Die Geschichte von Matthias - Der Enkel des Kleinen Toni (La historia de Matthias - El nieto del pequeño Toni) Kapitel 7 – Saison 23/24 - Runda 1 - I (Capítulo 7 – Temporada 23/24 - Rueda 1 - I) Teil 45 – Die Ruf des Landes (Parte 45 – La Llamada de la Nación) En Innsbruck, Austria La bruma de la victoria copera ante el Matrei und Umgebung apenas se había disipado. Era Miércoles 16 de agosto y el cuerpo del equipo, magullado y agotado por el intenso inicio de temporada, se disponía a realizar los habituales ejercicios regenerativos vespertinos en las instalaciones del Tivoli Neu. En el primer piso, lejos del ruido de los rodillos y los masajes, el ambiente en la oficina de Gerald Stocker era distinto: denso, ceremonial y cargado de una expectativa silenciosa. El presidente, con un tono inusualmente formal, le había pedido a Clara que convocara de urgencia a Matthias Schall, Daniel Iril y Fernando Pino. Mientras se dirigían al ascensor, Daniel preguntó con un murmullo ansioso: "Matthias, ¿sabes de qué va esto? Stocker parecía un poco extraño en el mensaje". Matthias, con la mirada fija en el reflejo de los números del ascensor, fue evasivo. Él asumía que la reunión era la continuación de la charla informal que había tenido con el presidente en Ratisbona. Creía que por fin abordarían la reestructuración dirigencial y el futuro a largo plazo del club. "Son cosas administrativas, muchachos," respondió, restándole importancia con un gesto cansado. "Probablemente el organigrama. Ya saben cómo es Stocker con sus timings." El tridente llegó a la espaciosa oficina. Stocker los recibió de pie, con una sonrisa contenida y casi paternal. Les ofreció un café de la máquina de espresso italiana, que olía a tostado intenso. El presidente no anduvo con rodeos, pero inició con un monólogo reflexivo, como si estuviera sopesando cada palabra. Primero, los felicitó por el trabajo realizado: "Dos meses. Hace dos meses, esto era un cementerio de ilusiones. Hoy, es un club saneado y ganador. El cambio ha sido radical y el impacto en la moral de la ciudad es innegable. Les agradezco ese esfuerzo que va más allá de lo profesional." Posteriormente, Stocker pasó a un tema mucho más elevado, uno que hizo que los tres argentinos se miraran con creciente confusión, sin entender la referencia. "No sé cómo será en Argentina," continuó Stocker, dejando su taza sobre la mesa con un ruido sordo, "pero acá en Austria, nuestro país está antes que todo. El deporte es parte de nuestra identidad, y lo mejor que tenemos se lo damos a nuestra nación." El misterio se resolvió cuando Stocker, sin decir una palabra más, se dirigió a la pared y encendió la pantalla gigante de la oficina, que cobró vida con el logo del canal Sky Sports Austria. El audio inundó la sala. En vivo, Klaus Mitterdorfer, el presidente de la Österreichischer Fußball-Bund (ÖFB), la Federación Austríaca de Fútbol, realizaba un anuncio de impacto. La noticia explotó en la pantalla: el alemán Ralf Rangnick dejaba de ser el manager de la selección de fútbol austriaca, conocida popularmente como Das Team. La conmoción era palpable entre los periodistas en el estudio. Inmediatamente, el enfoque se desplazó al sucesor. Los comentaristas y analistas decían que Oliver Glasner, de 48 años, quien hasta mayo había sido el exitoso manager del Eintracht Frankfurt, firmaría esa misma noche con Das Team. Finalmente, añadían que Glasner tenía todo acordado con Markus Hoffmann para ser su segundo entrenador, pero que la gran duda era quién se haría cargo de las selecciones juveniles austriacas. En ese instante crucial, Stocker pulsó el botón de apagado. La imagen de la bandera austriaca en la pantalla se esfumó, dejando la oficina en un silencio tenso. Stocker se apoyó en el borde del escritorio y