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Momentos para el recuerdo

Editado por koxy

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Bueno, chicos, he de comunicar que ha habido un pequeño contratiempo con la partida y debido a un fallo al guardar no logré abrirla de nuevo. Debido a lo joven que era la partida, no hice otros 'saves' de la misma, por lo que trataré de empezar una nueva.

Siento el contratiempo.

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I. Un tío duro

Aquella noche lo habíamos vuelto a lograr. Éramos timadores natos. Nos ganábamos así la vida, y a menudo, teníamos problemas. Normalmente, nuestros golpes nos daban para vivir bien un par de semanas, por lo que no nos arriesgábamos en demasía. Éramos jóvenes, y sabíamos que aquello no duraría eternamente, pero entonces yo pensaba "¡qué carajo! Para qué quiero la miel si tengo el dinero", le pegaba otro trago a la cerveza y lo volvía a olvidar. Así me ganaba la vida, así me gané un nombre, así perdí mucho más de lo que jamás pensé.

Entonces sucedió. A los 26 años, ninguno de los dos se conformaba con esa vida. Teníamos dos opciones: subir el nivel o dejarlo. Él lo tenía claro, yo no tanto. Al final, cómo no, escogimos caminos opuestos, hasta que de nuevo se cruzaron. La vida da mil vueltas, y al final, siempre volvemos a tropezar con la misma piedra. Yo, ahora llevaba un 'negocio' de compra venta al por menor. Bueno, para no mentiros, me dedicaba a la compraventa de absolutamente cualquier cosa. Compraba todo aquello que viese útil, y lo revendía sacando siempre beneficio. No era un empleo en sí, pero vivía la mar de bien. Él había hecho amistades peligrosas, y se había adentrado en el mundo de la mafia, por así llamarlo.

Recuerdo aquel reencuentro. De no vernos en casi 5 años, a de repente, pasar una noche con mi mejor amigo. Nos contamos nuestras vidas, y al saber a qué me dedicaba, nada bueno le pasó por la mente. A pesar de eso, las cervezas me dieron una visión muy distinta de la realidad. Acabé comprándole unos 150 relojes Rolex falsos, a 10€ la unidad, para venderlos por más de 75€. El beneficio era obvio, el producto... mejor no hablamos del producto. Total, que me pillaron. Por supuesto, no delaté ni pringué a nadie más.

La condena fue casi una bendición. Tenía dos opciones, o pagar una multa de casi 9.000€ o 12 meses de trabajos a la comunidad. Así es como acabé trabajando de utillero para el Rumbo, equipo de mi ciudad natal. Con 31 años le cogí el gustillo a eso de entrenar. Siempre gusté del fútbol, pero nunca lo vi desde dentro. Aproveché, y ese año continué con mi 'empresa', cumplí condena y me saqué el nivel I de entrenador, con lo que podía dirigir hasta cadete. Hice las prácticas en el mismo equipo, así que me ofrecieron llevar uno de los equipos la siguiente temporada. Acepté, y mientras mi 'empresa' seguía viento en popa, compaginé los entrenamientos con el II nivel de entrenador, dándome posibilidad de entrenar hasta Regional Preferente. La siguiente temporada dirigí a mis cadetes en el juvenil. No hicimos un mal papel, pero esa vez sí que me distraje algo más con el III nivel. Lo aprobé.

Fue entonces cuando lo conocí. Era toda una entidad del Valencia, y siendo segundo entrenador del filial, se encargaba de encontrar nuevos técnicos prometedores. Era tenido en cuenta por Llorente y Braulio a la hora de seleccionar los técnicos.

-Hola Roger. -recuerdo que me dijo.

-¿Es usted...?

-Sí. Y vengo a por ti.

Y así comencé a dirigir al equipo juvenil valencianista. En apenas 3 años, pasé de ser utillero de un equipo amateur a ser el enrenador de juveniles de un equipo de Primera División. Como entrenador del juvenil he estado tres años magníficos, pero acabo contrato y aún no me han dicho nada de renovar.

La otra noticia es que mi amigo, se ha reformado. Parece ser que le engancharon en un trapicheo. Se ha tirado un año en la sombra y allí comenzó sus estudios: Psicología. Ha acabado la carrera, se ha alejado de todo ese mundo que nos hundió, y ahora, ahora está buscando trabajo.

