El juego es difícil. Tiene un sistema de elaboración de tácticas muy complejo, y hacerse con su control no resulta sencillo, aunque a medida que uno se va adentrando en sus resortes es fácil quedarse fascinado y atrapado. Hasta el punto de no poder evitar en los visionados de los partidos el pensar en variantes tácticas alternativas a la que uno está usando. A mí me ocurre incluso el reducir los movimientos de los partidos de fútbol reales a las categorías del sistema táctico del juego, aunque soy consciente de que es una mera simulación, por verosímil que resulte. Yo le animaría a superar las barreras iniciales, porque la riqueza del juego merece la pena. Es como aprender a jugar al ajedrez. Al principio puede resultar un rompecabezas, pero una vez se superan los obstáculos iniciales se abre un universo entero por explorar.
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