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r2s280.png - Things have changed

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Si obramos por ignorancia, es decir, sin suficiente conocimiento o con una noción errónea del estado de las cosas en que vamos a intervenir, es justo

afirmar que nuestro acto no es del todo voluntario. Hacemos lo que sabemos, pero no sabemos del todo lo que hacemos.

- Savater.

Capítulo 0. Things have changed.

Las cosas han cambiado, nunca fui un jugador de fútbol que destacara. Era lento, técnicamente limitado y poco dado a los desgastes físicos, pero sin embargo, tácticamente leía el fútbol dos segundos antes que el resto. Esto hasta un cierto momento me hizo competir con mis compañeros de equipo, pero cuando acabó mi edad juvenil abandoné el pantalón corto y las medias a las que me gustaba romper el elástico para que cayeran solas hasta mitad de la canilla como solía hacer Valderrama. Siempre dialogaba mucho con mis compañeros mientras estaba en el campo, "Hazlo así y no lo hagas así", "Cólocate aquí". Y más de una vez me ganaba el odio de algunos.

De pequeño iba con mi hermano mayor y mi padre a The Den, que estaba a unas manzanas de casa, para ver al que quizás era el amor de su vida: el Millwall. Veían el fútbol de una manera muy diferente a la mía, mucho más desde el corazón, desde la pasión. Todo valía para ganar, mientras ganasen ellos eran felices, no importaba la manera o los métodos utilizados para ello, y quizás eso me influenció en algunos aspectos a la larga. El fútbol del Milwall se basaba mucho en el juego físico, en las transiciones rápidas en ambos sentidos y el balón largo. "Fíjate Adrien, esto es fútbol, este es el Milwall. El mejor equipo del mundo" decía mi padre. A mí sin embargo, me embargaba la vista el otro de los equipos de la ciudad, y siempre fue mi deseo ir a Highbury. Me identificaba mucho más con lo que practicaban aquellos jugadores, era algo más acorde a mi manera de sentir el rodar de la pelota. Nunca llegué a decírselo a mi padre por miedo a que me castigara sin ver la televisión y no poder ver a Ian Wright levantar a todo un estadio con una acción técnica. Solía discutir mucho con mi hermano, era un incomprendido en un país que tiene como tradición el 4-4-2 y el fútbol directo. A día de hoy, lo sigo siendo.

Emigré al norte del país para hacer mis estudios de psicología en la universidad de Sheffield, era un cambio radical. Vivía sólo, en un lugar con costumbres algo diferentes. Conocí a bastante gente nueva con la que relacionarme y cada vez que tenía algo de dinero sobrante, cogía un tren a Londres, en silencio, sin decir nada a nadie. El destino no era otro que Highbury. Pasaba la noche en un motel, donde con el tiempo entablé relación con el propietario -que al mismo tiempo servía en el bar de abajo- y a la mañana siguiente volvía a mi apartamento de 50 metros. En los ratos libres solía ir a la escuela de entrenadores, mi forma de sentir el fútbol no se podía quedar solamente en unos garabatos con tinta en un cuaderno y muchas discusiones. A los dos años de estar allí y gracias a algunas amistades, me ofrecieron entrenar a un equipo de chavales de un equipo de barrio. Era un club con pocos recursos, donde únicamente disponíamos de medio campo dos días a la semana para entrenar y por supuesto, el material no sobraba. Pero había mucha ilusión.

Meses después, tras los buenos resultados que habíamos conseguido en conjunto y haber completado yo el grado me llegó una propuesta de uno de los clubes potentes de la ciudad, el Sheffield United. Me ofrecían dirigir en un categoría más alta, y sin duda, era un club con muchos más recursos que el anterior. Además, tenía el plus de que me ofrecían algo de dinero para el transporte y demás gastos. Todo iba bien allí, hasta que mi padre, en uno de esos viajes que hacen las familias para espiarte en tu vida cotidiana se decidió a ir a ver un partido de mis chicos sin decirme nada. Al salir del partido, me saludó con gesto serio, bajo mi sorpresa. Nos montamos en el coche y no habló durante todo el trayecto. Hasta que en un momento de silencio en mi apartamento dijo, "Pues habéis ganado, pero habéis jugado como el culo". Aquella fue la última visita de mi padre a Sheffield.

