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El hombre es una cosa vana, variable y ondeante...

MONTAIGNE



Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútiles monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
(¡niñez en el crepúsculo! ¡Lagunas de zafir!)
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.

Mas hay también ¡Oh Tierra! un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables
¡un día en que ya nadie nos puede retener!

CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA

Editado por Cumberbatch

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CONSIDERACIONES INICIALES

Arranca este nuevo intento de historia. Hasta ahora, desde mi "Opera prima", Historias del Calcio, ninguna otra historia ha superado las quince páginas. Ha habido intentos importantes, como el de "Bruno Marques", pero hasta ahora ninguna ha causado suficiente impacto en el lector ni en mi como para continuarlas más allá. Lo cierto es que no han sido buenas historias, a pesar de que escribo bastante mejor que en 2009 y soy mucho más prolijo en todo. El éxito de aquella partida tuvo un poco de todo. 2009 fue año especial, quizás el mejor de mi vida. Por otro lado, la partida tenía muchas alicientes como poder manejar a mi futbolista favorito, jugar en una liga que me fascina y poder compaginar todo aquello que era normal en las historias con mi pasión por escribir. En ese entonces desarrollé algo que no era muy normal en el suboforo y que aún sigue siendo raro. Ha habido historias con trama como también historias que han hecho uso del artefacto periodístico como motor, tal es el caso de "Ciudadano X" de mi buen amigo Viggo, pero ninguna, al menos dentro de lo que sé, había hecho uso de 'crónicas oblicuas' para acompañar y narrar la historia. En su momento gustó mucho y, aunque he tratado de repetir la fórmula, la motivación no me ha acompañado.

Esta historia bebe directamente de Historias del Calcio. En un principio quise desmarcarme en el nombre, pero luego cambié de idea. Por eso aquí estamos ante Historias de un Beduino. Aun así, el argumento se torna un poco más complejo. Hasta este momento, como han podido ver, la historia parece un poco rara. Ya he intentado antes hacer una narrativa a través de memorias personales, mas esto es algo distinto. De hecho, como explicaré más adelante, este apartado de 'memorias de tiempos que no han sido' básicamente termina aquí, en una calurosa tarde mexicana en la que uno de nuestros protagonistas está escondido en la habitación de su hotel recordando a 'Marie' y preguntándose por qué diablos no se casó con ella y sí con al bruja de su ex mujer. A partir de ahora empieza la parte fuerte de la historia. La idea me surgió hace ya varios meses, más de un año diría, y creo que lo he intentado realizar, pero hasta ahora no lo había desarrollado del todo bien y de ahí los resultados. Esta historia será narrada en una especie de 'flashbacks'. Estamos en un año que no sabemos cual es y los dos protagonistas se reúnen por primera vez. Durante temporadas han mantenido una especie de conversación indirecta y sólo se encuentran para una entrevista (O series de entrevistas), en las que uno, periodista, y el otro, entrenador, rememoran la carrera del segundo, casi como uno de estos libros que están de moda sobre los entrenadores. De hecho, las entrevistan son para que el periodista (Robert De Niro) pueda escribir su libro sobre el entrenador (Idris Elba). Por la misma construcción, la cronología de posteo será algo irregular. Lo mismo me puedo detener una cantidad de posts que parecerá infinita en un partido como puedo pasar un par de meses en un par de entradas. Asimismo, habrá crónicas oblicuas al estilo de Historias del Calcio durante la regresión. Sé que se trata de un modelo muy extravagante y que puede llegar a ser confuso, pero realmente me motiva hacer algo así. Espero que pueda generar el tráfico de compañeros comentando y compartiendo conmigo esta aventura que un día generó Historias del Calcio.

ANOTACIONES

- La partida se juega en el FM 2015 y una cantidad de ligas bastante amplia que va desde la segunda eslovena hasta la Premier League, pasando por la rusa, mexicana o belga, por ejemplo.

- El aspecto gráfico no es lo que más me apasiona. Es decir, el apartado visual me parece importante y trato de que todo sea agradable para el lector, pero no tengo el tiempo ni la dedicación para hacer cosas como las que hace Viggo. Trataré de complacer sus necesidades y si creen que hace falta alguna información que puede ser aportada desde gráficos, no duden en preguntar por ella.

- Fútbol. Desde Historias del Calcio, este ha sido mi sello personal. A mi lo que me gusta es hablarles de como cree tal sistema o de como contrarresté a tal rival.

