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Caminho longe

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Capítulo 1. Eterno retorno

No existe viento favorable para el marinero que no sabe adónde ir.

Séneca

Supongo que es justo. De alguna manera, y siguiendo las retorcidas lógicas que guían nuestras vidas, esto tendría que acabar así. Y, sobre todo, aquí. Porque si la vida es un continuo vaivén, tiene sentido que acabe justo donde empezó. Intento hacer memoria, pero estoy demasiado cansado. Qué irónico. Lucho por recordar la que en su momento me pareció una conversación banal. Esas palabras que hace muchos años mi cerebro guardó en la estantería de lo inútil, valen ahora su peso en oro.

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Correría el año 97 o 98, qué se yo. Recuerdo que acababa de volver de mi fugaz y frustrada experiencia en el fútbol luso, y que por aquel entonces mi padre intentaba convencerme de que el fútbol lo único que me traería sería más desgracias y deshonras a la familia. Seguramente sería el verano del 98, porque fue cuando hubo mundial y de eso sí que me acuerdo. Aunque ahora que lo pienso igual no era ni verano. Simplemente hacía mucho calor, pero como casi todo el año hace calor en Varela el dato no ayuda mucho. El caso es que ahí estaba yo en casa de mi primo, viendo una película que por lo visto estaba arrasando en las taquillas de todo el mundo. Titanic, se llamaba, y trataba sobre un viaje de un trasatlántico al que algún espabilado bautizó como “El Insumergible”. Como suele pasar en estos casos, el barco se hunde en aguas heladas y el protagonista lucha por no congelarse. Y entonces fue cuando tuvo que abrir la boca de mi primo Paulo, al que con bastante sorna y mala leche llamamos “El Sabio”, ya que cree saberlo todo.

“Joder tío, que muerte más horrible, congelado… dicen que es de las peores muertes que puede sufrir el ser humano… como si te clavaran agujas por todo el cuerpo hasta que te desmayas porque no aguantas el dolor…”

Curiosamente entre la veintena de personas que estaban en ese momento arremolinadas alrededor de la tele, se encontraba mi viejo amigo Domingos. El bueno de Domingos desde pequeño demostró ser el más listo y el más aplicado de toda la escuela. Si no hubiera sido por él, un servidor nunca habría acabado la primaria. Domingos acababa de volver de la capital, Bissau, donde gracias a una beca de una organización religiosa había conseguido la proeza de acabar sus estudios de medicina. Y teniendo en cuenta que era el único médico que había en Varela y probablemente a unos 30 kilómetros a la redonda, Domingos se vio en la obligación de corregir al bocazas de mi primo.

“No es así, se te van durmiendo los miembros uno a uno hasta que pierdes la consciencia, no sientes nada…”

La réplica de mi primo fue acallada por una ola de carcajadas. La palabra de Domingos, del único médico de Varela, tenía mucha más autoridad que la suya, sobre todo en temas de salud.

La gran duda que ahora me venía a la cabeza era si realmente Domingos había corregido a Paulo, o si había sido al revés. Hacía horas que las costas de Túnez no eran más que otro recuerdo borroso. De hecho hacía horas que tendríamos que haber llegado a algún lado. A la isla italiana de Pantelleria, o incluso si encontrábamos guarda costera quizás a Lampedusa, otra isla italiana. Que no nos preocupáramos, nos dijeron, que Pantelleria está a unos 70 kilómetros de aquí, que el viaje son unas pocas horas, nos dijeron. Llevamos desde enero yendo y volviendo de Pantelleria sin que los guardacostas ni nos huelan, nos aseguraron. Pronto estaréis pisando territorio europeo como refugiados. Y a partir de ahí, a vivir, gritaba Ahmed mientras contaba nuestro dinero.