Las cosas en la universidad en ese tiempo no terminaban de ir bien. Me pasaba más tiempo en la escuela de entrenadores que en la biblioteca y el resto en el entrenamiento de los chicos. Los días de entrenamiento habían pasado de dos a cuatro y mi tiempo lo notaba. Pero más allá de arrepentirme, no me disgustaba la idea. Lo mío siempre ha sido el fútbol, ya de pequeño me llevé bastantes broncas por estar todo el día en la calle con el balón en lugar de en casa estudiando. Era un flashback delicioso. Tanta fue la diferencia, que aquel año el equipo quedó campeón y yo repetí curso. Pero como contrapunto, terminé mi licencia de entrenador. Ya era oficialmente alguien, y no sólo aquel chico joven que entrenaba jugadores de tres-cuatro años menores que él. Siempre amé el buen fútbol, y al principio recibí bastantes críticas, el equipo tardó en cuajar. No renegué de mis ideales, eran muchas madrugadas viendo partidos de equipos de Menotti, Cruyff, Sacchi, Bielsa o Cappa. Y que más tarde se tornarían hacia Guardiola o mi idolatrado Arsène Wenger. Seguía siendo un incomprendido, pero esta vez, era un incomprendido titulado y con las ideas puestas en marcha. A pesar de salir campeón aquel año con aquel buen grupo de chavales, la dirección técnica decidió prescindir de mis servicios. "Adiós y gracias".

Hasta día de hoy no había tenido más oportunidades para dirigir ningún equipo. Pero después de unas largas conversaciones con Howard Wilkinson, directivo del Sheffield Wednesday afronto el que quizás haya sido el mayor reto de mi vida hasta el momento, dirigir un equipo profesional. Junto al Sheffield United, son los equipos representativos de la ciudad, pero tras el descenso la pasada temporada a la nPower League 1, el club ha pasado por una fase de transición en la que se quiere dar otro rumbo. Buscaban aires nuevos, gente fresca y con ilusión para retomar un proyecto interesantísimo al que no dudé presentar mi petición para el puesto en cuanto me enteré, aunque sin muchas esperanzas. Soy el elegido, moriré con mis ideas.

Por cierto, mi nombre es Adrien Richards. Como dijo Guardiola, "No prometo muchas victorias, ni títulos, pero lucharé y persistiré para conseguirlos. Abrochaos el cinturón, que os lo pasaréis bien".

ojeo.pngPerfil de Adrien Richards

Editado por Slaven

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Sobre la historia

Después de varias historias en el subforo -fallidas, todo sea dicho- y un tiempo sin pasar por la zona, me ha vuelto a picar el gusanillo, pero esta vez creo que ha dejado el rejo. Con una idea que me rondaba por la cabeza hace un tiempo, pero sin definir, ni concretar grandes cosas pongo en marcha algo que me hace especial ilusión, una historia de origen narrativo y que tiene lugar en un quién, más que en un donde. Esto, a mi gusto, me dará más libertad de acción y por lo tanto mayor utilidad de recursos creativos que espero que sean del agrado de todos. Como habréis leído, se dará vida a un personaje con el nombre de Adrien Richards, al que con el tiempo iréis conociendo un poco más. La imagen de este personaje, se verá fundamentada en la apariencia de André Villas-Boas, actual entrenador del Oporto y que durante mucho tiempo ha sido miembro del cuerpo técnico de José Mourinho, pero será nada más que eso, la apariencia. Antes de seguir con la historia, me gustaría dejar algunas cosas bien claras sobre el desarrollo de la misma e imitando un poco al texto de Zine, espero que no cause molestia.

