Todo lo publicado por ansodi
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Comando Ártico
Bienvenido @Lineker!! Estamos de vuelta en Akureyri para defender al club de nuestros amores. Ya lo hicimos bajo palos, con esa agónica permanencia, y ahora lo haremos desde el banquillo. Veremos si podemos mantenernos, que es el objetivo numero 1 (si no lo conseguimos se acaba la historia, basicamente) y a partir de ahí empezar a crecer, sin dejar de mirar si encontramos a la rubia... Bienvenido @Zeodus!! No es la situación ideal para coger un equipo, ni en lo deportivo ni en lo económico. Lo primero creo que podremos solucionarlo, pero en lo económico la situación es mucho más complicada. Perdemos 600.000 € al año, y no tenemos posibilidad de grandes traspasos o premios de liga que nos puedan ayudar a solucionarlo. Esperemos que al menos los jugadores no nacidos en Akureyri que estan en el juvenil salgan y liberen sus sueldos (alrededor de 100.000€ entre todos) para al menos aliviar la situacion Gracias a ambos por pasar y comentar!!
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Desde Herrerita a Cervero
Ya tenemos los primeros fichajes de este Oviedo, y puedo decir que me gustan todos ellos. Ilyas y Leo conocen la casa, y han dado un buen nivel, mientras que con Gorrotxategui hacemos una apuesta de bajo riesgo por un jugador que si funciona podemos sacar una buena plusvalia. Con ganas de ver que mas llega al Tartiere PD: ¿No te has planteado fichar a Azón? En este FM es una bomba...
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SOTA EL BARRANC DEL CINT
No hemos esperado ni a las dos últimas jornadas y ya somos matemáticamente campeones, y por tanto, equipo de Primera Division. Parece que nos acompañará el Sporting, mientras que en el play-off, la igualdad es máxima (a ver si sube mi Zaragoza). Con ganas de ver ya como planteamos la siguiente temporada, aunque los presupuestos ya nos dan la pista de que vamos a tener que acertar mucho con lo que traigamos
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¡Barro y juventud!
Pasa otro mes y seguimos líderes, aunque el Telford nos respira en la nuca, por lo que no podemos relajarnos. Buena participación en la FA Cup, aunque si hubiera caido un equipo Premier que nos hubiera dejado otro buen pellizco tampoco nos habriamos quejado
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Comando Ártico
Capítulo 7: Escalinatas y confesiones La iglesia de Akureyri, con su arquitectura austera y su silueta imponente, domina la ciudad como un faro de piedra. Sus escalinatas, amplias y silenciosas, son el lugar donde los locales se sientan a pensar, a conversar, a mirar el fiordo. Allí me citó Guðmundur, el presidente del Þór. Era temprano. El sol apenas se asomaba entre las nubes. Me senté junto a él, con el murmullo del viento como único testigo. —Gracias por venir —dijo, sin formalidades. —Siempre vengo aquí cuando necesito claridad —respondí. Guðmundur sacó una carpeta. Dentro, los números. Crudos. Inapelables. —Estamos en una situación delicada —empezó—. La tabla lo dice todo. Me mostró la clasificación. Nueve jornadas. Þór, undécimo. Cinco puntos. Veintiocho goles encajados. A cuatro de la salvación que marca el Grótta. Njardvík lidera con 20 puntos. Afturelding y ÍA le siguen. Nosotros, al borde del abismo —Pero lo peor no está en el césped —añadió—. Está en los balances. Abrió otra hoja. Cifras rojas. Columnas que sangran. —Tenemos una deuda de 340.000 euros. Y si no cambiamos el rumbo, se duplicará antes de que acabe la temporada. Me quedé en silencio. No por sorpresa. Por respeto. —¿Y qué opciones hay? —Recortes. Cesiones. Apostar por la cantera. Y rezar para que no bajemos. Porque si bajamos, el club puede desaparecer. Miré la ciudad desde lo alto. Las casas, el puerto, el Borsvöllur a lo lejos. Todo parecía tan tranquilo. Pero debajo, el temblor era real. —¿Por qué me elegiste? —pregunté. Guðmundur sonrió. No con alegría. Con nostalgia. —Conocí a tu madre. Guðrún. Era fuerte. Inteligente. Tenía esa mirada que te hacía sentir que todo iba a salir bien. Jugaba al balonmano. Y cuando tú naciste, dijo que algún día volverías a esta ciudad para hacer algo importante. Me quedé helado. No por el frío. Por el peso de las palabras. —Nunca me lo dijo —susurré. —Porque sabía que no hacía falta. Tú lo llevas en la sangre. Nos quedamos en silencio. El viento soplaba entre las escaleras. La iglesia nos observaba como un testigo antiguo. —No te pido milagros, Alberto —dijo al levantarse—. Solo que luches. Que hagas que esta ciudad vuelva a creer. Me levanté también. Miré el cielo. Pensé en mi madre. En mi padre. En cada paso que me había traído hasta aquí. —Lucharé —respondí—. Pero no por mí. Por ellos. Por todos.
