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PRÓLOGO

Esta es una historia sobre un país que son dos a la vez.

Una tierra en la que conviven tres religiones, donde sus gentes hablan una lengua que recibe tres nombres y dos alfabetos distintos.

Un país que a pesar de invasiones y ocupaciones extranjeras ha mantenido, salvo cortos lapsos de tiempo, intactas sus fronteras durante seis siglos.

Un país en teoría joven pero lleno de historia.

Un país donde además de la bandera nacional se pueden ver banderas extranjeras ondeando en sus edificios oficiales.

Un país donde algunos pueden ejercer su voto también en el país vecino.

Un país cansado de ver verter la sangre de sus habitantes una y otra vez a lo largo de la historia.

Un país donde el fútbol une y enfrenta a muerte a sus ciudadanos como no pasa en ninguna otra parte del mundo.

Un país donde todo es posible y nada es lo suficientemente extraño como para sorprender a nadie: Bosnia y Herzegovina.

Esta es la historia de un joven bosnio llamado Jovan Muftić.

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Sarajevo, donde vive, duerme, mata y muere el alma de Bosnia

ACLARACIÓN:

Para los nombres propios de personas y lugares he decidido en algunos casos usar las grafías originales. De esta forma os encontraréis con:

š, Š = se pronuncia como sh. Ejemplo: Shevchenko.

ć, Ć = como la che en castellano. Ejemplo: leche.

č,Č = un poco más fuerte que la che anterior. Ejemplo: match.

ž,Ž = como la j en francés o catalán. Ejemplo: je t'aime, Jordi.

Otros cambios:

j= se pronuncia como una i: Marija se pronuncia “Maria”, Ajvar se pronuncia “aivar”.

lj= parecido a la lle en castellano (en España) y la gl- en italiano. Ejemplos: llover, Pagliuca.

h= como en inglés. Ejemplo: hat trick

Gracias por vuestra paciencia y comprensión. Espero que os guste la historia.

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Capítulo 0

Eterno retorno

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"Si juegas con las líneas del mapa de Europa, tienes que encontrar Sarajevo. Primero trazas una línea desde París pasando por Venecia hasta Estambul, el Este más cercano que Europa conoció durante siglos. Una segunda línea empieza en el Norte de Europa, va entre Berlín y Varsovia, a través del Mediterráneo, y de ahí hasta África. Esas dos líneas se encuentran en Bosnia y Herzegovina. Y, de hecho, se cruzan justo encima de Sarajevo".

Sarajevo Survival Guide

- Mírame a los ojos, chaval... ¡a los ojos he dicho!

Un niño moreno de ojos color canela escruta el césped mojado como si buscara un agujero. Una puerta, un túnel. Algo que le permita escapar.

- ¿Me estás oyendo o no? ¡Levanta la cabeza ya, coño!

Jovan se seca las lágrimas y por fin separa su barbilla del pecho. En ese instante se dio cuenta de lo calvo que se estaba quedando su tío.

- Así nunca serás nadie en la vida, ¿me oyes? ¡Nadie! Llorando no se soluciona nada, ¿me oyes? Pero si lo que te apetece es llorar, nos sentamos aquí los dos a llorar hasta que pare de llover. Y ya sabes que es primavera, así que igual nos podemos tirar una semana aquí. Yo no tengo ningún problema, llamo a tu madre y le digo que no vamos a cenar esta noche, que tenemos que llorar...

El pequeño niega con la cabeza. La perspectiva de no cenar le aterra. Su tío Mile le agarra por el hombro y juntos entran en su viejo Yugo 45 que les llevaría a casa.

No hay tráfico en los alrededores del estadio de Grbavica, sede del Željezničar, equipo histórico de la ciudad de Sarajevo y al que Jovan sigue con pasión. En esos días de abril de 1984 la capital bosnia está tranquila, intentando recuperar la tranquilidad tras el loco ajetreo que supone albergar unos juegos olímpicos de invierno. Jovan sólo piensa en llegar a casa y abrazar a su madre.

