UN PARTIDO INFAME Y CRUELDAD FINAL Volvió a ganar el Liverpool en Anfield Road al West Ham, en esta ocasión pasando por encima de los de Hoeness, que no compitieron el partido y se llevan un pésimo resultado para el encuentro de vuelta. Los visitantes se vieron muy superados por los Reds y fueron a remolque todo el partido. El técnico alemán fue muy crítico con el colegiado al final del partido, por el añadido. En un partido horrible de los Hammers, la mejor noticia era el 1-0 en contra y jugando con uno menos por la lesión de Ben Johnson. Pero en un descuento de 6 minutos el árbitro del partido decidió dejar uno más, tras un saque de esquina despejado a saque de banda. El trencilla dejó sacar de banda, ante la incredulidad de todo el conjunto visitante, y los locales marcaron el segundo tanto que deja la eliminatoria muy de cara para ellos. Segundo partido entre los dos contendientes en tres días y Hoeness volvió a hacer rotaciones mínimas, dejando en el banco a los jugadores más cansados tras el encuentro liguero. Con Bazdar y Danny Ings aún lesionados, la noticia era la ausencia de Kalvin Phillips, también sancionado en la Champions por acumulación de amarillas. La apuesta del alemán fue colocar a Alex Scott como mediocentro, buscando tener más posesión y mejor circulación de balón. La única baja para el Liverpool era la del exjugador de los visitantes Bowen, lesionado tras el partido de Premier. Gallardo no especuló con su once inicial y volvieron a él Alexander-Arnold, Van Dijk y Darwin Núñez, cayendo Gakpo a la banda zurda. Desde el pitido inicial se vio a un Liverpool más metido en el partido y mucho más eléctrico que su rival. La presión de ambos conjuntos fue la nota habitual del anterior encuentro pero en este solo parecían hacerlo los locales. A los 5 minutos el conjunto Red ya había disparado 6 veces, con dos intervenciones de mérito de Areola y una falta directa de Szoboszlai al larguero. Con el paso de los minutos la salida en tromba local no disminuyó y los de Hoeness eran incapaces de dar dos pases seguidos. Salah de nuevo era una pesadilla para los visitantes y de sus botas nació el primer gol. El egipcio llegó a línea de fondo y sacó el centro como último recurso, Areola falló en el salto y Gakpo cabeceó a placer. El West Ham se veía abrumado por el inicio arrollador del Liverpool y las instrucciones desde la banda de Hoeness caían en saco roto. Parecía un partido de los Reds ante un equipo de párvulos. Los Hammers daban gracias porque Salah no tenía el día de cara a puerta y porque Darwin Núñez estaba lento en el mano a mano, llegando Zouma a tiempo de evitar el segundo tanto. El descanso fue una bendición para el West Ham y se esperaba reacción en la segunda mitad, pues se iban a vestuarios sin haber realizado un solo tiro. No hubo cambios al descanso pero sí muchas instrucciones en el conjunto visitantes, que salió algo mejor al segundo acto, aunque seguía sin enlazar muchos pases seguidos sin errores infantiles. La salida de balón era deficiente y propiciaba ocasiones para un Liverpool encantado con los regalos. Hoeness fue introduciendo cambios, primero retirando al tridente de ataque, pero casi ninguno de los que entró mejoró demasiado a los que salían. Mientras tanto el Liverpool seguía perdonando la vida a su rival y la eliminatoria seguía abierta. El infame partido del West Ham se resume en las estadísticas de Baturina, acostumbrado a rondar los 70 pases, dando solo 22 y con solo un 81% de acierto. El entrenador alemán incluso retiró al croata y había finiquitado los cambios en el minuto 64. La mejor noticia era que el marcador seguía abierto y que los visitantes podían tener la suya. Y la tuvieron. Gran acción de Soucek, que filtra un buen pase y Simeone dispara de primeras, entre dos defensores, sacando una enorme mano Alisson para negarle el gol. El susto hacía reaccionar a Gallardo, retirando a Sancet y metiendo a Mac Allister, quien sería protagonista más adelante. En el 76 caía lesionado Ben Johnson al tratar de correr la banda y dejaba a los suyos con uno menos, al haberse realizado todos los cambios. Toda posible reacción visitante se venía abajo y el Liverpool olía la sangre, apretando en busca de dejar la eliminatoria sentenciada. El West Ham hizo un ejercicio de supervivencia, aguantando el resultado y con Areola despejando todo lo que pudo. Se le hacía largo el encuentro a los Hammers y más aún cuando vieron los 6 minutos de añadido, que parecieron excesivos. El colegiado dejó todo el alargue y más, cuando el balón se marchaba a córner en el último segundo. Era la última, Zouma despejaba de cabeza a saque de banda y todos esperaban el pitido final. No fue así y entonces llegaron un cúmulo de desdichas para los visitantes. Sacó de banda Robertson, un renqueante Gakpo la ponía al segundo palo, el menudo Salah ganaba un balón aéreo a Emerson y Mac Allister fusilaba a Areola. Gol, indignación del West Ham y una eliminatoria muy cuesta arriba para ellos. El London Stadium necesitará la mejor versión de los Hammers para darle la vuelta a la tortilla. Sorpresa en la otra eliminatoria, no tanto porque el líder de la Serie A venciera al líder de LaLiga, sino por el resultado. Los italianos minimizaron el ataque de los visitantes y dejaron la eliminatoria muy encarrilada. Los goles de Musah, Calabria y Rafael Leao dejaron sin respuesta a un Real Madrid con muchas bajas, sin Bellingham, Carvajal, Kroos, Modric ni Endrick.
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