Ni uno solo de los cincuenta y tantos cuerpos hacinados en aquella balsa de madera tenía ya duda alguna. Nos habían estafado y estábamos a la deriva, lejos de cualquier costa. Me abracé aún más fuerte a Fatima, y ella a su vez se pegó aún más a su bebé, que no cesaba de llorar. A mi lado se acurrucaba un compatriota, Sanny, otro loco que aún soñaba con poder vivir del fútbol. Y a su lado hacía mucho que no se movía Soulymane. No nos atrevíamos a intentar comprobar si seguía durmiendo o no. Era mejor pensar que dormía.

Mientras tanto mi cerebro gastaba la poca energía que me quedaba intentando recordar quién tenía la razón en aquella absurda discusión sobre el Titanic. Hacía ya un rato que había dejado de sentir el brazo izquierdo, y el hormigueo en las piernas se hacía más y más intenso. Quizás fue Domingos el que acabó con aquella discusión afirmando que antes de morir congelado se te iban durmiendo los miembros uno a uno. Y ahí fue cuando pensé que sería lo justo acabar así, sobre el mar, tal y como llegué al mundo.

Entonces fue cuando las vi. Eran dos. Bellas, hermosas, me llamaban a su lado.

Las dos sirenas más hermosas que nunca has podido imaginar.

[Continuará...]

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Capítulo 2. ¿Tierra prometida?

Una tormenta de arena pasa; las estrellas permanecen.

Proverbio dorze

Sábado, 15 de abril de 2011.

“Che, Pablo, ¿hay noticias o no?”

“Siguen sin darnos permiso, capitán”.

“Me cago en la pena negra…”

Esa noche Vicentet tenía ganas de escribir. Ya era hora, pensó, si quiero ser un capitán de verdad, tengo que hacer un cuaderno de bitácora como dios manda. Tal y como hizo mi abuelo, que en paz descanse, en el Virgen del Carmen I, y mi padre en el Virgen del Carmen II, pensaba Vicentet. Así fue como se sentó frente a su portátil y escribió la fecha de ese día, respiró hondo y se lanzó a relatar las aventuras del “Virgen del Carmen III”, su barco, por aguas del Mediterráneo. Pero entonces entró en su camarote Anxo como una exhalación.

“Capitán, nos topamos con otra barca”.

“¿Otra?”

“Sí, y esta es más grande que la de Algeciras”.

“Joder… cómo de grande… ¿veinte tíos? ¿Treinta?”

“Qué va capitán… yo creo que serán unos cincuenta por lo menos”.

Vicentet se quitó la gorra y resopló. Miró al techo y se resignó.

“Que suban”.

Anxo fue despertando a los otros tripulantes del Virgen del Carmen III. Entre todos empezaron a subir a bordo a las 51 personas que encontraron en aquella barcaza a la deriva. Hombres, mujeres, jóvenes, hasta un bebé subieron a bordo. Todos ellos con signos más que evidentes de congelación, algunos incluso se habían desmayado. Así que se apresuraron a sacar las mantas de sus literas.

Vicentet, el capitán, y Pablo, el oficial de comunicaciones, lo volvieron a intentar por tercera vez. Una llamada más a la guardia costera de Pozzallo, el puerto siciliano que quedaba más cerca. Pablo, que hace cinco años tuvo una novia italiana, volvió a explicarle la situación en una mezcla de italiano, catalán y castellano al guardia costero italiano. Cinquanta persone trobate… quasi gelati… da Tunisia segurament… non possiamo hospedarli…

Pero la respuesta volvió a ser la misma. No podemos dar asilo a esas personas, no estamos autorizados.

Vicentet volvió a quitarse la gorra y volvió a resoplar mirando al techo.

“¿Ah sí? Con que esas tenemos, ¿eh? Se van a cagar los putos espaguetis estos. Vamos a Pozzallo, a ver si cara a cara nos dicen lo mismo”.

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Vista del puerto de Pozzallo, en Sicilia

Unas horas más tarde, el Virgen del Carmen III llegó al puerto de Pozzallo, en el sur de Sicilia. Nada más llegar, los Carabinieri les impidieron bajar del barco. Habían recibido órdenes de no dejar que nadie de aquel barco pisara el puerto. De nada sirvieron los gritos de Vicentet desde cubierta pidiendo que le atendiera alguien de la autoridad costera.

