NOTICIAS DEL FÚTBOL EUROPEO - TEMPORADA 2026/27La campaña 2026/27 fue un año en que los grandes lograron consagrarse en las principales ligas europeas con actuaciones y partidos que quedarán en el recuerdo de los hinchas. 🏆 - CHAMPIONS LEAGUE - LOS IMPARABLES DE TUCHELLa Champions League 2026/27 tuvo un claro protagonista: el Real Madrid. El conjunto dirigido por Thomas Tuchel desplegó una temporada casi perfecta, combinando la solidez táctica que caracteriza al entrenador alemán con la jerarquía individual que distingue a los grandes equipos blancos. Con un fútbol de control y contundencia, el Madrid volvió a coronarse en el máximo torneo continental y amplió su leyenda europea. El Real Madrid cerró la temporada continental con una versión dominante, pragmática y elegante. Thomas Tuchel encontró el equilibrio entre el orden y la libertad creativa, potenciando a Vinícius, Bellingham y Rodrygo en un engranaje táctico que no dio respiro a ningún rival. En una edición de la Champions que buscaba paridad, el Madrid terminó reinventando la hegemonía, conquistando Europa con una autoridad que recordó a las grandes gestas de su historia. Terminó líder de la fase de liga con 22 puntos, producto de siete victorias y un empate, y un diferencial de goles que reflejó su superioridad. Fue el equipo más equilibrado del certamen, con una defensa sólida y un ataque que alternó vértigo y precisión quirúrgica. En octavos de final, los de Tuchel aplastaron 4-1 al RB Leipzig, dejando sin respuesta al conjunto alemán con una exhibición de Vinícius y Bellingham. En cuartos, el golpe fue aún mayor: un 7-1 global ante el Inter de Milán, mostrando la máxima expresión del equipo. Las semifinales ante el Arsenal de Carlo Ancelotti fueron más tácticas, pero el Madrid impuso su jerarquía para ganar 3-1 en el global y sellar el pase a la final con solvencia. En el partido decisivo, jugado en un repleto Puskás Ferenc Stadion, los blancos no dejaron lugar a dudas: golearon 4-0 al Manchester City de Pep Guardiola y levantaron una nueva Copa de Europa, reafirmando su hegemonía continental. Aun así, la estructura de Guardiola volvió a sostenerse en pilares reconocibles como la voracidad de Erling Haaland, que cerró el curso europeo como máximo artillero del torneo con 11 goles. Sin embargo, ni siquiera su potencia pudo evitar la caída ante un Real Madrid que esta vez fue tan implacable en ataque como ordenado en defensa. En el plano turco, Fenerbahçe fue el único representante en la fase de liga, pero su participación terminó sin pena ni gloria. El conjunto de Estambul apenas logró una victoria y un empate, quedando lejos de los puestos de clasificación. La diferencia de jerarquía con las potencias europeas fue evidente, aunque la experiencia puede servir de punto de partida para futuras campañas internacionales. 🇬🇧 - PREMIER LEAGUE - PEP SIGUE VIGENTELa temporada 2026-27 de la Premier League volvió a darle picante a uno de los mejores torneos del mundo. En Inglaterra se consagró el Manchester City con 88 puntos y una superioridad sostenida en el juego. El equipo de Pep Guardiola fue campeón otra vez, imponiéndose desde la regularidad más que desde la inspiración. Su fútbol, maduro y funcional, fue una máquina de precisión que solo el Arsenal logró seguir de cerca, quedando a seis puntos del líder pero no llegó a revalidar el título bajo la conducción de Carlo Ancelotti. El City reafirmó su hegemonía nacional ya que no solo conquistó la Premier League, sino que también sumó la Carabao Cup, donde venció con autoridad 3-0 al Chelsea en la final. Sin embargo, la temporada dejó un sabor agridulce: pese a su dominio local, cayó en la final de la Champions League ante el Real Madrid, que lo goleó 4-0 en un duelo que expuso sus límites ante la élite continental. El Arsenal, por su parte, ganó con autoridad la FA Cup tras golear 3-0 al Burnley en Wembley. Con una plantilla que ya sabe lo que es salir campeón se despidió con un trofeo bajo el brazo aunque no logró festejar en las competencias más relevantes. Detrás de los gigantes, Liverpool, Chelsea y Tottenham también aseguraron su presencia en la próxima Champions League, manteniendo la representación inglesa intacta en la máxima competencia. El Everton, en