- Otra vez será – le consuela su madre en sus brazos – otra vez será. Sólo es un juego, un juego. Eso es. Si no te han cogido, siempre puedes intentar conseguir otra prueba con otro equipo. Otra vez será, ya verás.

Diez años después, Jovan está sentado en un avión por primera vez en su vida. El vuelo a Estocolmo se retrasará unos veinte minutos por una avería técnica. Nada funciona en este país, piensa, al tiempo que oye las explosiones de mortero. Marijin Dvor, piensa, es en Marijin Dvor, cerca de la estación de tren. Jovan suspira aliviado al darse cuenta de ya no queda nadie de su familia viviendo allí. No queda nadie.

Tal y como había avisado la azafata, veinte minutos después su avión deja Sarajevo rumbo a las frías tierras suecas. Atrás quedan dos años de asedio de la ciudad. Dos años sobreviviendo bajo las granadas, los disparos de los francotiradores, los cortes de electricidad, agua, y gas. Dos años en un sótano, quemando muebles para resistir el crudo invierno bosnio.

Jovan se sienta al lado de la ventana y ve las columnas de humo que han dejado esas explosiones. No es Marijin Dvor, es Grbavica, su barrio. Justo al lado del centro comercial. Una gota de sudor frío recorre su frente. ¡Mierda, Emina! Quisiera bajarse de ese avión, correr hacia el humo y buscar entre los escombros. Gritar su nombre. Encontrarla y abrazarla. Pero el avión se aleja cada vez más del suelo de la ciudad que lo vio crecer.

Jovan sólo puede llorar y recordar las palabras de su madre. Otra vez será, Sarajevo. Otra vez será.

- Llorando no se soluciona nada, ¿me oyes? Eso me dice siempre mi padre. Pero si lo que te apetece es llorar...

A su lado, una niña de tez morena y ojos verdes le sonríe. Su serbocroata suena demasiado artificial, piensa él mientras acepta el pañuelo de papel que sonriente le extiende.

-Gracias.

- De nada. Además, hoy es motivo de celebración. Es mi cumpleaños. Ya tengo diez, ¿sabes?

- Felicidades...

- Nada, me llamo Nada, ¿y tú?

- Felicidades, Nada. Yo soy Jovan.

- Gracias Jovan.

Una lágrima recorre la mejilla derecha de Nada, que en serbocroata significa esperanza.

Unos miles de metros abajo, el verde de las montañas bosnias y el turquesa de las aguas del río Neretva indica que dentro de poco sobrevolarán Mostar.

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Capítulo 1

Herzegovina y Bosnia

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El Stari Most (Puente Viejo) y el río Neretva, símbolos de Mostar, donde todo empezó

Jelena dejó su Mostar natal a los quince años por amor. Se escapó de casa para reunirse con Hajro, joven promesa del Željezničar, actual líder de la máxima categoría del fútbol yugoslavo. El Željo, tal y como lo conocen sus fieles seguidores, es el club de fútbol más antiguo de Sarajevo. Fue fundado en 1923 por los trabajadores de la compañía ferroviaria de la capital bosnia (željezničar significa ferroviario en serbocroata), y en honor a ellos su zamarra luce el color azul de los uniformes de trabajo de los ferroviarios.

Hace dos años, Hajro Muftić encontró a Jelena en un café cercano al Puente Viejo (Stari Most) que le da nombre y fama a Mostar. El Željo se encontraba entonces plagado de bajas por lesión, por lo que el entrenador se vio obligado a echar mano de un par de jugadores del juvenil. A pesar de que apenas cien kilómetros separan Sarajevo de Mostar, era la primera vez que Hajro paseaba por sus calles empedradas. El sol de mayo calienta demasiado en Herzegovina, así que decidió hacer una parada y tomar un café. Ese café le cambió la vida.

