Jump to content
FMSite en modo aplicación

Una mejor manera de navegar. Saber más

Football Manager Español - FMSite.net

Instala FMSite en modo App en tu dispositivo para mejorar la experiencia, recibir notificaciones nativas, premios y más!

Para instalar esta aplicación en iOS o iPadOS
  1. Tap the Share icon in Safari
  2. Scroll the menu and tap Add to Home Screen.
  3. Tap Add in the top-right corner.
Para instalar esta aplicación en Android
  1. Tap the 3-dot menu (⋮) in the top-right corner of the browser.
  2. Tap Add to Home screen or Install app.
  3. Confirm by tapping Install.

Respuestas destacadas

Publicado

COLTER_zpsf2da2bc7.png

PRÓLOGO | Colter in the Alley - Comentarios del autor

imagen_zps4950f5df.png

COMENTARIOS DEL AUTOR

No hay manera. Cada tanto tiempo comienzo a pensar, sin venir a cuento, en el Football Manager. Es seguramente el juego al que más horas le he invertido en el último lustro. Me dan ganas irremediables de jugar y no puedo jugar sin tratar de contar mi historia. Lo he intentado muchas veces con sólo dos buenas historias de verdad. Una en 2009, que fue con la partida con la que más me divertí desde que juego al Football Manager, y otra en ¿2011?, ya no lo recuerdo. El resto siempre han sido intentos fallidos. No soy constante, aunque si hay algo que me renueva la ilusión de forma periódica, como pasara en esas dos historias, ahí estaré. Quiero que esta, que es un reto a largo plazo, también sea así. Depende en gran parte de ustedes. Los monólogos no me gustan e interactuar es lo que lleva este juego a ser, seguramente, mi favorito.

Esta historia va de compartir. He creado un personaje y quiero que, al final, todos le conozcan. La historia se moverá en dos o tres líneas de tiempo. La primera será un libro biográfico escrito por James Cannon, mejor amigo de Colter, el protagonista. La segunda será llevada por el mismo Colter y será más que todo táctica. La tercera será una presentación periodística, bien de cosas que he escrito yo, y que serán firmadas en la historia bajo el nombre de Colter, o bien artículos que vale la pena compartir y que entran en el contexto de lo que es la historia. He intentado la trama pocas veces, siempre he sentido que soy muy malo como narrador, pero por eso mismo quiero practicar. El libro de Cannon no irá sólo de fútbol sino que tratará de desvelar mucho más allá del "hombre que cambió a Inglaterra".

O, por lo menos, esa era la idea inicial. Las obligaciones la vida cotidiana, justo cuando pensé que menguaban, acaban de aumentar. Es por ello que me ha tocado recortar secciones de la historia, así como disminuir el plazo de la historia, que en un inicio iba a empezar en la segunda división de una liga nórdica, y que hoy empezará en una primera división puntera. La narración, por tanto, será distinta, aunque los objetivos no cambian.

El apartado táctico será vital. A mi me gusta hablar de fútbol casi como ninguna otra cosa en la vida. Y aquí hablaré de fútbol con el Football Manager como excusa. Trataré de ser lo más claro posible y cualquier concepto que esté vertido acá y no resulte suficientemente diáfano no tengo reparos en explicar de que se trata. De hecho, me gustaría que opinaran mucho de las opiniones propias que expreso a través de Colter.

La partida será con el FM 2014 y cargadas están las principales ligas de Europa más la liga belga, la argentina y la brasileña. Soy realmente malo jugando en divisiones muy bajas así que la historia comenzará con un club conocido, aunque particular y que, coyunturalmente, se encuentra en una situación álgida. Simulé la primera temporada para arrancar en 2014.

No encuentro muchas más cosas que decir. Bienvenidos a esta historia y espero que la disfruten tanto como espero disfrutarla yo.

Editado por rey

  • Autor

- Reservado

Editado por rey

  • Autor

- Reservado

Aunque nos separa un océano en muchos aspectos, no sólo en el figurado, siento como mías muchas de las apreciaciones o palabras que comentas en tu prólogo. Además, estuve bien presente en una de esas historias que cuajaron con el tiempo, la motivación y la diversión a partes iguales, y ese es refrendo suficiente para coger sitio y esperar noticias para participar en ese diálogo contigo.

