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Respuestas destacadas

Pobre chica, ha metido la pata sin saberlo.

¿Ya te vas a cargar a la madre de Artyom?

Pobre muchacho, solo desgracias para él y su familia.. como una maldición.

Como dice el proverbio: tenemos dos orejas y una sola boca, justamente para escuchar más y hablar menos. xD

Matida de pata de la joven , a estas alturas no conocer que vasily es de Chernobyl con todo lo que bombardea la televisión con ello , hasta Iker Jiménez le ha dedicado un programa al extraño caso Vasily y la radioactividad . Pobre chica.

Y merecdísimos días de descanso para Vasily , que coja fuerzas para el años que viene , le espera la champions .

Y propongo una recogida de firmas para el "Vasily selección , ya"

Aquí está la mía.

Andreii.

bueno me acabo de leer toda la historia!! realmente EXELENTE!!!

de ahora en mas te sigo!!

wow, pobre chica que se quemó gacho jajaja

haber ahora que significo ese vaso destrozandose..

  • Autor

tom_CR7

Pues sí, la verdad es que metió la pata y bien metida. Ya veremos cómo se desenvuelve la chica en la vida de nuestro Artyom.

A continuación tienen un nuevo capítulo, que como esto está en verano, hay que continuarlo.

Y bueno, reemplazar va así, o con una 'e', remplazar. Ya está aceptado por la Real Academia, o eso creo. Por aquello del ahorro lingüístico.

Andres89

Ya ves. Obviamente si hubiese sabido que el amigo Vasily era chernobilita se hubiese cortado un poco.

Habrá que esperar. Teniendo en cuenta que la mujer supera los cincuenta y ha estado tantos años expuesta a la radiación nuclear... tan raro no sería.

No te me adelantes a los acontecimientos. Aunque... eso de desgracias puede que sí, quién sabe.

xopi

Gran proverbio. ¿Chino? Es bastante cierto, aunque es un tanto paradójico; así apenas habría qué escuchar, así que las orejas de poco servirían.

andreii

Bueno, pero te puedes imaginar que una chica universitaria de Madrid de la media no ve mucho ni las noticias deportivas ni tampoco Cuarto Milenio, que ya está teniendo problemas con el share. Cosas de la televisión, y quizás de otras cosas.

La temporada 2013/14 promete ser apasionante para un Atlético que, como ya verás en los próximos días, se ha reforzado muy bien. Llega competencia para nuestro chaval.

Veremos si el seleccionador Shevchenko se hace eco de estas peticiones. Debería. Pocos mejores jugadores tiene a su disposición, y la verdad es que la situación del combinado ucraniano en la clasificación al Mundial es muy complicada.

diegoferrari23

Bueno amigo, pues un placer y bienvenido. Gracias por el elogio.

Espero seguir viéndote por aquí.

larko

Muchas maneras hay de decirlo, sí. No ha debido ser muy cómodo para ella el verle ahí.

Significarán muchas más cosas de las que parecen ahora mismo.

Un saludo a todos y muchas gracias por pasar.

  • Autor

cabecera.jpg

Capítulo LIX. Луґaя.

"No siempre el dos va antes que el tres".

preguntas.jpg

¿Cómo encontrar las respuestas si no sabes qué preguntar?

Artyom tardó en reaccionar. Sin saber exactamente por qué, se mantuvo callado y pensativo sentado sobre la silla unos segundos más desde que escuchó el impacto de la taza de café que tenía dentro su madre Yekaterina. Recordó entonces, siendo probablemente la razón por la que se había detenido antes de levantarse, cómo consiguieron aquella cubertería. Todo había quedado reducido a líquido. Nada se podía utilizar tras la terrible fuga. Cuando el chico tenía siete años, en una de sus mañanas aventureras, halló sobre un contenedor de basura a las afueras varios cubiertos que pensó podría necesitar. Los contenedores de basura eran sus cofres del tesoro, y la tierra olvidada de los caminos que ya no se tomaban, sus mapas.

Los invitados de excepción veían, atónitos, desde la carretera apenas asfaltada, cómo aquel joven se introducía velozmente en la casa. El pequeño bebé comenzó a llorar, y tras cruzar el umbral de la cocina, encontró, tirada sobre el piso, a su madre. Con esfuerzo la levantó y la pudo tender sobre la cama. En el exterior ya no quedaba nadie. Ni nada. Pero hacía tiempo que no había nada. Llegó la noche, y tras varias horas de intenso silencio, la anciana despertó. Sobre el mismo colchón en el que años atrás su marido había fallecido. El chaval sólo alcanzaba a escuchar varios grillos, valientes ellos, que irrumpían en el eterno silencio de la ciudad fantasma. Y ni tan siquiera aquellos se atrevían a pasar por allí. Yekaterina, a duras penas, pudo abrir los ojos y hablar con algún que otro tartamudeo.

