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El último faraón - Pyramids FC

Respuestas destacadas

  • Autor

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@Zeodus El partido incial de liga, cómo dices, ha sido un empate ante un durísimo rival. Veníamos de unos buenísimos resultados y nos hemos llevado este palo, pero es que entra dentro de la total normalidad. No espero alzarme con el título en el primer año, aunque entiendo que esperáis que así sea.

@pepetxins Como le comentaba a Zeodus, hemos dado por costumbre el sumar partidos por títulos y victorias, pero es que el Zamalek es un equipo muy bueno en la competición. Vamos a tener que luchar duro para alzar el título liguero.

Editado por Andrew

Pues nos llevamos la supercopa...vamos rellenando la vitrina de trofeos y eso que acabamos de empezar. En liga hemos empatado ante el zamalek pero en cambio en la copa....paaaaam en toda la frente.

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NOVIEMBRE AZUL: 5 PARTIDOS, 4 VICTORIAS Y 1 EMPATE

Pyramids FC: el tren que nadie para… aunque la liga intente frenarlo

Por Karim Abdallah, Al-Ahram y Ona Sport FM

Ittihad Alexandria 2-6 Pyramids FC Jornada 2 – Primera División Egipcia

Y llegó el día en que Alejandría se rindió antes del descanso. Pyramids salió como un huracán del desierto: Fathy giró sobre el central y abrió con un zurdazo al ángulo, Sobhi robó arriba y la picó por encima del portero, Ali Gabr se elevó en un córner y cabeceó picado. Ziko galopó la banda y dejó a Mayele solo para cruzar raso; Fathy filtró entre líneas y Mayele recortó para clavar el quinto. 0-5 en 43 minutos. Canaria despertó tarde, Marwan Hamdy cerró la masacre con una volea al ángulo y Fady Farid maquilló en el 89’.

Lastimosamente, Mayele se rompe al celebrar su segundo gol y estará hasta diciembre fuera de los terrenos de juego. El killer se va… y el cielo azul sigue rugiendo.

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Pyramids FC 3-0 Al-Gaish Jornada 3 – Primera División Egipcia

Y llegó el día en que Al-Gaish no existió. Obama rompió el hielo con una pared con Sobhi y un cruzado raso al palo largo. Ziko centró milimétricamente y Marwan Hamdy se elevó como un faraón para cabecear al palo corto. El Karti robó en mediocampo, lanzando un contraataque de 3 vs 2, y Marwan recortó al portero para definir a puerta vacía. Doblete en ocho minutos. El segundo tiempo fue un recital de posesión. Al-Gaish: cero tiros a puerta. El 30 de Junio cantó hasta quedarse sin voz.

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MC Alger 0-3 Pyramids FC Jornada 1 – Liga de Campeones Africana (Fase de grupos)

Y llegó el día en que Argel se quedó sin aire. Un despeje argelino cayó a los pies de El Karti fuera del área; controló, amagó y la clavó por la escuadra desde 28 metros. El estadio 5 de Julio enmudeció. Hamdi recibió en la izquierda, recortó adentro y cruzó al palo largo. Ziko arrancó desde mediocampo, eslalon entre tres y definió raso al palo. Pyramids se fue de Argelia con la cabeza alta y primero de grupo.

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Arab Contractors 3-3 Pyramids FC Jornada 4 – Primera División Egipcia

Y llegó el día en que Pyramids se durmió sobre los laureles. Penalti por mano absurda, Sobhi lo transformó fríamente al palo derecho del portero. Pero en veinte minutos de locura: Okoronkwo cabeceó solo en un gol y después repitió de volea para el 2-1. Fathy recibió en la frontal y la cruzó al ángulo para colocar el 2-2. Aún en la primera parte, Daabasa remató un córner. 3-2. Por suerte, en el setenta y seis, Dodo El Gabas salvó un punto con un disparo lejano que se coló por la escuadra. Empate que quema como arena caliente.