  • La actualización o el ritmo de posteo no será constante, variará mucho según el tiempo del que disponga en mi vida privada o mis ganas en momentos determinados. No soy una persona constante, más bien todo lo contrario. Por lo que no sería extraño que llegue a postear durante tres días seguidos y luego estar más de una semana sin actualizar.

  • Como dije, tenía una idea rondándome la cabeza hace un tiempo de ofrecer una historia de origen narrativo. Pero advierto, que no soy un grandísimo escritos, ni poeta, ni filósofo, ni un profesional de las letras. No obstante, se intentará dar el mejor sentido y palabras posibles al texto.

  • Primará sobre todas las cosas la personalidad y sentimientos del personaje antes que el club, los jugadores o demás cuestiones.

  • Soy obsesivo-compulsivo en los temas tácticos. Quizás en algunos momentos la historia tome unos tintes exageradamente volcados hacia este tema. Buscaré de algún modo que en lugar de aburrir, sea ameno y buscar la participación de los lectores, puesto que con el debate y la opinión nos enriquecemos todos.

  • No soy un grandísimo experto con los gráficos. Sé manejar algo el photoshop, pero no he hecho una carrera en diseño ni nada por el estilo, por lo tanto, no prometo grandes virguerías en este sentido.

Creo que no se me queda nada atrás. Espero que guste y que lo pasemos bien tanto yo como vosotros con la historia. Esto arranca ya.

Saludos.

Me uno a tu historia, ojalá que te vaya bien y logres plasmar esas ideas futbolísticas en el terreno de juego.

Una pregunta, ¿La idea principal de Adrien será hacer grande al Shef. Wend. o tratar de emigrar pronto a un equipo superior?

Un saludo!

  • Autor

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  • maxixaco: Bienvenido, eres el primero. Desde un primer momento la idea principal de Adrien es aprender y crecer como técnico. Esto quizás lo pueda conseguir en Sheffield o en un momento determinado deba emigrar a otro club. No limitará sus opciones.

    Por otro lado, plasmar el fútbol como lo siente y como lo entiende Adrien en un país como Inglaterra será complicadísimo. Es un país con una tradición futbolística principalmente contraria, salvo excepciones, de ahí su amor por el Arsenal. Uno de los pocos clubes que apuestan por algo diferente en el fútbol inglés.

    Gracias por pasarte. Saludos.

  • Autor

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No sólo se vive de la genialidad, porque la genialidad hay que fomentarla, estimularla de diferentes maneras".

- Benjamín Prado.

Capítulo I. El viaje.

Sonó el despertador. Me incorporé. La chaqueta y la corbata colgaban del espejo de en frente de mi cama agarrados a una percha. El bolso de mano que había preparado la noche antes descansaba en la silla donde solía amontonar la ropa sin doblar. Caminé hacia el cuarto de baño, me lavé la cara y estuve durante más de tres minutos mirándome al espejo. Hoy era el día.

Había concertado una cita días antes con Wilkinson para viajar a Londres, mi ciudad. Allí nos reuniríamos con Milan Mandaric, el máximo dirigente del club. Era el hombre de moda, la prensa y la gente hablaban de él en la calle. Después de sus etapas en Bélgica a cargo del Charleroi pasó por Francia para hacerse cargo del OGC Nice, y en los últimos años había sido el máximo accionista del Portsmouth y el Leicester City. Ahora se hacía cargo del Sheffield Wednesday. Aún no lo conocía en persona, tan sólo habíamos contactado vía telefónica, por lo que era un momento importante. El 'jefe' no es un hombre al que le guste dejarse ver, prefería pasar inadvertido y dejar el protagonismo a otros. Tanto era así, que pese a tener ya plenos poderes del club, aún no se había dejado ver por la afición. Wilkinson era su hombre de confianza, y él me acompañaría hoy. Junto a nosotros viajaba un hombre alto y fuerte ya entrado en años. Respondía al nombre de Alan y se dirigía hacia mí con el término "hijo". Wilkinson me había explicado que era el miembro más antigüo del cuerpo técnico. Que estaba en el club desde 1983 y durante varios años compaginó su trabajo en el club con el de la selección inglesa. Habían reservado mesa en el restaurante de Gordon Ramsay. El 'jefe' aún no había llegado, por lo que tuvimos que esperar unos minutos, pero mi preocupación era otra. Al llegar me había fijado directamente en el número de asientos, eran cinco. Soy muy obsesivo con los imprevistos, pensé que solamente estaríamos cuatro. Hasta que llegó el señor Mandaric estuve comiéndome la cabeza con quien se sentaría en el lugar que sobraba. Cuando éste entro por la puerta venía acompañado del alcalde de Sheffield. Claro, la firma de mi contrato no era el único tema a tratar.

