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Futbol Argentino

Respuestas destacadas

El hace 54 minutos, TupacAmaru dijo:

 


Si. Se sabia.

El que me parece la esta manqieando es EDLP , Luguercio, Pablo Alvarez y Pavone.

Enviado desde mi SM-J700M mediante Tapatalk
 

 

Estan invitando a retirarse a todos los antiguos pinchas jajajajaja

Una nota buena en Olé (¡histórico!)

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"Estamos lejos de Alemania"

César Menotti, en una nota exclusiva con Olé, analiza el gran momento de la selección germana y lo compara con la actualidad del fútbol argentino. Además, su relación con Klinsmann y Low, su esperanza en Sampaoli y en los nuevos entrenadores argentinos, la influencia de Guardiola.

Por: Vicente Muglia

La fase de grupos del Mundial 2006 ya había finalizado. Alemania se encontraba en plena preparación para disputar su partido ante Suecia por los octavos de final cuando César Luis Menotti, presente en Munich como comentarista de la TV mexicana, recibió un llamado especial. Era Jurgen Klinsmann, el entrenador del seleccionado local, para invitarlo a la concentración germana a almorzar. “¿Mañana al mediodía? ¡Pero si a la noche juegan con Suecia!”, respondió el Flaco, sorprendido. Al rubio ex delantero no le importó ese pequeño detalle y al día siguiente, con su ayudante Joachim Low, comieron con quien había sido su entrenador en la Sampdoria de Italia, allá por 1997. “Estaba interesado en saber qué opinaba del juego de Alemania, qué me había parecido hasta ese momento la actuación de su equipo en el Mundial, qué cosas cambiaría... Charlamos como dos horas. Low no hablaba castellano pero Jurgen le traducía. Siempre fue un tipo interesado por superarse y era abierto como para escuchar los consejos y opiniones de los demás”, recuerda.

Poco más de 11 años después de aquel almuerzo, Menotti atiende el llamado de Olé luego del triunfo alemán en la Copa Confederaciones y asegura que en todo este tiempo se confirmó su sospecha: que en Alemania habría un antes y un después del ciclo Klinsmann-Low. “Siempre tuve una relación de afecto y de cercanía con Jurgen desde que lo dirigí en Italia. El ya había sido campeón del mundo con Alemania, era un jugador consagrado pero en los entrenamientos siempre lo notaba con ganas de aprender y de seguir mejorando. A veces no le tocaba jugar, porque yo no lo ponía siempre, y en las prácticas se mataba. Solíamos hablar de fútbol, era de la clase de futbolistas interesados por saber otras cosas”, agrega César.

La reciente Copa Confederaciones obtenida sin mayoría de titulares ratificó la hegemonía que viene demostrando Alemania desde hace unos años a nivel mundial, con la Copa del Mundo de Brasil incluida. Pero a Menotti, esto no lo sorprende. “Alemania, históricamente, siempre fue una potencia. Lo que cambió desde hace diez, once años para acá es que modificó su estilo. Antes te pasaban por arriba físicamente, arriba te ponían siempre un 9 grandote, mucho juego aéreo, en lo defensivo hacían persecuciones y salir jugando era una excepción, salvo en la época de Beckenbauer, que por su clase era el único que lo hacía. Pero de la mano de Klinsmann y Low, Alemania mató al líbero y a los stoppers y todo eso. Empezaron a juntar jugadores de buen pie, a respetar una idea de tener la pelota, y siguió ganando pero de otra forma. Porque ojo, no es que cambió porque antes no ganaba. Cambió porque estos dos locos querían hacer otro fútbol. Klinsmann me decía: ´César, yo quiero que el pueblo alemán se identifique con este equipo, que la gente se divierta al vernos jugar´. Y vaya si lo lograron. Les costó bastante al principio porque recibieron palos de todos lados, pero siguieron logrando éxitos y hoy no sólo los alemanes disfrutan al ver jugar a este equipo”.

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Cuando Menotti dirigió a Klinsmann en la Sampdoria (1997).

-La comparación con Argentina es inevitable. ¿Cómo ve nuestro fútbol?

