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"No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden"

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Introducción

Mi nombre es Fernando, soy argentino y como tal amante del fútbol. Técnicamente, Dios no me ha dotado con grandes habilidades para practicar este deporte pero si me dio una gran capacidad para comprender el juego. Cada persona es un entrenador de fútbol en potencia y como argentino desarrolle esa característica muy rápido. Por eso fui armando una serie de convicciones y valores dentro de este deporte, una visión de como debería jugar mi equipo.

Pero para explicarla claramente debo aclarar que el fútbol es un deporte que invita a ser jugado de diferentes maneras. En el basquet cuando uno habla de jugar bien, sabe que es lo mismo que decir que jugar lindo, o haber ganado te hace campeón justo, cosa que en el fútbol es mas complicada. En el tenis se habla de jugadores mas elegantes que otros, de talentosos somo Federer, y de combativos como Nadal. Justin Henin y Sharapova, son otros ejemplos. Pero jamás se puede decir que ganó mal Nadal, al contrario, su esfuerzo conmueve.

En el fútbol esto es muy diferente. Hay si bien muchas formas de sentirlo y de jugarlo, los extremos son el "Bilardismo" y el "Menottismo". Son las antítesis. Menotti, idealiza un fútbol estético, artístico, donde importa el como, el estilo, ganar es una consecuencia de jugar bien. Por otro lado, el "Bilardismo" busca el triunfo de cualquier forma, explotar el físico, la táctica, si es necesario resignar el espectáculo en busca de la victoria, porque el resultado siempre es lo que hace más felices a los hinchas.

Ahí podemos hacer una comparación política u ideológica, si decimos fútbol de izquierda y fútbol de derecha. Menotti es la izquierda, Bilardo la derecha. No es una comparación caprichosa. Ya que el zurdaje es representado por idealismos, por luchas representativas del pueblo, revoluciones proletarias, militancia y sobre todo oposición al sistema. Mientras que la derecha es representada por el conformismo, la conservación, el exitismo y el individualismo que implica ganar a cualquier costo como exige el sistema. Hay un fútbol de derecha y otro de izquierda: El fútbol de derecha nos quiere sugerir: la vida es lucha, exige sacrificios, debemos volvernos de acero y ganar con todos los métodos. El entrenador les dice a los jugadores que para no disgustarse con el presidente del club se abstiene de decir sus ideas políticas. Obedecer y funcionar, eso es lo que quieren los del poder con respecto a los jugadores. Así van creando cada vez más tarados, los idiotas útiles que acompañan al sistema.

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Ambas corrientes, tuvieron sus triunfos tanto en equipos como en la selección. Menotti en el Mundial 78 (aunque los bilardistas dicen que se debe a los arreglos de la dictadura) mientras que Bilardo en el Mundial 86 (pero para los menottistas el triunfo fue únicamente gracias a la inspiración de Maradona).

La corriente Menottista es el sinónimo argentino del estilo de fútbol técnico e individualista que podríamos llamar: “fútbol champagne”. Un amante de la individualidad, el defensor del clásico 10 con clase. A esto habría que sumarle la individualidad de juego, el pase a un toque, lo que seria para los brasileros el famoso: “Jogo bonito”. Firulete, buen juego, dejar correr la pelota. Lo importante es la técnica de los jugadores, la técnica por sobre la táctica aunque tampoco niega que esto sea importante. Por ejemplo el mismo Menotti plantea que "nunca pueden estar los dos centrales en la misma línea. Donde haya dos jugadores ubicados lateralmente están atentando contra el funcionamiento del equipo."

Menotti plantea que todos los equipos del fútbol están capacitados para jugar un fútbol que de espectáculo, un fútbol ofensivo, un fútbol limpio y alegre. Obviamente no todos están capacitados por igual pero para el menottismo con los pocos ladrillos que se tengan hay que tratar de construir la capilla sixtina con las limitaciones de cada equipo. Para él "hay dos cosas mas importantes que los títulos, el reconocimiento y el respeto. Cuando veo que la gente que respeto y reconozco me demuestran lo mismo hacia mi persona me siento muy feliz". Jugar bien es entender el juego, por que lo más difícil de este juego es saber jugarlo

Bilardo es el referente de una corriente totalmente opuesta. Él le dio una impronta diferente a la selección argentina, que estaba acostumbrada al buen juego, la elegancia y a la técnica por sobre la táctica. Lo bonito fue cambiado por lo necesario. Lo importante es ganar a cualquier costo, si era necesario atacar con uno solo, estando 2 a 1 arriba sin dudas era fácilmente sacrificar el toque y el buen fútbol. “Defiendo el resultado y quiero que los jugadores sufran por conseguirlo”, si es necesario pisar al rival hay una sola cosa que hacer: "pisalo". Para el Doctor conseguir los títulos es lo único importante, salir segundo no importa. Es el claro ejemplo del fútbol exitista que vivimos hoy en día.