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Pyramids FC 6-0 Wiliette Sport Clube Jornada 2 – Liga de Campeones Africana (Fase de grupos)

Y llegó el día en que el 30 de Junio se convirtió en carnaval. Córner de Sobhi, Ewerton cabeceó a bocajarro. Fathy recortó en la derecha y cruzó al palo largo. Sobhi regateó a dos y definió por bajo. Marwan Hamdy controló en el área y la cruzó. Obama recibió en profundidad y la levantó por encima del portero. Ewerton cerró la goleada en el segundo palo. Willette: cero tiros. Seis goles. ¡SEIS! El cielo azul no tuvo piedad.

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CLASIFICACIONES

En la Primera División Egipcia, tras cuatro jornadas, Pyramids FC ocupa la decimoquinta posición con ocho puntos (dos victorias, dos empates, cero derrotas). Pero no se dejen engañar: los demás equipos han disputado entre siete y ocho partidos. Cuando Pyramids iguale el calendario, la tabla va a temblar como las arenas del Sinaí.

Clasificación de Liga

En la Liga de Campeones Africana, Pyramids FC es líder absoluto de su grupo con seis puntos en dos partidos y nueve goles de diferencia. MC Alger y US Monastir suman tres puntos cada uno; Wiliette Sport Clube, cero.

Clasificación de Liga de Campeones de África

El cielo azul no pide permiso. Devora.

  • Autor

Capítulo 3: El ojo que ve desde abajo

30 de noviembre de 2025 – 02:14 h Estadio 30 de Junio, El Cairo

La noche envolvía El Cairo como una mortaja negra, el viento del desierto susurrando secretos antiguos entre los bloques de hormigón. Hassan Safar no dormía desde hacía noches; el insomnio lo devoraba como un escarabajo en la carne. Su dedo índice derecho ya no era un dedo: era un ojo azul que parpadeaba cuando él cerraba los suyos, un pulso frío que le recordaba que algo lo observaba desde dentro. Treinta y un días de victorias, de goles que resonaban como maldiciones, de títulos que pesaban como cadenas. Treinta y una noches en que el césped le susurraba en la lengua de los muertos, palabras que se enredaban en su mente como raíces bajo la tierra.

Esta vez no susurró. Rugió, un gruñido gutural que vibró en el suelo y subió por sus piernas como un veneno helado.

Condujo solo hasta el estadio, las luces de los faros cortando la oscuridad como cuchillos. El guardia, Metwalli, apenas levantó la vista, su rostro arrugado como papiro viejo bajo la linterna temblorosa.

- ¿Otra vez, entrenador?

- Otra vez, tío.

Nadie preguntaba ya. El silencio entre ellos era espeso, cargado de lo no dicho.

Bajó al túnel, el eco de sus pasos amplificado, como si el estadio respirara con él. El aire olía a ozono y a incienso quemado hace cuatro mil años, un hedor dulzón que se pegaba a la garganta. Llegó al centro del campo, la hierba crujiendo bajo sus botas como huesos secos. El escudo del Pyramids palpitaba como un corazón recién arrancado, un brillo tenue que latía en la oscuridad, atrayéndolo como una trampa.

Y entonces la tierra se abrió.

Una grieta partió el círculo central con un crujido sordo, como si el mundo se resquebrajara. No era una grieta cualquiera: tenía la forma exacta de la pirámide invertida de Keops, la que nunca se encontró, la que los sacerdotes de Heliópolis borraron de los papiros por miedo. De la grieta brotó arena roja, caliente, viva, serpenteando por el césped como sangre de una herida antigua. Formó un círculo perfecto y, en su centro, un ojo. El mismo ojo que llevaba en la mano, que ahora ardía en su piel como un hierro al rojo.

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Bum… bum… bum…

Cinco segundos entre latido y latido. El ciclo se había acortado otra vez, y cada pulso hacía que el corazón de Hassan acelerara, un tambor de pánico en su pecho.

Del fondo del túnel llegó un rumor de cadenas arrastradas por piedra, un sonido que erizaba la piel, como uñas rascando una tumba. No eran pasos. Eran los pasos de los ushabti, los servidores de ultratumba, despertando antes de hora, sus figuras de arcilla cobrando vida en las sombras.