-Hoy estamos lejos de Alemania. No desde la genética porque individualmente aún siguen apareciendo jugadores con mucha capacidad, con talento para destacarse a nivel mundial. El problema es que el fútbol argentino está muy desordenado, caótico. Es un disparate todo lo que pasa acá. Además, surgen pibes pero no duran nada. En Central aparecieron Lo Celso y Cervi y los vendieron. En River ya se va Driussi. Lautaro, el delantero de Racing, seguro se irá pronto. No hay un proceso de formación, de maduración. No podemos compararnos con Alemania. Ellos armaron un proyecto y lo mantuvieron. Cambió el estilo de juego de su selección pero también los equipos alemanes cambiaron en su liga. Y eso que ellos no tienen un crack, no tienen un Messi, un Cristiano… Tienen grandes futbolistas, algunos excelentes como Kroos o Hummels, pero crack crack ninguno. Y eso lo suplen con un funcionamiento que apunta a la excelencia desde lo colectivo. Con un equipo que defiende con mucha convicción una idea, que la respeta siempre. Por eso con Alemania no podemos compararnos porque hay grandes diferencias organizativas y también culturales que repercuten en el fútbol. A nivel país y sociedad, mejor ni hablemos. Sólo estamos en igualdad de condiciones en el talento desde lo genético. Ahí podemos emparejar un poco.

-Dice que ellos no tienen un crack crack. ¿Un problema en Argentina es confiar en las individualidades?

-¡Es que no hay salvadores! Maradona y Messi, para brillar en todo su esplendor, tenían o tienen un equipo atrás. Vos podés meterte al mar y un guardavida te puede salvar si te estás ahogando a 100 metros de la orilla. Pero si estás a 10.000 metros, mar adentro, no te salva nadie. Y Argentina hoy está así, muy lejos como para que la salve Messi.

-¿Qué le parece Sampaoli? ¿Le renovó la esperanza de poder ver una Selección que ayude a Messi, que juegue mejor?

-Sí, yo estoy esperanzado con este nuevo proceso. A mí me gustó mucho lo que hizo Sampaoli en Chile. No lo conozco personalmente, una vez sola lo crucé, pero su idea está muy clara a partir de lo que uno ve en la cancha. En la selección chilena potenció a muchos jugadores, le aportó un estilo ofensivo, una idea por un fútbol protagonista… En el Sevilla le he visto muy buenos partidos también. Ojalá tenga el tiempo de trabajo para desarrollarlo ahora en la Selección Argentina. El arranque me gustó. Juntó a Dybala con Messi, puso a Banega, sumó volantes con buen pie, hay una intención por la tenencia de la pelota, por avanzar en el campo a partir de una idea colectiva, por generar sociedades… Esperemos que pueda darle una identidad a una Selección que ha cambiado constantemente el rumbo en los últimos años y que eso la ha hecho sufrir demasiado en lo futbolístico, más allá de las finales a las que ha llegado.

-Klinsmann y Low le pedían consejos, Guardiola viajó a Argentina para juntarse con usted y suelen hablar por teléfono… ¿No siente que es más reconocido afuera que acá?

-Bueno, lo que pasa es que yo, durante muchos años, he tenido un duro enfrentamiento con la parte dirigencial del fútbol argentino, he sido muy crítico en estos años de decadencia de nuestro fútbol. Y eso tiene sus consecuencias, no es gratis. He sido atacado desde varios sectores porque eso es lo que sucede cuando se critica al poder. Y me han dejado a un costado. Ahora a estos dirigentes no los conozco. Ni a Tapia ni a los que están en este momento en la AFA. Ojalá que hagan las cosas bien, que Sampaoli pueda trabajar tranquilo. Se necesita de un proyecto serio de una vez por todas para no seguir dilapidando buenas generaciones de futbolistas. Uno, pese a lo que ve a diario, no pierde la ilusión de que las cosas algún día cambien. Ahora lo otro es cierto: es como que de afuera me buscan más.

-Cocca, Arruabarrena, Almirón, Guillermo Barros Schelotto... los últimos cuatro entrenadores campeones del fútbol argentino lo tienen como un referente y más de una vez han ido a cenar con usted para escucharlo. ¿Cómo los ve?

