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Capítulo 8: De nuevo en Manchester

Ese mismo verano volví a Manchester, tras dos años sin saber nada de la ciudad.

Lo primero que hice una vez allí fue lógicamente hacerles una visita a mis padres, contándoles mis nuevas noticias, sobre mi vida laboral sobretodo. También les comenté que el descerebrado de mi amigo Josh había sentado al fín la cabeza. Mi madre se mostró bastante satisfecha por mis logros, pero mi padre se limitó a felicitarme, pues le dolió que probablemente hubiera ganado la guerra.

Al día siguiente visité mi antiguo empleo. Mis compañeros se alegraron de verme, yo también lo hice al volver a verlos. Aunque era ya el último día en que profesores concertaban reuniones con padres y alumnos, tuve suerte de pillarlos a todos. Charlé, además, con algunos de mmis ex-alumnos. La única persona que se me quedó en el tintero fue el directo, con quien había quedado por la tarde para tomar el té.

El resto de la mañana lo empleé para visitar a algún amigo, además, después de comer, visité también a familiares. Lo que se suele llamar un día copmpleto, que por supuesto, aún no había acabado.

A eso de las cinco menos diez, aparcaba mi coche enfrente de la casa de Mister Mills. Me dirigí a su cuidada y blanza puerta atravesando su estrafalario jardín. Toqué al timbre, algo nervioso por cierto, y esperé.

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Editado por koxy

Que interesante esta la historia... y una larga introduccion!

Suerte en el trabajo y con los chipilines del Cristal Palace que a lo mejor si lo haces bien te contratan para el primer equipo!

Creativo, sigue asi.

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Que interesante esta la historia... y una larga introduccion!

Suerte en el trabajo y con los chipilines del Cristal Palace que a lo mejor si lo haces bien te contratan para el primer equipo!

La introducción es para que se comprenda el coco, la mentalidad del impulsivo William Crosby.

El objetivo con los chavales del Crystal es ganar experiencia. Mi futuro equipo está al caer.

Creativo, sigue asi.

Gracias xD

Excelente historia.. apurate a subir tu futuro equipo que no aguanto mas.. jeje solo te pido que no sea el Everton FC :laugh.gif Voy a seguir esta historia hasta las ultimas

Sigo reiterando, grandísima historia. Cada vez que avanza me gusta más.

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Excelente historia.. apurate a subir tu futuro equipo que no aguanto mas.. jeje solo te pido que no sea el Everton FC :<img src=" border="0" alt="laugh.gif" /> Voy a seguir esta historia hasta las ultimas

En un futuro muy futuro, tal vez llegue a entrenar el Everton, pero por el momento no :)

Gracias, me alegra ver que te gusta la historia.

Sigo reiterando, grandísima historia. Cada vez que avanza me gusta más.

Me alegro de que así sea xD

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Capítulo 9: Una conversación

La tarde había pasado rápido. Tan pronto como me dí cuenta, eran ya las siete de la tarde, y mi visita había concluido, encontrándome ya en el coche escuchando una emisora musical.Aunque lo que ahora escuchaba era mi cabeza era el sonido de The Beatles, aunque aún pensaba en algunas de las palabras del viejo director y, sobretodo, en sus consejos. Su apoyo estaba siendo vital para mí, era mi mayor valedor en esto, pudiéndose decir que gracias a él estaba donde estaba.

Cuando le dije mis logros personales, me felicitó y me aconsejó no perder nunca los nervios. Ser yo mismo, que el poder no me cambiase, y sobretodo me dijo que con los niños, porque iba a entrenar a niños y nunca había tratado con elos, fuese muy paciente. Podrían ser tranquilos, muy tranquilos o unos auténticos bribones, depende de como les diese. Teniendo en cuenta que tendría que localizar al cabecilla del grupo, al llamado guay para concienciarlo de que iba a ser el capitán y quien debía dar ejemplo. En el fondo, sabía que no iba a funcionar, pero no perdía nada por intentarlo.

También le hablé sobre las noticias más personales. Se mostró muy satisfecho al saber que había encontrado a alguien con quien compartir mi tiempo, aunque cuando le dije que ella pasaba de mí me miró fijamente, de una manera que sólo él sabe leer. Como si estuviese leyendome el pensamiento, la cabeza... Entonces, tras esa pausa corta, de la que tuve una sensación mucho más longeva, rompió el silencio diciéndome que "si había conseguido el objetivo de ser entrenador podría conseguir cualquier otro objetivo. Que no tenía que rendirme". Sabía que él tenía razón, pero él también me conocía lo suficiente como para saber que mi personalidad era muy poco insistnte, muy dejada en cuanto al trato con mujeres, es decir, muy tímido. Me propuso dejar de serlo, aunque yo sabía que jamás lo lograría, y que tras su negativa, me dedicaría a esquivarla...

Tras esa ajetreada tarde, decidí tomarme un par de días más de descanso y vovler apresuradamente a Londres. Tenía muchas cosas que preparar para aquel curso, desde un nuevo cargo en el Instituto, debía elegir a un par de profesores, hasta conocer a la gente del club que serían directamente mis superiores.

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Capítulo 10: Un año duro

Tras mi breve estancia en Manchester volví a Londres, pues sólo tenía un mes más de vacaciones, ya que los demás días restantes estaban directamente destinados a mis nuevos cargos.

Ya empezado el curso, me di cuenta de que no logré fijar un rumbo claro en mi vida. Me abandoné algo, ya que entre mi cargo de jefe de departamente y mi empleo como entrenador de los chavalines, escasos eran los momentos en los que podía pensar en la fiesta, en mis amigos y en especial, en Clara.