Minutos antes de que su tren entrara en la estación de Sarajevo, Jelena pensaba en esos dos años en los que Hajro le visitaba cada vez que al Željo le tocaba jugar contra el Velež Mostar. Después de aquella tarde de mayo, se vieron tres veces más: dos por cada temporada de liga y una por la eliminatoria de copa. Él le pidió que se escapara, que se fuera a Sarajevo con ella, que desde el inicio de la temporada actual su sueldo de jugador profesional les daría para vivir decentemente. Jelena decidió hacerlo en secreto. Su padre, un serbobosnio demasiado apegado a la tradición cristiana ortodoxa, jamás aceptaría que su niña, su ojito derecho, se viera con un musulmán. Haciendo tripas corazón, echó la ropa que encontró en la vieja maleta de cuero y se escapó al alba.

Hajrudin Muftić, más conocido como Hajro, la esperaba en la estación con un ramo de rosas rojas y blancas. Andaba de arriba a abajo, fumaba sin parar. Cualquiera diría que se encontraba en la sala de espera de un hospital esperando que el doctor saliera a comunicarle que era padre de un robusto niño. ¿Vendrá como acordamos la última vez o se habrá arrepentido? Otro cigarrillo más y otra mirada a las vías. Un temblor y una columna de humo le avisó de la llegada del tren procedente de Mostar.

- Bienvenida a Sarajevo, mi amor.

Y se abrazaron.

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Capítulo 2

Lógica (Parte 1)

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Enséñame de qué estás hecho, demuéstrame que esto no es una ilusión. Llegó tu hora.

Jelena miraba por la ventana al tiempo que escuchaba el partido por la radio. Ese día el Željo se enfrentaba en casa contra el Estrella Roja de Belgrado en la última jornada de la Prva Liga o Primera Liga de Yugoslavia. Al que pensara a principios de temporada que el modesto club bosnio lideraría la competición en la última jornada, le habrían tildado de loco. Eterno favorito al título, el Estrella Roja visitaba el estadio de Koševo con la necesidad imperiosa de ganar para proclamarse campeón y poner un final lógico a la liga. Les separaban 2 puntos en la clasificación. Una victoria llevaría el trofeo a Belgrado, ya que el gol average era favorable al club serbio.

No iba a ser tarea fácil, pues el Željo había mostrado una solidez defensiva asombrosa: tan sólo 19 goles encajados en 33 partidos. Además, llevado en volandas por una hinchada incansable conocida como “Los Maníacos”, los azules se encontraban imbatidos en casa. Debido a las obras de remodelación de su estadio, el Željo jugaba desde 1968 en el estadio Koševo, feudo de su máximo rival, el FK Sarajevo. La hinchada azul se relamía ante la posibilidad de proclamarse campeón en la sede del eterno rival. Era una motivación extra para todos los miembros del club ferroviario.

La prensa señalaba dos factores que daban como favorito al Estrella Roja para ganar el partido y el campeonato. En primer lugar, la presión de ser campeón había hecho mella en el Željo, formado por jugadores jóvenes para los que era la primera vez que tenían posibilidades de ganar un campeonato. En las últimas dos jornadas, perdieron contra el ya matemáticamente descendido Maribor y cedieron el único punto en casa de toda la temporada ante el Partizán. Por contra, el Estrella Roja venía de vencer y convencer contra el Dinamo Zagreb y el FK Sarajevo. Todo indica que el campeón serbio sabía mejor cómo aguantar la presión que el inexperto y modesto club bosnio.

En segundo lugar, el Željo contaba con dos bajas muy importantes. Ni más ni menos que su máximo goleador, Josip Bukal, y su capitán Bratić, defensa central y emblema del equipo. Blagoje Bratić, nacido a escasos metros del estadio del Željo, era conocido como “El Conde”, apodo que le puso Pelé tras un encuentro celebrado tres años atrás entre el Santos y un combinado de jugadores de Sarajevo. Pelé anotó el solitario gol del partido de la única manera que encontró de burlar el férreo marcaje de Bratić: de espaldas a la portería, de chilena.

