Die Geschichte von Matthias - Der Enkel des Lehrers (La historia de Matthias - El nieto del maestro) Kapitel 1 – Matthias Hof (Capitulo 1. Matthias Hof) Teil 1 – Der Brief des Vaters (Parte 1. La carta del padre) En algún lugar de Argentina. El teléfono sonó temprano en la mañana. Matthias Hof, todavía medio adormilado, vio en la pantalla el número de su madre. Un presentimiento extraño lo invadió mientras contestaba. —Matthias… —la voz de Ingrid, rota por el llanto, apenas se escuchaba—. Es tu padre… ha fallecido. El mundo pareció detenerse. No hubo ruido, solo el silencio pesado del departamento en Buenos Aires, y el eco de la noticia que le rompía el pecho. Karl Hof, su padre, su referente, su conexión directa con la historia familiar, ya no estaba. Tomó el primer vuelo a Bariloche. El viaje fue largo, gris y silencioso. Miraba por la ventanilla los lagos y montañas, recordando los veranos de su infancia, cuando corría detrás de la pelota con su padre en los pastos de la ciudad, escuchando sus consejos y su pasión por el fútbol. Nunca había sentido tanta mezcla de vacío y nostalgia. Al llegar a la casa familiar, el olor a madera húmeda y a leña recién encendida lo recibió. Su madre, Ingrid, lo abrazó con fuerza, sosteniendo entre las manos un pañuelo empapado en lágrimas. Lara, su hermana menor, se acercó con los ojos rojos y la respiración entrecortada. —Ven, Matthias —dijo Ingrid—. Antes de que te vayas, tu padre quería que tuvieras esto. Le entregaron un sobre cerrado, con la caligrafía firme y elegante de Karl Hof. Matthias lo sostuvo entre sus manos, sintiendo el peso de cada palabra sin siquiera abrirlo. La carta parecía latir con la memoria de su padre, con todos los años de consejos, risas, advertencias y amor silencioso. Se sentó en el sillón junto a la ventana, dejando que la luz tenue del atardecer iluminara el papel en sus manos. La nieve comenzaba a caer suavemente sobre los techos de Bariloche, y Matthias sintió un nudo en la garganta. Sabía que sus experiencias, sus viajes y aprendizajes, ahora tenían un nuevo significado. Todo su pasado y sus decisiones previas parecían conducirlo hacia un único punto. El sobre cerrado en sus manos era más que papel: era un puente hacia algo que él aún no comprendía del todo, una responsabilidad y un llamado que debía responder. Ingrid y Lara se sentaron a su lado, en silencio. No hacían falta palabras; la carta de Karl ya hablaba por sí misma, aunque todavía nadie más la hubiera leído. Matthias respiró hondo, sintiendo cómo el peso de la pérdida y de la promesa contenida en ese sobre empezaba a marcar el inicio de un camino inevitable. Afueras, la nieve cubría las calles y el lago reflejaba un cielo gris plomizo. Matthias cerró los ojos, sabiendo que algo estaba a punto de cambiar para siempre.
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