De ella no se puede decir mucho, ya que logré evitarla durante mucho tiempo. Por lo tanto, no hablé casi con ella. Pensar en ella me descocnertaba y me invitaba a huir de todo, a dejarlo todo de lado y huir como un cobarde, aunque cada vez que veía su morena cabellera mi cabeza daba un vuelco y se quedaba como hipnotizada. Desaparecían esas ideas hasta su marcha, cuando volvían a mí aquellas nefastas ideas de abandono.

Mis empleos eran magníficos, cobraba bien en ambos, y tanto los chavalñes de mi equipo como los alumnos que tenía a mi cargo hacían que sintiese que hacía algo útil. El único problema que veía en general era que mi objetivo a largo plazo era lograr entrenar a un equipo de profesionales. A un equipo de verdad, porque por mucho que quisiese, los críos a los que entrenaba no entendían mucho de tácticas. Simplemente les explicaba que tenían que hacer un poco y los mandaba a jugar. No quería que compitiesen como a una edad más avanzadas, sólo eran una panda de mocosos.

Al cabo de varios meses, y causa de mi dejadez por el poco tiempo que disponía, mi aspecto no era en absoluto nada jovial, aunque sí que lo era mi espíritu. Hasto ya de todo, tuve de nuevo ganas de dejarlo todo, pero gracias a Josh, pude parar la tentación de hacer una locura, y es que a pesar de que esta vida me encantaba, echaba de menos algo más de libertad.

El año fue duro, como ya he dicho, pero acabé acoplándome al ajetreo y los resultados finales fueron más que positivos. En el Departamento de Hisotira logramos un 5% de suspensos. Algo que no sucedía desde hace mucho tiempo. El año pasado la cifra fue del triple de suspensos (15%), y eso evidenciaba que el cambio del método de enseñanza había sido muy positivo. También fueron buenos los resultados futbolísticos,. Mis chavales quedaron cuartos por detrás de Arsenal, Tottenham y Chelsea. Todo ello, me invitó a volver el siguiente curso con más ganas que nunca.

Dire Straits - Walk of life

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Capítulo 11: Sensaciones escondidas

No olví ese verano a Manchester, me encontré absorto realizando numerosas entrevistas de trabajo, ya que hasta cinco profesores de mi departamente causaban baja y teníamos que encontrar los mejores sustitutos para ellos. Josh en cambio sí que logró hacerse con un pequeño periplo en nuestra ciudad natal. Su ascensó se lo permitió. Cuando diez días después de su marcha volvió, me propuso hacer una escapadita de fin de semana al campo, concretamente, a la casa de verano que tenían. Avisó a otros de nuestros amigos londinenses, y llegamos a ser hasta quince personas, entre las que estaban Jerry, Martín, Kimberli e Clara, quién había decidido permanecer en Londres un año más, dado que había encontrado un buen empleo.

Fue un gran fin de semana, pero yo no me divertí en absoluto. Me comí mucho la cabeza, no pensaba en otra cosa que no fuese ella. En una fiesta la conocí, y en una fiesta la conquistaría, pensaba contínuamente. No me importaba cómo. Durante la breve salida fui yo quien de nuevo se dedicó a esquivar a la gente, pero especialmente a ella. Me escondí en el único lugar en el que seguro nadie lograría encontrarme y molestarme, nadie excepto Josh, quien estaba demasiado ocupado con la fiesta. No le culpaba por ello.

Así pues, cuando llegué a Londres al fín logré comprender lo que pasaba. Estaba enganchado a esa mujer. Esa sensación que hacía tiempo que no tenía, y eso me dañaba, porque ella no quería nada conmigo. La solución era muy sencilla: intentaría conquistarla a lo largo del año que se avecinaba, mientras que si no lo lograba, lo volvería a dejar todo para que mi vida de nuevo vagase sin rumbo alguno.

Common feat Kanye West, Vance Burberry, Lenny Mesina, Bill Boyd - The corner

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Capítulo 12: Una mirada

Ya había pasado otro año, pero mi objetivo no se había cumplido. No me molestaba estar en el dique seco, lo que me molestaba es que ella no estuviese a mi lado, que pareciese que me esquivase. Aún pensaba en ella cuando renuncié al puesto de Segundo Entrenador de los juveniles del Crystal Palace. Aún pensaba en ella cuando presenté mi carta de dimisión ante Mister Tate.

Aunque en lo profesional el año hhabía vuelto a ir de lujo, anímicamente no podía soportar verle la cara y que ella no estuviese a mi lado. Y aún pero fue la cara de indiferencia que puso cuando les dije a mis amigos que me marchaba, y no sabía donde ni cuando. No sabía cuando, y por lo tanto, decidí no hacer celebración, marcharme sin más, ya que odiaba las despedidas y no quería echarme atrás en mi decisión.

Una mañana, unos días después de aquello, cogí las maletas y las cargué en mi coche. Miré hacia el edificio en el que había vivido durante cuatro magníficos años y miré nuevamente a sus alrededores. No podía echarme atrás, así que entré en el coche apresuradamente. Viajaría en coche hasta Manchester porque el coche me hacía sentirme más cómodo y libre que el avión.

Conforme pasaban los minutos, pasaban los kilómetros, y veía cada vez más cerca Manchester, mi ciudad natal. A mitad de camino, paré a descansar un poco. El lugar era el típico bar de camioneros, y aún así, decidí tomar algo para coger fuerza para el segundo tramo del viaje.

En cuanto subí de nuevo al coche, sonó mi teléfono. "Numero desconocido", leí.

-¿Sí? -pregunté.

-¿Es usted Mister Crosby? -preguntó una voz femenida extremadamente sensual.

-Si... -respondí.

-Le llamo desde el Hospital de Manchester. -hizo una breve pausa- Me temo que he de darle una mala noticia...

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Editado por koxy

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