Veo que te mantienes en Inglaterra y expectante estoy con conocer el equipo elegido. Esa combinación de crisis coyuntural/club conocido/particular me ha suscitado varias opciones que te enumero a continuación con mi particular opinión: Manchester United (me encantaría), Portsmouth ( Soy un Saint, así que no fastidies y me hagas eso :biggreen) y Aston Villa/West Ham ( toca romanticismo).

Un saludo compañero. Que la ilusión te acompañe!

  • Autor

ANSWERS_zps26f49c50.png

Viggo

Estoy segurísimo que son menos metros cúbicos de agua los que nos separan, amigo. Historias del Calcio es un recuerdo que guardo con mucho cariño y es en gran parte a tus aportes en la misma. Ojalá esta pueda también contar con eso!!

Inglaterra, Inglaterra... quizás, porque no queda nada claro, ¿no? ^^ El club es mucho más particular. Ya lo verás. ^^

  • Autor

COLTER_zpsf2da2bc7.png

Capítulo 1


En un futuro no muy lejano...

Muchos años después, frente a lo que parecía un pelotón de fusilamiento, Sir Colter Bell habría de recordar aquella tarde remota en la que su padre lo llevó a conocer las flores. Eran amarillas como pedazo de sol que que no quemaba y que podías agarrar con las manos. En Inglaterra nunca había visto cosas ni siquiera parecidas. Allá todo era pasto mojado por la lluvia perenne que azotaba la pequeña aldea en la que vivían. Ese día Colter pensó que las flores eran lo más magnífico que verían sus ojos. Aún no sabía que en Nantes existía La Danza Amarilla.

primavera de 1.995,

La resaca del triunfo se sentía tan fuerte como la languideciente primavera francesa. En la calle, los vitores, y en la casa la vieja televisión de la sala era la clómplice bulliciosa de la historia que quiere detenerse. La ciudad estaba tan desencajada de la alegría que el verano se había adelantado, como si también quisiera participar de la fiesta que el templado clima característico de mayo no permitía amenizar. No era para menos. Había sido fabuloso, un torrente de adrenalina de inicio a fin. Ningún equipo en Francia había dominado el campeonato como el Nantes este año. ¡Sólo una derrota! Lo que había logrado Coco Saudeau era inconcebible. La próxima temporada trasladarían su fútbol imparable a toda Europa, pero yo debía partir.

Terminé de escribir las cartas de despedida para mis buenos amigos franceses. No había mejor momento para irme que cuando la felicidad del campeonato aún estaba en el aire. Me extrañarían menos, aunque ella seguramente sí sería un problema. Qué difícil debe ser enamorarse perdidamente de alguien que ya está perdidamente enamorado de algo contra lo que no se puede mentir. Yo había decidido entregar mi vida al fútbol antes de cumplir los diez años. Obnubilado por el fulgor de aquellas graciles camisetas amarillas que se movían y se movían, entendí que yo quería crear belleza de ese tipo. No quería ser un elemento de la misma, como un mero instrumento de cualquier sinfonía, no, eso no era para mi, grandilocuente y genial. Lo que yo deseaba era vestirme de dios, ser demiurgo de un universo único, hermoso, mío.

Cuando comprendí que el Nantes volvería a ser campeón tantos años después, supe en mi corazón atormentado por la incertidumbre juvenil que era el momento de zarpar hacía las profundas aguas del futuro, allá dónde la niña de mis ojos es una pelota y una una dulce mujer que no sabía quién era Patrice Loko. No quería no dejar constancia de que lo avisé, aunque ya lo supiera tal y como se sabe que va a llover sin que haya nubes en el cielo. Tampoco quería verla. No quería dudar.