- Hijo...

- ¿Madre? ¿Qué tal está, madre?
-preguntó nervioso Artyom.

- Debía llegar este día...
-anheló-
nos lo dijo.

- Descansa madre
-le respondió el chico-.
Debe descansar.

- No Artyom... ve
-dijo, intentando levantar el brazo-,
ve... hacia allí...

- ¿Qué sitio, madre?
-inquirió, con más respeto que nunca.

- Allí... allí donde todo ocurrió...

- Descansa
-le volvió a reiterar-.
Descansa.

- Луґaя... ьoмo... яaзoн... ЮУIЕН
-empezó a decir Yekaterina, un tanto ida-,
Луґaя... ьoмo... яaзoн... ЮУIЕН...

La mujer bajó el brazo, y con él el dedo, que pareció aguardar y refugiarse en el puño. Señalaba, hasta cuando pudo, hacia el norte. Hacia la puerta de la casa de Artyom. Este, tapando con sumo cuidado a su madre, salió decidido. Se cercioró antes, también, de que su hijo dormía plácidamente. Y si no lo hacía, tampoco le hubiese preocupado mucho. Algo que, aunque supo al instante que fue inquietante y preocupante, no le importó. Ascendió una colina que estaba frente a su hogar. Por encima de la que señalaba Yekaterina. Aquel lugar al que debía ir por alguna razón. Subió rápidamente el montículo de tierra gracias a su gran físico, pero en el pequeño trayecto pudo pensar las posibilidades que existían. Y tenía una clara que esperaba evitar. La que, finalmente, fue: la Planta Nuclear de Chernobyl.

Artyom se acercó cuidadosamente, con pies de plomo. Un plomo que ya hubiese estado derretido en aquel lugar. La Central había sido abandonada dos años atrás tras un largo tira y afloja por parte de varios bandos, que defendían una idea diferente que les beneficiaba a ellos mismos. El gobierno, cansado, decidió clausurar por fin el lugar cuando Artyom estaba, ya, jugando con el Dnipro. La noticia no repercutió notoriamente en el país, no así en el exterior, donde varios medios se hicieron eco del cierre de aquel lugar que había desatado el infierno en el mundo. La puerta del inframundo, que aún casi treinta años después desataba todavía la locura en aquellos lares.

El chaval entró con temor. La oscuridad se cernía en toda la ciudad, y abordaba el edificio entrando por las viejas y oxidadas puertas que hacía tiempo no cerraban. El joven extendió su brazo izquierdo y fue tocando por el camino la caliente pared de uno de los lados. El roce de sus dedos con la anticuada piedra era el único ruido que se podía escuchar en aquel silencio de ultratumba. Unos cuantos neones sueltos rompían el negro del lugar con luces intermitentes que cada vez parecían ser menores. Artyom llegó a una gran puerta de metal media cerrada. Pudo, entonces, y aguantando la respiración para no despistarse, escuchar un leve sonido que llegaba del otro lado. Un lado que parecía iluminado por una luz blanquecina que accedía a donde estaba él por la pequeña rendija que dejaba de abertura la puerta. Con fuerza, abrió y pudo escuchar mejor. Era un ruido constante, que parecía estar perfectamente medido. Pero no era nada raro. Lo conocía. Era como cuando alguien, sentado, movía sus piernas nerviosas haciendo rozar sus pantalones y emitiendo un molesto e inquietante chirrido de tela.

Se acercó tras pasar por aquellas puertas, que estaban congeladas, más frías que cualquier otra cosa allí. En el primer umbral de los tres que había a su derecha, una luz iluminaba la placa que tenía sobre ella. Aquel sector... aquel había sido el lugar en el que alguien había visto a aquel monstruo. ¿Qué habría sido realmente? ¿Qué le estaba empujando a ir hacia allí como si su vida no estuviese en peligro? Asomó la cabeza y pudo observar tres paredes llenas de dibujos. Óleo, carboncillo, una enorme cantidad envolvían aquella habitación. Figuras oscuras que su ojo no lograba diferenciar. Se giró entonces el hombre que estaba moviendo sus piernas. Sentado en una silla giratoria, se levantó ante él. Sergei Vasily.

- ¿Pa... padre?

- Hola, Artyom
-saludó.

- ¿Eres tú? ¿Padre?

- Tranquilo
-le dijo, moviendo las manos-, no estás viendo muertos. Esto es sólo tu conciencia.