Para Ángel Cappa "el menottismo es como los Reyes Magos: uno espera siempre a los equipo de Menotti con ilusión, sin saber qué le van a traer. Y el bilardismo es el señor que le dice al pibe de 4 años: “Los Reyes Magos son los padres, así que te doy un pulóver que te hace falta para el invierno y punto”.

Horacio Pagani los diferencia con una explicación más sencilla que le dio a Daniel Passarella. El periodista le preguntó: "Cuando vos haces la charla técnica, ¿quién pensás que principalmente va a tener la pelota? ¿Vos o los contrarios? Porque si vos crees que principalmente la pelota la vas a tener vos, sos Menotti. Si crees que la van a tener los contrarios, sos Bilardo."

El cambio en el modo de interpretar el fútbol entre los dos equipos campeones fue abrupto. Los códigos futbolísticos del buen toque, pelota al pie y salir jugando fueron reemplazados por el pelotazo largo y defensa hombre a hombre. Luego de ese equipo del 86, los equipos comenzaron a preocuparse más por los resultados que por la manera de obtenerlos. Este cambio es comprendido por Menotti de la siguiente manera: "Nadie, absolutamente nadie, niega que el fútbol en los últimos tiempos tuvo una transformación, pero una transformación negativa, como consecuencia de las tácticas, de la mediocridad, del miedo, pero el fútbol, en su esencia, sigue siendo el mismo. [...] la diferencia es que antes había orgullo, respeto por el juego. Si un jugador tiraba la pelota torpemente afuera, se consideraba una grosería que no la perdonaban ni los propios compañeros [...] eso fue manteniendo una línea, un estilo. Fue modelando “la nuestra”. Era la adhesión al buen gusto que no solo se trasuntaba en el fútbol, también en la ropa, en la música, en el baile, en las costumbres. Hoy, un grupo de tilingos quiere hacernos creer que “sobre gustos no hay nada escrito”. Sobre gustos no hay nada determinado, pero hay una estética. Hay quienes eligen otros modelos ¿qué podemos hacer por ellos? Nada"

Entonces ¿El éxito en el fútbol debe medirse en base a los números y a los títulos conseguidos, tal como es la filosofía pragmática de Bilardo, en las antípodas de la fórmula de Menotti? ¿Lograr imponer un estilo, un mensaje, sin conseguir finalmente alzar la corona, realmente no vale de nada? ¿Sólo las cifras deben señalar a los ganadores? ¿No hay reconocimiento sin título? Bielsa, por ejemplo, ¿es un seleccionador fracasado por haberse vuelto en la primera ronda del Mundial 2002 tras un ciclo espléndido de cuatro años? ¿Solamente las medallas doradas legitiman el poder defender un argumento?

En este corto vídeo, Horacio Pagani explica esta dicótoma que existe en la forma de vivir el fútbol actualizando conceptos, hablando ahora de Tácticistas (Bilardismo) y Conceptualistas (Menottismo): https://www.youtube.com/watch?v=ihe6wxUXR-4

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Estas cuestiones son el clásico debate en las mesas de los bares, de los grupos de amigos cuando se habla sobre el "fubol". Ejemplos existen demasiados: Guardiola - Mourinho es el último y más mediático pero Simeone es un claro ejemplo de tacticista y Wenger es un claro conceptualista por nombrar otros entrenadores. Ambas maneras de comprender el fútbol son válidas pero uno debe optar por una o la otra, hay quienes dicen como le contesto Passarella a Pagani: "a veces pienso que la voy a tener yo y otras pienso que la va a tener el contrario". Horacio le contestó "entonces vos no sos nada". Yo no planeo no ser nada, por eso hice el curso de entrenador sin haber jugado nunca profesionalmente, ni amateurmente.

Mis ideas las tengo claras y las voy a dar a conocer a lo largo de esta historia, pero voy a dejarles una frase del fútbolista brasileño Sócrates que resumen mi pensamiento de como va a jugar mi equipo de fútbol: “No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden”.

Muy buen comienzo!!! Desde ya te sigo. Por mi parte, yo también prefiero el conceptualismo y siempre me he decantado por los equipos que juegan un fútbol vistoso. Me encanto la idea y mejor aun si pensas implementarla con algun equipo argentino, ya que hoy por hoy todos juegan igual y cualquiera le gana a cualquiera (realmente una lástima).

Gran introduccion, voy a estar atento a tus actualizaciones en la historia ;) Saludos!

@triver Lo siento, pero al no finalizar tu anterior historia crorrectamente, debes cumplir con la sancion correspondiente, que es de 2 semanas por tener 2 historias no finalizadas dentro de los ultimos 365 dias, por lo que recien el 4 de Marzo podras continuar con esta historia, si asi lo deseas, o comenzar una nueva

Saludos

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