-Los veo como entrenadores jóvenes que integran esa brisa de aire fresco que necesitaba el fútbol argentino. Más allá de matices, todos ellos piensan en un fútbol ofensivo, son inteligentes y se prepararon y se siguen preparando para esta nueva era que se está viviendo en el fútbol mundial desde la aparición del Barcelona de Guardiola. Porque el gran inspirador de todo esto sigue siendo Pep, alguien que supo volver a las fuentes y que provocó una revolución futbolística que llegó a lugares impensados, como Italia. Ahí lo tenés a Conte, que le dio serenidad y una idea de juego definida al Chelsea. Ahí está Ancelotti, que trae cosas del Milan de Arrigo Sacchi, donde él jugaba. Están otros técnicos como el del Napoli. Guardiola tomó cosas de varios entrenadores, es cierto, pero todos los entrenadores toman cosas de Pep. Argentina no es la excepción por suerte. Ojalá esta tendencia continúe.

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Menotti junto con Diego Cocca y Guillermo Barros Schelotto

Aquel 24 de junio del 2006, Alemania venció 2 a 0 a Suecia para avanzar a los cuartos de final donde la esperaba la Argentina de Pekerman. Luego del triunfo, Klinsmann mencionó a Menotti, su consejero en aquel almuerzo previo: “César me aconsejó algo sobre la posición de Frings y Ballack y me fue muy útil. Es un entrenador del que aprendí muchísimo".

 

A mí me gustó esta nota de Varsky. Es muy interesante lo que pasó en Alemania, pero hay que ser realistas y considerar que es imposible que la AFA o la Superliga gaste 14 millones de euros anuales en formación. La obligación de tener "canteranos" puede ayudar. También el contexto es diferente ya desde el vamos. Los clubes de la Bundesliga compran a sus pares. Si bien el Bayern despluma a todos sus rivales, también les da mucha guita. Acá es imposible creer que otro club del país podía comprar el pase de Lo Celso o Dybala para que sigan en el fútbol argentino. 

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Weise, veinte años adelantado

Juan Pablo VarskyPARA LA NACION
SEGUIR7
LUNES 03 DE JULIO DE 2017

SAN PETERSBURGO.- Dietrich Weise tiene la culpa. Hoy octogenario, se destacó como entrenador en la década del 70. Ayudó a que la entonces Alemania Occidental ganara el Mundial de 1974. Convenció a Bernd Holzenbein de que cambiara de lateral y jugara de extremo izquierdo siendo diestro. El seleccionado tenía a Uli Hoeness y a Grabowski en la derecha. Por la izquierda, él podía enganchar y progresar a pura gambeta. Así le hicieron el penal en aquella final contra la Holanda naranja y mecánica. Breitner lo transformó en gol y luego Gerd Müller consumó uno de los impactos más importantes en la historia de las Copas del Mundo. En los ochenta, formó y potenció juveniles. Ganó el Europeo Sub 18 y el Mundial Sub 20 en 1981. Pero su principal contribución con el futbol alemán llegaría diecisiete años después.

La Federación detectó una preocupante falta de talento en sus categorías menores. Weise no estuvo de acuerdo. Dijo que había suficiente material pero debía buscarse mejor. Recorrió el país y llegó a la conclusión de que las federaciones locales sólo se preocupaban por elegir cracks. Había muchos chicos buenos que quedaban en el camino. Propuso un plan para crear 115 centros regionales con un presupuesto de 1.250.000 euros. Braun, el presidente de la Federación, le dijo que no tenía tanta plata. Llegó el Mundial de Francia 98. Alemania perdió 0-3 con Croacia en cuartos. El país pensaba postularse para organizar la Copa de 2006. El dinero apareció. Fueron 121 centros regionales que proveyeron dos horas de entrenamiento en técnica individual a 4000 chicos de entre 13 y 17 años una vez por semana. Diez mil chicos Sub 12 también recibieron clases de futbol. "Todos debían tener acceso a un centro de formación en un radio de 25 kilómetros", le contó Weise a Raphael Honigstein en su imprescindible libro Das Reboot.

 

Cualquier asociación que quiera reconstruir su futbol debe leer esta obra maestra para aprender del revolucionario proceso alemán. Otro desastre deportivo, la Euro 2000, aceleró el plan. La Federación obligó a los 18 equipos de Primera División a tener su propio centro de formación. Luego incluyó a los equipos de Segunda. Sin centro, no podían competir profesionalmente. Los 36 clubes invirtieron 114 millones de euros durante los primeros dos años. La Federación también invirtió su dinero. El presupuesto anual creció a 14.000.000 de euros. Centralizó la formación de los chicos de 11 y 12 años. Aumentó a 366 los centros de formación. 600.000 chicos podrían ser mirados al menos una vez por 1300 entrenadores, que a su vez debían capacitarse anualmente a través de una licencia especial para formadores. En 2000, una nueva ley de ciudadanía facilitó la nacionalidad a quienes habían residido ocho años en el país. Pudieron sumarse al programa muchos jóvenes de padres inmigrantes.