Con un suspiro me levanté y el suelo pareció un bloque de hielo quebradizo. Tomé cada paso con el cuidado de una paloma en plaza pública, abrí la ventana y lancé una de las cartas al aire, arrojando el mismo hielo en el que estaba parado por la ventana y convirtiéndolo en un barco firme, grande e imponente. Ese mismo día me embarqué en el primer avión que encontré a Londres, pensando en mis queridos canarios de Saudeau y en esos ojos tan ámbar que te quemaban la mirada si los observabas mucho tiempo.

eyes_zps80df0337.png

Editado por rey

  • Autor

COLTER_zpsf2da2bc7.png

Anexos de bitácora | Nantes, la danza amarilla (i)

nantes8283_zpsed0c2523.png


El Nantes está de nuevo entre nosotros, asomado al primer nivel del fútbol francés después de una penitencia larga, extenuante y que ha dejado una mancha en la singular historia de un club al que su cultura le ha bastado casi siempre para ser feliz. Los resultados nunca alimentaron el ego de una entidad forjada a sí misma, ganadora puntualmente, pero sobre todo apegada a una forma de sentir, vivir y practicar el fútbol: el juego a la Nantaise, una filosofía exclusiva en Francia y que adelantó varias de las claves por las que se mueve el fútbol actual. Nantes ha sido siempre modernidad, vanguardia en el juego. Un estilo con tres manantiales para su evolución: José Arribas, Coco Suaudeau y Reynald Denoueix. Ellos dieron identidad a un club que ha funcionado –o funcionó hasta hace poco- como la mejor cantera de Francia, con una cultura formativa admirable y efectiva, un camino que ahora se busca recuperar porque siempre fue la garantía, ese salvavidas en medio del mar, cuando los problemas arreciaron en cada momento. Tres
salieron de esa factoría: Karembeu, Desailly y Deschamps. Pero la colección es más extensa y le suenan los galones: Makelele, Loko, Ouedec, Pedrós, Gravelaine, Ziani, Da Rocha, Kombouaré, Landreau, Carriere, Varihua, Monterrubio, Payet o Toulalan. Fíjense, nada más, en la estirpe de mediocentros: lo mejor en el puesto en Europa en las últimas tres décadas se formó en Nantes.

El juego a la Nantaise fue obra de tres entrenadores, con patrones comunes, aunque, como es natural, matizaciones distintas. Con Suaudeau llegó la velocidad y el ritmo,
con Denoueix la pureza colectiva… Desde Arribas, cada uno le dio su pincelada al equipo, pero siempre respetando los códigos y la filosofía que el entrenador español redactó en el manual de estilo del equipo en los años 60. Durante los 40 años posteriores, el Nantes se definió por su juego más que por sus victorias (pocas veces brilló en Europa), aunque con sus puntuales triunfos emparejados a la huella del recuerdo, a un fútbol distinguido, especial, intransferible y pionero. Fue el Nantes, quizá, el primer equipo europeo en introducir en su cultura del juego como premisa el fútbol sin balón, los conceptos de tiempo y espacio, sistematizándolos dentro de su vocación colectiva. El pase, el toque rápido, la movilidad, la explotación del espacio libre, la línea defensiva alta, el ritmo, la amplitud y la fluidez, la velocidad de la pelota en transición o las nociones de anticipación y recuperación pertenecen como principios fundamentales a esa etiqueta amarilla del juego a la Nantaise, un fútbol musical, armonioso y cuyas notas andan perdidas desde hace una década a la espera de un nuevo jefe de orquesta.

EL PADRE VASCO

Apenas le quedaba el recuerdo de las lluvias de bombas y las calles ensangrentadas. José Arribas había dejado Bilbao a los 14 años mientras España se partía en dos. Creció desde una adolescencia infeliz, turbulenta, cuestión que definió un carácter sobrio, introvertido y reposado. Había terminado en Nantes casi por casualidad, después de que las autoridades portuarias de Burdeos y La Rochelle