- Música y cine. Si se dan cuenta, los capítulos de 'Memorias de tiempos que no han sido' están acompañados no sólo por una imagen de una película/serie, sino por el soundtrack de alguna otra que se reproducirá al hacer click en los números que anuncian el capítulo.

PERSONAJES

Los dos personajes principales, y únicos en este momento, serán Alain Nicollin, 'Kurtz', que es nuestro periodista viejete, representado por la imagen de Robert De Niro; y José Touré, nuestro entrenador que tomará prestada las pintas de Idris Elba.

Al principio de esto, Agosto de 2015, Kurtz cumple 72 años y José tiene 40. Kurtz es de París, ha sido corresponsal durante muchísimos años y en Mayo perdió su trabajo ante el yugo de un nuevo director. Unos años antes, no importa cuantos, también se había divorciado de la bruja de su ex mujer y ahora no encuentra mucho sentido a vivir. Está aburrido y no sabe qué hacer, hasta que el día de su cumpleaños encuentra de casualidad un partido del equipo de Touré y encuentra una razón para seguir ejerciendo el periodismo, su pasión. De Touré tendremos tiempo de hablar largo y tendido después.

Sin más, Kurtz les dice que bienvenidos.

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ÍNDICE

- Memorias de tiempos que no han sido

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- Historias de un Beduino (Libro)

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Editado por Cumberbatch

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MEMORIAS DE TIEMPOS QUE NO HAN SIDO

1

El día que abandonas para siempre el cuarto oscuro donde se tejieron tus páginas de oro es opaco. Afuera todo era brillante, con un sol embravecido por la cercanía del verano, pero la pequeña oficina mantenía su noctambulo aspecto. Siempre me gustó escribir de noche y por eso hice de ese santuario uno de sombras perpetuas. Poco a poco vi como hombres de overol comenzaron a desocupar la habitación. Iban metiendo todo en cajas pequeñas de cartón. Los viejos recortes de columnas olvidadas; las botellas de whisky vacías; los polvorientos libros que engalanaron tantas jornadas de trasnocho. Todo iba desapareciendo y sentía que en cada caja sellada se iba desmoronando la vida que había escogido. Casi sentí nostalgia del futuro, mas, muy prudentemente, decidía guardar los sentimientos melancólicos para el día en que cerrara los ojos y no pudiese recordar la historia detrás de las historias. Di un último largo vistazo. En el mullido escritorio sólo quedaba una máquina de escribir azulada en la que escribí todas mis piezas. No es que despreciara los avances tecnológicos, pero el repiquetear de las teclas siempre sirvió como catalizador de mi escritura. Al usarla mi memoria viajaba a esas tardes remotas en las que mi padre componía en el viejo piano del abuelo. Pedí que la dejaran allí. Quizás al nuevo inquilino también le sirviese de inspiración. Yo ya estaba demasiado viejo para vivir de recordaciones.


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2

Frenesí.

¿Dónde están los valientes?

¿Dónde están los que sienten?

¿A qué mundo he ido al perder?

¿Para qué vivo sin luz y sin noche?

Abismo.

Dime adonde ir.

Mayo, 2015

Editado por Cumberbatch

  • Autor

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MEMORIAS DE TIEMPOS QUE NO HAN SIDO

3

Ser despedido de tu trabajo es muy parecido a divorciarse. El mundo se te hace pequeño en fracciones de segundos y luego se multiplica hasta convertirse en un montón de cajas que guardan cosas que tú ya no sabías que tenías. De repente, pierdes el sentido de tu día a día. Pierdes tu casa - o tu oficina, lo mismo da -, pierdes la mitad de gente con la que te relacionabas a diario, así sea sólo a tomar café y quejarte del puto jefe o la puta mujer. Pierdes dinero, vendes el coche y te encuentras viviendo en un hueco de esos que ni las ratas visitan. De repente, todos comienzan a mirarte con condescendencia, a dedicarte sonrisas planas, muecas torcidas que denotan lo peor de la condición humana: la lástima. De repente, estás envuelto en miseria y tus hijos tratan de ahondarte más en ella llevándote a paseos sin rumbo, invitándote a cenas insulsas o pagándote vacaciones a paradisiacas playas donde nadie parece no ser feliz, maldita e inocente fachada. De repente, pierdes la necesidad de vivir. Y es ahí, en ese instante, en el que entiendes que por fin eres libre. Suspiras.