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Comando Ártico
Bienvenido @Trasgu!! Bueno, enamorarse... se ha quedado embobado (como para no) jajajaja. Veremos si aparece de nuevo esa mujer o si nuestro protagonista se queda sin saber nada mas de ella. En cuanto a lo deportivo, llegamos a un equipo destrozado, como bien dices (para llegar al punto en el que dejé el otro intento de esta historia, hice una táctica suicida, con los jugadores fuera de posicion y me fui de vacaciones ). Tenemos que levantar esa situación cuanto antes, que ya estamos a mitad de temporada y 4 puntos de desventaja no son pocos en una liga tan corta Bienvenido @Sbaraglia!! Vaya por delante que tengo pendiente tu historia con el Nápoles, que he ido leyendo por encima pero no me he puesto en profundidad. Veremos si tenemos exito en esta aventura, pero hay una cosa clara: Es una historia de club, por lo que o salimos del descenso en las 13 jornadas que quedan o la historia se termina... Gracias a ambos por pasar y comentar!!
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Comando Ártico
Capítulo 6: Firma, nombres y mapas El contrato estaba sobre la mesa. Papel blanco, tinta negra, y una cláusula que decía más que cualquier cifra: “Entrenador del primer equipo del Íþróttafélagið Þór Akureyri, temporada 2026.” Lo firmé sin ceremonia. Sin discursos. Solo con la certeza de que, esta vez, no me pondría los guantes, sino la responsabilidad. La sala de reuniones del club era modesta. Una mesa de madera, una pizarra, y tres hombres que serían mi equipo. No jugadores. No promesas. Mi cuerpo técnico. Sveinn Leo Bogasson, segundo entrenador. Exjugador del club, centrocampista de los buenos tiempos. Pelo corto, mirada firme, voz pausada. Conoce cada rincón del Borsvöllur. Fue capitán, fue referente. Ahora será mi sombra en el banquillo. Arnar Geir Halldórsson, jefe de desarrollo de juveniles. Un obseso del detalle. Vive para los informes, los vídeos, los datos. Pero también para los chicos. Cree que el futuro del Þór no está en fichar, sino en formar. Y yo estoy de acuerdo. Ólafur Bjarnason, director deportivo. El hombre de los números, de los contratos, de las llamadas. Pero también el que conoce el sistema islandés como si lo hubiera inventado. Fue él quien nos guió en la primera reunión. —Antes de hablar de táctica —dijo Ólafur—, hablemos de contexto. Encendió la pantalla. Apareció el mapa del fútbol islandés. Yo lo conocía, pero no con esta precisión. Pepsideild: la máxima categoría. Doce equipos. Ritmo alto, jugadores con experiencia internacional, y algunos clubes con presupuesto serio. El sueño de todos. 1. deild karla: nuestra liga. Segunda división. También doce equipos. Competitiva, dura, impredecible. Aquí está Þór. Undécimos. Cinco puntos. A cuatro de la salvación. 2. deild karla: tercera categoría. Más amateur, pero con clubes que sueñan con subir. 