prohibieran la entrada a su bote de refugiados. Nunca regresaría a España. A José, la normalidad se la dio Nantes, una familia y una pelota. De allí, una tarde de verano salió hacia Le Mans, donde enraizó jugando como medio volante y donde pulió su vocación pedagógica, consolidada después como profesor de fútbol en la escuela de Saint Malo y en el club de Noyen-sur- Sarthe. Sus inquietudes le llevaron esos años, a finales de los 50, a moverse por los centros neurálgicos del fútbol francés. Uno de ellos fue Rennes, donde conoció a Henri Guerín, personaje clave de la historia del Nantes sin haber puesto un pie nunca en él. Fue Guerín quien en 1960 persuadió a Jean Cleurfeille, presidente canaris, de que el hambre de Arribas podía revolucionar el club y sacarlo de la D2 de una vez por todas. Así fue. Arribas desembarcó en el Nantes. Era un técnico estudioso, enamorado del estilo del Liverpool de Bill Shankly, su passing game y el modelo familiar y orgánico que había instalado en Anfield. Más allá de las influencias externas, Arribas resultó un autodidacta que se aisló de las convenciones tácticas del momento. Una derrota 10-2 frente al Boulogne acabó por convencer a Cleurfille, reticente a los cambios, de que Arribas, prudente y respetuoso, debía desencadenar sus fundamentos. Con vía libre, rompió con la WM y le dio un giro brasileño al equipo, implantando el 4-2-4 que eclosionó en la Copa del Mundo de 1958 alimentado por la pizarra de Vicente Feola. La otra pincelada de Arribas fue su énfasis en el espacio, un aspecto que ya nunca se separaría de la vida del Nantes. El espacio, más que la pelota, como tuétano de un estilo. En esta línea, borró el cuerpo a cuerpo e impuso un marcaje zonal. Desde esos cimientos formales, elaboró un discurso: movimiento y flexibilidad, juego corto y veloz, naturaleza ofensiva y tacto agradable con el fútbol. Había nacido el juego a la Nantaise. El término tardaría en consolidarse 40 años, que fue lo que tardó en tomarse consciencia en Francia del linaje y los rasgos comunes entre aquel equipo de Arribas y el que
sometiera la Ligue 1.

Durante 16 años, Arribas convirtió al
: elegante, respetado y a la vez osado, juvenil y entusiasta. El Nantes de Arribas ascendió en tres años por primera vez a Ligue 1. En sólo dos más, ganó el título (1965), repitiendo en 1966. La mano de Arribas subía y bajaba más allá de su equipo. Promovió la creación de la figura del director deportivo y la construcción de una escuela de fútbol. Todo desde una filosofía vertical. La cantera pasó a nutrir el primer equipo y los despachos del club los copaban ex futbolistas crecidos en la casa. El Nantes funcionaba como una vieja familia bretona, con orden, implicación, esfuerzo y amor. Jackye Simon, interior creador y primer internacional de la historia del club, y Phillipe Gondet, su goleador, ejercían de líderes sobre el campo.

Aún ganaría Arribas la liga de 1973, en pleno pulso generacional con el Saint Ettienne de Albert Bateux y el Olimpique de Marsella del dinamitero goleador Skoblar, en un periodo en el que, a la vez que preparaba una transición pausada, el Nantes firmaba la siguiente serie entre 1971 y 1976: 3º, 7º, 1º, 2º, 5º y 4º. Falló en Europa. La evolución de Arribas condujo al equipo a un 4-3-3, el sello moderno de la época, en aquellos años 70. Mientras, en 1972 se institucionalizaba el centro de formación y Arribas nombraba a
responsable de ese sistema de aprendizaje, además de entrenador del filial de tercera división bajo una premisa: la asimilación en todos los estratos de los conceptos de ese juego dinámico, rápido, espacial y ofensivo. El Nantes era ya un club adulto: tenía un estilo con pasado y se le abría delante un camino con futuro.

EL FALSO HEREDERO

Con un modelo de club bien sólido, un idioma en el césped y una cantera a la espera de frutos maduros, Arribas planeó su paso atrás. Su convicción fue siempre que Jean Claude Suaudeau debía prolongar sus postulados. Suaudeau se había afianzado bajo el manto de Arribas como un mediocentro inteligente y perspicaz, de corte defensivo. No tardó mucho Arribas en apadrinarlo desde su etapa como futbolista. Pero entonces, 1976, Arribas lo consideraba más útil y esencial aún en la academia formativa. Trazó entonces un plan secundario: una transición tranquila y focalizada en conservar el terreno ganado y en allanarlo para el desembarco de una estimulante camada. Jean Vincent, ex entrenador del Rennes, sería ese hombre del cambio lento. Entrenaría al Nantes entre 1976 y 1982, conquistando la liga de 1977, aún bajo la inercia de Arribas, y la copa de 1979. Pero Vicent apenas añadió líneas al desarrollo evolutivo del estilo nantaise. Su virtud fue asegurar al Nantes como un equipo de naturaleza canterana, muy joven, y como una plataforma sobre la que tomar un nuevo impulso. Vicent se acercó al final de su etapa bajo las críticas de desvirtuar las esencias del juego nantaise, imponiendo enfoques reactivos y con mayor contenido defensivo. El Inter de Nantes acabó bautizándose un equipo que poco antes había deslumbrado por su juvenil tridente ofensivo: Bruno Baronchelli, Eric Pecout y Loic Amissé, forjados en la cantera, componentes de la delantera olímpica francesa y apuesta del club cuando se le abrió la puerta a los ídolos, el genial polaco Robert Gadocha e Yves Triantafilos, un cabeceador despiadado. En este periodo, el Nantes convierte a Henri Michel en un central de referencia y aparece, también,