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4

De viejas tentaciones es libre el hombre al fin.

Libre para qué.

Libre para encontrar.



Julio, 2015

Editado por Cumberbatch

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MEMORIAS DE TIEMPOS QUE NO HAN SIDO

5

Cuando eres capaz de recordar con toda claridad algo que pasó hace cincuenta años es porque ya estás muy viejo. Por ejemplo, hace exactamente cincuenta años yo iba caminado por la calle agarrado de la mano de esta chica, llamémosla Marie, una rubia algo tímida, de gestos agraciados y cuerpo aniñado, pero que en el catre se transformaba en una diosa sensual de placeres que a todo hombre obnubilan. Eran los tiempos de I Got You Babe de Sonny & Cher y en las calles se hablaba mucho aunque no lo suficiente del Gemini 5 viéndonos a todos desde lugares que nadie había alcanzado antes. La película del momento era That Funny Feeling gracias a la despampanante Sandra Dee y yo iba caminando por la calle con Marie ansioso por llegar a casa y follar hasta perder el sentido una y otra vez, después de todo uno sólo cumplía veintidós años una vez en la vida. Cinco décadas después, estoy escondido en un hotel Boutique en Cancún, sin esposa, sin trabajo, sin dinero y con unos hijos que no se cansan de recordarme que ellos sí tienen todas esas cosas. No sé qué mierda de música es la que suena en las calles hoy, ni de que habla la gente bajo el tormentoso calor mexicano ni mucho menos quien es la Sandra Dee de estos tiempos. No tengo ni puta idea de nada y en la TV juegan un tal Pumas contra un tal Monterrey...


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6

Horror, horror.

He llegado.




Agosto, 2015
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PRÓLOGO

Los beduinos eran una tribu nómada de pastores que vagaba por el desierto de la península arábiga desde antes de los tiempos de Mahoma. Sabios, veneraban la poesía y el arte del hablar, cuidaban de su ganado y adoraban el universo, llenando su espíritu de la inmensidad del cielo estrellado. Con la propagación del Islam y la lógica conversión de la tribu, que por entonces contaba con tres mil miembros, asimismo se propagaron los beduinos por los desiertos musulmanes, ocupando territorios a lo ancho y largo del Sahara, en países como Egipto, Argelia, Túnez, Marruecos y Mali, este último puente histórico entre la África subsahariana y la que se posa en las arenas del gran desierto. De allí, de Mali, es José Touré (Bamako, 14 de Mayo de 1975). Touré no es un beduino, pero por su sangre corre esa herencia legendaria. Quinto hijo de la cuarta generación que abandonó al nomadismo como forma de vida, él nunca perdió esa estela. Desde pequeño, cuando jugaba a pies descalzos en las calles de Bamako, su sino era la deriva. Me cuentan que era un delantero vagabundo, que estaba por aquí y por allá, marcando goles y organizando el juego. Era callado, dueño de un silencio elocuente y una mirada penetrante. Aún la conserva. Quizás por eso llamaba la atención. Jugaba serio y esa seriedad lo llevaron a su primer viaje. El destino era la Francia que ya había empezado a acoger a los hijos de las colonias y cuyo fútbol pronto comenzaría a ser colonizado por el poder del África. De Nantes a Montpellier y de allí a Mónaco, nadie parecía apostar de verdad por el pequeño y hábil futbolista. Era 1989, tenía catorce años y cuatro de vivir en la patria de Victor Hugo cuando, mientras destacaba en las inferiores del club monegasco, recibió el llamado del seleccionado juvenil de Mali. De allá para acá y de aquí para allá, como en el campo, hasta que todo se detuvo. Oscuridad, miedo y un corazón que no latía. Fue un minuto, pero todas las alarmas sonaron y Touré nunca volvió a jugar al fútbol como intento de profesional. Quizá no estaba en su destino. El Mónaco no lo desamparó y cuidó de él aun cuando ya no iba a marcar goles vestido de rojo y blanco. La sobriedad del chico había ganado adeptos y comenzó a escalar y a estudiar, y de un lado para otro llegó un día a México con el carnet de entrenador y un contrato que decía que era el nuevo encargado del primer equipo del Monterrey. Allí fue donde yo lo encontré cuando ya no estaba buscando nada. Era mi cumpleaños setenta y dos y desde ese día comencé a conversar indirectamente con él aunque nunca nos vimos. El periódico y el campo hacían las veces teléfono, mejor, de mensaje en botella navegando en alta mar. Nunca nos vimos hasta el día que nos juntamos para una serie de entrevistas que han dado como resultado este libro. José Touré, un hombre que ha ganado mucho, pero que sobre todo ha dejado una obra inconmensurable en esto de jugar al fútbol en todos los lugares, que fueron varios, en donde pisó tierra.