La comida transcurrió normalmente. Tras el postre, comenzamos a hablar sobre el club, algunos de ellos se sorprendieron bastante porque conocía bastante de la historia de este. Me explicaron detalladamente los proyectos a largo plazo del club, lo que esperaban en los dos años de contrato que había firmado y la confianza que habían depositado en mí. "Sabemos que no eres una persona que sienta el fútbol como lo siente la gran mayoría del país, las críticas serán duras si no se obtienen resultados y debes estar preparado. Nosotros te vamos a respaldar" dijo Wilkinson. Aquellas palabras me hicieron sentir valorado, apostaban por algo que iba contra natura en nuestro país. Tras finiquitar mi tema y trazar las pautas a seguir para hacer pública mi contratación, Mandaric me explicó que dentro de los proyectos a largo plazo estaba la ampliación de Hillsborough desde este momento hasta 2013 si lográbamos ascender en estas dos primeras temporadas. Sabía que no era exactamente lo que pensaba, le notaba en sus gestos y su mirada el cuidado que tenía en medir sus palabras, quizás para no sentirme presionado. La realidad era que eramos un equipo recién descendido de la categoría superior, y que teníamos muchísima presión por volver a subir. Suelo captar a la gente con este tipo de cosas.

Al salir del restaurante nos dirigimos a un hotel que estaba a unas dos calles. Volveríamos al día siguiente a Sheffield y me presentarían en sociedad. Wilkinson ya se había encargado de convocar la rueda de prensa. Son una gente que se preocupa mucho por el bienestar de su equipo de trabajo, estaba todo medido. Descansar en Londres, mi ciudad, el día antes de mi presentación era algo premeditado, así que opte por llamar a casa y decir que estaba en la ciudad. Quería comunicarle a mi familia lo que se avecinaba. Hacía ya casi cuatro años que no veía a mi padre, pero ya me sabía su contesta, "Espero que hayas aprendido algo de fútbol desde la última vez que nos vimos".

Que grande que soos, vos sos de los mios. Me encantan este tipo de historias en las que hay que leer, y la verdad ya le tome asco a tu padre jajaja.

te sigo.

Seguiré esta historia que no podía empezar de manera más interesante. Esperamos que Richards pueda transmitir ese buen gusto por el fútbol combinativo y de toque y logre demostrar a los ingleses y, en especial a su padre, que no todo se basa en lo físico!

Un saludo!

  • Autor

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  • 22_lbdf_22: Bienvenido. Es un placer que te gusten las historias de este tipo, siempre es bueno tener gente que siga el tiempo empleado. El padre es una persona con costumbres puramente inglesas, quizás un poco chapado a la antigüa. Veremos como se desarrolla su relación a lo largo del tiempo. Saludos.

  • Seking: Bienvenido. Saludos.

  • DerKaiser: Bienvenido a la historia. Tiene una tarea difícil, el fútbol inglés es muy diferente al fútbol que quiere desarrollar él. Más cuando es en divisiones bajas, donde suele haber muchísima intensidad y puede ser más difícil implantar esa manera de jugar. Saludos.

  • Autor

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Tiene buena pinta este comienzo, a ver si podemos lograr algo bonito con el Sheffield, y si encima es jugando bien pues mucho mejor!!

Mucha suerte a Adrien con los Owls!!!

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