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¿Qué cojones estás haciendo con tu vida Jérémy? Pocas sensaciones hay más odiosas que aquella que te hace dudar de si estás tomando la decisión correcta cuando de tomar una decisión importante se trata. Había llegado a un punto en el que no sabía qué hacer con mi vida, no tenía sentido mi día a día. Había que buscar nuevos retos, nuevas motivaciones que supusiera una inyección de vitalidad a la vida de un hombre que olvidó sus motivos por los que vivir el día a día hace ya mucho tiempo.

Hijo de un político francés y una profesora italiana, nací en Niza hace 35 años; pero a los dos años me mudé a Roma, donde crecí y maduré hasta convertirme en el hombre que soy hoy en día. Mi padre, Jospin Billard, era un importante miembro del Frente Nacional francés, un partido político vinculado con la extrema derecha. Mi madre, 7 años más joven que su marido, era una atractiva profesora de educación infantil que no pudo resistirse a la fama y al prestigio de mi padre.

Desde que era un enano crecí en un entorno que giraba alrededor de dos temas, la política y el fútbol. A lo largo de mi infancia jamás supe de qué era exactamente, fue en mi adolescencia cuando comencé a formar mi ideología política. Con el segundo de los aspectos entorno al cual giraban las conversaciones en mi casa, ya que mi madre también fue siempre muy futbolera, siempre estuve ligado. Desde pequeño mi padre me introdujo en el apasionante, pero también violento y agresivo, mundo del fútbol. A los 5 años, y pese a mi total desacuerdo, comencé a jugar al fútbol en las categorías inferiores del SS Lazio. Mi desacuerdo no era por motivos de falta de interés por el fútbol, sino porque siempre me identifiqué más con ese precioso lobo que aparecía en el escudo del AS Roma, pero la ideología casi fascista de mi padre, me llevó a recalar en el Lazio.

La situación en mi casa no era fácil, ya que mi padre pasaba poco tiempo en casa debido a su oficio en Francia, mi madre estaba más pendiente de satisfacer sus necesidades sexuales con otros hombres que de mí educación; y pronto comencé a caer en ambientes desagradables y problemáticos. El mundo del fútbol me hizo caer a las entrañas del alcohol desde muy joven, cada vez necesitaba ingerir mayores cantidades para sentir esa sensación de placer, ese sentimiento de que no hay problemas, de que todo era perfecto y yo era feliz.

Fue el fútbol el principal responsable de que yo cayera en las redes del mal ambiente, del alcohol y otras drogas; pero también fue el fútbol quien me sacó de este ambiente. Comencé a destacar a los 14 años, y yo mismo empecé a creer que podía llegar, podía convertirme en jugador de fútbol profesional. La confianza que depositaron en mí desde la academia del SS Lazio hizo que me centrara en él, y dejase de lado aquellas amistades que me habían introducido en un ambiente que podría llevarme a la ruina.

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Mi padre presumía orgulloso en Francia de tener un hijo con el potencial con el que yo contaba. A la vez que alardeaba de que unos años yo, su hijo Jérémy, estaría en la élite del fútbol italiano despuntando como jugador del SS Lazio. En el momento en el que comencé a destacar como jugador la atención recibida por mi padre aumentó de forma considerable, pasaba más tiempo en Italia y yo era más prioritario que su trabajo.

El mayor tiempo que mi padre pasaba en Italia supuso un aumento de los enfrentamientos de este con mi madre, lo que acabó desencadenando en una situación en casa que se hacía insostenible.

Cada día que pasaba suponía un paso adelante en mi formación como jugador de fútbol, comencé a ser seguido por diversos clubes europeos de primer nivel, doblaba entrenamientos con los equipos de categorías superiores... Mi inminente éxito en el mundo del fútbol, o al menos eso pensaba yo, me llevó a decidir dejar los estudios, ya que me suponían perder tiempo de entrenamientos o tiempo de descanso. Mi padre apoyó la decisión, lo que supuso la gota que colmó el vaso para mi madre, que no apoyaba la decisión. Mi madre decidió separarse de mi padre y marcharse a Milán, su ciudad natal.

Mi padre estaba conmigo y me apoyaba en mi sueño de ser futbolista profesional. Cada día estaba más cerca de alcanzar aquello por lo que llevaba luchando años.