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Está ahí sentado al frente mío y todavía no cruzamos palabras. Antes, estuvimos en una cena él y su esposa conmigo y Marie, mi nueva vieja novia. Habíamos dicho que no hablaríamos de fútbol hasta que empezaran las entrevistas como tal, así que la conversación estuvo llena de comentarios sobre la comida, el cine, libros e incluso sobre tecnología. Touré es un hombre inteligente y culto, incluso diría que sibarita. Pero en el fondo él y yo sabíamos que hasta que no habláramos del balón no nos conoceríamos de verdad. Fue por eso que decidí romper el hielo como mejor se me ocurrió.

K. ¿Te acuerdas de aquél Pumas - Monterrey? Fue la primera vez que me dijiste algo.

T. Sí, sí. No llevaba mucho en Rayados, y pasaron meses para que el equipo volviese a jugar de esa forma.

K. Tiene mucho que ver con eso el hecho de que ese día asustaste a todo el mundo en México. Comenzaron a jugar para frenar a Monterrey.

T. ¿Asustarlos? ¡Asustarlos! No sé yo, la verdad. Algo cambió, sí, recuerdo el partido contra el América... pero tanto como asustar, no creo. Yo era un don nadie en una liga muy difícil. La prensa no creía que iba a llegar a final de año.

K. Pero llegaste.

T. Sí, sí. No fueron los mejores seis meses. Hubo muchos problemas, pero empezamos algo importante en Monterrey.

K. Monterrey... ¿Cómo diablos llega un chico de Bamako a dirigir a un equipo del norte de México?

Editado por Cumberbatch

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Monterrey, 24 de Marzo de 2015

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Rayados había perdido hacía tres días en Toluca ante el equipo de casa. Con la derrota, las posibilidades de clasificarse a la fase de liguilla a la accedían los ocho mejores de la temporada regular en México habían prácticamente desaparecido. Manuel Lapuente, el entrenador del club regiomontano, era consciente de la situación: <<Hay que ganarlo todo de aquí a la última fecha, Luis>>. Luis era Luis Miguel Salvador, director deportivo del Monterrey desde 2001 y ex internacional absoluto para México. Con Luis al mando, Rayados, como también suele ser llamado el equipo, había obtenido seis títulos, incluyendo tres Copas de Campeones de Norteamérica, pero desde 2013 sufrían una sequía importante. Con Salvador y Lapuente también estaba sentado José González, presidente. La situación era crítica. Lo más seguro era que el equipo no iba a conseguir el objetivo mínimo de meterse en la liguilla, habían sido eliminados en la Copa MX y las opciones de título quedaban lejos. Lapuente, histórico entrenador mexicano, ex seleccionador y ganador de más de ocho títulos locales, había llegado al club hacia dos meses como salvavidas ante los pésimos resultados que había obtenido Carlos Barra en el comienzo de la liga y, aunque sabía que cargaba con la pesada maleta de Barra, se sentía culpable del fracaso en la temporada. Lapuente quería dar un paso al costado y Salvador también pensaba que era lo mejor. En la cabeza del otrora delantero, lavolpista de corazón y mente, Lapuente era un buen entrenador que ya había vivido sus mejores años y estaba anclado en el pasado, perfecto para situaciones difíciles como la que tenían hace dos meses cuando lo contrató, pero inadecuado para encabezar un proyecto nuevo. Su idea era aprovechar la crisis para inyectar juventud y una nueva perspectiva al banquillo de Rayados. Las experiencias positivas en ese sentido en el fútbol europeo legitimaban su plan y sabía que Lapuente no tendría problemas en dar un paso al costado. El único problema era el presidente. Tenía que arriesgarse.

- No estarás pensando en renunciar ahora, Manuel. Todavía no estamos eliminados y cuentas con toda la confianza mía y de José.