Pero Jelena no pensaba en nada de esto mientras oía las alineaciones en la radio. Miraba por la ventana y se acordaba de sus padres. Hacía ya medio año que no los veía. En ese momento, un nombre le hizo volver de su ensimismamiento: “... y con el número 11, Hajro Muftić...”. Hajro sería titular, supliendo la baja del artillero Bukal, del que se dice que era capaz de chutar a más de 140 kilómetros por hora. Menudo papel te espera, Hajro, pensó Jelena.

Empezó a rodar el balón. Aquel 26 de mayo se decidiría el campeón de la temporada 1971-1972 de la Primera Liga de Yugoslavia. El Željo tenía al alcance de su mano proclamarse campeón de liga por primera vez en su historia. Nadie se lo quiso perder: el Koševo presentaba la mejor entrada de su historia, con más de 35000 almas que llenaban cada uno de sus rincones.

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Capítulo 3

Lógica (Parte 2)

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El Estrella Roja aquella noche del 26 de mayo de 1972

Como era de esperar, el Estrella Roja dominaba de forma arrolladora el partido. Una y otra vez llegaban al área, siempre culminando la jugada. A los diez minutos, Janjuš sacaba una manopla imposible a mano cambiada evitando el gol que ya cantaba el millar de aficionados serbios. Cinco minutos después, “El Mago” Džajić lanzaba incomprensiblemente el balón fuera cuando sólo le quedaba batir al portero bosnio.

Los defensas del Željo no paraban de gritarse unos a otros. No sabían cómo era posible que un equipo que se había basado en su rigor defensivo se veía impotente ante los ataques del Estrella Roja. Incluso Los Maníacos estaban en silencio, esperando lo peor. Tenían demasiado miedo a perder.

Y normalmente eso se paga. Džajić esta vez no falló su cabezazo a la salida de un corner. Janjuš vio el balón entrando por su escuadra izquierda. El millar de gargantas serbias rugió de alegría. Silencio sepulcral en el resto del estadio.

El gol del club serbio no cambió la tónica del partido. Una y otra vez se sucedían las llegadas de los rojiblancos al área de los bosnios, incapaces de trenzar una jugada de ataque. Los nervios atenazaban las piernas de los jugadores del Željo, que empezaron a canalizar su impotencia pegando patadas. Se llegaba al descanso con el 0-1 en el marcador y tres tarjetas amarillas para los azules. El Estrella Roja contaba con diez tiros, de los cuales siete fueron entre los tres palos. El Željo ni siquiera había chutado a puerta.

Mal pintaban las cosas para Hajro y los suyos. Jelena resoplaba y se mordía las uñas. Aprovechó el descanso para preparar otro café cuando alguien llamó a la puerta. Era Marija, su vecina de arriba. Jelena no pudo disimular la sorpresa en su rostro y la invitó a pasar.

- Sé que tu marido... o lo que sea está jugando el partido. Mi marido ha bajado a la Casa del Pueblo a verlo, han puesto una televisión de esas allá para que todos lo vean. Como un cine, vamos.

Jelena no dijo nada. Aquella mujer nunca le había dirigido la palabra en los seis meses que llevaban allí. La única comunicación que habían tenido eran las miradas de desaprobación que Jelena recibía cada vez que se cruzaban por la escalera. Era evidente que no le hacía gracia ver a esos jovencitos vivir juntos sin haberse casado. Jelena la dejó continuar.

- Pero mujer, no te vas a quedar aquí sola. Vente conmigo y los vemos las dos juntas. Yo tampoco entiendo mucho de eso del fútbol, y así podemos hablar de nuestras cosas.

Jelena sonrió.

- Vale, pero estoy haciendo café, así que espera a se haga y lo pongo en el termo y me lo llevo.

Cuando Jelena ocupó su asiento frente al televisor, la segunda parte ya había comenzado. El Željo empujaba con más corazón que cabeza, pero al menos había recuperado la iniciativa del partido. Sin embargo, Hajro seguía pasando desapercibido. Apenas llegaban buenos balones a la delantera. Todo eran pases largos desde la defensa que neutralizaban los centrales rojiblancos con facilidad.