cambio, vivió un año de ensueño desde otro lugar: se quedó con la Conference League y además finalizó 6º en la Premier, logrando clasificarse a la Europa League. El equipo de Unai Emery fue una revelación continental. Exhibió un juego ofensivo y eficaz, encabezado por Talisca, su gran figura y máximo goleador del torneo con 10 tantos. Superó sin dificultades al Wolfsberger (5-2), al Olympiacos (7-1) y al Sparta Praga (2-0) antes de consagrarse en una final vibrante 4-3 ante el Sporting de Lisboa. El éxito europeo devolvió al club una identidad competitiva perdida hace mucho tiempo. Además de los Toffees, los Wolves completaron una campaña inesperada. Tras un comienzo desastroso, en la que llegaron a ocupar el último lugar de la tabla, la dirigencia despidió a Alexander Blessin y apostó por Ryan Mason como entrenador. El joven técnico inglés revitalizó al equipo, le dio fluidez al mediocampo y una presión alta más ambiciosa. El cambio de aire resultó decisivo: los Wolves escalaron posiciones hasta terminar séptimos, clasificándose también a la Europa League. Un cierre tan meritorio como prometedor. El Manchester United, en cambio, vivió un año oscuro. Quedó fuera de toda competencia europea, hundido en la irregularidad y la falta de rumbo. La brecha con los equipos de vanguardia parece cada vez más grande en los pasillos de Old Trafford. Por el fondo, el descenso de Norwich City, Luton Town y Nottingham Forest confirmó la dificultad de sostenerse en una liga cada vez más exigente, donde los errores se pagan con la categoría. El podio de goleadores reflejó el equilibrio del torneo: Viktor Gyökeres (Chelsea), Dominic Calvert-Lewin (Everton) e Ivan Toney (Brentford) compartieron el título de máximos artilleros con 19 goles cada uno. Tres estilos diferentes, tres historias de reivindicación, en una liga que ya no depende de una sola figura para definir partidos. La Premier League dejó señales de cambio. El Arsenal recuperó jerarquía, Everton y Wolves demostraron que el crecimiento puede venir desde proyectos más modestos, y el mapa europeo se redibujó con nuevos protagonistas. Guardiola sigue reinando, pero el margen se achica. Inglaterra no se aburre: evoluciona, se reinventa y promete otra temporada de vértigo, revancha y ambición. 🇮🇹 - SERIE A - JUVENTUS RECUPERA EL TRONOLa temporada 2026-27 devolvió al fútbol italiano una vieja postal: la Juventus levantando el Scudetto. En un campeonato de enorme paridad, el equipo de Sérgio Conceição se impuso con 84 puntos, apenas uno más que el Milan, y cerró un año que combinó eficacia doméstica y gloria continental. La Vecchia Signora no solo conquistó la liga italiana, sino que además coronó su regreso al protagonismo europeo con el título de la Europa League, completando una campaña redonda que la reinstala entre los grandes del continente. La Juve de Conceição no fue brillante, pero sí implacable. Construyó su fortaleza desde la solidez defensiva, la presión organizada y la contundencia de su goleador: Dušan Vlahović, quien firmó una temporada sensacional. El delantero serbio fue capocannoniere con 20 goles en Serie A y además máximo artillero de la Europa League, donde anotó 10 tantos que impulsaron al equipo hacia el título. El recorrido europeo fue un despliegue de autoridad: 5-0 al Brøndby IF en octavos, 5-2 al Stuttgart en cuartos, 5-3 al Bayer Leverkusen en semifinales y un 3-1 en la final frente al Brighton que confirmó el resurgir del gigante de Turín. Después de años de frustraciones, la Juventus volvió a combinar el carácter competitivo con el peso histórico que siempre la distinguió. El Milan, defensor del título, peleó hasta el final. Su segunda posición con 83 puntos reflejó la consistencia de un equipo que mantuvo la identidad del campeón anterior, aunque sin la chispa decisiva en los momentos clave. El cierre de temporada marcó también el fin del ciclo de Michel, el entrenador que había devuelto al club al primer plano. Su salida abre una nueva etapa en San Siro, donde la dirigencia buscará renovar energías sin perder el orden y la competitividad alcanzados. El podio de la Serie A se completó con dos proyectos de identidad definida. El Napoli de Imanol Alguacil consolidó su estilo de posesión y ritmo alto, logrando