Lapuente miró a sus dos interlocutores durante un instante antes de responder. Estaba cansado. <<Yo ya estoy muy viejo para esto, Luis. Puedo continuar y lo haré hasta el último partido de la temporada, pero creo que después de ahí no soy el hombre indicado para este trabajo. Necesitas a alguien joven>>. Las reacciones de Salvador y González fueron muy distintas. El presidente confiaba en la experiencia de Lapuente para revertir la situación y contaba con su continuidad para el próximo torneo. Salvador, en cambio, disimuló una sonrisa. Lapuente no sólo estaba dispuesto a ceder su puesto sino que ya había puesto la primera piedra en la dirección correcta. Decidió ser mucho más directo.

- ¿Alguien joven, uh? Puede que tengas razón. Rayados necesita alguien que pueda hacernos competir al máximo nivel dentro de este nuevo fútbol. Yo... yo tengo un candidato. Es joven, y es extranjero. Su visión es exactamente lo que buscamos.

Había dicho lo último mirando directamente al presidente. Su gestión había sido irreprochable y tras casi tres lustros en el puesto la dirigencia tenía total confianza en sus decisiones, pero esto era otra cosa. El impacto podía ser muy grande y necesitaba convencerlo. <<¿Extranjero? ¿Te refieres a Mohamed?>>, apuntó González. Lapuente, callado observaba. Estaba seguro que Salvador no hablaba del argentino. <<No, no. Este es francés, bueno, es de Mali, pero se formó en Francia. Es novato, aún no ha entrenado a nadie, pero es del círculo de los nuevos entrenadores de Francia. Es muy cercano a Laurent Blanc>>, anunció Salvador esperando una reacción positiva. <<Lavolpe lo conoce. Dice que va a ser un fenómeno. Se lo quiso llevar para Costa Rica, pero los tiempos no se dieron>>, concluyó.

- ¿Habla español?

- Sí, perfectamente.

- De acuerdo, pero tengo dos condiciones: tengo que conocerlo antes de firmar con él y.... tú te quedas.

La última parte se la había dicho a Lapuente. González no estaba preparado para dejarle su equipo a un novato foráneo por más recomendado que estuviese y por muy cercano a Laurent Blanc que fuese. Necesitaba un hombre con experiencia y conocedor de la fauna mexicana con él, al menos en un primer momento. Si Lapuente no accedía, buscaría a alguien más. No fue necesario.

- ¿De segundo?

- Sí. Quiero que alguien como tú lo guíe. Además, si al final nos equivocamos necesitaremos a alguien que esté ahí para poder salvarnos. Los jugadores te conocen y hará todo esto más fácil.

Lapuente se quedó pensativo. Ya tenía más de setenta años y estaba cansado, pero no se imaginaba el retiro todavía. Otros entrenadores habían optado por roles como el que le estaban proponiendo una vez ya no se sentían con fuerzas para ser la cara principal. Además, si el francés era como lo pintaba Salvador, iba a divertirse mucho.

- Acepto. Sólo una cosa... ¿Cómo se llama este francés maravilloso?

- Su nombre es José Touré
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Monterrey, 2 de Junio de 2015.

En acto realizado esta mañana en las instalaciones del club, el director deportivo de Rayados, Luis Miguel Salvador, presentó ante los medios de comunicación a José Touré, nuevo entrenador del cuadro regiomontano. Touré, de 40 años, posee nacionalidades de Mali y Francia, y ha desarrollado parte de su carrera en el país europeo como miembro de comisiones técnicas en el AS Monaco y en diferentes categorías de la federación francesa de fútbol, FFF. Se trata de la apuesta personal de Salvador para paliar la sequía de títulos que padece la entidad.

Junto a Touré fueron también presentados Iván René Valenciano, mítico delantero colombiano con pasó por el fútbol de México en Morelia y Veracruz, que se sumará al cuerpo técnico como un enlace entre este y los jugadores colombianos del plantel. También fue anunciado que Manuel Lapuente continuará en el club y hará las veces de técnico asistente de Touré. Además, se espera que en los próximos días comiencen a llegar los nuevos refuerzos de cara al Torneo Apertura 2015.

Touré declaró estar "encantado con la oportunidad" y despejó las dudas sobre su experiencia citando como ejemplos a los portugueses José Mourinho y Pedro Caixinha, de quién afirmó que era "un pionero y un valiente". Asimismo, prometió a los pocos aficionados presentes que "Rayados peleará por los títulos".

Editado por Cumberbatch

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(...)