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Katalinski, central del Zeljo, marcó el gol con el que Yugoslavia eliminó a España en Alemania 1974

El tiempo se paró por un instante en el minuto veinte de la segunda parte. Hajro recibía un excelente pase entre los centrales serbios y se plantaba solo ante el portero. Lanzó un zurdazo tremendo. Los Maníacos, de pie en sus asientos, aguantaban la respiración. También Jelena. El balón superaba al impotente arquero rojiblanco y se dirigía imparable a la red, pero en lugar de eso se estrelló en el larguero y el rechace cayó a los pies del lateral izquierdo serbio, que lo despejó con todas sus fuerzas. Jelena y media Bosnia se echaban las manos a la cabeza. Hajro maldecía como solo un bosnio sabe hacer. Había desaprovechado la única oportunidad clara de su equipo para empatar y así ser campeones.

Quince minutos más tarde, y a pesar de los dos cambios introducidos por Milan Ribar, técnico del Željo, no había nada nuevo que contar. Los locales dominaban la posesión de balón sin crear apenas peligro. Un par de tiros lejanos que llegaron mansos a las manos del portero, y un cabezazo de Hajro que salió fuera. Una vez más, el Željo recuperaba la pelota por medio de Katalinski. Así lo narró el legendario comentarista Srdjan Miletić:

“... la lleva de nuevo Katalinski, avanza con ella el Mariscal del área... se frena, la toca en corto con Hadžiabdić, vamos a ver qué inventas Enver... Hadžiabdić se la deja a Muftić, vamos Hajro... bien Muftić se deshace de la presión de Jelinović y avanza... vaya caño acaba de tirarle a Misković!! Y sigue avanzando Hajro... está cerca del área, tiene enfrente a “Bleki” Bogićević... maravilloso pase para Janković...el Željo puede marcar... Jankoviiiiiiić... se va del portero y GOOOOOOOOL! GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL DE JANKOVIC!! EMPATA EL ŽELJO!! ŽELJO 1, ESTRELLA ROJA 1!! EL ŽELJO ES AHORA CAMPEON!!”

La locura se desata en el estadio. Miles de gargantas gritan. Los Maníacos se abrazan. Janković abraza a Hajro, y nueve jugadores más se les echan encima. Hasta Jelena abrazó a Marija. Quedaban nueve minutos para que el Željo hiciera historia.

Los locales se echaron atrás para defender el 1-1 que les hacía campeones. El Estrella Roja volvía a la carga, pero esta vez las prisas atenazaban las piernas de sus jugadores. El goleador rojiblanco Lazarević recibe al borde del área, pero su disparo se va a las nubes. “El Mago” Džajić lanzaba a las manos de Janjuš una falta cercana al área. Milan Ribar agota el tercer cambio de los azules retirando a Janković por un defensa más.

Quedaban cuatro minutos para el final cuando de nuevo Džajić recibe el balón y avanza por la banda izquierda, recorta al defensa y centra al área. El fuerte cabezazo de Janković lo rechaza como puede Janjuš, pero el balón cae muerto a los pies de Džajić, quien se dispone a empujarla dentro. Janjuš reacciona a la velocidad de la luz y se lanza y agarra el esférico. Los miles de aficionados azules resoplan con alivio.

Pero poco les duraría la alegría. El silbato del árbitro ha sonado. Señala penalty. Džajić está en el suelo, reclamando que el portero bosnio le ha derribado. El colegiado no duda y señala el penalty en el minuto 87, ante la estupefacción de los seguidores bosnios. Parece que Janjuš coge el balón de forma limpia, sin tocar al delantero, que simplemente hace teatro y se deja caer. Los jugadores locales rodean al árbitro. Nadie cree que eso pueda ser penalty. Pero no hacen cambiar de opinión al colegiado, quien aplica el reglamento a rajatabla: penalty y roja para Janjuš.

El público ruge enfervorecido. Janjuš abandona el campo llorando. Se oyen gritos de “¡Fuera! ¡Fuera!”, mientras algunos se acuerdan de la madre del colegiado croata. Caen algunas botellas de agua al césped.

