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Tras pasar por Inglaterra y dirigir al Liverpool, del cual me despidieron antes de que acabara la primera vuelta debido a que lo hundí en la clasificación y acabo en su descenso a la Championship, pensaba que no volvería a dirigir nunca mas un club, estaba en un país al que no me aclimataba y esta en una profunda depresión, desbordado por el gran fracaso en la ciudad de Liverpool. Pero este pensamiento acabó cuando un día mi agente me llamó diciendo de que había una oferta de España, que ganas tenía de volver a España para dirigir un club, y que querían contactar personalmente conmigo.

Al día siguiente cogí el primer vuelo que había para España y este era a Malaga, llegue a la ciudad andaluza a las 9:00 y llame a mi representante que me decía estar en Valladolid por otro negocio que tenía con un entrenador, que nos veíamos a las 20:00 en Madrid. Hasta las 20:00 podía hacer turismo por Malaga, donde nunca había estado, a todo esto aun no sabía que equipo me quería entrenar...

Llegan las 20:00, y tras llegar en otro avión a Madrid por fin consigo encontrarme con Carlos Andrade, mi representante. Este me dice que la oferta es del Real Club Celta de Vigo. En un principio me gusto la idea de poder irme a Galicia y mas en concreto a Vigo, así que le pregunte a Carlos por el dinero que dispondría para fichajes y sueldo; no se lo habían dicho, tendría que ir a Vigo a negociar.

A las 14:00 del día siguiente estaba comiendo con Mouriño, presidente del Celta de Vigo, para negociar mi posible fichaje por el club que presidía. Comento que creía que ya dispondría de una plantillas mas que de garantías para almenos acabar en la zona media de la clasificación española, por lo que solo tendría un millon de euros para fichajes y un presupuesto para sueldos de 40 millones y medio por año. Por otro lado se me ofreció un contrato hasta Junio de 2007, cobrando 1.8 millones este año. Le dije que me lo pensaría, en 48 horas como mucho tendría mi respuesta.

Tras dos días en los que solo pensaba en la oferta que había recibido, me digne a llamar a Mouriño para decirle mi decisión, quise quedar a comer para darle mi decisión. Ese mismo día a las 14:30 nos vimos en la marisqueria en la que ya habiamos estado y le dije al presidente...que aceptaba.

Bueno aqui tu primer seguidor fiel xD Quiero ver a Pinto titular ehh?? xDxD;) .

Es un crack mi idolo!! xD

Saludos y haber si nos metes en Champions xD

Te deseo suerte en esta historia Ratletilla

A ver que fichajes puede traer a Vigo y hasta donde puedes llegar ;)

Saludos

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Conociendo la ciudad

Vigo es la ciudad más grande de Galicia, y la ciudad sin rango de capital más grande de España. Forma parte de la Provincia de Pontevedra, comarca histórica de Val do Fragoso.

Es una ciudad costera de las Rías Bajas que limita al Norte con el Océano Atlántico (Ría de Vigo), al Noreste con el municipio de Redondela, al Este con el de Mos, al Sur con los de Porriño y Gondomar y al Suroeste con el municipio de Nigrán. Al otro lado de la Ría y justo enfrente de la ciudad se encuentran las villas de Cangas y Moaña, a 5 y 3'6 km de distancia, respectivamente.

Tiene 293.725 hab.  y la población de su área metropolitana se estima en torno a los 423.821 habitantes, ocupando el puesto 15º en el ranking de las áreas urbanas de España. Barrios enteros integrados en la ciudad, como el de Chapela no pertenecen al municipio de Vigo, sino al de Redondela. Su extensión es de 109,1 km².

Historia

Prehistoria

Como en todas las Rías Bajas, el poblamiento de Vigo era ya relativamente denso en la prehistoria, como demuestran el elevado número de hallazgos arqueológicos de esta época, y muy especialmente los 40 dólmenes megalíticos catalogados dentro del término municipal vigués.

Los primeros restos arqueológicos se remontan al paleolítico, habiéndose recogido diversos bifaces líticos sobre todo en las parroquias litorales de Vigo y que demuestran un poblamiento (por entonces seguramente nómada) que se retrotae hacia el 150 000 a.C. A partir de ese período, y a medida que la población se iba haciendo sedentaria, siguen apareciendo hallazgos, cada vez más numerosos e importantes, que demuestran una continuidad de poblamiento. Del mesolítico se recogieron también varias piezas líticas. Del neolítico datan un elevado número de dólmenes esparcidos por todo el municipio. Con el calcolítico empiezan a abundar las cerámicas y a grabarse petroglifos, de los que hay importantes exponentes en Vigo. De la Edad de Bronce y de la de Hierro aparecieron el mayor número de restos, que van desde importantes hallazgos cerámicos y metálicos, al esplendor de los petroglifos y la aparición de los castros.