, un tirano defensivo. En Europa, se rozó la final de la Recopa, siendo el Valencia de Kempes y Bonhoff el verdugo en una semifinal marcada por el impacto en la plantilla de la muerte de Omar Sahnou, ex futbolista de club en la década de los 70 fulminado por un ataque cardiaco cuando jugaba en el Girondins de Burdeos. Era el final de década y por entonces la ascendencia de Suaudeau como asesor crecía y crecía.

Editado por rey

  • Autor

COLTER_zpsf2da2bc7.png

Anexos de bitácora | Nantes, la danza amarilla (ii)

NANTES95_zps0445a018.png

EL HIJO PRÓDIGO

En 1982, llegó el momento de Jean Claude ‘Coco’ Suaudeau. El Nantes alcanzó con él una edad adulta y acabó cristalizando hasta 1988 como un club de primera línea en Francia. Lo hizo por los resultados y sobre todo por su identidad. Cada vez más reconocible, todo el mundo sabía cómo jugaba el Nantes. Ya un año antes había desembarcado en el club Vahid Halilhodžić, el mejor futbolista de la historia del club y uno de los mejores extranjeros de la historia de la Ligue 1, quizá sólo superado por otro bosnio, Safet Susic. Halilhodžić explotaría como goleador con Suaudeau después de una lenta aclimatación. Curiosamente, fue uno de los pocos fichajes que funcionaron en el equipo durante este periodo (quizá el único, junto al argentino Jorge Burruchaga que alcanzó el nivel de expectativas con su rendimiento). El verdadero salto de nivel vino por la aportación de la cantera, donde en el lustro anterior se había cocinado a fuego lento una generación soberbia. La religión fundada por Arribas cobraba todo su sentido cuando en 1983 el Nantes se proclamaba campeón y discutía a PSG y Matra Racing, dos equipos envueltos en papel dinero, el intento de dominio en Francia. El Nantes era, ante todo, un equipo más moderno que ganador. Su juego, mirado ahora, se asemeja bastante a los postulados actuales. Tanto en forma como en contenido. Se articulaba con un 4-3-3, con un mediocampo sujetado por un especialista del robo y el espacio, un mediocentro puro y pionero: Seth Adonkor. Lo completaban dos volantes, Oscar Muller, más físico, todoterreno, y

, el líder de la selección francesa campeona olímpica en Los Ángeles 1984, un valor creativo y técnico al que la historia del fútbol francés quizá no le haga justicia en el recuerdo. Touré era el paso intermedio hacia una tripleta acelerada por fuera por los extremos Baronchelli y Amisse y coronada por el pie de hormigón de Halilhodžić, autor de 27 goles en la temporada del título de 1983. El equipo lo cerraban, en la portería, Bertrand Demanes, y una defensa con Ayache, Bossis (capitán y líbero), Patrice Rio y Tusseau. Excepto Rio (Rouen) y Halilhodzic (Velez Mostar) todos los titulares de Suoudeau habían sido manufacturados en la escuela de formación fundada por Arribas.