3. deild karla: cuarta división. Regional, casi familiar. Deildabikar: la Copa de la Liga. Se juega antes de que empiece la temporada oficial. Sirve para probar, para ajustar, para medir. VISA-Bikar: la Copa nacional. Todos los equipos participan. Es el torneo de las sorpresas, de los milagros. Y también de los fracasos. —Nuestro objetivo —dijo Ólafur— no es ganar la VISA-Bikar. Ni soñar con la Pepsideild. Es salvarnos. Punto. Sveinn asintió. Arnar tomó notas. Yo respiré hondo. —¿Y cómo está el vestuario? —pregunté. —Roto —respondió Sveinn—. No por peleas. Por miedo. Por agotamiento. Por falta de fe. —Entonces hay que devolverles la fe —dije—. No con palabras. Con trabajo. Con orden. Con identidad. Arnar me mostró los informes de los juveniles. Hay talento. Hay hambre. Y hay que integrarlos. Ólafur habló de presupuesto. Limitado. Pero suficiente para sobrevivir. Sveinn me miró. —¿Tienes una idea de juego? —Sí —respondí—. Pero antes de imponerla, quiero escuchar al equipo. Saber qué sienten. Qué temen. Qué desean. La reunión terminó con una frase que quedó flotando en el aire: —No somos el mejor equipo. Pero podemos ser el más valiente.
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Comando Ártico
Capítulo 5: La llamada del Borsvöllur Nueve meses. Nueve meses desde que colgué los guantes por última vez. Desde aquel partido agónico, desde aquel gol en el 92 que nos salvó del abismo. Desde entonces, mi vida ha sido otra. Más tranquila. Más silenciosa. Más mía. El puerto sigue siendo mi rutina. Las categorías inferiores del Þór, mi refugio. Los chavales me escuchan, aprenden, fallan, se levantan. Y yo, sin quererlo, me he convertido en algo parecido a un mentor. No un entrenador. No aún. Solo alguien que sabe lo que es caer y volver a levantarse. Pero el primer equipo… ese ha perdido el rumbo. Cinco derrotas y un empate en los últimos seis partidos. Veintiocho goles encajados. Undécimos en la tabla. Cinco puntos en nueve jornadas. A cuatro de la salvación que marca el Grótta. El Borsvöllur ya no ruge. Solo suspira. Baldur, el entrenador que me dio la última oportunidad como jugador, ha dimitido. No por cobardía. Por dignidad. Porque sabe que ya no puede más. Y el club, fiel a su política de mirar hacia dentro, busca una solución que no venga de fuera. El presidente, Guðmundur, me citó en el café de siempre. Kaffi Ilmur. El lugar donde todo empezó. —Alberto —me dijo, sin rodeos—. Necesitamos que tomes el mando. Me quedé en silencio. Miré mi café. Pensé en los chavales. En el puerto. En la mujer del supermercado que nunca volví a ver. En mi madre. En mi padre. En todos los partidos que jugué sin saber que algún día me pedirían esto. —No soy entrenador —respondí. —Tienes la Licencia Nacional C. Has jugado. Has liderado. Has enseñado. Y lo más importante: eres de aquí. Aunque nacieras en Akureyri por accidente, esta ciudad te ha elegido. Me reí. No por burla. Por nervios. Por vértigo. —¿Y si no funciona? —Entonces caeremos contigo. Pero al menos caeremos con alguien que cree en lo que somos. Me pidió que lo pensara. Que no respondiera aún. Que fuera al Borsvöllur. Que lo mirara. Que escuchara lo que el campo tenía que decir. Esa tarde, fui solo. Me senté en la grada. El césped estaba mojado. Las redes, quietas. Las luces, apagadas. Pero el silencio hablaba. Recordé cada partido. Cada parada. Cada derrota. Cada abrazo. Cada niño que me preguntó cómo se vencía el miedo. Y supe que no podía decir que no. No por ambición. No por ego. Por responsabilidad. Por amor. Por historia.
