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Viktor Einar Billström

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Viktor Einar Billström: Una historia nórdica

El frío de nuevo abrasaba mi cuerpo. De nuevo me veía rodeado de nieve, la nive que tanto me gustaba y que siempre que no lograba rodearla con mis brazos, tocarla, sentía que desaparecería. al contrario que muchos de mis compatriotas, yo necesitaba el frío y amaba la nieve. Desde bien pequeño, mis padres me enseñaron a respetar a la nieve como si fuese lo único que poseíamos, pues pese a ser una de las naciones más avanzada en cuanto a todo, Suecia no era un clima propenso para todo aquello que sea estar en la calle realizando cualquier actividad. Las temperaturas extremadamente bajas lo impedían.

A pesar de ello, yo me enamoré de un deporte físico que se tenía que practicar en el exterior, aunque ellos, mis padres, nunca me dejaron. Al fín, logré convencerlos, pero sólo para jugar al fútbol sala, la variante bajo techo del fútbol. En ella me formé como jugador, aprendí el amargo sabor de la derrota, y sobretodo, aprendí someterme al liderazgo del más poderoso, del más importante, hasta serlo yo y lograr someter a los demás. Así aprendí a ser un líder, y tal vez a tener unas ideas demasiado tiránicas con apenas 16 años.

Tal vez por mis ideas, por mis planes de futuro, por como traté a mis sumisos, tal vez por todo aquello, el destino me deparó un final fatal para mi carrera, bajándome al suelo y haciéndome olvidar todas aquellas canalaldas que planeaba hacer. Así me vi con 17 años, con una lesión de las conocidas como tríada, y sin posibilidad alguna de jugar al fútbol más, al menos, profesionalmente. Mi vocación entonces pasó a manos del ejército, donde pensé que podría llegar lejos, pero, me rechazaron y eso fue algo que terminó de hundirme. No pasé el exámen físico, y ello me obsesionó hasta límites insospechados.

Cuando ya tenía 28 años, tenía un trabajo como entrenador de fútbol indoor. No hacía nada más que eso, enseñar a niños a jugar al fútbol sala, y entonces recobré el interés por volver a vivir. Por volver a este mundo. Me decidí y un año después me saqué el carnet de entrenador de equipos profesionales. Entonces, con ya 31 años me puse a buscar un equipo, y tras no lgorar ninguno en varios meses, el 2 de marzo de 2008 me llegó mi primera oferta formal de trabajo.

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Viktor Einar Billström: Una historia nórdica

Ligas cargadas.

-Dinamarca, todas

-Suecia, todas

-Rusia, todas

-Bielorrusia, todas

-Finlandia, todas

-Noruega, todas

Mi madre... que frio más grande!!!!

Da igual la Liga en la que juegues, todas las cargadas son para cagarse de frio!!!!

Muchas suerte por tu periplo nórdico!!!!

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