Tuvieron el mejor de los tiempos y ahora viven sumidos en el peor de los tiempos; la época de la gloria y también del dolor; la etapa de la creencia y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; el sol de la esperanza y el frío de la desesperación. Alcanzaron sueños, pero nunca el máximo esplendor europeo; ascendieron directamente al cielo y cayeron al fondo de la tierra. En una palabra, aquel período era tan diferente a l actual, que nuestras más notables leyendas insisten en que, tanto en lo bueno como en lo malo, comparemos siempre en grado superlativo.
¡Qué diferente se tornó la Bundesliga para los dos Borussia! El Dortmund se coronó campeón de la 2010/2011, mientras que el Mönchengladbach, a la orilla del precipicio tras su 16º puesto, sufrió en el playoff de promoción frente al tercer clasificado de la 2.Bundesliga: el Bochum. Una victoria por la mínima en el partido de ida en Mönchengladbach con gol de Igor de Camargo dejaba toda la emoción para el partido de vuelta en Bochum. Nordtveit metió el susto en el cuerpo cuando marcó en propia puerta el tanto que llenaba de esperanzas al equipo local, hasta que Marco Reus estableció el empate final en el minuto 72 e hizo respirar de nuevo a los asustados “potrillos”.
Rolf Königs, presidente del club, es un hombre tranquilo al que le gusta estar alejado del bullicio y del caos. Prefiere vivir en un estado permanente de orden. Este prolongado coqueteo con el descenso y la delicada situación económica que atraviesa el club repercute considerablemente en su inestabilidad y desasosiego. Intranquilo, recorre su despacho pensativo y consciente de que será necesario un giro radical de 360 grados en el rumbo actual del equipo. Mira por la ventana buscando un momento de paz, pero el cuerpo se mueve enseguida para reiniciar el rápido recorrido sin meta. Contempla por unos instantes el teléfono. Instalado por vez primera en la quietud, al mismo tiempo su semblante muestra la indecisión. Finalmente, decide descolgar el auricular y llamar a su querido vicepresidente Rainer Bonhof:
Rainer Bonhof: “¿Sí, señor presidente?”
Rolf Königs: “Rainer, le he estado dando muchas vueltas a la delicada situación que atravesamos. Sabes mejor que nadie que una nueva temporada semejante -o peor aún un descenso-, significaría mi adiós como presidente”.
Rainer Bonhof: Lo sé, pero no se preocupe. Trabajamos mucho para reconducir la situación. Verá que poco a poco iremos mejorando. Soy alguien optimista. Tras vivir en las puertas del infierno, a este club no le queda otra que subir.
Rolf Königs: Bueno, Rainer, tú viviste la etapa dorada como jugador, cuando nos enfrentábamos hombro con hombro contra el Bayern en una lucha titánica por ser el mejor. Incluso estuviste a punto de saborear la Champions. ¿Sabes? Desde que soy presidente sueño con revivir esos viejos laureles, pero cada vez soy más pesimista. Pienso que mi etapa de presidente será recordada con más pena que gloria. Incluso acostumbrarme a una etapa discreta en medio de la tabla me sabría a gloria.
Rainer Bonhof: No desespere, presidente. Es cierto que tuvimos una última temporada pésima, pero hay nombres de gran calidad que pueden ayudarnos a resurgir entre las cenizas: Ter Stegen, Nordtveit, Dante, Daems, Arango, Reus... Tenemos experiencia y gente joven. Es una combinación muy importante. Contamos con mimbres suficientes para remontar el vuelo.
Rolf Königs: Sí, tiene razón. Ahora, Rainer, es momento de elegir un nuevo entrenador. Me gustaría que fuese un hombre con experiencia y, sobre todo, con mano dura. Es el tipo de entrenador que necesitamos para volver a ilusionarnos.
Rainer Bonhof: Trabajo en ello con la directiva y barajamos varios nombres...
Rolf Königs: Tienes todo mi apoyo en la elección. No voy a imponerte nombres. Eso sí, como te acabo de decir: con experiencia y con mano dura. A ver si alguna vez puedo vivir tranquilo. Prefiero pasar desapercibido que como un presidente de mal recuerdo.
Rainer Bonhof siente un poco de pena por aquel hombre tendente a enfocar las responsabilidades en los demás, a abrazarse al pesimismo en cuanto vislumbra cualquier problema, a pasar desapercibido por la vida y a instalarse en su aburrida tranquilidad.
No sabe de fútbol, pero comparto su mismo deseo. También yo tengo ganas de que este equipo vuelva a ser grande y compita en Europa–pensaba antes de dirigirse a la reunión con la directiva-.
No sabemos si un perfil rígido y duro será la clave para acceder al Pórtico de la Gloria. En cualquier caso, el tiempo nos revelará el nuevo nombre y qué sucederá.
https://www.youtube.com/watch?v=1YTFM1Idyak