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Comando Ártico
Capítulo 4: El rostro entre los pasillos La vida, cuando se desacelera, revela sus detalles. Ya no hay gritos en el área, ni celebraciones en el vestuario. Solo madrugones, café caliente, y el sonido de las cajas en el puerto. Akureyri, con su ritmo pausado, me ha devuelto algo que no sabía que echaba de menos: la sencillez. Trabajo. Camino. Respiro. Y cada sábado, como un ritual, vuelvo al Borsvöllur. Ya no como jugador. Ni siquiera como entrenador. Solo como hincha. Me siento en la misma grada de madera, con mi café en mano, y observo. El equipo ha mejorado. Los porteros jóvenes han aprendido a sufrir. Y yo, desde la distancia, me siento parte de algo. Pero el fútbol no me ha soltado del todo. Baldur me propuso ayudar en las categorías inferiores. Porteros de 12, 13 años. Chavales que aún no saben que el miedo también juega. Les enseño a caer, a levantarse, a gritar cuando hace falta. Me llaman “el español”, aunque soy más islandés de lo que creen. Me respetan. Me escuchan. Y yo, sin darme cuenta, empiezo a construir algo nuevo. Un martes cualquiera, después del entrenamiento, fui al supermercado. Lista corta: pan, leche, café. Nada especial. Pero en el pasillo de los lácteos, la rutina se rompió. Ella estaba allí. Pelo castaño claro, recogido en una trenza. Abrigo gris. Mirada tranquila. Sostenía un yogur en la mano como si estuviera decidiendo el destino del mundo. Me quedé quieto. No por belleza. Por algo más. Algo que no sé nombrar. Nos cruzamos. Me miró. Sonrió. Yo, torpe como nunca en un campo, solo asentí. Ni una palabra. Ni un “hallo”. Nada. Como si mis años de gritar órdenes desde el área se hubieran evaporado. La vi salir. Me quedé allí, con el yogur en la mano, sin saber si era de fresa o de vainilla. Desde entonces, volví al supermercado cada día. A distintas horas. Con distintas excusas. Pero nada. Nadie la había visto. Pregunté a la cajera. A un compañero del puerto. A una vecina. Nadie sabía nada. Como si hubiera sido un espejismo entre estanterías. Y sin embargo, algo cambió. Empecé a mirar más allá del campo. Más allá del puerto. Más allá del Borsvöllur. Empecé a preguntarme si, después de todo, aún quedaban cosas por descubrir. Personas por conocer. Historias por vivir.
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Comando Ártico
Capítulo 3: El último vuelo La nieve empezaba a retirarse de los bordes del campo, como si también quisiera dejar paso a la primavera. La temporada llegaba a su fin, y con ella, mi inesperado regreso al fútbol. No había sido titular todo el tiempo, claro. Cuando Einar y el joven Kristján se recuperaron, volví al banquillo. Y lo acepté. Porque nunca vine a robar protagonismo, sino a sostener un escudo cuando nadie más podía. Pero durante esas semanas en las que fui el portero de Þór, algo se encendió. Paradas decisivas, gritos desde el área, abrazos tras partidos sufridos. El equipo me respetó. La grada me reconoció. Y yo, por primera vez en años, me sentí útil en algo que no era cargar cajas en el muelle. La liga islandesa no perdona. Cada punto es una batalla. Y Þór, fiel a su política de solo fichar nacidos en Akureyri, sufría más que otros. Pero también luchaba más. Llegamos a la última jornada con el agua al cuello. Un empate no bastaba. Había que ganar. El partido anterior, Einar fue expulsado por una salida temeraria. Kristján, aún tocado, no estaba al cien por cien. Baldur me convocó. No como homenaje. Como opción real. —No sé si jugarás —me dijo—. Pero si pasa algo, necesito que estés listo. Yo asentí. No hacía falta más. El rival era Magni, un equipo duro, sin florituras. El Borsvöllur estaba lleno. No por espectáculo. Por orgullo. Por miedo. Por esperanza. Kristján empezó bajo palos. Nervioso. Tenso. En el minuto 72, tras una mala salida, chocó con un delantero. El árbitro no dudó: penalti. Y lesión. Otra vez. Me miraron. Me levanté. Me puse los guantes. Caminé hacia el área como si fuera la última vez. Porque lo era. El penalti entró. 