La mayoría de los restos arqueológicos se conservan en el Museo Municipal Quiñones de León.

    * Vigo, uno de los epicentros del megalitismo gallego

Los dólmenes vigueses se sitúan en su mayoría en la cadena de montañas que encierran el municipio, formando así parte del importante campo de túmulos (el mayor de Galicia) que desde el monte Aloia en Tuy ocupa esa dorsal hasta la ensenada de San Simón en Redondela y la península del Morrazo, al otro lado de la ría de Vigo. Se calcula que en toda esta exigua zona hay varios centenares de dólmenes. En concreto son 40 los situados en el término de Vigo (que se emplaza juesto en el centro de ese inmenso campo), si bien el número de los hoy desaparecidos es bastante grande.

Datan de entre los años 3000 y 1800 a.C. y se tratan de monumentos funerarios conocidos técnicamente como túmulos consistentes en una cámara subterránea de enterramiento y cubiertos con enormes losas que le dan su característica apariencia. Los mejor conservados (todavía con las losas o piedras en pie) son los de los montes que separan Vigo de Mos y los de la parroquia de Candeán. En esta parroquia viguesa se encuentra el más importante de todos, el conocido como A Casa dos Mouros.

    * La cultura castreña

Se empezó a desarrollar hacia el 600 a.C., desenvolviéndose de igual modo que en el resto de Galicia, si bien se observa en Vigo una mayor densidad de estos asentamientos: de esta cultura castreña se conservan en el municipio un total de 27 castros, cobrando especial relevancia del situado en el monte do Castro, en el corazón de la ciudad y que le dio origen. Se trata del único castro urbano que se conserva en Galicia, y también el de mayor extensión de Vigo. Otros castros importantes son el de A Guía y el de A Madroa.

La era romana

Las influencias del imperio romano comenzaron en Vigo en el siglo II adC y duraron intensamente casi seiscientos años. De esta época se han recuperado restos en varias excavaciones arqueológicas que señalan la posibilidad de fuertes actividades productivas (salazón) y comerciales en el litoral. El descubrimiento de unas grandes salinas en la zona litoral del centro (calles Inés Pérez de Ceta y Rosalía de Castro), así como los restos de una considerable factoría de salazón conservada en buen estado (calle Marqués de Valladares) ambos restos pertenecientes al siglo I-II después de Cristo, demuestran una fuerte actividad productiva relacionada con los productos del mar. Las dimensiones de la factoría apuntan a que Vigo era un centro de producción de salazones para abastecer necesidades superiores al consumo local. Los resultados de las excavaciones arqueológicas recientes en el actual centro de la ciudad, demuestran la existencia de un asentamiento urbano importante, datable entre los siglos II a VI, coincidente a grandes rasgos con el área que ocupa el actual Centro histórico entre la calle Areal y O Berbés. Esta coincidencia espacial permite hablar del "origen" romano de la ciudad, aunque no se ha conservado en las fuentes históricas noticia fidedigna sobre el nombre exacto de la villa en aquel tiempo. No obstante, no hay duda de que la palabra "Vigo" deriva del latín "vicus", aldea.

La edad media

Poco se sabe de Vigo durante la Alta Edad Media por la falta de fuentes fiables.

Durante la Baja Edad Media, la Corona otorgó a los cercanos puertos de Bayona y La Coruña la exclusiva de comerciar por mar pese a las idóneas condiciones naturales de la rada viguesa, y esto frenó su desarrollo. A pesar de todo, va aumentando la población y ya en el siglo XIV se amplía el perímetro de la antigua villa altomedieval (nueva calle Pobladores) en una economía vinculada a la pesca y a la actividad del salazón. Los señores feudales y el clero aumentan su férreo control sobre vidas y haciendas conforme avanza el tiempo, y tras una etapa de la villa como feudo del Monasterio de Melón, pasa a ser feudo y tributaria del Arzobispado de Santiago. De aquella época fue el templo románico de Santiago de Vigo, el más importante del Vigo antiguo, ya desaparecido. Entre los pocos indicios que se conservan de esta época, podemos deducir que hubo ataques de piratería hacia Vigo.

En el siglo XIII, Martín Códax escribió varias Cantigas de Amigo de valor incalculable y que son el primer testimonio escrito de la ciudad:

    * Ondas do mar de Vigo

    * se vistes meu amigo?

    * E ay Deus!, se verra cedo?

    * Ondas do mar levado,

    * se vistes meu amado?

    * E ay Deus!, se verra cedo?