Pero llegó un momento en el que ir a entrenar se convertía en un sacrificio, mi vida giraba alrededor del fútbol y no disponía de nada más allá de él, ya no disfrutaba como antaño corriendo detrás de la pelota. Volví a caer en ese ambiente oscuro del fútbol donde cada año desaparecen millares de buenos futbolistas que quedan en nada por el alcohol, el tabaco y las drogas. Y una noche, cuando volvía de fiesta en el Seat Panda de un amigo, el sueño se truncó definitivamente. El coche patinó, y caímos por un barranco de 85 metros de altura. Mi compañero salió ileso, yo estuve a punto de perder una pierna debido al accidente.

Jospin, mi padre, desapareció de mi lado, su ambición de tener un hijo que viviese del fútbol se había truncado, y él sentía que había fracasado como padre. En la vida volví a saber de él, yo ya no existía para él. Mi madre, al enterarse del grave accidente que había sufrido decidió abandonar Milán, donde había rehecho su vida con un hombre de su edad, para volver a Roma a encargarse de mí en el largo período que estuviera en el hospital.

Había estado a punto de morir con 17 años, en ese momento comenzó un largo período para volver a andar, para no perder la pierna y para poder pensar que quería hacer con mi vida.

Aproveché mi etapa en el hospital para volver a estudiar, conseguir acabar el Bachillerato y poder empezar una carrera se había convertido ahora en mi principal objetivo. Mi madre estuvo presente en todo momento para echarme una mano en todo aquello que era necesario. Tras una larga lucha, 5 meses y medio después conseguí abandonar el hospital. Había salvado mi pierna, y podría seguir llevando vida normal. Eso sí, alejado del deporte, alejado del fútbol que tantas alegrías me había brindado.

Conseguí acabar el Bachillerato, y comenzar una carrera. Tras muchas dudas y muchas monedas lanzadas al aire en busca de una decisión, me decidí por Ciencias Políticas, quería cambiar una sociedad desigual y un panorama político desprestigiado por la corrupción y la búsqueda de los intereses personales por encima del interés colectivo por parte de los políticos.

A los 24 años, y una vez acabados los estudios decidí marcharme a Livorno, cuna del comunismo en Italia. Mi ideología política estaba ligada al socialismo, a la elaboración de una sociedad igualitaria, y totalmente en contra del totalitarismo y de un sistema que predica que el que más vale es el que más tiene. ¿Qué mejor ciudad que Livorno para poner en práctica mis ideales políticos? Pronto entré a formar parte del Partido Comunista de Italia en Livorno.

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Mi amor por el fútbol aún continuaba vivo, y decidí sacarme el curso de entrenador de fútbol a la vez que lo compaginaba con mi trabajo como miembro del Partido Comunista. Tenía decidido que mi vida no podía girar solo alrededor de la política y que el fútbol, aunque fuese desde otra perspectiva distinta a la que siempre había soñado, tenía que estar presente en mi vida.

_________________________________________________________________

Sin más, les doy la bienvenida a un nuevo intento de historia. Esperemos que sea el definitivo y juntos podamos disfrutar de ella.

¡Nos leemos, compañeros!

Editado por ChemaRo7

buena historia ya tenes tu primer seguidor

:)

Bueno,interesante inicio. Jeremy Billard, ex-jugador de las juveniles de la Lazio,que perdió una pierna ¿Qué le deparará el destino a este señor? Lo sabremos pronto. Por lo menos mi apuesta es que se quedará en Livorno y entrenará a algún club pequeño,o en su defecto partirá a Francia gracias a una extraña situación y hará uso de su tarjeta de entrenador.

Estúpidos comunistas,se quieren llevar a nuestro Billard :nono Si,un capítulo y ya le tengo cariño :biggreen Bueno,sin más me despido.

Suerte y saludos!

interesante personaje para lleva a cabo. me pregunto que misterios deparara?

Un saludo

Buena pinta tiene esta historia, te sigo!!

Mucha suerte!

Me interesa eh, me sumo a la historia!

Billard tenía que haber sido brasileño, menudas juergas se iba a montar con los Robinho,Ronaldinho y compañía. Buena introducción, raro es que siendo hijo de politico Billard haya tenido el apoyo de su padre, hasta el accidente, pero me da a mi que el viejo le volverá a llamar cuando sea entrenador de éxito.

Un entrenador comunista, alcohólico y conocedor del fútbol italiano, espero que la etapa en la Lazio sirviera para elaborar un gran proyecto como entrenador.

Espero que se quede en Italia, y opte por entrenar a algún club pequeño con historia, el Livorno estaría bien y creo que es el favorito, pero el Hellas de Verona también puede ser un gran desafío.

Sin más, espero que esto siga pronto, a ver si pasas más frecuentemente por aquí :mrgr:

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