0-1. Silencio. Solo se oía el viento. Pero algo cambió. El equipo, lejos de hundirse, se encendió. Baldur gritaba como si fuera el último partido de su vida. En el 87, tras un córner, el balón cayó en los pies de Ingimar, que fusiló al portero rival. 1-1. La grada rugió. Yo también. Y en el 92, en el último ataque, una jugada por banda terminó en un centro raso. El delantero, un chaval de diecinueve años que apenas había jugado, la empujó con el alma. Gol. 2-1. No grité. Me quedé quieto. Mirando al cielo. Pensando en mi madre. En mi padre. En todos los campos de tierra de Aragón. En todas las porterías que defendí. En todas las veces que creí que el fútbol ya no era para mí. El árbitro pitó el final. Permanencia. Milagro. Locura. Los compañeros me abrazaron. Algunos lloraban. Baldur me dio un apretón de manos que decía más que mil palabras. En el vestuario, mientras todos celebraban, me senté en silencio. Me quité los guantes. Los miré. Y supe que era el momento. —Gracias —dije en voz baja—. Pero ya está. Colgué los guantes. No en una vitrina. En mi corazón
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Comando Ártico
Bienvenido @Trasgu!! Vamos a ver que nos trae esta nueva versión de la historia... de momento descubramos como le va a Ansodi defendiendo la porteria del Þór Gracias por pasarte y comentar!!
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Desde Herrerita a Cervero
Si, al final es su posición natural, y con 30 años, aunque haya jugado por la izquierda el último año, creo que en primera se le pueden ver mucho mas las costuras, por eso mi planteamiento de devolverlo ahí y tenerlo de comodín por la izquierda. Pero si tu idea es mantenerlo en la izquierda y fichar un LD, me iria a por Trilli de cabeza, además de a por Angel (que además puede jugar de extremo). En el centro de la defensa, no termina de convencerme ninguna de las opciones, quizá Meré por lo que implicaría en lo moral, pero tampoco firmaria a un cuarto central por un millón de euros... en ligas como la belga, serbia, croata... tienes centrales mucho mejores a ese precio y ya por último, y esto te lo digo como habitual jugador del FM con el Zaragoza, NO FICHES A LLUIS
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Comando Ártico
Capítulo 2: El muelle y el Borsvöllur El puerto de Akureyri no tiene el bullicio de los grandes astilleros, pero tiene algo más valioso: rutina. Después de semanas de papeleo, de vaciar la casa de mi padre y de enfrentarme al silencio de sus ausencias, necesitaba algo que me obligara a madrugar. Algo que me devolviera al mundo de los vivos. Así que empecé a trabajar en el muelle. Cargando cajas, organizando mercancías, ayudando con el atraque de los barcos que llegan desde Reykjavik, desde las Islas Feroe, desde quién sabe dónde. No es glamuroso, pero es honesto. El frío cala los huesos, pero el cuerpo se acostumbra. Y el alma, también. Los compañeros me aceptaron rápido. Aquí, si trabajas duro y no hablas demasiado, te ganas el respeto. Uno de ellos, Jónas, me reconoció por el apellido. Me dijo que su tío había sido entrenador del Íþróttafélagið Þór cuando yo era niño. Me preguntó si seguía jugando. Le dije que no. Que ya no. Que el fútbol era otra vida. Pero no era del todo cierto. Una tarde de sábado, después del turno, decidí volver