedo porque sé que me perdonaras. Sé que eres capaz de eso. Pero yo no puedo mirarte a los ojos cada día después de esto, lo entiendes? Mi única opción es tener que aguantarme a mí mismo. Pero contigo al lado, sería demasiado. La he jodido, pero bien.

En aquel momento, ella ya estaba prácticamente con las dos manos sobre su cara; apenas se adivinaba una parte de esa tez blanca que tantas veces el había besado. Apenas se mostraban esos ojos verdes que tantas veces le habían derretido.

Y todo porque…? Por un polvo.

- Por el amor de Dios…que imbécil soy. Dios mío. Mira, no sé que mas decirte. Pero no puedo hacer nada más, me tengo que ir. Lo siento.

- Lo sientes…

- Si, lo siento. Adiós.

A medida que él se alejaba, ella se forzaba mas y mas a abrir la boca, a decir algo. Quería decirlo. Tenía que hacerlo…se lo debía a ella misma.

- …Pablo?

- Si?

- Hazme el favor y envíame por correo los vaqueros que me deje en tu casa de campo el mes pasado.

- …La casa de campo? Pero si hace meses que no vamos por ahí…

… además, ahora solo está viviendo allí mi herma--

Texto 3

La penumbra de la habitación inundaba todos sus pensamientos. El sudor frío que le recorría la frente hacía la guerra al calor de la sala que su propio cuerpo transmitía. Entre polos opuestos le era difícil meditar. El silencio era lo único que se había puesto a su favor.

El aire estaba corrupto. Sus fosas nasales se llenaban, cada vez que inspiraba, de rumores incesantes, sentimientos ilícitos y momentos que nunca fueron. Sentía que le sobraban las horas pero le faltaban los minutos. Sobraban intenciones pero faltaban acciones. La tiza blanca no había levantado polvo alguno. Quizás lo hubiese hecho, pero sus sentidos estaban demasiado acostumbrados a ellos. Noches que apenas tenían de negro en el presente y mucho de blanco en el momento. Se cambiaban las tornas pasados unas semanas; entonces era todo negro, y ni un halo de luz asomaba en aquel eterno túnel. Se había metido en una serie de problemas que no parecían tener solución. Mientras, la figura humana marcada en el suelo con tiza blanca le saludaba enérgicamente. Hubiese jurado que alguna corriente había marcado una sonrisa que no paraba de penetrarle.

De vuelta su mente a aquella habitación, una de las paredes había realizado un complot con sus amigas para estrechar el espacio. La puerta también estaba más cerca para él, que no optaba por mirar atrás. Sabía que podía hacerlo, que podía irse sin mirar de nuevo a la zaga. Era una opción factible, pero algo le detenía. Remordimiento, conciencia. La vida perpetraba golpes magistralmente orquestados, pero al final era el destino quien los llevaba a cabo. Y a veces se podía jugar con el destino. Sin embargo, en aquella ocasión se había enredado demasiado con los hilos.

El cuerpo empezó a dormírsele. Era capaz de moverse, pero sabía que si lo hacía, algo cambiaría. No le daba miedo entonces lo desconocido, sino lo que ya conocía de antemano. Cada respiración que daba sonaba como el aviso de un tren cercano a descarrilar. Cada trago de saliva no era menos que todo un océano embravecido a tempranas horas de la mañana. Y supo que no tenía remedio. Y supo que aquella espera terminaría para mal.

La mesa que estaba justo delante de él presentaba un color marrón que le recordaba a los dientes de aquel al que había apagado. Más oscuros eran que la vida que estaba llevando hasta ese momento. Giró la cabeza buscando algún ruido en su cuello, el cual sentía sobrecargado. Le picaba la nariz, pero era algo bueno: al menos sentirla.