Habíamos sido tíos duros. Nos habíamos peleado mil y una veces. Habíamos estafado. Habíamos robado. Habíamos incluso traficado un poco. Habíamos vivido la vida. Conocimos las dos caras de la moneda, la del triunfo y la del éxito, y ahora un nuevo mundo se nos abría. Todo un abanico de posibilidades, todo un futuro. Separamos definitivamente nuestros caminos con 26 años. Teníamos 37 y ahora comenzábamos una nueva etapa profesional. Nos habíamos vuelto a juntar, pero con otras reglas. En el fondo, éramos aquellos tipos duros, y algún día saldría a la palestra.

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II. Nuevo alcalde en la ciudad

Era complicado saber cómo había llegado a al situación. Abel Resino dimitía, la directiva lo sabía de antemano, pero no tenían un sustituto. Al menos, eso habían dicho. Yo creía que estaba fuera del proyecto, que no iban a renovarme el contrato, pero fue entonces cuando me llamó Paco.

-Roger, amigo, ha quedado una vacante en el staff del primer equipo. Te he propuesto para el ascenso, y se está estudiando la posibilidad. tienes probabilidades.

-¿Y si no qué?

-Con tus resultados y lo que les he contado de ti, tendrás trabajo, tranquilo.

No supe a que se refería hasta que al día siguiente me reuní con Braulio para hablar sobre mi oferta de trabajo. Normalmente, los preparadores y entrenadores de las inferiores no nos sentábamos con Braulio, si no con algunos de sus asistentes. Aquello fue raro, pero la confianza de mi amigo Camarasa, sentado justo a mi derecha, me permitía estar convencido. Su complicidad con Braulio se palpaba en el ambiente, aunque yo sospechase algo, no dejaba de pensar de que no iba a ser, de que no era posible.

-No eres nuestro favorito para el puesto. No tienes experiencia para desempeñar este trabajo. Pero Camarasa habla maravillas de ti. ¿Qué podemos esperar?

-Trabajo, constancia, fidelidad y compromiso.

-Eso no nos sirve amigo. Si quieres entrenar al Valencia tienes que decirme algo más.

-¿Cómo? -mis ojos buscaron a Paco, debía haber un error -¿Entrenador del Valencia?

-Sí, ¿qué harías si fueses entrenador del Valencia.

Mi mente se quedó en blanco. Supuse que era una pregunta de la entrevista, pero la sonrisa de Paco y la inquisidora mirada de Braulio me decían que no iba de coña. ¿Qué contestar? ¿Qué decir? Me salió mi antiguo yo. El estafador. Salió de mi toda la palabrería, todo el carisma que necesité antaño. todo, de golpe.

-¿Y qué más quiere saber? Sólo le puedo prometer eso. Sé que no es mucho, pero es lo mismo que todos los posibles aspirantes pueden hacer. Tener a un dinosaurio en el banquillo a veces no es la mejor idea. Una trayectoria impoluta, un currículum impresionante... ¿de qué sirven? De nada. Yo traigo ideas nuevas. Conceptos nuevos. El Valencia está jodido, y no se engañe. Una persona anclada en el siglo XX no le va a dar éxitos. El fútbol ha cambiado, amigo, y lo que el Valencia necesita es cambiar.

-Sigue sin contestarme.

-Mire, soy valencianista desde bien pequeño. Sé lo que esto significa, y aunque sea un novato en esto, sé una cosa. El juego ha cambiado. Ustedes, deben cambiar inmediatamente, y yo tengo la fórmula. -Por momentos, me emocionaba- Le puedo asegurar que esto cambiará. Hay que hacer una marca, una seña de identidad, y esa, esa será nuestra fórmula. Es un proyecto, no espere grandes resultados los primeros días, espere hitos en los siguientes. Será un proceso, en el que reconvertiremos la entidad. Un proyecto de fútbol, un proyecto del XXI, empezando desde lo más bajo.

-El trabajo es suyo. Enhorabuena.

Camarasa me miró fijamente y me dijo:

-Te auguro muchas 'amistades' en tu carrera como entrenador. Felicidades!

Era real. Seguí hablando con Braulio acerca de las ideas. Le dije que lo primero sería una reunión con todo el personal. Debíamos ponernos pronto manos a la obra y modificar todo el puto staff. La ciudad tenía un nuevo alcalde, y a partir de ahora, yo era quien jodía al resto.

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III. Tú los números, yo el resto

Tuvimos varias reuniones Braulio, Llorente y yo. Reuniones que en ocasiones acababan en campos de batalla donde salía victorioso yo. Ellos tenían que llevar los números, el resto era cosa mía, y eso, era algo que no entendían.

