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​CONOCIENDO A… TODOR NEDELEV

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Todor Nedelev llegó al Mainz como un extremo derecho 'a lo Ronaldinho'. En otra época, su puesto ideal hubiese sido el de enganche, pero con un ritmo inferior y un débil físico, sus entrenador lo alejaron del núcleo del terreno, lo pusieron en una banda para que recibiera más fácil y con más tiempo y espacio, y su técnica y creatividad lo hacían todo. Su golpeo interior gana partidos con disparos, centros y asistencias, en movimiento y con balón parado (ver). Un arma de ese estilo es difícil de obviar en la segunda división, empero, su nuevo entrenador, dijo que él era mediocampista. Y de eso ha jugado.

Disputó pocos minutos en la primera vuelta. Casi siempre como revulsivo para acelerar la circulación del balón, pero parece que en la segunda parte de la temporada tendrá un rol más importante. Michel dijo que lo habían estado moldeando para adecuarlo a su función ideal y, según lo visto en este 2015, Nedelev ya está listo. Ha venido jugando como interior en el asimétrico sistema del Mainz. En plata esto significa que Nedelev es muchas veces el mediocentro del equipo, el hombre más retrasado del mediocampo y el receptor del primer pase interior de Hong Jeong Ho, además de que es el primer punto de apoyo del crack, Sascha Bigalke.

¿Ha desentonado? Para nada. La posición de partida le permite tener un contacto sempiterno con el cuero y, la compañía de Bigalke le aleja marcas y le da libertad para activar su golpeo y avanzar metros con visión panorámica. En el campo, Nedelev actúa como una paleta de ping-pong que que recibe y devuelve pelotas a un solo toque. Tic, tac, tic, tac. Recibe, mira hacia adelante, pasa y se ofrece para que el regresen el balón. Lo recoge otra vez, cambia de dirección la jugada y soluciona problemas. Lo suyo no es el control, sino la velocidad. Juega a un toque casi siempre y dinamiza todo. Acercándose con paredes a zona de aceleración donde es un peligro gracias a su potentísimo disparo a puerta. Participa muchísimo (ver) y acompaña la jugada desde su nacimiento hasta que termina. Siempre jugando al tenis de mesa.

Su gran pero es que es un cero en defensa. Ni corre ni tapa. No roba (ver) ni anticipa (ver). Por eso, sólo cuando la jugada es perfecta, el Mainz ha podido tener equilibrio. Juntos, Nedelev, Malli y Bigalke sacan lo mejor de sí mismos y el Mainz puede ser imparable, pero el precio a pagar es un peligro latente.




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2 de Marzo de 2014

Falta un día para que se juegue el partido de Cuartos de Final de la DFB Pokal entre el Mainz y el Bayern Münich. Aunque es todavía invierno, Michel no parece tener frío. Tampoco parece que tuviera miedo. Llegó puntual a la cita en un restaurante a la orilla del Rhin, con una sonrisa jovial y un carisma arrollador. Se mostró igual de calmado que en las ruedas de prensa, aunque con ese toque de pasión aquí y allá que de vez en cuando deja, y esa seguridad latente y asertiva que utiliza cuando quiere dejar claro algo. Charlamos mientras desayunábamos porque el tiempo apremiaba y él tenía que ir a haces cosas. Ese día sólo habría media jornada de entrenamiento, por lo que tuvo tiempo para sentarse y hablar con BILD.

- ¿Vaya mes, no?

- Nunca había vivido una racha tan mala de resultados como entrenador. Soy un hombre ganador, que siempre quiere la victoria y no hacerlo me perturba. Y no tanto por no conseguirla sino porque no hacemos nada para merecerla.

-¿Pensaba que iba a ser tan difícil cumplir con el objetivo de ganar la 2.Bundesliga?

- Sabía que no iba a ser fácil, pero tenemos el mejor equipo, la mejor plantilla y el mejor talento humano de la división. El próximo año jugaremos en la Bundesliga, no tengo dudas.

-Suena muy seguro de ello, ¿Quizás tiene un plan para revertir esta situación de los últimos meses?

-Hay cosas que se escapan de mi control y que determinan lo bien que juega un equipo. Mi labor es asegurarme de minimizar todo eso para que, al final, sólo valga la calidad de nuestro y nuestros jugadores. Cuando usted habla de plan está olvidando que los importantes son ellos y no yo. Tienen que estar bien, felices. Si logro que lo estén, ganamos a cualquiera.

-¿Sus jugadores no son felices?