Hassan retrocedió, el sudor frío resbalando por su espalda. La grieta se ensanchó con un gemido de la tierra, como si algo inmenso empujara desde abajo. Emergió una mano de basalto negro, con jeroglíficos que brillaban en azul cobalto, iluminando la noche con un resplandor espectral. Después un torso, pesado, imponente. Un rostro sin ojos, solo dos órbitas que reflejaban la constelación de Orión, estrellas frías que lo miraban fijamente. Llevaba la corona doble, Pschent, pero partida por la mitad: la blanca de Alto Egipto y la roja de Bajo Egipto, unidas por una grieta idéntica a la del césped, como si el tiempo mismo se hubiera roto.

En el pecho, bordado con hilo de oro ya desvaído, el escudo del Pyramids FC. Pero no era un escudo moderno. Era el cartucho real de Userkaf-El-Cielo-Azul, primer faraón de la V dinastía, el que mandó construir la pirámide que nunca se halló… porque no estaba destinada a él.

La figura se irguió lentamente, cuatro metros de piedra viva que crujía con cada movimiento, el aire a su alrededor cargado de electricidad estática. Y habló con la voz de los nueve dioses del Enéada, un eco que reverberaba en el cráneo de Hassan, haciendo que sus dientes castañetearan.

- El cielo azul no es un lema, entrenador. Es un nombre. El nombre que Userkaf le dio al guardián que encerró bajo esta arena. Un dios que no era de los nuestros. Un dios que venía del vacío entre las estrellas. Lo llamaron Nun-Azul, el que duerme en el caos. Pero escúchame bien: antes de Userkaf, hubo otro. El primer traidor. Set, el de la arena roja, el que mató a su hermano Osiris y lo despedazó en catorce trozos. Los sacerdotes de Heliópolis encontraron el decimoquinto trozo. El que Set intentó ocultar en el desierto. El corazón de Osiris. Aún latía. Y latía con un color que nunca habían visto: azul. Azul como el cielo que Osiris había prometido a Egipto. Userkaf lo selló en esta pirámide inversa. Le dio un nombre: Nun-Azul. Y le prometió: cada vez que Egipto gane algo grande, le darán un trozo de su alma. Cada título es un ladrillo que se quita de su prisión. Cada gol, un latido que lo acerca a la vida.

Hassan sintió que el ojo de su mano se abría más, un dolor punzante que le nublaba la vista. Veía a través de él, visiones que se clavaban en su mente como dagas. Veía la cámara subterránea: un cubo perfecto de 44 metros de lado, idéntico a la base de la pirámide perdida, las paredes rezumando humedad eterna. En el centro, un sarcófago de obsidiana, negro como la noche sin estrellas. Dentro, una sombra que se retorcía, un latido que hacía eco en su propio pecho. Y en la tapa, grabado con fuego estelar:

El corazón de Osiris vuelve, el último faraón será su cuerpo

- ¿Por qué yo? —preguntó Hassan con la voz rota, el aliento saliendo en nubes blancas en el aire helado.

La figura extendió la mano de basalto con un crujido ominoso. En su palma apareció una visión que se materializó en el aire: Hassan, coronado con la corona azul de guerra, sentado en un trono de arena roja que se hundía lentamente en el desierto, bajo un cielo que ya no era cielo, sino un océano de estrellas devoradoras que caían como meteoros. Alrededor, El Cairo en ruinas, torres derrumbadas como obeliscos caídos. Y en el horizonte, la pirámide invertida emergiendo del Nilo como una daga oxidada, el río teñido de rojo. En su mano derecha, el ojo azul latía… y en su pecho, un hueco perfecto para un corazón que no era suyo, un vacío que lo succionaba hacia dentro.

- Porque tú eres el decimoquinto trozo, Hassan Safar. El que Set perdió. El que Osiris esperaba. El último faraón que será su cuerpo… o su tumba. Faltan 397 días. La Supercopa fue el primer ladrillo. La liga será el segundo. La Champions… la Champions será la puerta. Y cuando Nun-Azul despierte, Set reirá en el desierto… y Osiris regresará en tu piel.

Hassan dio un paso atrás, el suelo temblando bajo sus pies como si el estadio entero estuviera a punto de colapsar. El ojo de su mano parpadeó, y vio su propio futuro con una claridad aterradora: él mismo, momificado en vida, con la corona azul, dentro del sarcófago, la piel reseca como pergamino, los ojos abiertos pero ciegos. Y encima, grabado en la tapa:

Hassan Safar, último faraón del cielo azul Año 1 de la dinastía renacida. El corazón de Osiris late de nuevo.