un merecido tercer puesto y el pasaje a la Champions League. Detrás, la Lazio de Enzo Maresca confirmó su crecimiento: cerró cuarta, también en zona de Champions, y celebró además la Coppa Italia, donde se impuso por penales ante la Juventus tras igualar 1-1 en la final. El Inter de Mikel Arteta, en cambio, fue la gran decepción. Lejos de la solidez de otras temporadas, el conjunto nerazzurro padeció irregularidad y falta de contundencia, cayendo hasta el quinto lugar, lo que lo relegó a la Europa League. El contraste fue evidente: un plantel de jerarquía sin rumbo claro ante la consistencia de sus rivales. En la segunda línea de aspirantes, la Atalanta de Simone Inzaghi mantuvo su perfil competitivo y se coló sexta, asegurando presencia europea un año más. Gianluca Scamacca, con 20 goles, igualó a Vlahović como máximo goleador del torneo y fue clave para sostener la ambición ofensiva del equipo de Bérgamo. La Fiorentina de Roberto De Zerbi, por su parte, concluyó una campaña irregular pero suficiente para clasificarse a la Conference League, reafirmando el crecimiento del proyecto a mediano plazo basado en un fútbol propositivo y de alto riesgo. En el otro extremo, la lucha por la permanencia fue intensa y dramática hasta el final. Palermo, Frosinone y Venezia no lograron sostener el ritmo de la categoría y descendieron a la Serie B, cerrando un ciclo corto de ilusiones y esfuerzo. Sus caídas reflejan la distancia creciente entre los proyectos consolidados y los recién ascendidos en una liga cada vez más exigente. Dentro del marco de la Serie A, las actuaciones internacionales volvieron a consolidar el peso del fútbol italiano, con presencia y protagonismo en todas las competiciones continentales. Conceição revitalizó un club que había perdido su brújula, y lo hizo combinando disciplina, carácter y eficacia. A su sombra, Milan y Napoli demostraron continuidad y ambición, mientras que Lazio confirmó que su proyecto tiene cimientos sólidos. Italia vuelve a mirar a Europa con orgullo: un campeón nacional que también conquistó el continente, goleadores de nivel mundial y una competencia interna que crece en exigencia y calidad. El calcio, una vez más, respira grandeza. 🇪🇸 - LA LIGA - EL TRIPLETE DE UNA MAQUINARIA PERFECTAEl Real Madrid cerró la temporada 2026-27 con otra obra de dominio total: campeón de La Liga por cuarto año consecutivo, con 91 puntos, una superioridad marcada y una sensación de hegemonía que recuerda sus épocas más gloriosas. Bajo la conducción de Thomas Tuchel, el conjunto blanco consolidó un ciclo de excelencia que mezcla solidez táctica, talento individual y una mentalidad competitiva inquebrantable. A la corona liguera se le sumó la Copa del Rey, lograda por segundo año consecutivo tras vencer 2-1 al Sevilla en una final de alto nivel. De esta forma Real Madrid logró un triplete histórico que reafirma la vigencia del club más ganador de España y de Europa. Tuchel logró lo que parecía imposible: mantener al equipo con hambre tras tres títulos seguidos. La estructura del Real Madrid fue una sinfonía bien afinada, en la que Jude Bellingham volvió a ser el corazón del mediocampo y uno de los mejores futbolistas del mundo, mientras Rodrygo dio un salto decisivo en su carrera al convertirse en el goleador del torneo y pieza clave en los momentos determinantes. El técnico alemán, fiel a su estilo pragmático pero con espacio para la inspiración, consolidó una base sólida en defensa, una presión inteligente y una rotación que mantuvo al plantel fresco en todas las competencias. El título no solo representó continuidad, sino también una evolución: el Madrid no dependió de una sola figura, sino de un engranaje colectivo con múltiples variantes ofensivas y una notable madurez táctica. El Barcelona volvió a ser el principal perseguidor, pero su segundo puesto con 78 puntos confirmó una distancia difícil de recortar frente a un rival en plenitud. El conjunto culé mostró momentos de gran fútbol pero la irregularidad en partidos clave y la falta de profundidad en la plantilla le impidieron sostener la pelea hasta el final. El desafío de reconstruir un proyecto competitivo sigue siendo una piedra en el zapato de Antonio Comte, aunque las bases futbolísticas parecen