-No, creo que no. Creo que no están felices en el campo. Que algo los detiene, los minimiza. Cometí el error de pensar que era algo táctico, pero me he dado cuenta de que no es así. ¿Sabe por qué ganamos al 1860 Münich después de perder 6-1? Porque ese día ellos se sintieron avergonzados y para el partido siguiente salieron con otro espíritu, con otra mirada en sus ojos. No es táctico, es humano.

-¿Está entonces culpando a sus jugadores de falta de ganas?

-No, me estoy culpando a mi. Ellos quieren ganar y jugar como el que más, pero hay algo que los frustra y ya creo saber que es. El Bayern Münich deberá tener mucho cuidado.

-¿Cree que pueden vencerlos?

-Claro que sí. Este equipo cuando juega bien puede vencer a cualquiera si cree en ello. Creo que tenemos que ir partido a partido, pero que tenemos calidad para ganar la Copa.

-¿Qué es eso que hará su equipo para vencer al Bayern?

-Jugar, creer, ser felices y quitarles el balón. Mañana vamos a tener el balón.

-¿Tener el balón? ¡Muy audaz de su parte!

-Tengo la certeza de que este equipo puede quitarle el balón al Bayern. Encerrarnos contra ellos es absurdo, pero intentar quitarles la pelota no. Somos capaces.

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4 de Marzo de 2014

EL DÍA QUE POSEIDÓN PERDIÓ SU TRIDENTE

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Sabíamos que el Bayern de Pep Guardiola podía perder. Ya lo había hecho y lo seguirá haciendo. Lo que nunca antes habíamos visto era que no tuviera el balón. Sin embargo, durante cuarenta y cinco minutos, vimos a un equipo de cerezas rojas, como aquél de Puskas, Kocsis y Hidegkuti que dio una lección al fútbol inglés hace sesenta años, mover el cuero con una velocidad y una precisión imparables para el Bayern Münich. Fue como si Poseidón hubiese perdido su tridente y en lugar de gobernar los mares fuese un simple morador de ellos. El Mainz 05 le quitó la pelota, la movió y vulgarizó al equipo de Pep Guardiola hasta hacerlo recular en su área toda la primera parte. Su dominio fue certificado con dos goles, una renta que sirvió para que el Bayern nunca pudiese remontar. Eliminados en cuartos de final de la DFB Pokal y terceros en la Bundesliga, la tercera temporada de Guardiola en Alemania está siendo la peor del equipo. Poseidón sin tridente no puede dominar nada.

Al campo saltaron dos equipos muy distintos. El Mainz recuperó su viejo sistema, aunque matizado con los dos jugadores exteriores jugando casi de laterales, pegándose en la marca a los extremos del Bayern. El interior fue Nedelev, tal y como viene siendo habitual, y arriba jugaron Bojan de delantero centro y Shawn Parker, un poco abierto a la derecha. El Bayern salió con un equipo alternativo, con Starke en portería, cuatro centrales delante de él, Javi Martínez de mediocentro, Rode y Hojberg de interiores y arriba un tridente conformado por Shaqiri, Götze y Jesé. Aunque está claro que ante el Mainz, Guardiola hizo uso de su once menos asociativo, el dominio del balón ejercido por los locales estuvo fuera de cualquier pronóstico. La suma de técnica, creatividad y soluciones individuales y colectivas fue altísima y fueron varios los factores que provocaron no sólo la chocante estadística, sino el marcador y las sensaciones de dominación absoluta. El Mainz logró ocupar hasta nueve alturas en el terreno de juego, maximizando su juego entre líneas. Esto es un arma de doble filo: como tiene tantas alturas distintas, el poseedor del balón siempre tiene ángulos y líneas de pase para apoyarse y avanzar; sin embargo, cuando el rival tiene el balón, hay demasiados espacios entre línea y línea y puede tener las mismas facilidades. El caso es que la poca movilidad del trío de mediocampistas, el hecho de que Jesé no es delantero centro y no sabe jugar de espaldas, y la buena presión ejercida por el Mainz, nunca permitieron que el Bayern sacara provecho de la situación. De hecho, ya que no tenía líneas de pase por dentro, su posesión se precipitaba y terminaban siempre lanzando balones al espacio al delantero español, pero que fueron siempre interceptados por la veloz pareja de centrales del Mainz. Como el equipo local tenía esas ventajas con pelota, y técnicamente son muy buenos y encontraban soluciones en todo momento, aupados por la mejor salida de balón del fútbol alemán, progresaban con seguridad, siendo anchos y profundos, metiendo al Bayern en su área y prohibiéndoles transitar. Al final, tener cuatro centrales evitó que los de Guardiola salieran goleados del primer tiempo, aunque poco pudieron hacer para evitar que el marcador se fuera 2-0 a favor de los de René Michel.