La puerta de su retaguardia se abrió, dejando entrar por un pequeño momento un halo de luz que casi le ciega. Ya no podía estar demasiado tiempo bajo la claridad; sentía que esta le había traicionado, y el sentimiento era mutuo. La sociedad le había hecho, le gustaba pensar, e hizo callar a todos los personajes que danzaban y montaban una fiesta en su interior. Unas gotas de lluvia empezaron a golpear la oculta ventana de la habitación, produciendo un monótono pero relajante ruido. Un hombre uniformado se sentó ante él, abrió una libreta, y escribió una frase. Y en ella, toda su vida.

Texto 4

15 de enero del 2006

Todo comenzó en una inhóspita isla perdida en el mundo. Seria inútil buscarla en los mapas, ya que no aparece. Para muchos su ubicación sea un completo misterio. Sin embargo lo que esta isla contiene, es la razón por la cual nunca me he decidido a contar mi estadía en ella, hasta ahora. ¿Lo que contiene? A decir verdad, es un secreto que tan solo yo conozco. Como ya dije, mi relato tiene que ver con una inhóspita isla. Sin embargo todavía no les he dicho su ubicación. Eso no significa, que no la sepa. Yo soy una de esas personas que conocen sus secretos, en realidad, la única. ¿Cómo me entere? A decir verdad, yo fui quien la descubrió. En un frio verano de 1867. Su ubicación es ni más ni menos que... El fin del mundo. Veamos. Corría el año de 1867 en España, cuando fui enviado en misión especial, y secreta, claro esta. Quince tripulantes, quince bravos hombres nos embarcamos en el Eduardo VII, de la reina Victoria. Todos fuimos elegidos por tres cualidades. Valor, experiencia, y sobre todo, y más importante, confidencialidad. Todavía recuerdo el día que partimos desde el puerto de Portsmouth a una arriesgada travesía, que nos llevaría hacia la peligrosa Australia, que en esos momentos se encontraba en uno de los momentos finales en la continua guerra entre europeos y aborígenes. El cielo se había abierto para despedirnos, mostrándonos al sol en su máxima expresión. Ni una nube surcaba los calmos mares del mismo. La misión, era clara. Debíamos llevarnos el oro de las islas. Y en el máximo secreto, para evitar encontrarnos a merced de naves indeseables. Sin embargo, nunca llegamos a destinos. El 15 de septiembre, el cielo amaneció endiablado. El fuerte viento presagiaba la terrible tormenta que a punto estaba de desatarse. Y finalmente a media mañana ocurrió. La tormenta se desato con la fuerza de un titán. Y claro esta, las olas no querían perderse este festín. Jack, el capitán, peleo arduamente durante varias horas, pero todas ya sabíamos que estábamos perdidos. Finalmente el se rindió, todos nos rendimos, a merced del mar. Rogamos clemencia a dios y la santa sede, por nuestra avaricia y la del pueblo ingles. Sin embargo ningún dios respondió a nuestro llamado. Y finalmente, las olas terminaron dando vuelta el barco. Nadie sobrevivió. Nadie claro, excepto yo. Flote durante un día y medio a la deriva, subido en una tabla de madera, uno de los escasos restos de la embarcación. Pensé que moriría de inanición o de sed. Sin embargo, cuando finalmente me había dado por vencido, vislumbre una isla. Con las pocas fuerzas que me quedaban, nade presurosamente hacia ella, a la espera de un territorio firme donde finalmente descansar.

Sin embargo, al llegar a la isla, y luego de una ardua búsqueda, me di cuenta que la isla era un paramo desierto. Ninguna cosa viva habitaba la isla. A excepción de un pequeño bosque de robles. Así que, finalmente, me di por vencido. Me recosté en las arenas de la playa, y espere que el final llegara. Durante la noche sentí que las fuerzas me abandonaban. Sin embargo volví a despertar. Esa noche y todas las noches. Pero no en el lugar en que me dormía, en la costa. Cada amanecer despertaba, si, pero en el otro lado de la isla. Finalmente, ante el sufrimiento de tantos días sin probar bocado, decidí suicidarme, con la única pertenencia mía que había sobrevivido al naufragio. Mi navaja. Y lo logre, sentí el filo que me atravesaba lentamente, pidiendo permiso. Y mi conciencia desapareció. Pero al amanecer, seguía vivo. Otra vez había despertado en el otro lado de la isla. Fue ahí cuando lo descubrí. Me encontraba en la intersección entre dos mundos, el de los vivos... Y el de los muertos.