al Borsvöllur. El viejo estadio de Þór. No como jugador. Como aficionado. Me senté en la grada de madera, con un café en la mano y el viento en la cara. El campo estaba igual que lo recordaba: modesto, pero orgulloso. Las redes colgaban como telones de teatro esperando su función. El equipo jugaba contra Völsungur. Partido tenso. Mucha garra. Poco fútbol. Pero eso no importaba. Lo que importaba era que me sentía en casa. Durante el segundo tiempo, el portero titular de Þór, Einar, cayó mal tras un salto. Gritó. Se llevó la mano al tobillo. Silencio en la grada. Entraron los médicos. Lo sacaron en camilla. El suplente, un chaval de dieciocho años, entró con cara de susto. Aguantó quince minutos. Luego, en una salida, chocó con un delantero y quedó tendido. Otro silencio. Otra camilla. El entrenador, Baldur, miraba al banquillo como si esperara que apareciera alguien de la nada. Pero no había nadie más. Yo me quedé quieto. El corazón me latía como si estuviera en el campo. Como si los guantes me llamaran desde algún rincón del pasado. Al día siguiente, fui al entrenamiento. No como espectador. Como voluntario. —Sé que no soy parte del equipo —le dije a Baldur—. Pero he jugado en España. Y soy de aquí. Si necesitáis a alguien hasta final de temporada… me ofrezco. Me miró en silencio. Luego sonrió. No era una sonrisa de entusiasmo. Era una sonrisa de reconocimiento. —Eres Ansodi —dijo—. El hijo de Guðrún. —Ese mismo. —Bien. Te espero mañana. A las seis. Trae tus guantes. Así, sin más, volví al fútbol. No por gloria. No por nostalgia. Por necesidad. Porque el Borsvöllur me había llamado. Porque Þór me necesitaba. Porque, en el fondo, yo también necesitaba volver a defender algo.
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Comando Ártico
Bienvenido @kompany89!! Para ser sinceros, el primer intento de esta historia salió bastante a trompicones, ya que fui añadiendo limitaciones a la historia una vez empezada, y estuvo a punto de ni siquiera empezar cuando vi que la convocatoria era de 18 jugadores. Y estos días que he estado con mucha menos actividad me ha servido para ordenar mis ideas y sacar, como bien dices, una trama mucho más natural. Seguiremos con el Þór, si, y con el proyecto de jugadores y empleados solo nacidos en Akureyri Gracias por pasarte y comentar!!
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SOTA EL BARRANC DEL CINT
Aunque tenemos por delante un último mes complicado, el buen trabajo hecho hasta ahora nos hace ser casi equipo de Primera, ya que solo nos falta un punto para conseguir ese ascenso directo. Veremos si lo hacemos como campeones, con ese duelo en la última jornada frente al Sporting que podría ser una final por el título
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Desde Herrerita a Cervero
Pues me voy a mojar en cuanto a las posibles incorporaciones En portería, el objetivo nº1 debería ser Leo Román. Conoce la casa, tiene nivel de Primera... y ese millón tampoco es una locura por un jugador con su calidad y potencial. Y en caso de que se vaya de sueldo, Dimitrovic, con experiencia de sobra en primera y llegando libre, sería una gran opción también En cuanto a los laterales, parece que tenemos la posición cubierta con Nacho-Lucas y Rahim-Pomares, con la única duda de este último, por lo que me iria a por un lateral zurdo si finalmente sale. Sin embargo, hay que ir SI o SI a por Angel Ortiz, es una oportunidad de mercado que no debemos dejar escapar. Y de las alternativas que pones, para el lateral zurdo, el único que creo que mejora a Pomares es Villarrasa, asi que deberiamos ir a por el
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¡Barro y juventud!
