Jump to content

Respuestas destacadas

Publicado

Capítulo 1: Una decisión

He tardado mucho tiempo en llegar a lo que soy ahora, un joven entrenador sin trabajo, que tras sacarse la carrera de Historia y lograr pasar unas durísimas oposiciones, he estado trabajando durante cuatro años con los chavales de un instituto. Al acabar el cuarto curso, algo pasó, que hizo ver que mi vida estaba vacía.

Aquí en las islas británicas los profesores cobramos bien, o sea, nuestro sueldo es más que aceptable, y más en Manchester, donde yo he vivido durante toda mi vida. Aún así, desde que comencé a estudiar la carrera, empecé a ver que me faltaba algo. No sabía el que, pero me faltaba algo. Era una extrañísima sensación que deseaba que desapareciese, pero no sabía como.

Tras terminar mi cuarto año como profesor, llegó el momento de preguntarme varias cosas, pues no era feliz, no veía que eso fuese lo que realmente quería, y no sabía qué era lo que yo quería. Entonces, me puse a pensar, a intentar recordar aquello con lo que había soñado de niño, y logré reencontrarme con mi antigua vocación: eñ fútbol.

Ese día cambió el resto de mi vida. No tardé en reunirme con el director, un hombre de ya unos 50 años. Le informé acerca de mi decisión de abandonar la enseñanza, a lo cual el hombre se sintió bastante decepcionado, pues pensaba que yo valía para aquello.

-Chico,-me dijo-tú vales para esto. Lo vi desde que fui tu tutor. Lo vi en tus ojos. Te gustaba la historia, y se te daba bien ayudar a tus compañeros. No desaproveches tus oportunidades...

-Mister Mills...- me sentía extraño, tenía un nudo en la gargante que me hacía sentirme diferente.

-¡Joder!-me interrumpió-Llevas ya cuatro años aquí y sigues tratándome como si todavía fueses aquel adolescente que conocí hace mucho tiempo...

Y todavía lo soy..., pensé.

-Perdón, Howard.- me disculpé- He decidido dejar esto porque enseñar no me llena. Según usted, los chavales me adoran, y a mí me encanta enseñarles, hablar con ellos, ayudarles... pero necesito un cambio de aires. Alejarme de la ciudad, de la enseñanza y debido a mi amor a esta ciudad, empezaré por alejarme del instituto.

-Mi puesto,-se sinceró el director- Mi puesto está reservado para ti. Además, como ya sabes, Ronald se jubila al acabar el próximo año. Chico... chico, venga, no seas necio...

-Director Mills, he tomado una decisión. Ha sido un auténtico placer.

Tras pronunciar esas palabras, me levanté de mi asiento, cogí mi americana y salí del despacho con unas pocas lágrimas saliendo de mis ojos y recorriendo mi cara.

The Beatles - In my life

  • Autor

Capítulo 2: Un barco a la deriva

Desde que dejé la escuela tuve que echar mano de mis ahorros. Lo único que esperaba tras ello, era no tener que recurrir a mi padre, pues cuando dejé de ejercer como profesor, uve una fortísima discusión con él en la cual tal vez nos dijimos cosas que no pensábamos en realidad.

Insistió bastante en que inmiscuirme en un mundo como el futbolístico no iba a lograr nada, que sería un mequetrece más y que nunca me había valido por mi mismo. Yo, como nunca me he mordido con él la lengua, le dije que obviamente no era como los imbéciles de sus subordinados de la empresa, yo no era un pelota. No iba a insultarme como cuando rechacé jugar al rugby por jugar al fútbol.

Su respuesta fue concisa. "Cuando fracases, vuelve, que te ayudaré. Hasta entonces, espero no verte en mi casa.". Tras ello, se marchó de casa dando un portazo.

Mi madre, que había observado atentamente toda la discusión, decidió darme los otros ahorros que guardaban para mí, y que sólo en caso de necesidad me los darían. Ella creyó que así era lo que ocurría. Un caso de extrema necesidad, y optó por darme un talón por valor de 10.000 libras.

Entonces, tuve que marcharme. Me marché, con el mismo apoyo que había tenido hasta el momento, ninguno. Cogí mi coche para ir a casa, y pensé en mi futuro.

Maná - Hundido en un rincón

  • Autor

Capítulo 3: Una llamada

Ring... Ring... El teléfono sonaba incesante.

-¿Si?

"Mierda...", me había equivocado, lo que sonaba era el móvil...

-¿Sí?- repetí.

-¡Eh tío!una voz grave y chillona retumbó en mi cabeza.

-¿Josh?- pregunté.

-Afirmativo colega.

-¿Porqué coño llamas tan temprano? No son ni las ocho...