Al cabo de otro par de horas, Vicentet y el resto de tripulantes del Virgen del Carmen III recibieron una visita. No se trataba de ningún representante público italiano, sino de un par de voluntarios de la Cruz Roja local. La noticia de su llegada a puerto había corrido como la pólvora, así que se acercaron a bordo y fueron a ver qué había de verdad. Cuando vieron a todas aquellas personas apiñadas y envueltas en mantas, decidieron que no había tiempo que perder. En unos minutos empezaron a llegar vecinos con mantas y comida, y hasta médicos del consultorio más cercano empezaron a atender a todas aquellas personas.

Así fue como me desperté, de una bofetada de un barbudo con bata blanca que me hablaba en un idioma bastante parecido al italiano. No tenía ni idea de donde estaba ni de quién sería aquel hombre, pero de una cosa estaba seguro: distaba mucho de las sirenas que había visto unas horas antes.

Nos quedamos ahí amarrados a aquel puerto durante una semana. Por lo visto la noticia de nuestra llegada saltó a los informativos italianos y españoles y nos convertimos en el centro de una disputa diplomática entre varios países. Durante esos días la tripulación del barco nos atendió de maravilla, alimentándonos y hasta cediendo algunas de las literas para que las mujeres con niños pudieron dormir bien. Fátima y su bebé tuvieron algo de suerte, por lo menos.

Después de una semana de negociaciones, las autoridades sicilianas decidieron acoger a 5 de nosotros como “refugiados políticos”. Únicamente podían recibir el estatus de “refugiado político” los 5 tunecinos del grupo, argumentaron las autoridades italianas, ya que ellos han sufrido en sus carnes las consecuencias de la revolución que hacía un par de meses había acabado con el gobierno de Ben Alí. Y eso que los demás también veníamos de Túnez. Pero por lo visto a los extranjeros no nos afecta la revolución.

El Virgen del Carmen III levó amarras y partió de aquel puerto siciliano sin los 5 tunecinos. Según pude entender, nuestra próxima carta era una diminuta isla que quedaba muy cerca de allí y que curiosamente también formaba parte de la Unión Europea. Malta, me dijeron que se llamaba. Y efectivamente, debería estar bastante cerca, puesto que llegamos en un par de horas al puerto de la capital, La Valeta.

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Así nos recibió La Valeta desde nuestro barco

Nuestra llegada a Malta fue como un déjà vu. Inmediatamente nos vimos rodeados por la Policía maltesa, que impedía que ninguno de nosotros llegara a suelo maltés y pidiera asilo. Por suerte las escenas de solidaridad de la población local se volvieron a repetir, porque apenas quedaban alimentos en las bodegas del Virgen del Carmen III para alimentarnos a todos. Cuando el barco zarpó unos meses atrás del puerto de Santa Pola, en el sureste de España, se aprovisionó con bebidas y alimentos para sus 10 tripulantes, sin imaginar que tendrían que alimentar a 50 personas más. El cocinero del barco, Manolo, hizo auténticos milagros para que todos nos fuéramos a la cama con el estómago lleno.

Pasamos varios días amarrados al puerto de La Valeta hasta que por fin el gobierno español y maltés llegaron a un acuerdo. Malta acogería temporalmente a 10 de nosotros y el resto serían enviados a un centro de internamiento de inmigrantes en España, donde decidirían qué hacer con ellos. A Fatima, su bebé, Sanny y a mí nos tocó formar parte de ese grupo que se quedaría en Malta temporalmente, por lo que tuvimos que despedirnos de Vicentet y el resto de tripulantes del Virgen del Carmen III. Me fundí en un abrazo con cada uno de esos hombres que habían decidido que lo correcto era recogernos y no dejarnos morir a la deriva. Les estaré eternamente agradecido a todos y cada uno de ellos por salvarme la vida.

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Capítulo 3. La última llamada

La esperanza es el sueño del hombre despierto.