K. Monterrey fue tu primera experiencia como jefe de un grupo de jugadores. ¿Crees que se notó?

T. ¡Vaya si se notó! Y se siguió notando un par de años más. Yo llegué a México con muchas ideas, cosas que chocaron y causaron malestar y extrañeza en jugadores, afición y prensa...

K. Por ejemplo, cuando en pretemporada pusiste a los atacantes de defensas y a los defensores de delanteros. Yo en ese tiempo no te seguía, pero también me hubiera parecido una rareza. Te habría matado.

T. Sí, sí, por ejemplo eso. Es algo que luego se volvió muy característico de mi carrera. Me parece muy importante ver como se desenvuelven los jugadores lejos de su zona de confort, obligados a tomar decisiones que a las que no están acostumbrados.

K. Quién sabe si de no haber sido por esta tendencia habrías descubierto a Gerardo Moreno. Entiendo que era un descarte cuando llegaste...

T. ¡Sí! Lo querían vender y hacer caja, pero después de la pretemporada yo dije que no, le di la confianza, los minutos y el resto es historia. ¡De lo que nos hubiéramos perdido!

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Monterrey, 26 de Junio de 2015

Hace ya más de diez días que Touré entrena con el grupo de jugadores y el ambiente está enrarecido. Rayados es uno de los equipos más grandes de México, pero hace rato que el rendimiento del equipo está lejos de lo que se espera. No ha sido falta de inversión, ni mucho menos. La plantilla del equipo regiomontano es y ha sido siempre de las mejores de la competición. El problema parece estar en otro lado. La temporada pasada no fue buena para el club pues ni siquiera alcanzó a clasificarse a la fase de liguilla. En México las temporadas se dividen en dos fases, Apertura y Clausura, y de cada una sale un campeón. Las fases están divididas entre lo que llaman temporada regular, es decir, lo que en España o Inglaterra sería una vuelta de liga, y la liguilla, que es una fase de cruces eliminatorios entre los ocho primeros clasificados en la temporada regular. Este sistema, que como bien me recuerda Touré años después, permite que los equipos sean muy irregulares y aun así logren salir campeones. Ni siquiera con esa ventaja Rayados logra acceder a los cruces. Había sido un fracaso.

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Desde el primer día, Touré deja claro que su idea es reducir la plantilla, incluso yendo en contra de los consejos de su cuerpo técnico. Este tema, el del cuerpo técnico, es algo que molesta al del Mali. Una de las condiciones para firmar por Monterrey era la de mantener a los empleados que había. Confiesa que le hubiera gustado haber traído a sus propios colaboradores, pero que en el momento le pareció un mal menor. La imposición de Manuel Lapuente, anterior entrenador del equipo, tampoco es del agrado de Touré. Su presencia es un enlace directo a los fracasos recientes y teme que los jugadores no vean en él una figura de autoridad. Al final, el experimentado entrenador mexicano fue de gran ayuda a la hora de lidiar con los enfrentamientos que tuvo con los jugadores. Por un lado, su idea de una nómina más pequeña no fue bien recibida por los futbolistas, que se quejaban de cada descarte que hacía Touré, y por otro el estilo de entrenamiento no gustaba a muchos de los caciques del equipo. La elección de Stefan Medina como capitán calma las aguas. El defensor colombiano se mostró como un gran líder y un excelente mediador entre Touré y sus compañeros, pero ni siquiera su labor fue suficiente para sanar un par de manzanas podridas que, en palabras de Touré, fueron los culpables de los altibajos de la campaña.

El primer enfrentamiento fue por la confección del equipo. Cuando Luis Miguel Salvador le preguntó sobre los refuerzos, Touré sólo dijo tres nombres: Mahamadou Diarra, Marco Fabián y David Cabrera. A los ojos de Touré, la razón principal por la que el equipo no había podido rendir a la altura era el mediocampo. <<Nos faltan pasadores>> solía repetir siempre que le preguntaban por ello. Tenía una alta estima por la defensa y creía que la delantera era dinamita, pero que sin pasadores de calidad el juego se hacía imposible. Los primeros descartes fueron en ese sentido. Luis Miguel Zavala y Alexander Mejía entrenaban en separado mientras arreglaban sus traspasos al fútbol europeo, mientras que Rodrigo Rojas y Lucas Silva ya habían sido traspasados al Atlas y el Querétaro, respectivamente. En cuanto a refuerzos, Diarra llegó libre prácticamente el día después de que Touré firmara por Rayados y Cabrera llegaría poco después. El fichaje de Marco Fabian, empero, parecía imposible, por lo que la directiva buscaba alternativas en Paulo Henrique Ganso y Giovanni Moreno. Ninguno de los dos llegaría y los jóvenes que llegaban de cesiones tuvieron que tomar ese rol en la plantilla con bastante éxito. Rayados completaría el capítulo de altas con Celso Borge, libre, y José Valencia, delantero colombiano que llegó de Rosario Central.