miró fijamente a Matthias. Su voz era firme, con un dejo de orgullo patriótico. "Hace unos minutos me llamó el propio Mitterdorfer," reveló Stocker. "Estamos al servicio de nuestro país. La ÖFB los quiere, Matthias, a ustedes, para un proyecto integral en las selecciones juveniles del país." Hizo una pausa dramática antes de la sentencia que hizo eco en las paredes del Tivoli Neu. "Y estamos obligados a aceptar." Agregó, con una sonrisa de conocimiento. "Seguramente, cuando Peter Hackmair te hablaba el otro día del wunderteam en la entrevista, se refería a esta noticia, no a nuestro equipo de la Hypo Tirol Liga." Matthias, a quien el café se le había enfriado en las manos, se tomó un largo y necesario tiempo para procesar el bombazo. La ambición que había querido dosificar en cinco años ahora le golpeaba en la frente. Solo pudo articular dos preguntas, las más importantes: "¿Estamos obligados, presidente?" preguntó, buscando una rendija legal o moral. "¿Y, de ser así, deberíamos dejar el Wacker?" Stocker respondió con la convicción de un hombre que no admitía debate. "Moralmente, sí, estamos obligados. Sería una ofensa de nuestra parte, y una mancha para la institución, no prestar los servicios que el país necesita. Con respecto a la segunda pregunta, no. Esperamos que sigan con nosotros, cumpliendo las dos funciones en paralelo. No abandonaremos el proyecto aquí." Matthias se levantó y caminó hasta la ventana, mirando la masa de los Alpes que rodeaba Innsbruck. La luz del atardecer dibujaba un dilema profesional sobre los picos nevados. Reflexionó, miró a Daniel y Fernando, quienes le devolvían una mezcla de asombro y apoyo silencioso. Volvió a mirar a Stocker y, por primera vez, habló no como empleado, sino como director. "Es una oportunidad que esperaba tener en cinco años, presidente, no ahora. Si pudiera elegir, dejaría pasar esta chance," confesó con sinceridad. "Pero a veces el tren pasa una sola vez en la vida. Si usted, presidente, está de acuerdo y cree que podremos hacer las dos funciones sin que el Wacker se resienta, entonces aceptaríamos." Stocker celebró la respuesta con una palmada en el escritorio y se disponía a llamar a la ÖFB para confirmar el sí. Pero Matthias, ya en modo negociación, lo interrumpió, levantando un dedo. "Solo pondremos unas condiciones," dictaminó. "Yo seré el Director del Proyecto de Juveniles y quiero libertad y prioridad en la gestión, exactamente como en el Wacker. En la asignación de equipos, la estructura será vertical: Fernando será el manager de las selecciones S23 y S21; Daniel se encargará de la S20 y S19. Y en mi caso, me haré cargo de la S18 y S17. Esto no es negociable, pero me gustaría formar un wunderteam desde las bases. Si están de acuerdo con esta condición, vamos hacia adelante." La audacia de Matthias por imponer un organigrama en la federación nacional fue asombrosa. Stocker, visiblemente divertido por el carácter de su manager, tomó el teléfono y llamó a Mitterdorfer. Fue apenas una charla de cinco minutos. Al colgar, Stocker se giró hacia el trío con una sonrisa triunfal. "Está todo arreglado. Son un orgullo para Innsbruck." El manager wunderkind argentino no solo había elegido el club donde quería estar, sino que lo revolucionó en menos de dos meses, equilibrando las cuentas y ganando en el campo. Ahora, de golpe, era el Director de Juveniles del seleccionado austriaco y Manager de las S18 y S17. Todos en el land se preguntan: ¿cuál es el techo de Matthias Schall? Y realmente, más allá de su preparación, antecedentes y parentesco, ¿es realmente merecedor de todo esto? Seguramente el tiempo nos dará las respuestas.
Únete a la conversación
Puedes publicar ahora y registrarte después. Si ya tienes una cuenta, accede ahora para publicar con tu cuenta.