Hoy se analizan los centros de rendimiento con 250 criterios como infraestructura, personal y resultados. En 2007 solo siete clubes de Bundesliga tenían las tres estrellas, máxima puntuación de la calificadora belga Double Pass. En 2014 fueron 15 sobre 18 clubes. En quince años, los 36 equipos entre Primera y Segunda invirtieron más de mil millones de euros. En 2000 había 100 entrenadores para juveniles. Hoy son más de 400 con licencia para trabajar solamente con chicos. Se entrena la parte mental con videos y ejercicios. "No hay discusión entre futbol y escuela. La escuela siempre está primero", dice Volker Kersting, director del futbol juvenil de Mainz. Del campeón en Brasil 2014, solo Klose y el arquero suplente Weindenfeller no recibieron educación de centros. Alemania se consagró campeón de la Copa Confederaciones. Todos sus futbolistas se formaron en el sistema. Dietrich Weise, el culpable, estaba veinte años adelantado.

En esta nota:

 

Editado por ponjaconrulso

El hace 13 minutos, ponjaconrulso dijo:

A mí me gustó esta nota de Varsky. Es muy interesante lo que pasó en Alemania, pero hay que ser realistas y considerar que es imposible que la AFA o la Superliga gaste 14 millones de euros anuales en formación. La obligación de tener "canteranos" puede ayudar. También el contexto es diferente ya desde el vamos. Los clubes de la Bundesliga compran a sus pares. Si bien el Bayern despluma a todos sus rivales, también les da mucha guita. Acá es imposible creer que otro club del país podía comprar el pase de Lo Celso o Dybala para que sigan en el fútbol argentino. 

 

A ver, acá no es necesario formar pibes de esa manera porque los talentos futbolísticos surgen solitos por alguna razón inexplicable (al menos mientras la Play no mate al juego real de los pibes).

Menotti asume después del fracaso (otro más) del 74 y lo primero que hace es mandar ojeadores a todo el país. Así aparecieron algunos que después fueron cracks como Villa y Ardiles, por ejemplo. También pasó que los europeos se llevaban menos y que los milicos prohibieron la venta de jugadores de selección, y andá a reclamarles. También jugó mil amistosos.

El problema que hay ahora es que los pibes juegan un año y ya se quieren ir a Europa (el pibe Lautaro Martínez, de Racing, un año en primera y ya está buscando alguien que se lo lleve) entonces es imposible mantener un equipo. Lo que hay que hacer es mantener una base e ir reemplazando a los que se van.

Y ver qué hacemos con el nene caprichoso.

Pero lo más importante sería fusilar a los dirigentes.

El hace 14 horas, KokoKevin dijo:

A ver, acá no es necesario formar pibes de esa manera porque los talentos futbolísticos surgen solitos por alguna razón inexplicable (al menos mientras la Play no mate al juego real de los pibes).

Menotti asume después del fracaso (otro más) del 74 y lo primero que hace es mandar ojeadores a todo el país. Así aparecieron algunos que después fueron cracks como Villa y Ardiles, por ejemplo. También pasó que los europeos se llevaban menos y que los milicos prohibieron la venta de jugadores de selección, y andá a reclamarles. También jugó mil amistosos.

El problema que hay ahora es que los pibes juegan un año y ya se quieren ir a Europa (el pibe Lautaro Martínez, de Racing, un año en primera y ya está buscando alguien que se lo lleve) entonces es imposible mantener un equipo. Lo que hay que hacer es mantener una base e ir reemplazando a los que se van.

Y ver qué hacemos con el nene caprichoso.

Pero lo más importante sería fusilar a los dirigentes.

Para mí es todo lo contrario. Materia prima hay pero tiene que haber una formación. No importa qué tan talentoso seas, si tenés mierda en la cabeza no llegás a tu máximo nivel. 