Hajro recibió los guantes y la camiseta de Janjuš. Era lo que el técnico bosnio gritaba desde la banda. Era lo que se suponía que tenían que hacer si esto pasaba. Hajro resoplaba mientras se colocaba los guantes. Hadžiabdić, Katalinski y otros compañeros se acercaron a darle ánimos. Mientras se colocaba bajo palos, pensaba en Jelena. Dame fuerzas, Jele. Enfrente, Lazarević, el lanzador de penaltis de la selección yugoslava.

Se hizo el silencio más aterrador cuando Lazarević tomó carrerilla y chutó. Hajro se lanzó instintivamente a la derecha, sin darle tiempo a ver hacia dónde iba el obús que salió de las piernas de Lazarević. Esa es la última cosa que Hajro recuerda haber hecho.

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Capítulo 4

Génesis

Hajro se despertó bajo la ducha veinte minutos después. Sus compañeros, casi desnudos, bailaban, se abrazaban. Una botella de rakija, el brandy local, iba de mano en mano. Campeones, campeones, gritaban.

¡Está despierto! - gritó Janković.

¡A por él! - rugió Janjuš.

Hasta el entrenador se sumó a la piña que manteaba a Hajro, que no entendía nada de lo que estaba pasando. ¿Eran realmente campeones? Eso parecía. Una vez lo dejaron en el suelo, Hajro apartó a Janković y le preguntó:

¿Qué ha pasado?

Pobrecito, vaya balonazo te has llevado, ¿eh? ¡Y en toda la cara! Pero lo tienes todo, ¿no? A ver, ojos, nariz, un poco hinchada pero ahí está... boca... barbilla... tranquilo que está todo...

¿Con la cara? ¿Lo he parado con la cara?

El pobre de Lazarević ha lanzado un misil sin pensar dónde iría... y te ha dado en la cara. Has caído redondo y te han sacado en camilla inconsciente. Pero estás bien ya, ¿no?

Sí, sí, un poco mareado pero bien... ¡¡¡cómo no voy a estar bien si somos campeoneeeeeees!!!

Y bebió un trago de rakija para unirse a la fiesta. El Željezničar era campeón de liga por primera vez en su historia.

Tres horas tardó Hajro en poder volver a casa. Una marea azul llenaba las calles de su barrio. Todos querían hablar con él, con el héroe, abrazarle, besarle, tocar su cara. Esa cara que les había hecho campeones.

Jelena abrió la puerta y rompió a llorar al ver a Hajro de vuelta. Lo último que sabía de él es que lo habían retirado inconsciente del campo. Estuvo sentada durante tres horas, pegada a la radio. Pero nadie parecía saber nada de su amado. Y los nervios la consumían.

Estoy bien, mi amor, estoy bien... ya está, ya... - Hajro la abrazó y la besó tiernamente en los labios - . Además... ¿no crees que tenemos algo que celebrar?

El 1 de marzo de 1973, o lo que es lo mismo, nueve meses y tres días después, nacía en el hospital de Koševo, justo al lado del estadio, Jovan Muftić, hijo de Jelena Santić y Hajrudin Muftić.

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De alguna manera tenía que pasar...

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Capítulo 5

El día de mañana

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Una tienda de camisetas de fútbol en Sarajevo

Una joven rubia está tumbada en un sofá. Sus ojos azul cielo siguen las líneas de una novela de guerra. Al protagonista, un reportero de la televisión británica, un casco azul le apunta a la cabeza. Le amenaza con disparar si no le entrega una cinta de vídeo que compromete la actuación de la ONU en la guerra de Bosnia. Esto lo he visto ya mil veces, piensa la chica rubia, y cierra el libro. Se levanta para darle más potencia al ventilador. Un móvil vibra en la mesa.

- Jovan, ¡te llaman! ¡Jovan! ¡Jovan!

La rubia decide responder la llamada.

-¿Si?

- Oye Jovan pon la tele pero ya.

- ¿Quién eres?

- Ah perdona, eres Erika, ¿no?

- ¿Quién eres?

- Soy Dino, Erika. ¿Está Jovan?