-Willy... empieza a buscar trabajo, ¡Tanta fiesta no puede ser buena!

-Josh, ya sabes que estoy en ello...-dios, como me dolía la cabeza... no sé ni como lo podía aguantar- pero en este mundo no es fácil encontrar un trabajo decente, y mucho menos fácil encontrar un trbajo...

-Pues vuelve a dar clases.

-Josh... no empieces tú también... por favor...

-En realidad,- Hizo una breve pausa-Te llamaba para ofrecerte un trabajo. Mi cuñado te ha encontrado unt rabajo como ojeador en Londres. Si lo quieres, vas a tener que mudarte.

Josh me explicó el trabajo. En qué consistía, cuánto cobraría. Todo. El primer paso era trasladarme a Londres. Una vez instalado allí, formaría parte de una red de ojeadores de Allan Roberts, un ojeador del West Ham. Mi misión sería elaborar informes de distintos equipos de las afueras. No cobraría mucho, unas 1000 libras, por lo que tendría que volver a dar clases. Así pues, le pedí al director Mills una casta de recomendación, no sin antes preguntar el porqué. Se lo expliqué todo y me felicitó.

Cartel de Santa - La llamada

la 1 vez k veo 1 historia con videos, que te valla bien tio xD

Pinta muy bien esta historia.. Buena trama y encima en el West Ham, mi segundo equipo en la premier.

Suerte con esta historia profesor :laugh.gif

Me ha encantado este comienzo. Las historias narradas, con argumento son las que más me llaman la atención sin duda, y te seguiré. Veremos que tal como ojeador del West Ham, un buen equipo y a ver como avanza la historia, un saludo fenómeno.

  • Autor
la 1 vez k veo 1 historia con videos, que te valla bien tio xD

Lo de los videos es para que la gente, si quiiere, se los ponga y entre en la historia más amenamente.

Pinta muy bien esta historia.. Buena trama y encima en el West Ham, mi segundo equipo en la premier.

Suerte con esta historia profesor :<img src=" border="0" alt="laugh.gif" />

La trama sigue. De momento lo del West Ham es simplemente algo más de la trama, pues simplemente soy ojeador, y cómo no, el objetivo es ser entrenador. Esto es sólo el comeinzo. :)

Me ha encantado este comienzo. Las historias narradas, con argumento son las que más me llaman la atención sin duda, y te seguiré. Veremos que tal como ojeador del West Ham, un buen equipo y a ver como avanza la historia, un saludo fenómeno.

Entonces esta te va a encantar, pues va a haber mucha narración.

  • Autor

Capítulo 4: Vivir para contarlo

Cuando hace tres años, con tan sólo 30 años, dejé mi empleo, no creí que volvería a ser profesor. Nunca pensé en retomarlo, hasta que un año después, mi amigo Josh me ofreció mi primer empleo en el mundo del fútbol. Como en esos momentos, cobraba poco, tuve que volver a trabajar como profesor.

Mister Mills me dió una carta de recomendación, pero realmente, el viejo director se encargó personalmente en encontrarme un buen trabajo en Londres. Con un par de llamadas, contactó con un colega suyo de una escuela privada de la capital británica y logró encontrarme un trabajo perfecto como profesor, y lo que es más importante, muy bien remunerado (3500 libras).

Durante mis dos primeras semanas en Londres, me alojé en un hotel, ya que tenía que buscar un pisito todavía. Tras esas dos semanas, en las que busqué encarecidamente un nuevo hogar, logré encontrar un piso hecho a la medida en el barrio de Pimlico, una conocida zona londinense. Gasté casi todos mis ahorros en la entrada, quedánmdome con 5000 libras de las más de 40000 que guardaba. Tendría que pagar además, otras 2000 libras al mes durante tres años.

En la nueva ciudad las cosas se dieron muy bien. Por la mañana daba clases a los chavales, por la tarde me sacaba la licencia de entrenador y durante los fines de seana salía de la ciudad en dirección a los alrededores a ojear chavales de hasta 15 años.

Aún así, mi vida social no era muy activa, hasta que tras dos meses de estancia en la ciudad conocí a Jerry, un camarero de mi misma edad de un bar que frecuentaba tras salir de las clases de la licenciatura. Así, logré introducirme en un grupo de amigos ya hecho, en el que pude ver a gente que conocía, como Andrew, un compañero de licenciatura o mi compañero de trabajo George. Al poco tiempo, introduje a un español que conocí en una tienda, MArtin, pues no estaba muy contento de estar en la ciudad y traté de animarlo. Finalmente, allá por Diciembre, Josh se trasladó a la ciudad con un compañero suyo de empresa, y también se introducieron en el grupo, en el que ahora escaseaban chicas, pues tan sólo habían unas dos o tres, todas ellas con novio en el grupo.