Pues no hemos coincidido de casualidad, porque yo estuve en Dénia la semana pasada jajajaja. Lo de las algas (posidonia para ser mas exactos) a mi me dijeron en el hotel que había una normativa nueva que no permitía retirarlas de las playas declaradas no urbanas, aunque yo estaba al lado de la Marineta Cassiana (urbana) y era la que peor estaba de las que estuvimos... Una vez terminado el off-topic, pues hemos hecho un buen mes, pasando ronda en FA Cup, que siempre ayuda a la economía, y en liga estamos bien situados para el tramo final, en el que parece que el ascenso directo será cosa de 4, que podrian ser 5 si el Chester gana ese partido aplazado, aunque quedando 19 jornadas todavía puede haber bastantes sorpresas
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The Hammers
Septiembre no ha sido un gran mes en Premier, aunque con esa goleada ante el Villa le damos un punto de brillantez, al igual que con el debut en Champions ante el Estrella Roja, en el que supimos sobreponernos a ese tempranero gol de los serbios. Ahora, tras pasar un tramo complicado del calendario, deberíamos tratar de aprovechar el gran momento de Jovic para volver a la senda de la victoria en liga para no descolgarnos demasiado del liderato
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Gnequini il Lupo
Que putada que la primera derrota la temporada haya sido esa final de la Supercoppa, aunque si había que perder un título que sea ese . En liga no tenemos rival, y en Champions hemos dominado con solidez, aunque con esa derrota ante el Milan que no ha tenido ninguna consecuencia. Huele a triplete en Roma... PD: 121 millones por Azón? Madre mia que locura
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Comando Ártico
Capítulo 1: El regreso al norte La ventisca me recibió como si nunca me hubiera ido. Treinta y cinco años. Una maleta medio vacía, una mochila con papeles que aún huelen a despacho de notaría, y un corazón lleno de preguntas. El avión aterrizó entre nubes grises y montañas blancas, como si el paisaje quisiera recordarme que aquí, en el norte, el tiempo no pasa igual. Al salir del pequeño aeropuerto de Akureyri, el aire helado me golpeó con la fuerza de un recuerdo. No era solo el frío islandés, era el peso de volver a casa. Treinta y cinco años. Trece de ellos vividos aquí, en esta ciudad que parece sacada de un cuento nórdico. Luego, Zaragoza. El Ebro, el cierzo, los campos de tierra y las porterías oxidadas. Mi padre, maño de pura cepa, siempre decía que el frío de Aragón curtía más que el de Islandia. Mi madre se reía. Ella era hielo y fuego, como esta tierra. Murió cuando yo tenía veintiuno. De repente. Sin aviso. Como si la vida decidiera que ya había sido suficiente ternura. Ahora ha muerto él. Y yo he vuelto. La casa familiar sigue en pie, aunque el tiempo le ha robado parte de su dignidad. Está en una colina al este de la ciudad, con vistas al fiordo. La madera cruje como si protestara por mi ausencia. Las ventanas están empañadas, como si también lloraran. Las fotos siguen en las paredes: mi madre con su sonrisa de aurora boreal, mi padre con su bufanda del Real Zaragoza, yo con guantes de portero demasiado grandes para mis manos de niño. En una esquina del salón, aún está el piano que nadie tocaba, pero que mi madre limpiaba cada semana como si esperara que algún día alguien lo hiciera sonar. No he venido por el fútbol. No todavía. He venido porque algo me llama desde este rincón del mundo. Quizá sea el duelo. Quizá sea la necesidad de reconstruirme. Quizá sea el silencio de Akureyri, que siempre supo escucharme mejor que nadie. Camino por Hafnarstræti, la calle principal, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida entre tejados nevados. La gente me saluda con esa mezcla de cortesía y curiosidad que tienen los pueblos pequeños. Algunos me recuerdan. Otros no. Yo tampoco sé si me reconozco del todo. En la librería de la esquina, una mujer me mira fijamente. Me doy cuenta de que es Elín, la hija del panadero, que en el colegio me pasaba notas escritas en islandés que yo apenas entendía. Me sonríe. Yo también. Entro en Kaffi Ilmur, el café donde mi madre solía llevarme los domingos. El aroma a canela y café negro me golpea como un abrazo. Me siento en una esquina, pido un bollur y un café. Miro por la ventana. Afuera, la vida sigue su curso lento y firme. Un grupo de niños juega con la nieve. Uno de ellos lanza una bola que impacta en la chaqueta de otro, que cae al suelo riendo. Me recuerda a los recreos en el colegio, cuando yo era el portero incluso fuera del campo. Siempre defendiendo algo. Siempre intentando que no se rompiera nada. No sé qué haré mañana. Pero hoy, aquí, en esta ciudad que me vio nacer, empiezo a recordar quién soy. Alberto Ansodi. Portero retirado. Hijo de dos mundos. Y ahora, simplemente, un hombre que ha vuelto. Saludos y bienvenidos a este nuevo intento de historia!! Como comenté en el anterior intento de historia, la limitación de jugadores convocados y algún tremendo agujero de guión en la trama hicieron que en estas semanas de menos actividad decidiera abandonarla, y volver a comenzarla con la misma premisa (de hecho voy a reutilizar los gráficos). Para ello, he utilizado el editor interno para cambiar el número de jugadores disponibles en la convocatoria de 18 a 22, y he reescrito la trama, como podeis ver más arriba. He simulado las 9 primeras jornadas de liga, aunque asegurándome de que el equipo esté en una situación lo mas cercana posible a la que dejamos en la anterior historia y entonces he eliminado su manager y tomado el control del equipo Espero que disfruteis de esta aventura!!