Aristóteles

Martes, 14 de junio de 2011.

Han pasado ya casi dos meses desde aquella despedida. Fatima y yo vemos la vida pasar en este centro de internamiento de inmigrantes de La Valeta, capital de Malta. El bebé de Fatima, al que finalmente decidió darle el nombre de Rachid, pronto se convirtión en la gran atracción de nuestro grupo y de los trabajadores del centro. Sanny fue el que tuvo más suerte de todos, ya que apenas una semana después de su llegada a territorio maltés consiguió lo necesario para poder tener una vida en aquella isla: un contrato a tiempo parcial en un equipo de la segunda división. Yo también intenté convencerlos de que era jugador de fútbol, extremo izquierda, pero aquel ojeador debió verme demasiado mayor para atarme unas botas. Desde que se fue Sanny, Fatima y yo aprendimos un idioma nuevo, mezcla de su árabe con acento libio y mi portugués mezclado con criollo, y con eso creíamos mantener conversaciones más o menos complejas.

De vez en cuando Sanny volvía al centro con algunos chicos de la Asociación de Africanos de Malta, sobre todo nigerianos, con los que apenas hilaba pequeñas conversaciones sobre fútbol, estructuradas a base de nombres de futbolistas que admirábamos. Si yo decía, por ejemplo, Omán Biyik, mi interlocutor asentía con la cabeza, y me respondía, Tony Yeboah. Entonces yo replicaba Abedi Pelé, y él Nwanko Kanu. ¿Salif Keita? Sunday Oliseh, era su respuesta. Y así podíamos estar eternamente. Las pachangas que echaba con aquellos muchachos nigerianos eran un oasis de alegría en el tedio de mis días en el centro.

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Hoy era el día. Dentro de una semana se cumplían dos meses de nuestra estancia en aquel centro de internamiento, el tiempo límite que las autoridades maltesas nos dejaban quedarnos en su territorio. A partir de hoy, o acreditamos tener un contrato de trabajo que nos autorice a residir legalmente en Malta, o en una semana nos mandan de vuelta a nuestros respectivos países.

Hace poco nos enteramos que los tripulantes del Virgen del Carmen III fueron recibidos como auténticos héroes en su regreso a España. Si me tocara volver a casa, mi recibimiento será muy diferente. Por fin recapacitas, me diría mi padre, después de no hacerme caso y echar tu vida a perder, mira dónde estás. Y yo no tendría argumentos para defender que el fútbol era lo único que sabía hacer bien y que había intentado vivir de ello. De vuelta en Varela, me tocaría asumir la responsabilidad de la que llevo huyendo casi 20 años: vivir de la pesca, como mis hermanos, primos y amigos, con la excepción de Domingos. Como hizo mi padre.

No estaba en mis planes volver a casa. Al menos no ahora, de esta forma, arruinado y con el orgullo pisoteado por el último de mi larga lista de fracasos. Mi única esperanza era que me aceptaran en algún trabajo. Lo había intentado ya con varios ojeadores, pero ninguno se interesaba en este extremo izquierdo de 37 años. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera, aunque no estuviera relacionado con el fútbol. Lo que tenía claro es que no podía volver a casa, no ahora.

El oficial de inmigración volvió a ajustarse las gafas y con gesto serio dio inicio al interrogatorio. A mi lado, un voluntario de una ONG local me traducía del maltés al portugués. Fui respondiendo educadamente una a una sus preguntas. Nombre. Apellidos. Fecha de nacimiento. Nacionalidad.

- ¿Profesión?

Iba a responder lo de siempre: futbolista. Al fin y al cabo eso es lo que soy, y eso era lo que siempre respondía cuando me alguien me preguntaba. Pero me quedé callado, miré a un momento a la ventana, y luego miré al voluntario, quien tradujo del portugués al maltés:

- Entrenador. De fútbol… Entrenador de fútbol.