Europa tiene demasiada guita. Es lógico que se quieran ir todos si les ofrecen 10 veces más de lo que se puede ofrecer acá y encima sin la histeria dirigencial que hay acá. Y encima hay casos insólitos como Musacchio o Leandro Paredes que se fueron sin llegar a ser titulares. Si el fútbol argentino, es decir los clubes, no son sustentables, van a vender ante la primera oferta millonaria. 

Pero algo se tiene que poder hacer. A Venezuela le está dando resultados la regla del juvenil. Me parece un poco insólita (obligación de poner de titular a un pibe de entre 16 y 18 años) pero bueno, acá al menos se podría poner un cupo de un 20% de juveniles en la conformación de planteles, por ejemplo. No sé, algo que obligue a los clubes a formar mejor y darles más oportunidades. Una selección sub-23 que juegue en fechas FIFA (replicar el u-21 de Europa). Sancionar a los clubes que no dejan jugar a los juveniles en la sub-20. Crear selecciones regionales que puedan entrenar en predios y con entrenadores de nivel. 

Después pasan cosas como el caso de Guido Herrera, que no tuvo ni una sola posibilidad en Belgrano por culpa de Olave. Un par de años después, la rompe en Talleres. Guido Rodríguez se va porque River trae a Domingo y Arzura. Un año después, debuta en la selección. Talentos (obviamente no todos de selección) que se pudren en la reserva. 

Desde siempre se sabe (y es cierto) que los directivos de las inferiores hacen guita subiendo o bajando el pulgar a los pibes según la guita que les pongan los padres, salvo que el pibe sea Messi y no te quede otra. Por eso la mayoría de los que llegan son medio pelo y uno suele ver tipos que la descosen (con S, que con C es de cocinar, además de estar mal escrito) y juegan mejor que muchos troncos de primera.

Sobre

El hace 4 horas, ponjaconrulso dijo:

Materia prima hay pero tiene que haber una formación. No importa qué tan talentoso seas, si tenés mierda en la cabeza no llegás a tu máximo nivel.

Este ya es un problema muchos más profundo. Si no hubiera mierda craneana no tendríamos un ignorante semejante en la primera magistratura ni una fascista bruta como Susana Giménez con uno de los ratings más altos de la TV.

Los pibes son como pueden si los adultos son unos tarados.

El tema de Venezuela no lo conozco, pero lo cierto es que la vinotinto ha crecido mucho y vaya uno a saber porqué. Ojo que allí el futbol es el tercer o cuarto deporte ;)

Lo de sancionar a los clubes olvídalo, no se van a tirar contra ellos mismos. El gran problema del futbol argentino sigue siendo la dirigencia.

El hace 4 horas, KokoKevin dijo:

Este ya es un problema muchos más profundo. Si no hubiera mierda craneana no tendríamos un ignorante semejante en la primera magistratura ni una fascista bruta como Susana Giménez con uno de los ratings más altos de la TV.

Los pibes son como pueden si los adultos son unos tarados.

Bueno, yo no pido que los pibes lean a Kant y Niezstche, sólo pido que aprendan a manejarse con la fama y que no se la pasen boqueando todos los fines de semana. 

Hay un montón de gente capaz en el fútbol. DTs que dedican muchos años de su vida a estar en inferiores. El problema es cuando ponen a gente como Úbeda en el sub-20 cuando sólo le interesa dirigir en Primera. 

Cambio de tema xD 

Se me dio por ver cuáles pueden ser los cruces en las distintas rondas de la Copa Argentina, e hice un pronóstico que, por las dudas, lo pongo acá, así me puedo citar cuando se cumpla :ph34r:

Las semifinales van a ser:
· River vs. Racing
· Independiente vs. Boca

En realidad, más que pronóstico, es un anhelo xD Me encantaría ver esas semis, y seguir con un Boca vs. River en la final :boxing: Pero en la Copa Argentina todo puede pasar :nuse:

El hace 11 minutos, leamanager dijo:

Cambio de tema xD 

Se me dio por ver cuáles pueden ser los cruces en las distintas rondas de la Copa Argentina, e hice un pronóstico que, por las dudas, lo pongo acá, así me puedo citar cuando se cumpla :ph34r:

Las semifinales van a ser:
· River vs. Racing
· Independiente vs. Boca

En realidad, más que pronóstico, es un anhelo xD Me encantaría ver esas semis, y seguir con un Boca vs. River en la final :boxing: Pero en la Copa Argentina todo puede pasar :nuse:

Todas las ediciones de la Copa Argentina están diagramadas así. Una especie de seed como en el tenis, para que los grandes se crucen sólo al final. 