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Comando Ártico (CERRADA)
Bienvenidos @michinoo @dankerlot !!! La idea para la trama me la guardo para el reinicio jajaja, y la rivalidad con el KA la tenía muy en cuenta (de hecho, en el siguiente capítulo de esta historia llegaba al club un lateral ex-KA y la trama iba por ahí) En cuanto al reinicio, va a ser un nuevo comienzo para la misma historia. Seguiremos en el Bor (os contesto desde el móvil y no tengo el carácter en el teclado), con la misma restriccion de fichajes y trataré de llegar a un punto similar en liga del que estamos como punto de inicio. Lo único que cambiará es que las convocatorias serán de 23 en vez de 18 😅 Gracias por pasar y comentar!!
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Comando Ártico (CERRADA)
Después de mucho pensarlo, he decidido cerrar la historia y volver a comenzarla. Esto se debe principalmente a un motivo: Las convocatorias. Los 18 convocados me sacan por completo de la partida, y aunque pensaba que podría acostumbrarme a ello, finalmente no ha sido así y me costaba ponerme con la partida por eso. Además, aprovecharé el "restart" para cambiar algo los gráficos de partido (para crearlos, vamos, que no he preparado ninguno hasta ahora) y para corregir el GRAN agujero de guión de que hace un entrenador español en un proyecto en el que solo caben jugadores y empleados nacidos en Akureyri Gracias a todos los que habeis pasado por la historia!!
- La passion est bleue et jaune, le retour des lionceaux
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Comando Ártico (CERRADA)
Bienvenido @pepetxins!! No ha sido un buen mes, desde luego, aunque creo que en la mayoria de los partidos hemos competido bien, y con un poco mas de suerte podriamos estar hablando de algo muy distinto. Vamos a ver si el cambio táctico surte el efecto que esperamos, porque está claro que jugando como lo estabamos haciendo hasta ahora, no nos da para salvarnos Bienvenido @Trasgu!! Efectivamente, sufrimos mucho en defensa (solo hemos conseguido una porteria a cero en liga hasta ahora), pero en gran medida es porque en ataque tratamos de ser rápidos, nos precipitamos y nos pillan a la contra con mucha facilidad. Vamos a ver si tratando de tocar un poco más y de forma calmada podemos ir metiendonos de nuevo en una dinamica positiva Bienvenido @Lineker!! Hemos tenido un mes horrible, no hay duda, pero es lo que esperabamos antes del inicio, asi que tampoco nos pilla por sorpresa. Trataremos de aprovechar nuestro pequeño mercado para mejorar en defensa, ya que está claro que encajando en todos los partidos no vamos a llegar muy lejos. El próximo mes será determinante, ya que o sacamos la cabeza del pozo o podemos hundirnos por completo con esos duelos directos Bienvenido @michinoo!! Me has dado una idea para la trama... Jajajajajaja. Espero que te guste lo que hemos avanzado hasta ahora!! Gracias a todos por pasar y comentar!!
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Desde Herrerita a Cervero
Pues se acaba la liga, donde nos hemos paseado, y ya solo queda saber quien nos acompaña en el play-off. ¿Quieres que suban los aldeanos o que les metan 5 en la ida y otros 5 en la vuelta? Enhorabuena por el título y el ascenso!! ¿Veremos en este universo a Jovic con la camiseta del Oviedo?