Aquel oficial de inmigración maltés frunció el ceño, sin ocultar su sorpresa. Y entonces pasó lo que menos esperaba: una conversación a tres bandas sobre fútbol.

Me preguntó sobre mi carrera en el mundo del fútbol, y le hablé de mis primeros años en mi país, Guinea-Bissau, ese verano en el reservas del Sporting de Portugal, mis aventuras en equipos de Tercera División en Madeira y las Azores, mi experiencia en Cabo Verde y por último esta intentona frustrada de triunfar en Túnez. El oficial parecía interesarse más y más en lo que le iba diciendo, y el traductor voluntario apenas podía seguir el ritmo de lo que estábamos hablando.

- Dame un segundo, que voy a hacer una llamada.

El oficial salió de la habitación y volvió un par de minutos después. El traductor me contó que había llamado a un amigo suyo, el nigeriano Paul Ekpeyong, al que conoció años atrás en este mismo centro de internamiento para inmigrantes ilegales. Pues resulta que el tal Ekpeyong también era entrenador, y de hecho consiguió que le contratara un equipo de la tercera división maltesa. En la actualidad, Ekpeyong seguía entrenando en Malta, y con el tiempo había trabado una buena amistad con el oficial.

Pues bien, el oficial me contó que acababa de hablar con Ekpeyong, y que tenía una entrevista de trabajo para mí en un club de tercera. Cómo se llama el club, pregunté.

- Sirens F.C. – dijo el oficial.

Al escuchar aquel nombre no pude contener una carcajada. Al final parecía que me tenía que fiar de esas dos sirenas que me llamaron unos meses atrás, mientras nuestra balsa flotaba a la deriva. Ahora esos cantos de sirena son mi única tabla de salvación.

Un par de horas después el traductor voluntario y yo estábamos en las oficinas del Sirens F.C., en Saint Paul’s Bay. Evidentemente acepté sin rechistar lo que me ofrecieron: un año de contrato y un sueldo de 300 euros al mes.

Salí a la calle. Aspiré el aire puro, disfruté del sol. Me despedí con un abrazo de aquel traductor que me tanto me había ayudado.

Antes de marcharse, leyó un graffiti en una pared de aquel edificio donde estaban las oficinas del Sirens y me dijo:

- Una última traducción antes de irme. Per aspera ad astra. Significa que por el esfuerzo se llega a las estrellas.

Pues esta vez parece que me va a tocar esforzarme.

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Saint Paul's Bay, el pueblo del Sirens F.C.

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Bienvend@s a “Caminho longe”, mi primera MLB. Ante todo, os agradezco vuestra gran acogida, la verdad es que es un placer empezar así esta aventura. En primer lugar, mi total y completo agradecimiento a @araubi por ofrecernos la posibilidad de llevar a cabo esta aventura euro-africana. Quería también agradecer a @Andy10 por animarme a que me buscara un hueco en esta Comunidad, y también gracias por vuestra inspiración a otros grandes historiadores MLB como @Pelos, @John Smith, @.Alex*, @Mole11, @sarandonga, @Chrysler, @Eikichi o @Narvachus. Sigo/he seguido vuestras respectivas historias aunque no haya participado, y de todas ellas he sacado cosas positivas.

Después de varios años jugando al FM en modo MLB, siempre empezando desde abajo con equipos pequeños, era casi una obligación para mí estrenarme en esta comunidad. Los que ya me conocéis sabéis que mi fuerte no es la constancia, por lo que no esperéis ver actualizaciones diarias de esta historia. Eso sí, a pesar de que tenga parones más o menos largos, tened la certeza de que esta MLB siempre acabará volviendo.

¿Por qué "Caminho longe"?

Pues hay varios motivos que explican el porqué de esta historia y también de su nombre, que traducido al castellano significa "camino lejano".

El principal: porque me apetecía ponerme en la piel de un manager de origen africano que quiere triunfar en el mundo del fútbol. En el FM, nunca he jugado ni en Malta ni en ninguna liga africana, por lo que esta MLB será una experiencia completamente nueva para mí.

