@Asiorcajo de Razzor te acuerdas bien poco.. verdad?

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Cada vez que me encuentro a Femenía en el FM o en el FIFA

Entrevista cojonuda de Jabois a Xabi Alonso, con algunas respuestas brutales del mediocentro:

Contesta de golpe franco, aliviado y sutil, haciendo correr las respuestas como los pases en esa circulación nerviosa del Madrid que pasa por él. Alonso (Tolosa, 1981) no se recrea en suertes ni en adornos. Tampoco traga saliva; no está en edad.

Recibe de verano con el pelo recién cortado. La entrevista se produce en el tercer día de vuelta al trabajo. Calor y agujetas.

Pregunta.– ¿Se dirigen a Ancelotti o a su ceja?

Respuesta.– Hablamos en español directamente con él. Lo primero que dijo al verme fue: «Me debes una Copa de Europa». «No, Carlo, no te equivoques, no te equivoques» (risas).

P.– ¿La leyenda del vestuario del Madrid ha pasado de la ficción a la ciencia ficción?

R.– Te encuentras a gente hablando con una naturalidad de lo que pasa ahí dentro que se generan mitos y leyendas fantásticas. A veces mueve un poco a risa.

P.– ¿De qué juega en casa?

R.– Somos dos mediocentros que nos complementamos muy bien.

P.– Lleva dos hijos y espera un tercero, ¿para cuándo esa puntería en el campo?

R.– Esas son cosas naturales que no se aprenden. Habría que comparar también el porcentaje de tiros.

P.– ¿Tiene más de Omar, Bunk o McNulty?

R.– Lester Freamon. Me gustaba porque estaba en la sombra organizándolo todo, muy paciente. McNulty es más visceral, imprevisible. Y Freamon es metódico.

P.– ¿De los personajes del Madrid con quién se queda?

R.– Con nosotros también se podría hacer una buena serie, no te creas.

P.– ¿A quién respetaba más Mou en el vestuario?

R.–A la gente que era generosa en el esfuerzo. Esto es una cadena de mando y yo respeto mucho las jerarquías. Mi padre ha sido entrenador, crecí en casa respetando mucho su figura. Ser el director de 25 jugadores es dificilísimo.

P.– ¿Ya tira la toalla?

R.– No te diría ni que no ni que sí. Tengo experiencia, pero hay una parte que no sé si tengo, que es saber llegar a los jugadores.

P.– ¿A quién respeta fuera del Madrid?

R.– Yo empecé en la Real con Aranzábal, Idiakez, Rekarte y De Pedro; me enganché a ellos. En el Liverpool Hyppia era un profesional modelo, íntegro y un tío de una pieza. Hamman era un alemán que se las sabía todas en la calle y con un toque gamberro fuera. Carragher era el típico tío de Liverpool puro, puro. Durísimo, no se cortaba un pelo. Y Gerrard, que era el símbolo de allí. Con los cuatro tuve mucha relación.

P.– La difícil: ¿y en el Madrid?

R.– No coincidí con ellos, pero Hierro me transmite muchísimo de lo que debe ser un capitán. Redondo también: por lo que oigo, por lo que pude ver de su etapa. Tíos que ganan copas de Europa. Que llegaban a cuartos de final y se ponían a competir con todo.

P.– ¿En qué momento del 3-0 ante el Milan empezó a levantar la Copa?

R.– Con 3-2, viendo las caras de ellos. No se lo creían. Notas su desconcierto, los ves dudando, cómo se cruzan las miradas. Pensé: «Joder, que lo hacemos». Eran un equipazo brutal: Dida, Cafú, Nesta, Stam y Maldini; Gattuso, Ambrosini y Pirlo; Kaká, Shevchenko y Crespo. Y nosotros el sorpresón de la Champions. Ganarla así fue un milagro.

P.– Lo gastó todo allí, no se trajo nada para el Dortmund.

R.– Cuando al Dortmund le metimos el 2-0 y quedaban sólo cinco minutos le veías unas caras a los alemanes... se les estaba yendo la vida allí mismo.

P.– Cuando sale en la lista de hombres más sexys, ¿su mujer no le riñe en plan «tú no te ibas a dedicar al fútbol»?

R.– Alguna vez, no creas. A mí me hace gracia. Supongo que las marcas querrán no te digo frescura, pero sí naturalidad.

P.– ¿Cuántas veces en un partido grande se ha puesto a hablar del tiempo?

R.– Yo estoy en Comunio, que es una liga virtual, y un día que me tocaba marcar a Nacho, el del Betis, le dije: «Oye, Nacho, gracias. Que me estás dando muchos puntos en el Comunio». Se quedó medio flipado.

P.– ¿A qué jugador del Barça elige en el túnel de vestuarios para dedicarle miraditas?

R.– Las hay, ¿eh? A ver cómo viene éste, qué pinta trae. Por la posición en el campo a mí me toca estar pendiente de Xavi y Messi. Una vez hice una cagada; bromeé dentro con Busi: «Busi, no nos déis muchas patadas». Fue el 5-0. Ahí me pude estar callado.

P.– ¿Cuando consigue dormir a los niños pone también los pies sobre la cuna y se hace una foto?

R.– Pues no sabes el valor que tiene. Es como ganar Waterloo.

P.– Les habla en euskera.

R.– Lo entienden y al hablar aún les falta soltura, pero naturalmente que aprenderán a hablar en euskera.

P.– ¿Su padre ya es madridista?

R.– Mi padre ahora que su hijo juega aquí es del Madrid, que es muy diferente a ser madridista.

P.– Pero usted sí.

R.– Yo soy muy madridista. Llegué como un profesional y aquí te haces madridista sí o sí porque es inevitable. He jugado en tres equipos especiales con mística alrededor: Real Sociedad, Liverpool y Madrid. Seré de ellos siempre.

P.– ¿Y si no hubiera jugado al fútbol en qué playas hubiera acabado?

R.– Pues precisamente de niño en la playa me vio alguien y me quiso llevar para rodar Vacas, de Julio Medem. Fueron a hablar con mi madre y ella dijo que de eso nada, que a esas edades yo a los libros. No me importó. Yo soy del matriarcado vasco. Lo que diga la ama y ya está.

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R. Yo estoy en Comunio, que es una liga virtual, y un día que me tocaba marcar a Nacho, el del Betis, le dije: «Oye, Nacho, gracias. Que me estás dando muchos puntos en el Comunio». Se quedó medio flipado.

CRACK