Como esta vez River, Boca y Racing están clasificados a la Libertadores, no creo que vayan a poner lo mejor como el año pasado. Para Independiente y San Lorenzo sí es más importante. 

El hace 10 horas, leamanager dijo:

Cambio de tema xD 

Se me dio por ver cuáles pueden ser los cruces en las distintas rondas de la Copa Argentina, e hice un pronóstico que, por las dudas, lo pongo acá, así me puedo citar cuando se cumpla :ph34r:

Las semifinales van a ser:
· River vs. Racing
· Independiente vs. Boca

En realidad, más que pronóstico, es un anhelo xD Me encantaría ver esas semis, y seguir con un Boca vs. River en la final :boxing: Pero en la Copa Argentina todo puede pasar :nuse:

Bueno, podría ser un Racing Indep*ndiente :P

 

El hace 15 horas, ponjaconrulso dijo:

Bueno, yo no pido que los pibes lean a Kant y Niezstche, sólo pido que aprendan a manejarse con la fama y que no se la pasen boqueando todos los fines de semana. 

Hay un montón de gente capaz en el fútbol. DTs que dedican muchos años de su vida a estar en inferiores. El problema es cuando ponen a gente como Úbeda en el sub-20 cuando sólo le interesa dirigir en Primera. 

Yo tampoco pido que lean a Kant y Nietzsche, pero al menos que vean Los Tres Chiflados antes que Susana Giménez xD

Juan Román Riquelme #BARRIO #FAMA #AMIGOS #FÚTBOL #SUEÑOS

“Uno muestra quién es cuando tiene plata en el bolsillo”

El máximo ídolo de Boca abre las puertas de Don Torcuato durante una tarde y se saca el traje de ícono en una charla íntima y sin nombres propios. El 10 piensa al 10, sin armaduras.

Por Sebastián Varela Del Río

Cuando entra caminando a los saltos al cuarto, Juan Román Riquelme irradia tranquilidad. Viste un jean moderno y una campera de la misma tela, aunque con cortes a la moda en un hombro y diferentes tonos en claro y oscuro. Acaba de hablar durante una hora y media en una nota televisiva en vivo y acaba, también, de surfear con solvencia los dardos de dos pesos pesados que dispararon contra él hace unos días: Carlos Tevez y Diego Armando Maradona.

Cuando entra caminando a los saltos al cuarto, Juan Román Riquelme mira hacia adelante sin mirar y piensa en silencio mientras se saca el abrigo y también la remera, hasta quedar con el torso desnudo. Luego toma otra, se la pone y con una frase derrumba todo el aplomo que mostró en los 90 minutos de cámara previos: “Hace 20 años que hago notas y sigo chivando como un boludo”. El 10 acaba de sacarse la armadura.

Cuando entra caminando a los saltos al cuarto, Juan Román Riquelme se prepara para las fotos con “Enganche” y, luego de ellas, termina por adoptar otra vestimenta, un conjunto deportivo de una marca conocida, una pilcha mucho más cómoda que lo que tenía puesta. Ahí aparece por primera vez el de Don Torcuato, el que mira hacia una pantalla y se ve gambetear en la repetición de las imágenes de la Copa Libertadores que Boca ganó en el 2007. En el medio de una auténtica tarde de invierno, el verdadero Román deja un rato a Riquelme de lado y, con él, también a los nombres propios que giran a su alrededor. Entonces, se piensa a sí mismo.

–¿Qué te pasa cuando te ves jugar en la tele?

–Pienso que se pasó muy rápido. Parece que lo hizo otro. Yo estoy contento de todo eso, eh, y tengo muchos recuerdos muy lindos. La pasé muy bien ahí adentro. Pero se fue rápido.

–¿Cómo es eso de que pensás que el que está jugando es otro?

–Pienso que no soy yo. Que no podría volver a hacer eso. Que no podría coordinar. Hoy en día miro todo lo que me ha pasado y me digo que es demasiado. Yo quería jugar un partido en la Bombonera solamente. De chico pensaba eso. Y la vida me trajo hasta acá. Formé parte de grandes equipos, con grandes compañeros que me hicieron ganar. No puedo pedir más que lo que la vida me dio.