- Ah, sí, Dino, perdona que no te había reconocido. Jovan está durmiendo la siesta.

- Dile que se despierte y ponga la tele, que es importante, y que me llame luego, ¿vale?

- Vale Dino, ¿todo bien en casa?

- Sí, sí, gracias... tú ves y despierta al gandul de tu novio, ¿vale? Hablamos luego.

Y colgó. Nunca entenderé la costumbre esta balcánica de despedirse tan bruscamente, pensó Erika.

- Levántate holgazán... despierta oso perezoso...

Erika le hizo cosquillas en las plantas de los pies y Jovan dio un salto de la cama.

- Hmmm... ¿qué pasa? ¿Qué quieres?

- Dino acaba de llamarte y dice que pongas la tele, que es importante. Y me ha sonado como si el mundo se acabara.

- Déjalo, es un exagerado. Ya lo llamo luego.

- Pero parecía realmente impor...

- Luego lo llamo... déjame dormir un rato más.

Erika vuelve al salón y se acerca de nuevo al ventilador. Maldito Sarajevo, no hay quien soporte este calor, piensa para sí misma. Otra vez vibra el móvil.

- Que ha llamado tu tío Mile y dice que si has visto lo que están dando por la tele... que es muy fuerte y no sé qué más he podido entenderle porque estaba como loco...

- Hmmm...sssstá bien, voy...

Jovan abraza a su novia, que prácticamente le arrastra al salón. Enciende la televisión y hay una edición especial de los informativos.

- Seguimos en directo desde el centro de Sarajevo... tras una espectacular redada policial acaba de ser arrestado hace escasos minutos el seleccionador nacional Fuad Muzurović. Junto a él en el centro vemos a varios de sus colaboradores, me parece distinguir a su preparador físico Meho Ristić además del seleccionador sub 21 Adis Kapetanović. Fuentes policiales nos indican que están acusados de un delito de tráfico de armas. Al parecer las armas llegaban a Bosnia desde Kosovo, y se sospecha que los detenidos están relacionados con la mafia kosovar. Queda por confirmar una posible vinculación de Muzurović y sus preparadores con una trama de amaño de partidos internacionales...

Jovan mira la televisión como platos. Han arrestado al seleccionador nacional de Bosnia y Herzegovina, además de al preparador físico y al técnico del combinado sub 21. Es difícil de creer.

- País de corruptos... como si no se moviera ya suficiente dinero en el fútbol, hala, a vender armas... anda que...

- ¿Qué pasa, que en Suecia no hay corruptos, no? ¿O ya no te acuerdas, Erika?

Erika calla y vuelve a tomar el libro. Jovan recibe otra llamada, pero no es Dino ni su tío Mile.

- Hola Jovo.

(Jovo era el diminutivo de Jovan que usaban algunos amigos suyos).

- Hola Elvir, ¿cómo estás?

- ¿Has visto lo de Fuad, Jovo?

- Sí, lo estoy viendo. Increíble...

- Escucha bien, Jovo. En dos horas tenemos reunión urgente en la federación. Quieren actuar rápido, que esto salpique lo mínimo posible.

- Entiendo... ¿y qué?

- Te voy a proponer como seleccionador, Jovo.

- ¡¿Quéeee?!

- Lo que oyes. Voy a ver si convenzo a la secretaría general...

- Pero si yo no...

- Mira, eres joven y eso daría sensación de renovación, de reforma. La gente está harta de viejas glorias, Jovo. Necesitamos aire fresco. Un cambio radical.

- Pero escúchame... se va a liar una gorda...

- No, Jovo, escúchame tú a mí. Como entrenador del Slavija, tienes el voto serbio, y a la vez caes simpático a los musulmanes por tu apellido... sé que el croata va a proponer a Blažević...

- Porque Blažević es el hombre ideal, Elvir... mira lo que hizo con Croacia en el 98. Ni más ni menos que terceros en un mundial...