El Nantes se había consolidado ya como la mejor cantera de Francia, con una habilidad especial para captar, reclutar y formar a los talentos de los mercados coloniales. Los mejores niños del África francófona (Chad, Argelia…) o de Nueva Caledonia y las Antillas acababan en su red. Esta generación de 1983 elevó el juego a la Nantaise a su cúspide creativa y técnica. En esos términos, fue el mejor Nantes de la historia, con mayor cuerpo talentoso que otros posteriores. Era un equipo en permanente dinámica, muy influido también por el Brasil 82, con un sistema de apoyos que resumía bien las ideas y conceptos establecidos por Arribas: el juego debía basarse en un estado de ánimo colectivo. Al Nantes y su filosofía se le reconoce por su capacidad técnica, el toque rápido, el pase corto, la vocación ofensiva, pero su gran valor y legado no estuvo en la pelota, sino en cómo se afrontaban los momentos y los espacios sin ella. El Nantes fue, quizá, el primer equipo francés en sistematizar el concepto de pared y la anticipación sobre el rival. Suaudeau puso el énfasis en el entrenamiento sin pelota, trabajando en áreas reducidas y amasando en sus jugadores una notable inteligencia posicional. “Yo entiendo el juego de ataque a través de la recuperación”, definía Saudeau, hombre temperamental, sarcástico, amante del esfuerzo y la concentración. Los futbolistas del Nantes adquirían tal cultura táctica que no es extraño comprobar como muchos de quienes pasaron por el club o se formaron en él se concretaron como futbolistas versátiles y polifuncionales.

El Pozo de la Joneliere constituía el baúl del tesoro canaris. Era un campo de entrenamiento de espacio achatado, con terreno duro y áspero donde se trabajaban esas nociones sin balón. También tenía, en su perímetro, tres muretes de hormigón. En ese recinto, se fomentó el juego rápido, corto y a un solo toque. Vital y estratégico era el rol de Seth Adonkor, el primer mediocentro moderno. Había nacido en Accra (Ghana) y en Nantes pulieron una roca desde los 12 años. Era resistente, infatigable, táctico, astuto, eficaz y omnipresente. Abrió la línea hacia el pivote defensivo de hoy y fue la primera gran pieza elaborada por el taller de mediocentros de Nantes. Su academia ha producido a varios los mejores especialistas en la posición en los últimos 30 años, una estirpe única: Desailly, Karembeu, Deschamps, Makelele y Toulalan, además de otros que se quedaron por el camino, como Olembe y Djemba Djemba. Adonkor fallecería en un accidente de tráfico en noviembre de 1984. Su gran protegido, su pequeño hermano (aunque no eran familia), Marcel Desailly fue uno de los principales golpeados por la noticia. Adonkor murió joven, pero dejó un legado en la posición de mediocentro recuperador que alimenta aún al fútbol francés.

EL RESCATE Y EL CIELO

Suaudeau partió en 1988, aunque permaneció en el centro de formación. Fueron, los posteriores, años grises para el Nantes, con cambios presidenciales, la errática gestión de Miroslav Blazevic en el banquillo, la fuga de talentos (Deschamps o Kombuaré), la imprecisión en los fichajes (Vercauteren, Olarticoechea, Mo Johstone…) y la obligación de desmantelar el equipo por razones económicas (Desailly fue vendido a la fuerza). De nuevo, la producción de la cantera centró la política del club. Junto a Suaudeau, dirigía las camadas juveniles Raynald Denoueix, la tercera estación del linaje del juego a la Nantaise. Denoueix era otro producto canaris. Se había empapado de los fundamentos del club y conocía su esencia formativa. Bajo su tutela se armó otra gran camada: Desailly, Loko, Ouedec, Ziani,

, N’Doram, Guyot, Ferri, Makelele… todos pasaron por su mano. En 1992, con 60 millones de francos de deuda y el riesgo del descenso activado, se le devolvió el equipo a Suaudeau. Esos jóvenes que ensamblaba Denoueix no tardaron en aparecer.

Así llegó la gloriosa

, con un Nantes convertido en uno de los equipos de juego más divertido de los últimos 20 años. Arrasaron. 32 partidos sin perder, 71 goles y 34 en contra, mejor ataque y mejor defensa de Francia. El título fue la coronación a un estilo dejuego que ya se asumió en Francia como algo tan singular, tan vinculado al pasado y tan consanguíneo que no quedaba otra que hablar de juego a la Nantaise. Este equipo del 95 era menos técnico y más físico que el campeón de 1983, pero Suaudeau le dio otra dimensión: la velocidad y la verticalidad. Las principales novedades fueron el doble pivote, formado por Ferri y Makelele, ambos con una ingente capacidad de recuperación y trabajo colectivo. Creó a partir de ellos una incombustible red de robo. “La pelota es más rápida que cualquier futbolista. Por eso, la calidad del pase es nuestra principal arma”, resumía Suaudeau. Y eso fue el Nantes del 95: presión contante, intensidad en la recuperación, precisión técnica, trabajo de coberturas, superioridad numérica en cada zona del campo, vuelo ligero y rapidez en el contrapié. El colectivo funcionaba como una sinfonía. Los mecanismos memorizados salpicaban todas las fases del juego. Era matemática en movimiento, simplicidad y eficacia en el gesto y las decisiones, y mucha velocidad. Era un equipo con menos pases, más vertical que el de 1983, pero mucho más explosivo. Era dinamita, un juego de rostro claramente moderno, juego del siglo XXI practicado en el siglo XX.

