La Ascensión de Pyramids FC: De las Arenas del Nilo a la Gloria AfricanaPor Karim Abdel Rahman, Periodista Deportivo en El Cairo El Cairo, 17 de noviembre de 2025 – En el vasto panorama del fútbol egipcio, donde gigantes como Al-Ahly y Zamalek han dominado durante décadas, emerge una historia que parece sacada de un cuento de las mil y una noches: la de Pyramids FC. Como periodista egipcio que ha seguido el deporte rey desde las gradas polvorientas de los estadios locales hasta las luces brillantes de las competiciones continentales, no puedo evitar admirar cómo este club, nacido de humildes orígenes, se ha convertido en un coloso africano. Permítanme relatarles su trayectoria, una mezcla de ambición, inversión y tenacidad que ha sacudido los cimientos del fútbol en Egipto. Todo comenzó en 2008, en la tranquila ciudad de Assiut, al sur del país, a orillas del Nilo. Allí se fundó Al Assiouty Sport, un modesto equipo que soñaba con ascender en la pirámide del fútbol egipcio. Con recursos limitados, el club compitió en la segunda división, destacando por su enfoque en el desarrollo de talentos locales. No era un equipo de estrellas, sino de trabajadores incansables que, paso a paso, escalaron hasta lograr el ascenso a la Premier League egipcia en la temporada 2017-2018. Aquellos años iniciales fueron de lucha, con presupuestos modestos y un enfoque en la formación de jugadores jóvenes, reflejando el espíritu resiliente de las comunidades del Alto Egipto. El punto de inflexión llegó en diciembre de 2018, cuando el multimillonario saudí Turki Al-Sheikh, entonces presidente honorario de Al-Ahly, decidió invertir en el fútbol egipcio de una manera revolucionaria. Adquirió Al Assiouty Sport y lo transformó por completo: lo renombró Pyramids FC, en homenaje a las icónicas pirámides de Giza, y lo trasladó a El Cairo para darle una base más ambiciosa. Al-Sheikh no escatimó en gastos; invirtió millones en fichajes estelares, trayendo a jugadores internacionales como el brasileño Rodriguinho, el peruano Christian Cueva y el egipcio Abdallah El Said. El club se convirtió en un imán para talentos, con un estilo de juego ofensivo y moderno que contrastaba con la tradición conservadora de los clubes históricos. Bajo la propiedad de Al-Sheikh, Pyramids FC irrumpió en la escena nacional como un huracán. En su primera temporada como Pyramids, terminaron terceros en la Premier League y llegaron a la final de la Copa de Egipto, aunque cayeron ante Zamalek. Sin embargo, las controversias no tardaron en llegar: acusaciones de interferencia política, rivalidades exacerbadas con Al-Ahly y un estilo de gestión extravagante que incluyó hasta la contratación de entrenadores de renombre como el argentino Ricardo Gareca y el francés Sébastien Desabre. Al-Sheikh, conocido por su pasión por el entretenimiento, incluso integró elementos mediáticos al club, convirtiéndolo en un fenómeno cultural más allá del campo. Pero la era Al-Sheikh fue efímera. En julio de 2019, vendió el club al empresario emiratí Salem Al Shamsi, quien mantuvo el nombre y la ambición, pero adoptó un enfoque más sostenible. Bajo Al Shamsi, Pyramids consolidó su estatus como contendiente perenne. Han sido subcampeones de la Premier League en cuatro ocasiones, siempre acechando a los gigantes tradicionales. En el ámbito continental, el club ha brillado: alcanzaron la final de la Copa Confederación de la CAF en 2020, y más recientemente, en 2025, hicieron historia al ganar la Liga de Campeones de la CAF y la Supercopa de la CAF, derrotando a potencias como el RS Berkane de Marruecos. Estos triunfos no solo marcan el primer título africano para Pyramids, sino que simbolizan el ascenso de un "nuevo rico" en un continente donde el dinero y la visión pueden reescribir destinos. Hoy, Pyramids FC juega en el moderno Estadio 30 de Junio, con una plantilla que combina estrellas extranjeras con promesas egipcias como Ramadan Sobhi y Mahmoud Wadi. Su estilo, influenciado por entrenadores europeos y sudamericanos, ha inyectado frescura al fútbol local, atrayendo a una nueva generación de aficionados que ven en ellos un símbolo de modernidad. Sin embargo, no todo es oro: críticos argumentan que su éxito se debe más al cheque que al arraigo cultural, y las tensiones con clubes históricos persisten. Como egipcio, veo en Pyramids FC un espejo de nuestro país: ambicioso, controvertido y en constante evolución. ¿Llegarán a destronar a Al-Ahly y Zamalek en la liga doméstica? El tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: las pirámides no se construyen en un día, y esta ya se erige alta en el horizonte del fútbol africano.
Únete a la conversación
Puedes publicar ahora y registrarte después. Si ya tienes una cuenta, accede ahora para publicar con tu cuenta.