Además, me apetecía mucho tocar el tema de la inmigración africana en Europa. He colaborado con algunas ONGs como voluntario y he tenido la suerte de conocer a muchos africanos, sobre todo senegales, cameruneses, marroquíes y saharauis. De todos ellos he escuchado historias de superación tremendas de las que creo haber aprendido algunas cosas. Además, pude participar en unas charlas de un representante de una ONG de Guinea-Bissau, y quedé tan impresionado con su exposición que desde entonces me he documentado bastante acerca de este pequeño país africano que está entre los más pobres del mundo. De este sabio hombre y de otro amigo mío de Mali he cogido el nombre de nuestro protagonista, Demba.

Otra idea que se me cruzó en la cabeza era hacer un pequeño homenaje a los marineros del pesquero "Francisco y Catalina" de Santa Pola (muy cerca de mi ciudad, Elche), que hace unos años se encontró cerca de Malta una patera a la deriva que provenía de Túnez. Seguí muy de cerca esos días en los que los 10 marineros dieron techo y comida a 51 personas hasta que se llegó a un acuerdo entre los gobiernos de España y Malta para dar acogida a los que iban en aquella patera. Recomiendo la película "Malta Radio" que narra esa historia tremenda de humanidad.

Y por último, decidí seguir mi tradición de darle doble nacionalidad los protagonistas de mi historia, y por eso Demba tiene raíces tanto en Guinea-Bissau como en Cabo Verde. Y la elección no es casual: Cabo Verde es el país de una de mis cantantes favoritas, Cesária Évora, de cuya canción "

saco el título de la historia. Otro pequeño homenaje que va para ella, una grande a la que tuve la enorme suerte de ver en directo y que por desgracia nos dejó hace un año.

¿Cómo será esta MLB?

En esta MLB seguiremos los intentos de Demba de triunfar en los banquillos tras haber fracasado como futbolista. Como hemos visto en los capítulos anteriores, Demba acaba por avatares del destino en Malta, donde intentará forjarse su destino. Más que querer, se ve casi obligado a triunfar si no quiere acabar volviendo a casa derrotado y fracasado.

El estilo de los posts será similar a los tres capítulos que ya he posteado, y en cada uno de los posts podréis ver cómo es Demba, qué objetivos tiene en su carrera, cómo es Malta y el fútbol maltés. Por tanto, no voy a desvelar nada sobre nuestro protagonista en este post, el que tenga curiosidad que siga los capítulos que vienen.

Cada temporada será resumida en tres posts: uno de pretemporada, otro a mitad de temporada y el tercero al finalizar la misma.

Información de la partida

FM12 v. 12.2.2 + African Megadatabase by FuryG ()

Base de datos: Grande.

Jugadores cargados: todos los africanos, malteses y jugadores en Malta (64.000 jugadores en total).

Ligas cargadas:

Europa (países por orden alfabético)

ger.png 2. Bundesliga y superior (Nivel 2).

esp.png Liga Adelante y superior (Nivel 2).

fra.png Ligue 2 y superior (Nivel 2).

ned.png Jupiler League y superior (Nivel 2).

eng.png Championship y superior (Nivel 2).

ita.png Serie B y superior (Nivel 2).

mlt.png Third Division y superiores (4º nivel). Hecha por BurnCM4X ()

por.png 3ª Divisão y superiores (Nivel 4).

África (países por orden alfabético) Hechas por araubi ()

ang.png Gira Angola y superior (Nivel 2).

arg.png CNFA y superiores (Nivel 3).

cpv.png Campeonato Nacional (Nivel 1).

cam.png MTN Elite Two (Nivel 2).

cos.png Ligue 2 y superior (Nivel 2).

egy.png Segunda División y superior (Nivel 2).

gha.png Poly Tank Division One (Nivel 2).

gnb.png I Divisão (Nivel 1).

mar.png Botola 2 y superior (Nivel 2).

nga.png Division One y superior (Nivel 2).

cod.png Superleague (Nivel 1).

rsa.png NFD y superior (Nivel 2).

tun.png Tercera División y superiores (Nivel 3).