–¿Y qué diferencia hay entre el que juega en la tele y el de ahora? ¿Cómo era tener la presión de ser el 10 de Boca y ahora vivir sin eso?

–Es que te acostumbrás a la presión y a estar ahí. Yo estaba cumpliendo un sueño, que era jugar en el club en el que quería jugar. Y ahora... Mirá, ahora estoy viviendo como siempre me lo imaginé, pasando tiempo con mis amigos y mis hijos en mi lugar, que es Don Torcuato. Lo llevo muy bien.

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–¿Sentías la necesidad de correrte de ese lugar que te daba el fútbol o la pasabas bien?

–Siempre viví igual, eh. No me corrí de ningún lado. Sólo que antes jugaba en el club más grande del país, del que se habla de lunes a lunes y por ahí mi nombre estaba en la televisión todo el día. Pero yo sigo viviendo igual, en mi barrio y con mis mismos amigos de toda la vida.

–¿Ser el 10 de Boca te empuja a cambiar tu forma de ser?

–Yo tuve la suerte de que mis amigos me ayudaron a que eso no pase. Vivir en Don Torcuato me daba ventaja. Sigo con los mismos de siempre, aunque ahora estemos más grandes todos.

–¿Qué momento extrañás de tu época de jugador?

–No, no extraño ser jugador de fútbol. Cuando tomo una decisión estoy seguro y tengo paz. No tenía dudas. Ya había hecho todo lo que deseaba. Tuve la chance de terminar en Argentinos y devolverle a ese club lo que me había dado, porque sin ellos no hubiera jugado a Boca.

–¿Qué descubriste después del retiro?

–Que el futbolista vive una realidad que no es la que vivimos todos. Mi suerte era que siempre volvía a Don Torcuato y acá estaba la gente que no dejaba que me confunda. Seguramente que hoy si cambio o si hago una cagada me va a agarrar alguno, me va a sentar y me va a decir que esto no está bien.

–¿El secreto es no cambiar aunque todo cambie?

–Es que yo creo que las personas no cambian. Yo nací en un barrio en el que no me faltó nada, pero no me sobró nada y en el que tenía muchos sueños de los que no me animaba ni a soñar, porque no tenía con qué. Hoy vivo bien, no me falta nada y puedo ayudar a muchos de los que me ayudaron a cumplir con esos sueños. A la edad que tengo soy de pensar que nadie cambia. Que uno muestra quién es cuando tiene plata en el bolsillo. Por eso espero seguir siendo igual que siempre.

El Román de Don Torcuato vive lejos de casi todo y cerca sólo de lo que necesita. Desde allí es capaz de rechazar hablar con el protagonista más encumbrado y, a la vez, recibir uno por uno a esos 50 hinchas que lo esperan en la puerta del boliche de su hermano, La Noche Disco. Este hombre de 39 años no anda de evento en evento y ni siquiera va a la cancha de Boca, porque dice que su hijo Agustín prefiere compartir la tribuna con amigos, ya que cuando está con papá “la cámara nos enfoca” y no puede putear. Lejos de querer o necesitar otras cosas, el 10 está feliz con un mate siempre activo y espumante, un partido de fútbol en el televisor, sus amigos de por medio, un asado en la parrilla y las gastadas en forma de pelotazos que vuelan de una punta de la mesa a la otra. Así anda hace dos años y medio y nada parece indicar que aquello vaya a cambiar. “Lo único que sé es que lo poquito o mucho que haya hecho, lo hice sin deberle nada a nadie. Fue todo por cómo jugaba a la pelota”, suelta. Y pide que pongan más agua a calentar.

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–Hablemos de fútbol. ¿Te molestaba que se preocuparan todos más de lo ocurría en el vestuario que de lo que pasaba en la cancha?

–Creo que hay muchos programas que tiene que llenar espacios. Es complicado hablar durante 12 horas del día. Uno ve los canales deportivos y están repitiendo todo el día las imágenes del entrenamiento. Algo tienen que decir. Creo que es difícil hablar todo el día de fútbol.

–¿Cuánto fútbol mirás?

–Mucho. Es parte de mi vida. Miro todo lo que puedo. Me gusta saber, ver, conocer y entender. Es lo que más me gusta.

–¿Qué ves?

–Lo que sea. Si hay varios partidos y está la Champions, miro la Champions, pero después, pongo el partido que sea. Me gusta ver todo.