-Si tú negocias los fichajes y los contratos... ¿de qué nos sirve Braulio? -me espetaba Llorente.

-Aquí cada uno tiene sus labores. Usted lleva los números, yo, el resto. Braulio es importante, pero debe coordinar el club, no ficharme los jugadores.

-No comparto esa opinión.

-Braulio, tú no eres un hombre de despachos, no pegas. Te necesito en el frente de batalla, en otro terreno. Créeme.

Y acabé ganando. No fueron una o dos, si no varias discusiones que llegaron a hacerse interminables. Por ejemplo, necesité casi una tarde entera para que me permitiesen mover a mi antojo todas y cada una de las fichas del cuerpo técnico. Logré formar un proyecto de futuro para presentárselo a la directiva. Un proyecto a grandes rasgos a cinco años vista. Esperaba aguantar todo ese tiempo, e incluso más, en este club. Si ellos querían, haríamos grandes cosas juntos, pero, necesitaba espacio y tiempo para conseguir los resultados. Pareció que lo entendieron, y por instantes, me lo dieron, más, cuando leyó Llorente el proyecto. Le encantó.

La estructura interna del club iba a cambiar. Si todo lo que yo prometía, lo cumplía, y era más que factible, el club podría limpiarse de deudas antes de acabar la década. Necesitábamos ajustarnos un poco, remodelar todo el equipo. Dar un mensaje, que aquí nosotros poníamos las condiciones. Por eso, sólo unos pocos tienen el privilegio de jugar. Tendrán que pagar todos por jugar con nosotros, demostrar que es lo que realmente quieren aceptando nuestras condiciones.

Estábamos en una posición cómoda. Teníamos que aprovecharlo al máximo, pues podíamos darle un giro total al equipo.

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IV. Señor Destino

Nunca conté esta historia a nadie, pero hubo un día que Kevin lo logró. En parte fue por las cervezas, en parte porque realmente lo necesitaba. La cosa surgió cuando nos dimos cuenta de que nunca conocimos alguna pareja nuestra. Y ya nos conocíamos unos cuantos años.

Por alguna razón, yo sólo me había enamorado una vez, y fue con 11 años, por lo que nunca supe si realmente eso era amor. Sólo tuve una 'novia', y fue precisamente ella. Duramos un par de años, pero éramos unos verdaderos críos. Nunca olvidé esa sensación, con ella, y por eso mis relaciones duraban tan poco, nunca más de dos meses. No era lo mismo. Ella se fue a Italia, pues su padre tuvo una gran oportunidad allí. No supe nunca nada más de ella. Podría estar delante de mis narices, que nunca la reconocería. Casi veinte años eran demasiado para reconocer a una persona.

Como les digo, nunca pude contarle nada de eso a nadie, no porque no quisiese o porque no tuviese con quien hablar, simplemente nunca fue el momento. Aquel momento llegó, y tal vez llegó por el cambio tan drástico que supondría mi vida. Quien iba a decir si no, que la mañana siguiente a aquella conversación entre cervezas, volviese a saber de ella, después de dos décadas. Aunque yo aún no sabía quién era ella, ella siempre lo supo.

El Valencia la había contratado como publicista y su primera tarea era darme consejos sobre cómo comportarme en las ruedas de prensa. Básicamente, unas premisas básicas de cara a mi presentación oficial. Celebramos un total de tres reuniones, siempre después de reuniones con mi cuerpo técnico.

Curioso fue sin duda cuando la vi. Noté algo, pensé qué tal vez, pero era tan improbable que sencillamente lo ignoré.El destino no podía ser tan caprichoso, no ahora, nuevamente, no era el momento, pero como siempre pasa, la vida da mil vueltas.

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V. El Proyecto

El Valencia C.F. debía convertirse en una marca. Un estilo propio, una idea propia, una estructura propia. Como ya hiciesen equipos como el Arsenal, Ajax o Barcelona, queremos impulsar eso aquí. Crear una escuela de verdad que produzca nuestros propios talentos, además de seleccionar y traer a otros jugadores en edad de formación. Absolutamente todas las categorías del club, jugarán con nuestras mismas tácticas, o si no, al menos, con nuestra idea de juego. De esta forma, todos los jugadores del club conocen las premisas que se buscan para el primer equipo, siendo más fácil su adaptación.