más firmes que en temporadas anteriores. El Atlético de Madrid aseguró su cupo a la Champions League con un cierre de campaña sólido, fiel al estilo de intensidad que caracteriza al club. Sin brillar, el equipo logró resultados que le dieron estabilidad y un cuarto puesto merecido. El Villarreal, por su parte, completó una temporada muy regular, con un fútbol ofensivo y organizado que lo llevó a meterse entre los cuatro mejores, ratificando el crecimiento sostenido del “Submarino Amarillo”, que sigue demostrando que se puede competir de igual a igual con los gigantes. El Sevilla de Julen Lopetegui fue protagonista en la Copa del Rey, donde cayó en la final ante el Madrid tras una gran campaña. Su quinto lugar en la liga lo clasificó nuevamente a la Europa League, confirmando su vigencia continental. La Real Sociedad cerró una temporada correcta y sin estridencias, asegurando también su presencia europea gracias a la estabilidad de un proyecto que prioriza la formación y el juego asociado. El Getafe, en tanto, dio la sorpresa al clasificarse a la Conference League, coronando una campaña excepcional basada en orden, intensidad y eficacia. Un premio a la constancia para un club acostumbrado a pelear por la permanencia. En el otro extremo, la temporada dejó tres descensos duros. Levante, Alcorcón y Granada perdieron su lugar en Primera. Pese a algunos destellos individuales, la falta de contundencia y la fragilidad defensiva terminaron condenándolos en una liga cada vez más exigente. El fútbol español cerró el curso con un mensaje claro: el trono sigue siendo blanco, y nadie parece capaz de arrebatárselo… al menos por ahora. 🇩🇪 - BUNDESLIGA - EL BAYERN SIGUE MARCANDO EL PULSO La Bundesliga cerró otra temporada bajo el dominio del Bayern Múnich, que volvió a levantar el trofeo con 81 puntos y un fútbol dominante, maduro y eficaz. Con Jürgen Klopp al mando, el equipo bávaro alcanzó un nuevo nivel de intensidad y cohesión, guiado por un Leroy Sané en estado de gracia, auténtico motor ofensivo y figura indiscutida del campeón. La décimoquinta conquista consecutiva reafirma la supremacía del Bayern en el fútbol alemán, aunque el torneo dejó señales de una competencia que empieza a achicar distancias. La combinación entre la estructura táctica del técnico y el talento individual del plantel produjo una temporada casi perfecta. Leroy Sané fue la gran figura del año, aportando desequilibrio, goles y liderazgo. Aunque el sueño del doblete se frustró en semifinales de la DFB Pokal, donde cayó ante el Dortmund, el título liguero llegó con autoridad y sin sobresaltos, confirmando que el Bayern sigue siendo el punto de referencia del fútbol germano. El RB Leipzig de Rafa Benítez fue el principal contendiente al trono, mostrando un fútbol estructurado y competitivo durante buena parte del año. Sin embargo, la falta de regularidad en los tramos decisivos lo dejó a seis puntos del campeón. La recompensa llegó en la DFB Pokal, donde el Leipzig logró cortar el dominio del Bayern al imponerse 1-0 al Borussia Dortmund en la final, conquistando un título muy celebrado que equilibra una temporada notable. Benítez consolidó una base joven con proyección, pero el salto definitivo para destronar al gigante bávaro aún parece pendiente. El Borussia Dortmund, pese a su irregularidad, se mantuvo en los puestos de vanguardia y volvió a clasificar a la Champions League. Su triunfo en semifinales de la Pokal ante el Bayern fue uno de los puntos altos de la temporada, aunque no logró coronarlo en la final. Por su parte, el Bayer Leverkusen completó un gran curso, con Maximilian Beier como goleador del campeonato, consolidando una ofensiva dinámica y efectiva. El equipo mostró madurez competitiva y un estilo vertical que lo devolvió a la elite europea. El Wolfsburg y el Colonia se aseguraron presencia en Europa League, ambos con proyectos ambiciosos que mezclan experiencia y juventud. El Stuttgart, por su parte, logró meterse en Conference League tras igualar en puntos con el Friburgo, superándolo por diferencia de goles. Un premio justo a un equipo que apostó por un fútbol valiente y que encuentra en Europa un estímulo para seguir creciendo. El final de temporada fue dramático en la zona baja. Los dos equipos