Sin más, de nuevo bienvenid@s, espero que disfrutéis de esta MLB al menos tanto como yo.

Saludos!

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mlt.png2011-12. Sirens F.C. BOV Third Division League. (Por comenzar)

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ÍNDICE (pincha en la lupa para ir a cada capítulo)

Cap. 1. Eterno retorno
Cap. 2. ¿Tierra prometida?
Cap. 3. La última llamada

Cap. 4. Ni whisky ni halcones (o cómo conocer Malta en 5 minutos)

buenisimo, te sigo, tiene toda la pinta esta historia! :D

espero qno se te haga muy lento el juego con tantas ligas cargadas, pero bueno, veremos que tal, me gusta.. :D

Menuda intro xopi! La idea de las MLB parte en empezar desde abajo pero te lo has tomado al pie de la letra y Demba llega a Malta con tan poco por perder que casi se puede considerar un milagro que tenga donde trabajar.

Suerte con ello y a ver si podemos llegar a ser un personaje de renombre en un futuro no muy lejano y saltar a una liga más potente y de renombre.

No puedo aguantarme el comentario. Me ha sorprendido que Rachid, el hijo de Fatima y marroquí, lo hayan bautizado.

Que todo puede ser, pero al leerlo me sorprendió. :)

  • Autor

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@Esteban Ruiz de Galarreta

Buenas!

Muchas gracias por tus palabras! Pues espero seguir enganchándote a la historia en el futuro. :)

La verdad es que nunca había cargado tantas ligas, espero que no me explote el ordenador en medio de un partido decisivo. xD Si veo que no funciona bien, me tocará quitar alguna liga, pero bueno, espero que vaya todo bien.

Saludos y muchas gracias por pasarte!

@Narvachus

Hola Xavi! Com va? :)

Me alegro que te haya gustado la intro. La escribí hace ya un par de meses o más, y no encontraba el momento para empezar esta aventura. Tenía ganas de tener una excusa para escribir de vez en cuando, así que por eso le daré algo de "trama" a esta MLB.

Pues sí, espero que no salga ningún mod a echarme la bronca por no empezar desde abajo. xD Mi primera idea fue que la patera de Demba llegara a la isla italiana de Lampedusa, como de hecho pasó hace un año con muchas pateras llenas de gente que huía del caos que era Túnez. Pero miré el mapa y vi esa islita-país de la que nadie se acuerda nunca y me dije, qué carajo, vamos a hacer esto aún más hardcore. xD

Las MLB siempre tienen ese toque de supervivencia que me atraen, y que me apetecía explotar en mi aventura. Veremos qué tal le va a Demba y si en un futuro no muy lejano puede dar el salto a ligas más prestigiosas. Tengo ganas de ver a un manager africano triunfando en la élite, creo que como diría Pujol, ya toca. xD

Por cierto, me encanta que seas un lector atento, así me gusta que sean mis seguidores. ;) Obviamente me he colado, quería decir que le puso de nombre Rachid y por lo visto me salió el católico que debo llevar (muy, pero que muy) dentro. xD Gracias por tu apunte y tu discreción, compañero, ya lo he rectificado. Aunque compañero, fíjate que tampoco he dicho en ningún lado que Fatima sea marroquí sino libia, pero es obvio que con ese nombre católica no es la chica, dado que no es portuguesa ni española. :)

Moltes gràcies per pasar-te! (Muchas gracias por pasarte) Un abrazo!

Grande, la liga de la pequeña isla de malta. Futbol de baja estofa, en la qual solo se salva algun equipo de la maxima division entre ellos Valetta. Espero que Demba tenga mucha suerte y consiga lo que no consiguio como jugador.

Tambien me ha animado a empezar una en la liga de andorra.

Tienes un seguidor mas :D

Te sigo. Me gusta el comienzo de esta historia. A ver si consigues sacar a algún crack africano que ahora hay bastantes en Europa :D

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