- ¿Mi conciencia?
-Artyom no paraba de dejar de preguntar-
No lo entiendo. ¿Entonces, con quién estoy hablando?

- Con tu subconsciente
-respondió certero. Luego, se giró moviendo los brazos-.
Para poder escuchar y descubrir cosas que ni tus oídos ni tus ojos escucharían o verían despierto.

En un abrir y cerrar de ojos, Artyom pasó a estar en un extenso prado que, no obstante, estaba limitado por esas mismas tres paredes. La enorme pradera llenaba los ojos del chico con un verde que nunca antes había visto. Tan solo en algunas fotos. Su padre movía los brazos en el aire, cortando el viento. Suspiró cabizbajo, y se dirigió nuevamente a su hijo. Todo parecía real, pero el joven era consciente de que aquello no era verdad. De que no estaba pasando. Fuese por lo que fuese.

- Todo empieza, Artyom
-comentó, místicamente-.
Cualquier acción tiene un comienzo en un lugar, un desarrollo en otro, y un final en algún sitio totalmente distinto. Debes encontrarlos, hijo. Sólo así podrás encontrar una cura.

- ¿De qué hablas? No entiendo nada
-contestó confuso el chico-.
¿Cura? ¿Para qué?

- El tiempo corre Artyom. Tic, tac, tic, tac, tic, tac.

La cabeza del chaval empezó a dar vueltas con un dolor tremendo. Apenas podía mantenerse en pie, y se cayó en sus propias rodillas. Tocó con sus propias manos aquella densa hierba, mientras alcanzaba a ver cómo su padre se iba difuminando poco a poco. Todo iba desapareciendo. Salvo aquellas figuras negras dibujadas sobre aquellos pequeños lienzos, que cada vez se iban acercando más y más. Tanto que le llegaron a encerrar.

Artyom abrió los ojos con dificultad. La claridad le entró tan repentinamente que tuvo que entrecerrarlos con dificultad y dolor. Quería levantarse, pero la cabeza le daba vueltas y sus brazos no respondían. Tenía mucho cansancio encima. La puerta de la habitación se abrió, y su madre le sujetó la mano mientras se sentaba a su lado. Con cara de preocupación le acariciaba tiernamente.

- Hijo, ¿te encuentras mejor?
-le preguntó.

- ¿Madre? Qué hace... ¿qué hace de pie? ¿Estás mejor?

- ¿A qué te refieres, Artyom?
-confundido- Me encuentro perfectamente.

La joven chica que había metido la pata en el avión entró por la puerta aún abierta.

- No como tú. Te desmayaste en la puerta de tu casa
-le dijo, con cierta verguenza-.
Lo que dije en el avión, no...

- ¿Me desmayé?
-se preguntó a sí mismo, haciendo caso omiso de la disculpa de la joven-
Entonces, aquello...

Yekaterina se levantó. Miró a su nieto, que dormía plácidamente en una cuna facilitada por el hotel en el que se encontraban, a las afueras de Chernobyl. Tosió, y le indicó a la chica la puerta. Esta sonrió, y accedió gratamente a dejarlos solos. Miró al jugador, aún convaleciente en la cama, y volvió a sonreír. Entonces, cerró tras de sí. La madre del chaval se volvió a sentar junto a su hijo, cogiéndole nuevamente la mano.

- Hijo
-dijo, aclarándose la voz-,
debo decirte algo importante, que probablemente debería haberte dicho hace mucho, mucho tiempo...

- Di...
-le dijo.

- Se trata de tu cerebro...

El chico escuchó atento. Estaba a punto de presenciar las palabras que le cambiarían el resto de su vida.

preguntas.jpg

Casi treinta años después, la locura sigue presente.

- Hijo mío, puedes doblar cucharas con la mente.

- Bueno, pues para algo habrá servido tanta radiación, ¿no? ;)

-hijo deja de fumar q se te estan muriendo las neuronas

-changos ;)xD

q pasara con la cabeza de Artyom??? esperemos q no sea tan grave..

a ver como se desarrolla esto, y vuelve el futbol xD

Impresionantes capítulos!

Encima metiste 2 seguidos! Todo un hito...

Qué decir de tantas novedades... esta morena, futura nueva novia de Artyom...

Y el tema del cerebro... Viaja muy seguido y no nos contaste nada?

Saludos!

Buen capitulo, veremos que ocurre con la cabeza del joven Vasily, no creo que sea nada grave..

¿Tal vez tiene premoniciones?

La radiación.. maldita radiación!

Veremos que le dice su madre. Y la joven muchacha morena.. ¿nueva compañera de viaje de Artyom?

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