- Y por eso pide demasiado dinero y no estamos para tirar cohetes y lo sabes. Además necesitan un golpe de efecto mediático y tú lo darías... nadie se espera tu nombramiento... hasta creo que el secretario general es fan de tu Slavija... has hecho una gran temporada, Jovo...

- No es lo mismo, Elvir. No sé si estoy preparado para esto.

- Lo estás. Imagínate: los dos trabajando codo a codo, como en los viejos tiempos. Y en la selección, Jovo, ¡en la selección! Te voy a proponer esta noche. Así que yo de ti estaría preparado por si acaso.

- Es una locura, Elvir.

- Hasta luego, Jovo,

- Hasta luego.

Elvir Bolić, segundo entrenador del combinado nacional además de jugador que ha vestido más veces la elástica bosnia, entraba a la sala de juntas de la Federación Nacional de Fútbol de Bosnia y Herzegovina. En la mesa, su propuesta y la del representante bosniocroata: Blažević. Tras varias horas de debate y negociaciones el representante bosniocroata cedió al nombramiento de Jovan Muftić como seleccionador nacional. A cambio de esto, dos de sus personas de confianza entrarían en el organigrama: Branimir Tulić sería el nuevo seleccionador sub 21 y Vladimir Gudelj sería un preparador más de la selección absoluta.

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Elvir Bolić celebrando un gol de Bosnia

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Muftić será el nuevo seleccionador de Bosnia y Herzegovina

El hasta hoy entrenador del Slavija Sarajevo se incorporará a su cargo mañana

Sarajevo. 27/06/2007. AGENCIAS

Tras la impactante noticia de la detención del ya ex seleccionador bosnio Muzurović, la Federación Bosnia de Fútbol ha enviado una nota de prensa comunicando que a partir de mañana Jovan Muftić tomará las riendas de la selección de Bosnia y Herzegovina. La rueda de prensa está prevista para mañana a las 11 horas en el Holiday Inn de Sarajevo. La Federación rompe así con todos los pronósticos que daban como futuro seleccionador a Miroslav Blažević, quien entre otros llevó a Croacia al tercer puesto en el mundial de Francia'98.

Jovan Muftić se convierte a sus 34 años en el seleccionador más joven en el cargo. Su carrera empezó en 1997, cuando con apenas 24 años entrenó al FK Balkan de la tercera división sueca, donde militaba una joven promesa llamada Zlatan Ibrahimović. Tras dos temporadas, ficha por el Malmö B de la segunda división. Un año después, Muftić regresa a Bosnia para dirigir el FK Olimpik Sarajevo de tercera división. Consigue ascenderlo a segunda, donde permanece tres temporadas más. En junio de 2004 Muftić acepta la oferta del Slavija Sarajevo, equipo recién ascendido a la Premier bosnia. Entrenó al Slavija durante tres temporadas, periodo en el cual consiguió un tercer puesto en Liga y un subcampeonato de Copa, ambos durante la temporada 2006-2007.

Pinta Interesantisima la historia, muy buenos relatos :D. Vamos a ver que tal le va a Jovan como seleccionador de Bosnia Herzegovina, tenemos jugadores interesantes como Salihamidžić y Sergej Barbarez. Mucha suerte con la seleccion. Un consejo, reduce tu firma a 500x200 px o pide una aqui. :D. SaludoS!!

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Pinta Interesantisima la historia, muy buenos relatos xD. Vamos a ver que tal le va a Jovan como seleccionador de Bosnia Herzegovina, tenemos jugadores interesantes como Salihamidžić y Sergej Barbarez. Mucha suerte con la seleccion. Un consejo, reduce tu firma a 500x200 px o pide una aqui. :D. SaludoS!!

Gracias Francky!

Jovan lo va a tener difícil, porque precisamente no cuenta ni con Salihamidžić ni con Barbarez, ambos retirados de su selección. Aunque los va a intentar convencer para que vuelvan, suena complicado.

Ya he cambiado mi firma a una más decente... porque veo que el tamaño sí importa! :D

Gracias por el consejo!

Saludos!

Buen historia, tiene una pinta muy buena.

Magnificos relatos.

Te sigo!

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