Cuando logé sacarme la licencia, tres meses antes del segundo aniversario de mi llegada a la capital, tuve un problema laboral como mi ojeador en jefe. Roberts quería mandarme fuera de Inglaterra, a Belfast, para expandir su red. Su oferta era concreta, o iba a Belfast o me iba a la calle. No lo pensé dos veces.

Tenía una licencia, un trabajo bien remunerado como profesor, aunque con la hipoteca de la casa, se me quedaba en nada, y tenía un grupo de amigos fieles. Lo malo, era que estaba de nuevo fuera del mundo futbolístico. Tras casi dos años como ojeador, ahora no tenía nada, y como no, me puse a buscar un equipillo, aunque esta vez, traté de encontrar trabajo como entrenador.

">
  • Autor

Capítulo 5: Ascenso, fiesta y sexo.

Cuando cumplí 33 años y llegué al instituto, mi amigo George me felicitó, junto con muchos otros compañeros. Además, añadió que Mister Tate, el director, me buscaba.

-Oh, Crosby, le buscaba- exclamó al abrirme la puerta de su despacho- Entre William, no se quede en la puerta.

-Gacias Clarence.- me libré de mi americana y me senté en el sillón que el anciano me estaba ofreciendo- ¿Qué quería Clarence?

-Lo primero, deseo felicitarle por su trigésimo tercer aniversario-dijo con complicidad- Y bueno... vayamos al grano. Lleva ya casi dos años aquí, ha demostrado que es un importante profesor y nos queda para el próximo curso una vacante entre los puestos de jefe de estudio, concretamente el de su departamento, el de Historia.

-Clarence... ¿insinúa que voy a tener la oferta de dirigirlo?- pregunté sin creerme lo que me decía- ¿Y qué pasa con Mike?

-Mike se va a Edimburgo.- Me explicó

-Vaya... - seguía sin creérmelo- ¿Qué efectos tendría mi ascenso?

-Para qué mentir. Lo primero para usted William, sería un aumento salarial considerable. Además, se tendría que encargar de las entrevistas para las plazas de su departamento. Finalmente, tendría unas cuantas horas menos de clase.

-Un aumento, un horario más flexible y un puesto de responsabilidad... - decía para mí mismo, aún sin creerlo- ¿Pero porqué yo?

-Ante todo, porque sus alumnos están encantados con usted, porque los jefes de departamento me lo han recomendado y porque quiero. Además, es muy difícil impresional a mi colega Mills, y usted lo ha lgorado, así que algo bueno debe tener.

Hubo una pausa en la que me quedé petrificado, sin saber qué hacer, creyendo estar dormido, soñando aquello. Tras unos minutos pensando, tuve que aceptar gustosamente el sueldo, para salir feliz de aquel despacho donde hace unos años me recibió Mike, a quien sustituiría en el cargo de Jefe del Departamento de Historia.

Ya por la tarde, una tarde algo calurosa de abril, celebré mi cumpleaños con los demás. Con mis amigos. Nos encontrábamos en mi casa, aquel caluroso viernes por la tarde, con botellas de whisky, ron, tequila... Tras el brindis por mi aniversario, anuncié mi ascenso. Todos me felicitaron, los más de veinte hombres y mujeres que estábamos allí felicitándome doblemente, incluso la hermana de Martín, que estaba de paso por Londres. Entonces, comenzó la fiesta con unas timbas de póker.

En apenas una hora y media, cenamos unas pizzas que habíamos encargado. Ya a las 9 de la noche, habíamos terminado con nuestros cafés y nuestros carajillos y Jerry empezó con los regalos. Mientras tanto, Josh con la ayuda de otros, sacaron la nevera al amplio salón. A la vez, George sacaba los vasos que íbamos a utilizar, además de unas botellas. La fiesta terminaba cuando la peña que había sentada en el sofá se ponía a quemar costo para liar unos porros.

Kimberli, la novia de Josh, llegaba en ese instante, había comprobado que los otros dos inquilinos del edioficio no estaban en casa. Habían logrado que se marchasen esa noche mis vecinos, no sabía cómo, pero no me importaba, ya que entonces podríamos tener a tope la música hasta la hora que quisiésemos.

Comenzó entonces la fiesta, con Kiss, más concretamente, I was made for loving you. Conforme la noche pasaba, los grados de alcohol en sangre aumentaban considerablemente, los porros preparados con anterioridad desaparecían, y la música sonaba con una potencia considerable. Todos disfrutábamos, o al menos pensaba yo allá por la tres de la madrugada, cuando vi a Clara, la hermana de Martín, sentada en el sofá sin hacer nada y cib yb senvlante truste, Me acerqué a esa morenaza, que por alguna razón no se lo estaba pasando bien. Dejé mi cubata por algún lado y me acerqué a ella.