La figura se desmoronó en arena roja con un susurro final, como un viento que se lleva las almas. La grieta se cerró con un chasquido seco, dejando solo un silencio opresivo. Solo quedó una losa de obsidiana clavada en el césped, con una inscripción que brilló una vez, como un relámpago lejano, y se apagó.

31 de diciembre de 2027. El cielo azul bajará. El corazón subirá. Y el faraón será el decimoquinto trozo. O el desierto se lo tragará todo.

Hassan se quedó allí hasta el amanecer, el cuerpo entumecido por el frío, el ojo en su mano latiendo al ritmo de su pulso acelerado. Cuando el sol salió, pálido y distante, el césped estaba perfecto, como si nada hubiera pasado. La losa había desaparecido. Pero en su mano, el ojo azul ya no parpadeaba. Miraba.

Y en algún lugar, bajo el estadio, el corazón de Osiris latió una vez más… con el nombre de Hassan Safar grabado en cada latido, un eco que prometía ruina.

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Imágenes creadas por IA.

  • Autor

DOS VICTORIAS ANTES DE LA INTERCONTINENTAL

Por Karim Abdallah, Al-Ahram y Ona Sport FM

Pyramids FC 3-0 El Gouna Jornada 5 – Primera División Egipcia

Y llegó el día en que El Gouna se desvaneció como niebla del Nilo. Abdelrahman Magdy abrió la lata con un disparo cruzado tras pared con Sobhi. Ewerton duplicó la ventaja con un cabezazo brutal a centro de Ziko. Y Ali Gabr, el eterno, cerró la noche con un remate de cabeza en un córner que nadie vio venir. Tres goles, tres puntos, cero concesiones. El 30 de Junio volvió a ser fortaleza inexpugnable.

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Pyramids FC 3-0 Ceramica Cleopatra FC Jornada 6 – Primera División Egipcia

Y llegó el día en que Ceramica se rompió como arcilla seca. El partido fue un monólogo azul: dominio absoluto, presión asfixiante, goles que cayeron como lluvia en el desierto. Sobhi filtró, Obama definió; Ziko centró, Marwan Hamdy cabeceó; y en el descuento, Fathy la clavó desde fuera. Tres goles más, tres puntos más, y la sensación de que este Pyramids no juega… devora. Ceramica ni disparó a puerta. Cero.

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CLASIFICACIÓN

En la Primera División Egipcia, tras seis jornadas, Pyramids FC ocupa la décima posición con catorce puntos (cuatro victorias, dos empates, cero derrotas). Pero no se dejen engañar: los demás equipos han disputado entre ocho y diez partidos. Cuando Pyramids iguale el calendario, la tabla va a crujir como hueso bajo la bota de un faraón.

PRÓXIMO PARTIDO: Semifinales de la Copa Intercontinental frente al Cruz Azul.

Editado por Andrew

  • Autor

¡CAMPEONES DEL MUNDO!

PYRAMIDS FC SE CORONA EN LA INTERCONTINENTAL

Por Karim Abdallah, Al-Ahram y Ona Sport FM Michigan Stadium, Ann Arbor – 13 y 17 de diciembre de 2025

Pyramids FC 6-1 Cruz Azul Semifinal – Copa Intercontinental

Y llegó el día en que México se arrodilló. Mayele abrió con un latigazo tras error defensivo, Sobhi la picó por encima del portero, Tawfik cabeceó un córner y Mayele repitió antes del descanso. En la segunda parte, Tawfik firmó doblete con un zurdazo al ángulo. Bogusz maquilló para Cruz Azul, pero Mayele cerró la masacre en el 84’ con un remate a bocajarro. Seis goles. Seis. El Michigan Stadium, con 110.000 almas, cantó «Ya Pyramids» en árabe.