En la segunda parte, Guardiola decidió meterlo todo en el asador. Consciente de que el partido estaba por dentro, cambió su 4-3-3 por un 3-4-3 que, en realidad, era más bien un 3-2-5. Müller y Lewandowski entraron por Rode y Badstuber. Pasó a cerrar con solo tres centrales, a confiar en las piernas de Javi Martínez más que nunca y a darle opciones de pase a su interior de posesión por delante de la línea del balón. Los recién ingresados se posesionaron a los lados de Jesé, y sumaron dos hombres entre líneas para recibir. Shaqiri y Götze abrieron el campo lo más que pudieron. El Mainz aceptó el duelo lo más que pudo, el cambio de Guardiola mejoró el ataque de su equipo, por lo que Michel optó por componer una línea de cinco atrás luego del gol de Lewandowski. Así, sus centrales podían salir al anticipo contra Müller y el polaco, en aventuras a veces kamikazes. Con el ingreso de Ribery, el Bayern puso aún más hombres a aparecer entre líneas una y otra vez, además de sumar un poderío ofensivo que, así sea por derribo, debía crear ocasiones. Y las creó, pero Loris Karis se mostró imponente. Entonces, cuando mejor jugaba el Bayern, Bigalke filtró un balón a la espalda de la defensa y Bojan lo convirtió, extasiado de emoción en su redención personal, en un golazo que certificaba el triunfo de su equipo. Elkin Soto entraría inmediatamente después por el mediapunta rubio, pasando el Mainz a jugar con un 1-4-3-2, con Jeong Ho de líbero, Soto de mediocentro y Malli y Nedelev de interiores. El hombre de más en fase defensiva demostró ser insuficiente cuando Müller puso el 3-2. Enseguida, ingresó Bungert, y el Mainz pasó a alinear a seis defensores y a retrasar metros su defensa. Era el momento de aguantar y correr, por lo que los dos delanteros se mantuvieron en el libreto.

Los minutos finales fueron de asedio y contraataques. El Bayern se volcó totalmente contra la portería del Mainz, que defendió estoicamente su resultado. Al final, incluso pudo anotar el cuarto en un contragolpe mal definido por Parker. El encuentro terminó con un 52% de posesión a favor del equipo de Michel, rompiendo un hito de casi siete años. En la semifinal, el equipo de Maguncia se tendrá que enfrentar al Düsseldorf, al Kaiserlaustern o al Borussia Dortmund. Después de esta victoria, salvo cruce contra el equipo de Klopp, son más que favoritos para llegar a la final. El tridente es suyo.


Jürgen Platz

​Zonas de acción | Datos partido

Editado por Cumberbatch

Increíble. Como ya anticipó Michel: Si jugamos como sabemos no tenemos nada que temerle al Bayern. Partidazo ante un equipo que no se esperaba, para nada, el extra de motivación con el que empezamos, así se vio superado y reaccionó tarde. Justa victoria, no en vano pusimos a prueba hasta en 6 ocasiones a Starke, tan solo una menos de las veces que chutó a puerta el conjunto de Guardiola.

Interesantísimo el manejo de tácticas tan diferentes en un mismo partido, saliendo con todo a la ofensiva y terminando por defender con medio equipo (y aún así tener tiro para sentenciar definitivamente con el 4-2), algo que nos hace muchísimo más imprevisible para los rivales. Ahora a esperar rival ¿Hay alguna preferencia en el banquillo? Tras la gesta ante el Bayern no me extrañaría que Michel quisiera al Dormunt para intentar completar una machada de órdago.

¡Un saludo y enhorabuena!

Que debacle la de este Mainz en la 2.Bundesliga. Aún quedan jornadas por delante para tratar de remontar el vuelo y alcanzar al menos la segunda posición o el puesto de promoción pero pillar al Aalen en la cabeza va a ser complicado.

¿Qué le ha pasado al equipo? ¿Porqué este derrumbe después de un prometedor inicio de temporada? René Michel tiene mucho en lo que pensar y tiene que encontrar la manera de reorganizar la plantilla y redirigirla hacia el objetivo común del ascenso.

Pero como siempre en todo bache se puede encontrar un resquicio de esperanza y ese fue el partido de copa contra el Bayern. Lección del Mainz sobre el terreno de juego a los bávaros e inmejorable carta de presentación a la sociedad futbolera alemana de un técnico peculiar como es Michel. Sin duda los principales medios germanos habrá hablado mucho durante los días posteriores a este partido sobre este Mainz, su nuevo proyecto y su nuevo técnico. Ahora en semis espero que toque Kaiserlautern o Dusseldorf y dejar al Borussia para la final. A ver si este partido ante el Bayern puede servir para reactivar a una plantilla que se dejó ir en el campeonato liguero.

Un saludo!

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