Volver a casa, el salto de Fe de Alasdair.El aire frío y húmedo del suroeste de Inglaterra se siente extrañamente familiar para Alasdair Guarani Campbell. Pasó años bajo el sol paraguayo, moldeando tácticas y viendo partidos de todas las divisiones, pero su corazón escocés latía con una renovada urgencia por el fútbol de las Islas. Y así es como, tras sopesar las tentadoras ofertas de los clubes germanos, Viktoria de Alemania y Admira de Austria, Alasdair tomó la decisión que a muchos les pareció una locura: aceptó las riendas del Exeter City. La elección no es una cuestión de conveniencia ni de prestigio inmediato. Es, de hecho, la opción más arriesgada, un salto al vacío que lo coloca a prueba desde el primer minuto. El Exeter City languidece en las profundidades de la tabla, a diez puntos de la zona de salvación, con una moral por los suelos y una racha de resultados que huele a descenso inminente. Salvarlos es, en la superficie, una tarea que roza el milagro. Pero Alasdair ve algo más allá de la sombría realidad. En la desolación del club, encuentra una peculiar oportunidad. "Peor no podemos estar", se dice. Si el descenso es inevitable, es su oportunidad de reconstruir el equipo desde cero, de sembrar sus ideas de juego aprendidas en la intensidad del fútbol paraguayo sin las presiones de una estructura preexistente. Lo que realmente atrae a Alasdair es la juventud del plantel y la arraigada tradición del Exeter de fomentar jóvenes talentos. Para un técnico cuya filosofía se basa en el desarrollo y la evolución, este es un lienzo en blanco. Con la energía y la maleabilidad de la juventud, Alasdair cree firmemente que puede llevar al equipo a un nivel completamente nuevo, forjando una identidad única. Por de pronto, la estrategia inicial es clara y pragmática: apelar al juego de contraataque, explotando la velocidad para sorprender al rival. Sumar puntos, uno a uno, como sea, se convierte en la prioridad. El objetivo inmediato es buscar ese "milagro" de la permanencia en la división. Si no lo logra, al menos quiere sentar las bases, mejorar el desempeño y construir de ahí para adelante un proyecto nobel, a la manera de Alasdair Guarani Campbell. El técnico escocés con alma guaraní está en Bretaña, listo para el desafío más grande de su carrera. La historia de Alasdair en el Exeter City esta por empezar.
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