CAPITULO 1 -Junio 2025- Bitacora del manager -Matias Gese- "La Oportunidad Llamó a Mi Puerta" El Descenso y la Incertidumbre Nunca me imaginé que esa labor en las inferiores, esa dedicación en la sombra, me pondría en el radar del primer equipo. Pero la vida, y el fútbol, siempre te sorprenden cuando menos te lo esperas. En junio de 2025, se confirmó lo que nadie quería: el descenso del Hércules a la Primera Federación. Un golpe duro para el club, pero para mí, fue la puerta que se abrió de par en par, mostrándome un camino que, hasta hace unos días, solo existía en mis sueños más audaces. El 18 de junio de 2025 es una fecha que se me grabó a fuego. No por algo bueno, al menos no inicialmente. La noticia era un secreto a voces, pero cuando se hizo oficial, un escalofrío me recorrió la espalda: Juanvi Peinado, despedido. El Hércules CF, mi Hércules, volvía a la tercera categoría del fútbol español. Los días 19 y 20 de junio fueron de una tensión palpable. Los rumores volaban como moscas. Nombres de entrenadores sonaban en los corredores, en los cafés cercanos al José Rico Pérez. Yo, como siempre, en lo mío: planificando entrenamientos para los chicos de la Sub-16, intentando abstraerme del terremoto que sacudía el primer equipo. Siempre pensé que mi oportunidad llegaría, quizás en unos años, después de acumular más experiencia, quizás en algún club más modesto antes de aspirar a algo como el Hércules. ☕ Charla de Café – Con José TitoEl bar del club olía a café recalentado y tortilla recién hecha. Detrás del mostrador, como siempre, estaba José Tito, el todoterreno del Rico Pérez: servía cafés, atendía a los hinchas, escuchaba rumores y comentaba partidos. Era, en pocas palabras, el alma del lugar. —Mati, ¿sabés quiénes pasaron por estas mesas? —me dijo mientras me servía un cortado—. Acá se sentaron tipos que hicieron historia, que nos devolvieron la ilusión… y también otros que se fueron por la puerta de atrás, sin que nadie los llorara. Sus ojos brillaban al hablar de las leyendas: noches de gloria, goles inolvidables, ascensos que aún se cantaban en la grada. Y también se le nublaban cuando recordaba promesas rotas y proyectos que nunca despegaron. —Pero vos sos distinto, pibe —me señaló con el dedo, con esa mezcla de cariño y certeza—. Vos entendés al club. No sos de paso, vos sos de los nuestros. Traté de sonreír, aunque por dentro me hervía el corazón. En los pasillos ya se hablaba de que la directiva pensaba en mí para el primer equipo. Tito fue el primero en decirlo en voz alta. —Ya vas a ver, Mati. El rumor no es solo rumor. Este club necesita corazón, y vos tenés el nuestro. Lo miré y pensé que, si alguien como él confiaba en mí, entonces todo era posible.
Archivado
Este hilo está archivado y por tanto cerrado a incorporar nuevas respuestas.