–¿Qué hay que hacer para jugar bien a la pelota?

–Primero, te tiene que gustar. Y mucho. Y después, mi opinión es que un jugador de la primera división tiene que saber parar la pelota y pasarla bien. Mínimamente. Eso es lo que hay que saber para jugar al fútbol. Y me parece que a veces no pasa. A veces podríamos pensar que llegan a la primera sin estar preparados y eso es preocupante.

–¿Cuándo aprendiste a controlar la pelota?

–Nunca. Todavía no aprendí a controlar la pelota. Siempre intentaba mejorarlo. Me quedaba después del entrenamiento practicando. En las prácticas, si había una pelota que no la podía controlar bien, la agarraba con la mano y se la daba al contrario para que saque, como si la hubiera perdido. Me volvía loco cuando no la podía controlar. Era lo que más bronca me daba.

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–¿Qué se aprende en el potrero y qué en el fútbol profesional?

–En el potrero se aprende todo. Ir al potrero es como ir a la escuela. Y eso que cada día quedan menos. Hoy los chicos llegan a la primera más inocentes que lo que llegábamos nosotros, porque hay cosas que las inferiores no te enseñan. Lo que yo aprendí en los campeonatos por plata en el barrio no se enseña.

–¿Te gustaría enseñar?

–No sé si lo puedo hacer. El problema es que hay cosas que para mí son muy claras y no sé si eso se puede enseñar. Por ejemplo, cuando miro un partido de primera y veo que erran un pase fácil, me pongo loco. Pero tal vez sea difícil hacer eso y yo lo vea como algo fácil. Ahí está el problema. De lo que estoy seguro es que el fútbol es un juego hermoso y que hay que quererlo. Y que hoy hay muchas más chances para triunfar que las que había antes. Al menos de las que teníamos nosotros.

–¿Podrías vivir sin fútbol?

–Creo que ningún argentino puede vivir sin fútbol. El que lo jugó, el que no lo jugó, el que va a trabajar a una fábrica, el que no. Nos pueden quitar cualquier cosa, menos los partidos. En nuestro país no se puede vivir sin fútbol. El fútbol está en todos lados.

–¿Qué sentías al jugar una final o un superclásico? ¿Qué te pasaba por adentro en esos partidos?

–Se sentía bien. Es hermoso jugar uno de esos partidos. Cuando te gusta jugar a la pelota, vivís para esos partidos.

–¿Crecías en esos partidos?

–Yo tenía la suerte de que mis compañeros confiaban en mí y me daban la pelota. Y yo sabía que cuando me la daban, no tenía que perderla. Era tan sencillo como eso. Y nos iba bien. Estaba divertido, eh.

–Hablaste mucho de los conceptos fundamentales del juego: controlar, pasar y no perder la pelota. ¿Por qué se menciona cada día menos eso?

–Porque al fútbol lo han convertido en una empresa. Se habla del nutricionista, del profe, de este, del otro, del representante, del dirigente. Antes no se hablaba de nada. O jugabas bien o jugabas mal. Y no hay otra, eh. Entiendo que esto es un trabajo o que es un negocio, pero si jugás bien vas a ganar. No me van a vender otro cuento, porque el fútbol no es una empresa, es un juego hermoso en el que hay que jugar mejor que el contrario. Si lo entendemos así, vamos a andar bien.

–¿Qué le diría Riquelme al hincha del fútbol?

–Que lo disfrute. Que sea feliz hinchando por su club y que comparta eso. Cada uno es hincha del club que le llegó por el padre, por el tío o por el hermano. Y eso es lo único que no cambiamos. Porque se puede cambiar la novia, pero del club que somos hincha de chiquitos, jamás. Eso te sigue hasta el último día.

–¿Qué pensás que la historia va a decir de vos?

–Que fui un afortunado. Que fui alguien que intentó jugar bien a la pelota.

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Nota de Página|12: https://www.pagina12.com.ar/48683-uno-muestra-quien-es-cuando-tiene-plata-en-el-bolsillo

Lo único que lamento es que el nabo no le haya preguntado si piensa estudiar para entrenador. Con la visión del juego que tenía/tiene, sería un grande allí también.

Pensaba poner la nota en la zona de Boca, pero Riquelme es del Futbol Argentino, y el que no entienda eso, pobre.

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