de la capital, Hertha Berlín y Union Berlín, descendieron, confirmando un año catastrófico para el fútbol berlinés. La falta de resultados, la inestabilidad en los banquillos y los problemas financieros terminaron empujando a ambos hacia la 2. Bundesliga. En contrapartida, el Hannover 96 logró sostener la categoría al ganar la promoción, un alivio que servirá para reconstruir con más calma de cara a la próxima campaña. El histórico Hamburgo consiguió el ascenso tras ganar la 2. Bundesliga, regresando a la máxima categoría y contratando a Edin Terzić como nuevo entrenador. El objetivo es claro: estabilizarse en Primera y devolverle al club el protagonismo que tuvo en décadas pasadas. Su vuelta agrega historia y tradición a una liga que recupera uno de sus nombres más emblemáticos. El Bayern sigue siendo el rey, pero Alemania ya empieza a mostrar un tablero más equilibrado. La próxima temporada se presenta con un desafío claro: ¿alguien podrá detener al equipo de Klopp? 🇫🇷 - LIGUE ONE - NADIE PUEDE OPONER LA RESISTENCIAEl cierre de la temporada en Francia no dejó lugar a sorpresas en lo más alto: el Paris Saint-Germain volvió a consagrarse campeón por sexta vez consecutiva, coronando un ciclo de hegemonía total bajo la conducción de Luis Enrique, que firmó un campeonato invicto y con 92 puntos, una cifra que refleja tanto la superioridad colectiva como la regularidad de su plantel. El PSG dominó de principio a fin, combinando solidez defensiva, versatilidad táctica y un poder de fuego ofensivo que no tuvo respuesta en el resto del torneo. Kylian Mbappé, en otro año majestuoso, fue el emblema indiscutido del proyecto parisino. Sin embargo, el reconocimiento individual se lo llevó Jonathan David, goleador de la Ligue 1 con 20 tantos, confirmando que el Lille sigue siendo una fábrica de talento ofensivo aun en temporadas irregulares. Mbappé y David representaron dos estilos opuestos de eficacia: el primero, la estrella global que resuelve partidos con brillo individual; el segundo, la constancia y el oportunismo de un delantero con olfato puro. Detrás del PSG, el AS Monaco se mantuvo como el perseguidor más firme, aunque terminó muy lejos en la tabla. Su campaña fue correcta, sostenida en un bloque compacto pero sin la contundencia para inquietar al campeón. Niza y Lyon completaron el trío de equipos clasificados a la Champions League, ambos impulsados por la madurez de sus proyectos deportivos: el Niza, con una estructura sólida y orden defensivo; y el Lyon, con un resurgir basado en la confianza en sus figuras jóvenes y el regreso del peso de su historia. Lille y Toulouse se ganaron un lugar en la Europa League, confirmando la competitividad de la zona media-alta del torneo, mientras que Rennes, en una campaña de altibajos, alcanzó la Conference League y salvó un año que parecía perdido. En la zona baja, el drama fue profundo. Angers logró sostener la categoría tras ganar la promoción ante Le Havre, pero Bordeaux y Nantes protagonizaron un doble descenso histórico. Dos clubes de enorme tradición, con peso simbólico en el fútbol francés, pagaron el precio de la desorganización institucional y las malas decisiones deportivas. En Nantes, el ciclo de Bruno Irles terminó en noviembre, cuando el equipo quedaba último. Su reemplazo, el belga Gert Verheyen, tampoco logró revertir la tendencia, y el club descendió con apenas 23 puntos. El PSG, además, selló el doblete al conquistar la Coupe de France con un 3-0 ante Lyon, su tercer título consecutivo en esa competencia. Este dominio absoluto refuerza la idea de que el proyecto parisino se ha convertido en un sistema sostenido en la excelencia y la continuidad, con una dirección técnica que logró conjugar individualidades con estructura táctica. La Ligue 1 parece girar en torno a un solo eje: el PSG como potencia incontestable y el resto intentando encontrar identidad, regularidad y un modelo que les permita competir. Mientras tanto, la caída de Nantes y Bordeaux encendió las alarmas sobre la fragilidad de los grandes históricos fuera del radar europeo. El fútbol francés se mantiene competitivo en sus escalones intermedios, pero su jerarquía internacional sigue dependiendo, casi por completo, del brillo parisino. 