-Hola Clara- saludé con énfasis

-Hola...

-Qué te pasa? ¿No te diviertes?

-Echo de menos a los míos, a Lorenzo, a mis amigas... No sé que hago aquí en Londres... -se echó a llorar.

-Clara, cuando dejé Manchester y me vine a Londres me sentía igual que tú, hasta que empecé a hablar con Jerry, y miranos ahora, somos un puñado de retrasados mentañes borrachos celebrando mi cumpleaños -conseguí sacarle una sonrisa.- Clara, tú tienes aquí a tu hermano. Aprovéchate de él y únete a este grupo mientras estés aquí. -paré de hablar y la cogí d la mano- ¡Ah, y olvídate de lorenzo, alguien que te chulea no te merece!

-Gracias... - me dijo con una ternura a la que por el alcohol o por el corazón no pude resistirme, y caí en sus fauces abrazándola.

Tras ese breve abrazo, le puse una copa. Tras nuestra charla, la morenaza española empezó a divertirse.

La mañana del sábado desperté en mi cama tarde, sobre las once. Desperté por culpa de la música, que aún sonaba incesante.

Con los ojos aún medio cerrados, noté que estaba desnudo. Tosí. El ruido retumbó en mi cabeza de una manera casi mortal, pues el dolor que causó ese tosido no se lo deseo ni al peor de mis enemigos. Miré a mi alrededor. En mi cama, al otro extremo de la cama vi un bulto que no lograba distinguir. No sabía quién o qué era lo que veía en el otro extremo de la cama.

Escuché como alguien vomitaba a lo lejos, pues el sonido era inconfundiblee y potento, cosa que hizo que mi acompañante despertase.

Era Clara.

">
  • Autor

Capítulo 6: El discurso de la soledad.

Tras aquella noche loca en la que bebí, fumé y bailé, además de practicar sexo, la resaca fue brutal. Tal vez acostarme con Clara fue un error, quien sabe, lo cierto es que a Martín no le importó en absoluto, y yo decidí intentar seguir con ella. Lo decidí mientras el lunes me dirigía hacia clase, todavía rasacoso, cansado y con el estómago revuelto... y para colmo, muy nervioso. Hoy se anunciaría oficialmente mi ascenso.

Después de dar clase, o de decirle a los chavales que no beban, según como se mire, me dirigí a donde iba todo el colegio, sl salón de actos, dond eMike Stones se dirigía l público. Estaba despidiéndose oficialmente del colegio. Mientras tanto, el director trataba de controlar mis nervios, ya que me vió vomitando en el lavabo de la sala. Lo que él no sabái era que aquello no lo estaba produciéndo el nerviosismo, sino que eran todavía los síntomas de la noche del viernes.

Tras el discurso de mi compañero, el director me presentó como el nuevo jefe del departamento, invitándome a realizar un breve discurso hacia los alumnos, padres y profesores que se encontraban allí presentes. Di mi nombre, dije u par de chorradas típicas, deseé suerte a Mike para acabar agradeciendo al director el nuevo pusto, dándole así paso.

Ese mismo lunes quedé para cenar con Clara, pues desde que el sábado se fue, había estado pensando en ella tanto como mi dolorida cabeza me había permitido. Le expliqué todo, pero tras la cena, ella me rechazó, pidiéndome disculpas y marchándose apresuradamente.

Entonces, me sentí solo.

">
  • Autor

Capítulo 7: Sigo adelante.

Tras mi despido del equipo de Roberts, me encontré en la calle y con una hipoteca que difícilmente me podría permitir pagar, así que entonces comencé a buscar algo en el fútbol. No obstante, al recibir un ascenso a jefe de departamento, pude tomarlo con algo más de calma, dado que económicamente mi nivel de vida había aumentado considerablemente. a pesar de ello, no desistí en la búsqueda, y tras enviar currículums a muchos equipos, logré una oferta de contrato bastante buena.

Aunque no iba a ser un entrenador al nivel que quería, mi contrato con el Crystal Palace como entrenador alevín me permitiría comenzar a obtener algo de experiencia en cuanto a tácticas. Además, el sueldo de 2000 libras me invitó a aceptarlo.

Así pues, comencé mi carrera como entrenador con unos chavales que apenas habían vivido una década.

">

Únete a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte después. Si ya tienes una cuenta, accede ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a este tema...

viendo esta sección 0

  • Ningún usuario registrado viendo esta página.