Finalmente fui rescatado por un pequeño pesquero australiano, hace no muchos años. Sin embargo, a pesar de sus incesantes preguntas, nunca conté mi historia. Tal vez porque no me creerían, o simplemente por que me negaba a aceptarlo. Pero estoy pronto a dirigirme a la isla por última vez, atravesarla definitivamente y no volver al mundo de los vivos. Sin embargo, no quiero que mi secreto muera conmigo. Espero que quien lea esta carta, actué con discreción. El equilibrio del mundo depende de ello…

Stewart Cross, Almirante del Eduardo VII

Texto 5

La cara de Miss Pennylane es redonda y pequeña, de piel suave, que recubren unos mofletes sonrosados que quieres agarrar con fuerza y no soltarlos nunca. Los mofletes son los soldados que se colocan a cada lado de la boca, una boca grande, gigante y preciosa, que profesa siempre una sonrisa eterna, enseñando a unos juguetones dientes blancos como el marfil, que como teclas de un piano, hacen silbar el viento el aire entonando canciones de los 60. Fuera, unos labios gruesos que a veces se disfrazan con vestidos rojos para seducir a la tristeza, y otras veces palidecen por el frío o por la falta de calor (que no es lo mismo), empuñan sus mejores muecas para salir siempre bien abiertos en las fotos. Encima de la boca, una nariz pequeñita, acicalada con un lunar del lado derecho, es el punto intermedio antes de llegar a los dos grandes faros que iluminan la vida de quien tiene la suerte de poder verlos. Dos preciosos ojos marrones que brillan con luz propia, que son la ventana al mundo interior de Miss Pennylane, donde todo es posible, menos la pena y la soledad.

Miss Panylane lleva el flequillo recto, como una línea fronteriza entre su frente y su pelo marrón, enredado y agitado, desmadrado por el aire y por la hiperactividad. Al sur, su cuello, fibroso y fuerte, se deja caer hacia los lados formando los hombros, que provocan al más muerto de los vivos, llegando hasta su espalda, la perdición de cualquiera que tenga oportunidad de acariciarla.

Miss Pannylane todavía no ha aprendido a amar, quizás porque todavía no encontró a la persona adecuada que consiga despertarle mariposas que todavía son crisálidas, pero sabe querer, a su manera, y divierte con su manera de actuar, siendo actriz de su día a día, quizás porque le cuesta demasiado dejar que vean lo que esconde en su interior.

Miss Pannylane está lejos, y dejó en mi retina tantas cosas que podría juntarlo todo en un baúl para algún día poder abrirlo y sonreír durante meses. Sé que Miss Pennylane no volverá, pero al menos me queda su recuerdo, y su olor todavía se guarda en mi piel, mezclándose con mi sangre en un coctail de suaves vaivenes de inmortal amor de juventud. Quizás algún día…Miss Pannylane.

Texto 6

Con la goma gastada te recogías el pelo. Oí la canción de fondo, esos acordes de tu vida que marcaron la mía. Y creí perderme en lo absurdo de la cotidianeidad, tus brazos amoldando tu cabello contra el viento, absorto en ti como un niño ante las luces que se forman en su cuna. Tu sexo se estremeció en el asiento de atrás, sonaba Nacho y Christina de fondo, alientando nuestros gemidos, dando compás sobre nuestras carreras de caballos. Buscaba en ti lo sucio y la belleza, el sudor del polvo a media noche y tu sonrisa al terminar nuestro amor. Recogimos las cenizas del orgasmo y continuamos la marcha hasta tu portal. Una mirada, no hace falta más. Nos lo dijimos todo, como en aquella carta que te escribí con la entrada de un concierto que nunca llegaste a ver. “Te quiero, no sabes cuánto”, te dije en aquella ocasión. Me tomé unos tragos, y llegué borracho a casa. Era normal en mí, al fin y al cabo. Aquella vez, tú lo entendiste. Era tu títere, me movía a tu antojo, escribía por ti y para ti. Aunque lo leyera el resto de gente, que no me importaba nada.