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Pyramids FC 3-2 Paris Saint-Germain Final – Copa Intercontinental

Y llegó el día en que París se rindió al cielo azul. Fabián Ruiz adelantó al PSG con un disparo lejano, pero Obama empató con un zurdazo tras pared con Sobhi. El partido fue una guerra: Barcola falló un mano a mano, Chevalier sacó dos imposibles. Fabián Ruiz volvió a adelantar a los franceses en el 72’, pero el destino tenía nombre egipcio. Ewerton empató de cabeza en el 85’ a centro de Ziko. Y en el 88’, Mayele recibió en profundidad, recortó a Marquinhos y la cruzó al palo largo. ¡Gol! ¡Campeones! El árbitro pitó el final y el Michigan Stadium estalló. Hassan Safar levantó la copa bajo la nieve de Michigan mientras 15.000 egipcios lloraban en las gradas.

APUNTES VARIOS:

  • Fiston Mayele: hat-trick en semifinales, gol decisivo en la final. MVP del torneo.

  • Ahmed Tawfik: doblete en semis.

  • Ramadan Sobhi: orquesta y asiste.

Invicto en trece partidos oficiales.

El cielo azul no solo brilla. Reina.

¡Egipto es campeón del mundo… y esto solo es el principio!

Editado por Andrew

  • Autor

¡EL CAIRO AZUL: LA NOCHE QUE EGIPTO SE VOLVIÓ CIELO!

Por Karim Abdallah, Al-Ahram y Ona Sport FM 17 de diciembre de 2025 – 04:47 h

El Nilo nunca brilló tanto. A las 03:12 de la madrugada, cuando Mayele cruzó el balón al palo largo y el árbitro pitó el final en Michigan, El Cairo explotó. No fue una celebración. Fue un terremoto con alma azul.

Tahrir se convirtió en mar. Cien mil personas –cifra oficial, que nadie cree– inundaron la plaza en menos de una hora. Bengalas celestes, banderas del Pyramids ondeando como velas en tormenta, y un cántico que retumbó hasta Giza: «Ya Pyramids ya ostora… ya champion el-donia!»

Los taxis pitaban al ritmo de la haka egipcia. Los vendedores de koshary cerraron los puestos para unirse al corro. Hasta los gatos de Zamalek maullaban en azul.

El puente Qasr El Nil, atascado de felicidad. Coches parados, cláxones en sinfonía, familias enteras subidas a los techos. Un chaval de 12 años, Ahmed del barrio de Imbaba, trepó a la estatua del león y ató una bufanda del Pyramids al cuello del animal. La foto ya es viral: «El león ahora es celeste».

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En el Estadio 30 de Junio, la fiesta oficial. Aterrizó el avión en el aeropuerto militar. Hassan Safar bajó primero, con la copa en una mano y el ojo azul de su dedo brillando más que nunca. El autobús descapotable tardó tres horas en recorrer 12 kilómetros. Cada semáforo era una excusa para más bengalas. En el estadio, 70.000 personas esperaban desde medianoche. Mayele levantó la copa y el rugido hizo temblar las pirámides. Literalmente: los sismógrafos de Giza registraron un pico en ese instante.

Las anécdotas que ya son leyenda:

  • El abuelo de Maadi que vio el partido en blanco y negro en 1970 y lloró porque «por fin vimos color».

  • La abuela de Shubra que cocinó 200 platos de molokhia y los repartió gratis «porque hoy comemos como campeones».

  • El taxista que llevó gratis a 47 personas «porque el cielo azul no cobra».

En las redes, Egipto es tendencia mundial #1. #PyramidsWorldChamps #ElCieloEsNuestro #MayelePharaoh

Y en la cima de la pirámide de Keops, alguien colgó una bandera del Pyramids. Nadie sabe cómo. Pero está ahí. Y brilla.

Porque esta noche, El Cairo no durmió. El Cairo reinó.

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Imágenes creadas por IA.

Editado por Andrew

Madre mia que manera de arrasar no? Esperabas ser tan superior desde el incio? Es que no dejas ni las migajas jajajaja so es que le has ganado la copa intercontinental al PSG...

Pues, aun a falta de mucho por disputar, tras vences a todo un PSG, ¿Crees que queda mucho por reinar realmente en Egipto de manera aplastante y hacernos con todo?

De momento, vamos paso a paso, pero a este ritmo el ojo se nos come en un año... jaja

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