Capítulo 41. A dos bandas 15 de marzo de 2026 Jornada 17 de liga, frente a nuestro antiguo equipo, el Pobeda Star Bisnov, sumido en la mierda en posiciones de descenso y con una alineación de la que solo conozco a cuatro titulares y a cinco suplentes. Podría hacer un resumen del partido que flipas, con minuto y resultado, sensaciones en tiempo real y demás, pero sería hurgar en una llaga que tiene pinta de descenso. Les metimos cinco goles a mi equipo de campesinos preferido, casi sin pestañear. Además, Andrei Carabas (MPC, 25 años) debutó con nuestra elástica y ya se le vieron cositas, aunque entró con el marcador cerrado. El resultado y sobretodo los malos resultados y la posición liguera del equipo, dinamitaron las riendas del vestuario y a la mañana siguiente, su entrenador fue destituido. La verdad es que me da algo de pena... Me postulo para volver? Venga vale, no. A final de mes, tras un amistoso de esos que hacemos para humillar a algún rival, jugamos los octavos de final de la Copa Romaniei en el estadio del CSMS Iasi, colista de la Superliga. Preparamos el partido como si fuera una final, sabedores de que por mucho que sean colistas, no quieren hacer el ridículo con un segunda y salvar un poco los muebles de la temporada. Empezó bien para nosotros el partido, con un penalti a favor a los 18 minutos de juego. Penalti que convertimos. Sin muchas muestras de oposición rival, nos acercamos al final de la primera parte, logrando poner el segundo por medio de Roberto Raduta (CRI, 19 años). La segunda mitad fue un calco de la primera, con superioridad nuestra en todos los sentidos. Llegando al final, un imberbe juvenil nuestro con nombre muy raro logró el tercero, a pase del Messi de los Cárpatos, y ya en el descuento, el rival marcó el del honor, aunque creo que no fue nada honorable para ellos. Como siempre después de una eliminatoria, toca un sorteo, y de nuevo la suerte no estuvo de nuestro lado, aunque visto lo visto, me viene a dar igual. De nuevo nos toca un equipo de primera, el FC U Craiova 1948 SA, que actualmente ocupa la penúltima posición liguera. También en su estadio. Si alguien nos quiere poner trabas, lo está haciendo de puta madre. Entre el partido de copa y el siguiente partido de liga, el club incorporó un nuevo fichaje para la primera plantilla. El búlgaro Dimitar Kostadinov (MPC, 26 años), era por lo que me dijeron, una oportunidad que no podían dejar escapar. Jugador que se encontraba libre, polivalente en la zona de ataque, con muy buen golpeo de balón y experimentado en la primera división búlgara. Además, estaba negociando con otros clubs, y era un ahora o nunca. Por el momento creo que no lo utilizaré como mediapunta, ya que tengo a Muresan y a Carabas, así que entrará en la rotación como delantero y ya iremos viendo como lo voy dando más minutos. Seguidamente vino la jornada 18, donde fuimos una apisonadora en cuanto a términos de efectividad se refiere. No llegamos ni 10 veces a la portería rival, y aún así marcamos cuatro goles. El último partido de liga, o al menos de esta primera fase, fue contra el colista. Salimos con varios suplentes y presagiábamos goleada. No obstante, empezamos encajando gol de penalti a los escasos 8 minutos de juego. Un espejismo que duró poco, ya que le dimos la vuelta al marcador en apenas 15 minutos, con triplete de Adrian Muresan (MPC, 17 años). Al volver del descanso nos recortaron distancias fruto de la relajación y tras pegar unas voces, volvieron a la faena y el debutante Kostadinov, marcó el cuarto y definitivo gol de la victoria. Así pues, líderes, de forma holgada, y ya con la conformación hecha para la siguiente fase, en la que nos enfrentaremos los seis mejores clasificados en partidos de ida y vuelta. Por abajo, también jugaran entre ellos para luchar por no descender. Que mal te veo Pobeda... Finalizada esta fase, voy a destacar brevemente a tres jugadores, los que creo que mejor lo han hecho hasta ahora. En primer lugar dos defensas, los dos que juegan como carrileros de forma habitual. Roberto Raduta (CRI, 19 años) y Marton Radics (CRD, 24 años). Jugadores de un recorrido espectacular, llegadores a la línea de banda, generosos con los compañeros y en el esfuerzo ofensivo y defensivo. Sin duda, dos pulmones que corren por la banda como si no hubiese un mañana. El otro jugador que quiero destacar es Razvan Florea (MEC, 19 años). Este chaval ha dado un paso adelante en los últimos meses que es de quitarse el sombrero. Cinco goles y cinco asistencias son sus números, pero es que no solo hace eso. El chaval regatea, recupera balones, se sacrifica por el equipo, es un metrónomo en la medular... Hace de todo y lo hace bien. Lo que sigue de mes y en adelante, jugaremos los partidos de verdad, los que determinaran si somos merecedores del ascenso. Tenemos 10 puntos de ventaja, hay 30 puntos en juego. Tenemos las de ganar, pero hay que pelearlo y conseguirlo. Además de todo lo comentado, Mihai también estuvo jugando su partida... - Buen mes, Ilie. Cuatro partidos, cuatro verdes en la libreta. Mis amigos están contentos. “Mis amigos” los llama. Como si fueran jugadores de póker en un sótano y no la peña que mueve hilos para Stancu. - ¿Y tú? -me dijo encendiendo un cigarro-. ¿Estás contento? Me quedé callado unos segundos... - Estoy cansado, Mihai. De entrenar, de pensar en que cada córner o cada posesión vale más por la apuesta que por el marcador. Esto no puede durar... Sonrió, como si esa frase le excitara más que un gol en el 90’. - Dumitrescu, no seas ingenuo. El fútbol profesional está podrido de arriba a abajo. Tú solo estás arañando un poco de la superficie. Y si sabes jugar… te haces rico, igual que yo... Le apagué el humo con la mano, apartando su cigarro. - Dime una cosa, Mihai. ¿Esto lo sabe Stancu? El silencio que siguió fue peor que cualquier respuesta. Se inclinó hacia mí, bajando la voz. - Stancu… quiere resultados, quiere dinero. No le importa de dónde salga mientras siga entrando. Si sospecha quizás haga la vista gorda. Pero si siente que le pasas por encima, entonces se acaba la fiesta. No me gustó ni una palabra, no porque no las esperara, sino porque confirmaban que estoy bailando en la cuerda floja con los dos extremos atados a mis tobillos. Antes de irse, Mihai dejó un sobre en la mesa. Dinero, claro. - Tómatelo como un anticipo. Si quieres más, seguimos. Si no, dímelo ahora. Lo guardé sin mirarlo y Mihai se marchó. Al volver a casa, miré el sobre en el escritorio. El precio de jugar a dos bandas no es solo el riesgo de caer, es la certeza de que cuando llegue la hostia, no habrá red.
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