He recibido la gran oportunidad de entrenar al Grêmio de Porto Alegre. Mi misión es clara: consolidar al equipo con una base de juveniles sólida, implementar un sistema táctico fuerte y asegurar una economía estable. Creo firmemente que el futuro del club depende de la formación y el desarrollo de jóvenes talentos que puedan integrarse al primer equipo y competir al más alto nivel. Además, estableceré un sistema táctico robusto que potencie nuestras fortalezas y nos haga imbatibles en el campo.
No solo se trata de ganar partidos, sino de construir un equipo que pueda competir consistentemente en lo más alto, aspirando a llegar a la final de la Copa Libertadores año tras año. Mi objetivo es que el Grêmio sea reconocido como el equipo más potente de Sudamérica. Con trabajo duro, dedicación y una visión a largo plazo, estoy convencido de que alcanzaremos estos objetivos y haremos historia en el fútbol continental.