La pareja de delanteros Loko-Ouedec marcó 40 goles.

era un segundo punta móvil, eléctrico y de carga rápida en el disparo. Loko era un ‘9’ más fijo al que le salía todo. Buen rematador, cabeceador y excelente en el cuerpeo. Los alimentaban, desde los flancos, dos falsos extremos, con comportamientos muy interiores. N’Doram era el más genial. Normalmente basculado a la derecha, era elegancia, estilo y gol. “El Brujo de La Beaujoire” lo llamaron. Por la izquierda, Pedrós aportaba clase, último pase y trabajo. Los cuatro puntales ofensivos habían pasado por la factoría de Denoueix. También la doble bisagra del equipo: Makelele, con 18 años algo más libre y desatado que en su época de apogeo como tótem defensivo, y Ferri, el especialista recuperador. Atrás, los laterales Cristophe Pignol y Le Dizet complementaban a la pareja Decroix-Karembeu, este último polivalente, capaz de ajustarse a varias funciones. La portería era de
, habitual suplente de Barthez en la selección francesa. Más de la mitad del equipo se había formado en la cantera canaris y alcanzó en 1996 las semifinales de la Copa de Europa, hasta que la Juventus de Lippi y Deschamps le cortó las alas en una apasionante eliminatoria, 2-0 en Turín y 3-2 en Nantes. Este equipo tocó tan rápido techo como se desmanteló. Su fecha de caducidad se fijó ese verano de 1996: Loko (PSG) y Karembeu (Sampdoria) ya habían salido tras la épica campaña del 95. A ellos, les sucedieron Ouedec (Espanyol), Pedros (Marsella) y ya en 1997 Makelele (Marsella) y N’Doram (Mónaco).




Editado por rey

  • Autor

COLTER_zpsf2da2bc7.png

Anexos de bitácora | Nantes, la danza amarilla (iii)

nantes01_zpseb19dadd.png



EL NIETO AVENTAJADO

El desmantelamiento del equipo fue imparable y agresivo, sin tiempo para la regeneración. Suaudeau dejó el banquillo y, como siempre, permaneció ligado al centro de formación. Una nueva camada tomaba temperatura. Al banquillo, se ascendió a Reynald Denoueix, ex defensa del equipo en la época de Arribas y que desde 1982 formó parte de la academia juvenil como técnico o responsable. Denoueix entrenó al primer equipo del Nantes desde 1997 a 2001. Ganó dos copas de Francia y
, y le puso un nuevo eslabón a la cadena evolutiva del juego a la Nantaise. La cantera volvió a ejercer su influencia, con 80% de la plantilla campeona en 2001 formada en la Centro Formativo José Arribas, entre otros, Landreau, Carriere, Varihua, Monterrubio, Ziani, Da Rocha o Gillet. Fue un equipazo, con el delantero rumano Moldovan dejando un nivel asombroso. El equipo de Denoueix no fue tan vibrante y frenético como el armado por Suadeuau en 1995, se basaba más en lo técnico y jugaba más en corto. Pero respetaba las vertientes ofensivas, verticales, agradables y colectivas del juego a la Nantaise. Era un 4-4-1-1 con dos piezas contextuales: Monterrubio, un segunda punta imaginativo, habilidoso y con una excelente relación con la pelota, y Eric Carriere, el mayor talento de ese equipo, un mediocentro organizador con alto rango de pase, distribución y técnica. A estos dos jugadores, Denoueix los rodeó con mucho nervio colectivo y con mucho talento complementario, como los exteriores Ziani y Da Rocha, herederos de N’Doram y Pedrós. Berson era el pivote defensivo, con Salomon Olembe de alternativa. Laspalles, Gillet, el argentino Fabbri y Armand configuraban la línea de retaguardia, con Landreau convertido ya en uno de los mejores porteros franceses. En 2000, antes del título de liga, había abandonado Antoine Sibierski, otro talento de aquella época canaris. Denoueix supo respetar la tradición del club y redondeó ese respeto con títulos. Su ratio de resultados es el mejor de los tres grandes arquitectos del Nantes. Dos copas y una liga. Falló en Europa, donde el Nantes siempre besó lona demasiado pronto. Pero el espíritu prevaleció, con ese fútbol e transiciones fugaces, fluido y ensamblado con cierta complejidad colectiva, donde todas las etapas del juego estaban milimetradas.