🇹🇷 - SÚPER LIGUE - UNA TURQUÍA CON MÁS DISPUTALa temporada en la Süper Lig renovó los aires del mapa futbolístico de Turquía. Galatasaray volvió a coronarse campeón con 83 puntos, rompiendo la hegemonía reciente del Fenerbahçe y recuperando un protagonismo que parecía diluirse en los últimos años. El equipo de Okan Buruk construyó un campeonato sólido, equilibrado, con una defensa de elite y una propuesta dinámica en ataque, donde Arda Akgün se transformó en la figura excluyente: talento, visión y gol para encabezar un plantel que combinó experiencia internacional con juventud local. El título no fue un paseo. La lucha por la cima se mantuvo hasta el final, con un Beşiktaş combativo y un Fenerbahçe competitivo, ambos igualados en puntos. Sin embargo, por los enfrentamientos directos, el Beşiktaş de Robbie Keane se quedó con el subcampeonato y el pasaje a la Champions League, mientras que el Fenerbahçe, tras no cumplir con las expectativas, terminó en la Europa League. La dirigencia auriazul decidió cerrar el ciclo de Roberto D’Aversa, entendiendo que el equipo no alcanzó ni el nivel de juego ni la eficacia que su plantilla prometía. Por detrás, Adana Demirspor volvió a destacarse como una de las realidades más consistentes del fútbol turco. Bajo una propuesta ofensiva y de ritmo alto, logró el cuarto puesto y la clasificación a la Conference League, sostenido en las actuaciones de Yusuf Sarı y los goles de Daryl Dike, dos nombres que confirmaron su impacto en el fútbol local y continental. La gran sorpresa del año la dio Ankaragücü que se consagró campeón de la Türkiye Kupası, venciendo en la final al recién ascendido İskenderunspor. El equipo dirigido por Hüzeyfe Doğan se caracterizó por su disciplina táctica, un bloque compacto y la potencia de Jhonder Cádiz, referente. Con ese título, Ankaragücü aseguró su lugar en la próxima Europa League, un premio a la coherencia y la gestión deportiva en un contexto donde los gigantes suelen dominar. En el plano internacional, los equipos turcos mostraron signos de mejora, aunque sin romper el techo competitivo. Beşiktaş alcanzó los octavos de final de la Europa League, donde cayó ante el Niza, mientras que Galatasaray fue eliminado en los dieciseisavos por el Bayer Leverkusen, evidenciando nuevamente la distancia con el fútbol alemán, pero dejando sensaciones positivas respecto a la madurez táctica y el crecimiento del plantel. El apartado goleador tuvo un protagonista inesperado: Landry Dimata, delantero del Samsunspor, se consagró máximo artillero del torneo con 26 goles, una cifra que lo posiciona como una de las revelaciones individuales del año. Su rendimiento fue clave para mantener a su equipo lejos del descenso y lo proyecta como una posible venta importante del mercado veraniego. En el fondo de la tabla, la temporada fue cruel con Eyüpspor, Antalyaspor y Kayserispor que perdieron la categoría, cerrando años de irregularidad estructural y deportiva. El regreso del Galatasaray al trono no solo restablece jerarquías, sino que redefine la dirección del fútbol turco. Su triunfo, más que un dominio individual, refleja una reorganización institucional que le permitió volver a ser competitivo en todas las líneas. Mientras tanto, Beşiktaş recupera protagonismo continental, Fenerbahçe deberá repensar su proyecto tras otra temporada frustrante, y clubes como Adana Demirspor o Ankaragücü consolidan un nuevo orden en la zona alta. Turquía cierra el curso con equilibrio renovado, talento emergente y la promesa de una liga cada vez más impredecible. DIÁLOGO CON LOS LECTORES:Hola @jdbecerra bienvenido a bordo. El resumen de este recorrido es claro y muestra como fuimos dando un pasito detrás del otro. El ascenso a la Süper Lig fue completamente inesperado pero mostró que había construido un equipo fuerte para el ascenso turco. Sin embargo, como vimos la adaptación a la élite costó mucho más de lo esperado. Parecía que la temporada iba a correr riesgo pero debimos rearmar el equipo a mitad de temporada para lograr que funcionara y lograr resultados otra vez sorprendentes. Muchas gracias por tus palabras y vamos a buscar esas finales así Akyürek comienza a celebrar títulos. Saludos y gracias por pasarte
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