Ahora que compongo por otras chicas con las que he compartido cama, diciéndote que para ellas sí que tengo por qué escribir, me siento miserable. Buscaba en ti el amor y encontré lo visceral. Bilis, lágrimas, tus pechos, tu risa. Imágenes recorren mi mente sin más sentido que el que tú has dado a mi vida. Encontré el camino en tus instintos. Lo necesito. Olvídate de mí. Báilame el agua.

Me he dado cuenta. Tú me quieres, pero de otro modo. Juegas. Juegas. Juegas conmigo y con todos. Pero conmigo más, porque funciona. A tu antojo. Y te dejo en la puerta de casa, y me largo solo. Sin más distracción que mis propios recuerdos.

¿Y qué más te quiero decir? ¿Te he dicho que con una mirada nos lo dijimos todo? Seamos sinceros, no es necesario llenar de verborrea este cuarto, no es necesario limpiar las telarañas de mi corazón. Seguramente estarás durmiendo ahora, mientras yo escribo unas líneas, mientras sufro las lágrimas de esta vela en pleno apagón. Hay escarcha sobre los cristales, hay amor y dolor en igual porción. Somos frágiles, inquietos, amantes. Compartimos recitales, salas de cine y paseos por el puerto.

Y al final, sé que nunca fuimos uno mismo, siempre fuimos dos. Tú, yo.

3, 2 y 1 punto

Votación abierta hasta el día 26 de Diciembre

Muuuuuuuuuuuuuuuu ricos todos.

P.D: Vaya cagada de post. xD

  • Autor
Muuuuuuuuuuuuuuuu ricos todos.

P.D: Vaya cagada de post. xD

Y esto a que viene?

Porque había escrito una cosa y me he equivocado. Sorry

Neo dió en el clavo. xD

Muuuuuuuuuuuuuuuu ricos todos.

P.D: Vaya cagada de post. xD

Y esto a que viene?

A que nuestro amigo Bezoya se ha colao xD xD

  • Autor

Ah,vale,vale...venga, a votar,coñe xD

Me abstengo de votar debido a que participe del concurso.

Pero los felicito a todos por el gran nivel exhibido. Creo que salieron textos muy buenos. Algunos muy poeticos. No se si todos son relatos, pero en fin. Me han gustado casi todos.

3 puntos: texto 2, me pareció el más ágil y fluido a la hora de leerlo, y al final logró arrancarme una sonrisa xD

2 puntos: texto 6, muy bueno, aunque se hace un poooooquito pesado, pero tiene cosas MUY interesantes.

1 punto: texto 5, me gustó bastante la forma de describirla.

Y mi felicitación a todos los que os habéis molestado en participar xD

3 PUNTOS

Texto 4

2 PUNTOS

Texto 6

1 PUNTO

Texto 2

Salu2 :hello:

3 Puntos: Texto 6

2 Puntos: Texto 3

1 Punto: Texto 4

Tengo que decir que el 6 me ha encantado. Me da pena no haber podido entregar el mio que tenia en mente, lo guardare para la proxima.

3 Puntos: Texto 4, Me gusto bastante, me recuerda a algo llamado LOST... :hello:

2 Puntos: Texto 3, es muy facil de entender, o al menos eso creo yo...

1 Punto: Texto 1, me gusto la narracion.

PD: Un code para votar:

[b]3 Puntos:[/b]

[b]2 Puntos:[/b]

[b]1 Punto:[/b]

:D

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