Poco a poco, el Nantes volvió a caer en la misma trampa. Siempre estuvo expuesto a la depredación de los mejores clubes de Francia y esta nueva etapa también acabó desmantelada, más con la salida de Denoueix tras ganar el título de liga. El linaje iniciado en 1960 acabó rompiéndose, se marginó la vocación familiar y artesanal del club, y el Nantes fue desnaturalizándose. Mientras, brotaban los problemas institucionales, con varios cambios accionariales, y se imponía la incapacidad para mantener cierta tasa de regeneración con futbolistas de la cantera. La política deportiva se diluyó y en 2007, tras 44 años seguidos en la elite, el Nantes descendió al lugar donde lo inventó José Arribas. Ahora,
han vuelto, con su camiseta amarilla y la historia algo empolvada. Sólo es cuestión de pasarle el trapo por encima.

* La serie de artículos pertenecen al periodista Chema R. Bravo

Editado por rey

Un nuevo intento... mucha suerte compañero! A ver si esta es la definitiva y encuentras en ella esa historia con la que te sientes cómodo y puede avanzar en el tiempo ;).

Además será por lo que leo con el FM14, primera aventura por aquí con la nueva edición. "Conociendo" tus gustos tácticos será interesante ver como desarrollas el aspecto táctico de esta historia en esta nueva edición sobre la que hasta el momento he leído opiniones de todos los colores en ese aspecto :).

Para empezar grandes artículos para meternos de lleno en el mundo del equipo elegido. El Nantes me parece una gran elección, un equipo venido a menos de un campeonato que te ofrece muchas posibilidades de crecimiento como el francés. Un club que ha tenido grandes etapas en el pasado y a jugadores y entrenadores de cierto renombre y que esperemos que ahora bajo tu mando vuelva a ser, al menos parte, de aquel equipo que un día fue.

Una gran cantera la del Nantes que esperemos que siga pudiendo sacar algún que otro jugador interesante en estas temporadas y un estilo de juego "a la Nantaise" cuyo nombre me manda a una receta de cocina :biggreen, esperemos que se den los ingredientes para que esta aventura pueda ser duradera y podamos volver a disfrutar de una gran historia firmada con tu nombre ;).

Saludos crack!

  • Autor

ANSWERS_zps26f49c50.png

@Mapashito

¡Bienvenido nuevamente! Espero no tener que decirte esto en muchos, muchos meses ^^.

El FM 2014 es un reto que emociona mucho. Ya he jugado varias partidas distintas para conocer más como funciona todo y ya creo que estoy listo para lanzar la definitiva. Y sí, hay que exigir esto lo máximo posible, nada de 4-4-2 y balones a la olla. Y es que la historia va a desarrollar el gusto del protagonista, y es uno muy particular.

Sobre el equipo... oye, que yo aún no he dicho nada. Estamos en 1995 y Colter Bell se acaba de ir a Inglaterra para cumplir su sueño de ser entrenador de fútbol. La partida empieza en 2014... son 19 años antes de que a Bell se le ofrezca la oportunidad de su vida.

Gracias por leer.

Únete a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte después. Si ya tienes una cuenta, accede ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a este tema...
¿Cómo adjuntar imágenes? Súbelas a postimages y copia el "Enlace directo" en el mensaje.

viendo esta sección 0

  • Ningún usuario registrado viendo esta página.

Configure browser push notifications

Chrome (Android)
  1. Tap the lock icon next to the address bar.
  2. Tap Permissions → Notifications.
  3. Adjust your preference.
Chrome (Desktop)
  1. Click the padlock icon in the address bar.
  2. Select Site settings.
  3. Find Notifications and adjust your preference.