Para ello, se ha dotado al entrenador con plenos poderes en esta parcela. Él elegirá a la gente que tendrá a su alrededor y a cargo de las categorías inferiores. Él negociará los contratos, él tendrá la última palabra en el apartado de salidas del club. Al estilo inglés. Se espera que con esta inversión y modernización de la base del club, se logre ser más rentable económicamente y eficiente en el aspecto deportivo a medio/largo plazo.

Se impulsará una red mundial de ojeadores, quienes serán los encargados de dotar al cuerpo técnico la información de objetivos en el mercado de fichajes. Trataremos de impulsarla cuanto antes, pues confiamos en que esta es la columna vertebral de todo el proyecto.

Además, el proyecto contará con una red de afiliación. Actualmente, hay dos clubes afiliados (aparte del Valencia B), Vélez de Argentina y el Ichinomiya Dinosaurs japonés. El primero, dota al Valencia de una primera opción de los jóvenes de Vélez, el segundo, puro merchandansing. A ojos nuestros, para esta temporada, como mínimo, necesitamos uno a nivel nacional, de Segunda, si pudiese ser, para poder ceder a jugadores que necesitasen foguearse. Más adelante, obviamente, queremos tener hasta 3 equipos entre Segunda y Segunda B (descartamos casi seguro Primera), alguno más para asegurarnos opciones de algunos juveniles, y por supuesto, seguir abriéndonos fronteras con nuevos acuerdos comerciales.

Continuando, hay que destacar las dos escalas que imponemos al proyecto. No son inamovibles, pues con el paso del tiempo podrían ser modificadas, pero deberán seguirse a rajatabla, al menos, por ahora.

La primera es una escala salarial de 6 escalones, dependiendo del rol del jugador en la plantilla. Todos los años, los contratos serán revisados entre febrero y junio y los jugadores deberán amoldarse. Así pretendemos optimizar nuestro presupuesto salarial gastando lo necesario en cada jugador, y no pagar nunca de más; además de ser más rentable económicamente. La escala consiste en:

  • Jugador Clave: Será la columna vertebral del equipo, y el número de jugadores en esta escala está restringido a 5. Cobrarán entre 2.5M€ al año y 4 M€ al año. Todo aquel que actualmente se encuentre fuera de este límite, renegociará su contrato y si no acepta, será traspasado.
  • Jugadores del Primer equipo: Serán los complementos a de la columna, más volubles y con menos peso e influencia en el equipo. Como en el escalón anterior, también son restringidos, y no habrán más de 8. Cobrarán entre 1.5M€ y 2.5M€.
  • Jugadores de rotación: Aquí estarán el resto de componentes de la primera plantilla. Todos se moverán en un baremos de 300.000€ a 1.5M€.
  • Grandes Promesas: Jóvenes jugadores que apuntan a estrella. Tienen la edad restringida a 22 años, y cobrarán hasta 500.000€.
  • Jugadores del Valencia B: No cobrarán más de 300.000€.
  • Juveniles: No podrán cobrar más de 150.000€.


    Por otro lado, nos encontramos la escala de acceso a la primera plantilla. Cada jugador es un mundo, y cada predicción, insegura. No siempre se seguirán los pasos, como no siempre acertaremos nuestras previsiones, no obstante, es una escala de ascenso para que los jugadores sepan cuáles son los pasos a seguir.

    • De los 14 años a los 18 años: jugarán en el juvenil, a no ser que su nivel sea muy superior y le promocionemos al primer o segundo equipo, o incluso, le cedamos.
    • De los 18 a los 22 años: Jugarán en el segundo equipo, contando con minutos en las rotaciones del primer equipo. Además, algunos podrían salir cedidos en busca de minutos de calidad.
    • De los 18 a los 24 años: Podría darse el caso de que jugadores se les quedase pequeño el B y no estuviesen preparados para el Primer equipo, teniendo no obstante, facultades para jugar en el futuro. Se les buscarían minutos fuera de casa donde curtirse y prepararse para el salto.

    Para finalizar, hablaremos de la disciplina. El Club está por encima de todos, por lo que no se tolerará ningún acto de indisciplina. Las tarjetas rojas estúpidas se sancionaran duramente, si se reincide mucho, podría llegar a traspasarse al jugador. Faltar a un entrenamiento, faltar el respeto a un compañero, pedir el traspaso, etc, será considerado falta grave, y aparte de sanción económica, se estudiará la salida del jugador.

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