Líos de pretemporada

Incluso con las bajas de Silva, Ramos, Mejía y Zavala, la plantilla de Rayados era demasiado larga para Touré. A lo largo de su carrera tendría distintos tipos de plantilla, y no puede decirse que para el africano exista un número mágico, pero sí una máxima: <<En un equipo debe haber mínimo dieciséis jugadores titulares y el resto deben estar activados para competir>>. Esa era su preocupación. Había demasiados jugadores para mantenerlos activos a todos. Le preocupaba, sobre todo, la defensa. En esa zona del campo había titulares muy marcados e iba ser difícil activar a los que jugarían poco. Tanto Victor Ramos, central brasileño, como Darvin Chávez habían sido elegidos como descartes principales por su cartel y porque había jugadores superiores en el equipo; sin embargo, el declararlos transferibles ocasionó un motín y Touré decidió sólo dejar ir a Ramos para aligerar el cupo de extranjeros. No sería el único problema que afrontaría en esas primeras semanas.

Touré nunca ha sido un entrenador común. Su relación con la prensa siempre ha sido traumática. En un país acostumbrado al amarillismo, la prudencia y, sobre todo, los silencios de Touré en temas controversiales no agradaron al gremio. Los periodistas lo atacaron desde un principio, primero usando los conflictos con los jugadores, y luego... con todo. A Touré le criticaron los entrenamientos, advirtiendo que la falta de enfoque en el apartado físico iba a pasar factura al final de temporada; le criticaron el diseño de la pretemporada, con sólo dos partidos ante Atlético Veracruz y el Monterrey B; se ensañaron con él por la confección de la plantilla, hablando de amigueos por la contratación de Diarra y la venta de Zavala, además de la pesadumbre con la que asumieron que elementos que habían sido descartes para anteriores cuerpos técnicos habían sido inscritos y no puestos en venta por él. Hablamos de jugadores como Félix Rodríguez, Gerardo Moreno, Alejandro García, Ricardo Osorio, Luis Rodríguez, César De la Peña o Gael Acosta, todos importantes en el transcurso de la temporada.

La peor crítica, sin embargo, la recibió cuando el equipo no gustó mucho en los partidos de preparación. Aterrados, los periodistas alzaron la voz al ver como Touré alineaba a defensores en puestos de ataque y viceversa, a los delanteros jugando de centrales o de mediocampistas. Para Touré, esta práctica la permite identificar cómo se desenvuelven los jugadores alejados de su zona de confort, obligados a tomar decisiones a las que no están acostumbrados y cómo jugarían en caso de tener que cubrir una baja. No es una locura: <<Para mi los jugadores no son posiciones. No voy a cometer la locura de decir que un central debe poder jugar de nueve y lo contrario, pero sí creo que un central puede jugar de delantero centro y aportar algo. No se convierten en inútiles al cambiarlos de posición. De hecho, muchas veces el cambio los mejora y, en el peor de los casos, me ayuda a conocerlos mejor>>. Tal es el caso de Gerardo Moreno. Durante muchos años fue la joya de la cantera rayada y por muchos era visto como una especie de nuevo Hugo Sánchez. A sus veintidós años, Moreno no había logrado imponerse en el primer equipo y la temporada pasada había jugado cedido en la segunda división. Era un caso perdido para la directiva. Touré no lo veía así y quería ver como se desempeñaba en los partidos de pretemporada antes de valorar su situación. Lo ubicó de interior derecho en ambos juegos y su fútbol impresionó. Había algo en él que le permitía acelerar y desacelerar los ataques de Monterrey con mucha holgura. Y tenía calidad, era capaz de sacarse jugadas determinantes, de ver el pase o el regate que dejaba en ventaja a sus compañeros y, en definitiva, mostró ser más que un goleador. A partir de esa probatura, Moreno se convirtió en futbolista troncal del proyecto y un año después sería tenido en cuenta por Miguel Herrera para la selección mayor.

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