El último cuarto del siglo XV, Vigo conoció las feroces luchas entre el conde Pedro Álvarez de Sotomayor (Pedro Madruga) y sus enemigos feudales, en la disputa desatada entre las candidatas a la Corona de Castilla Juana e Isabel (Guerra Civil Castellana, 1475-1479), y que supusieron la destrucción del antiguo castillo medieval del Pienso (situado en las inmediaciones de la actual Puerta del Sol). De sus muros sólo se conservó una torre, llamada Da Pulguiña, legado del pasado medieval hasta su derribo en el siglo XIX.

La edad moderna

El corsario Francis Drake ataca por dos veces la villa (1585 y 1589)

Los piratas berberiscos atacan los pueblos de la Ría de Vigo en diciembre de 1617. Tras un intento sobre Vigo, asolan la cercana Cangas.

La villa sufre ruina económica y despoblamiento debido a la Guerra de Restauración portuguesa. Se construyen murallas (1656)

El 23 de octubre de 1702 tuvo lugar en la Ría de Vigo una importante batalla naval conocida como Batalla de Rande. Enfrentó a las escuadras de las coaliciones anglo-holandesa e hispano-francesa por la Guerra de Sucesión Española, y se especula con la posibilidad de que los restos de los tesoros traídos de América de los navíos hundidos yazcan aún en el fondo de la Ría. Según otras informaciones, el grueso del tesoro fue rescatado del lecho marino poco después de la batalla por los españoles. En octubre de 1719, otra flota inglesa a mando del almirante Mighels se presentó en la Ría de Vigo y la saqueó, antes de ser obligados a reembarcar por las fuerzas del Capitán General de Galicia.

La llegada a la zona de comerciantes catalanes ("fomentadores", en el lenguaje de la época), y el hecho de que en 1778 Carlos III acabase con el monopolio de los puertos autorizados a comerciar con América, hizo que la economía viguesa se reactivase notablemente. Personaje clave de aquel tiempo fue el comerciante Buenaventura Marcó del Pont, que además de mejorar la técnica del salazón y de abrir cuña en el comercio de Vigo con América, enriqueció la villa merced a sus expediciones corsarias durante las guerras de España con Inglaterra (Guerra de Independencia de los EEUU).

El Vigo contemporáneo

    * Siglo XIX

Durante la Guerra de Independencia, la villa es ocupada por el ejército francés (gen. Franceschi del C.E del Mariscal Soult, 31 de enero de 1809). Sin embargo, la resistencia popular comandada por los militares Pablo Morillo y Bernardo González del Valle "Cachamuíña" logran retomarla el 28 de marzo (fiesta local de "La Reconquista"). La ciudad recibió por parte de la Corona el título de Fiel, Leal y Valerosa al conseguir expulsar al ejército francés.

Durante la etapa del Trienio Liberal, Vigo fue capital de la provincia homónima; al igual que entre los años 1836 y 1840. Durante la primera mital del siglo, la ya ciudad fue uno de los focos de agitación liberal más significados de Galicia.

A mediados del siglo se destruyeron las murallas que la ceñían desde hacía dos siglos para que pudiera crecer. Sucesivas mejoras en las comunicaciones (línea ferroviaria entre Vigo y Ourense: 1881) y las mejoras en el puerto (muelle de A Laxe: 1853, muelle de hierro: 1891) hicieron posible que la villa se convirtiese en la puerta marítima para la emigración gallega a América, fomentaron un auge comercial e industrial que hizo duplicar su población en pocos años, y atrajo a emprendedores y benefactores como Norberto Velázquez Moreno, Antonio Sanjurjo Badía, José García Barbón o Policarpo Sanz.

La población activa creció debido a la creación de nuevas fábricas de salazón, sustituidas posteriormente por fábricas envasadoras de conservas (invento introducido por Antonio Santodomingo en 1886). Al final del siglo la población total de Vigo se estima en 29.000 habitantes.

    * Siglo XX

A principios del siglo XX la población gallega comenzó a emigrar a latinoamérica debido a las crisis que sufrían muchas familias, y el puerto de Vigo fue uno de los principales puntos de partida de esta emigración.

Mientras Vigo iba creciendo (41.000 habitantes en 1910) y absorbiendo a municipios cercanos como Lavadores y Bouzas, se instalaban nuevas industrias, se inauguraba el tranvía en 1914 (con un precio inicial de 5 céntimos), y se creaban muchos periódicos y organizaciones sindicales y políticas. Pero este crecimiento económico y social se truncó por la Guerra Civil.

En las décadas de los 60 y 70 Vigo sufrió un crecimiento urbano acelerado, y a veces desordenado, motivado por el desarrollismo industrial tan típico de entonces. La oferta laboral atrajo numerosa inmigración de zonas rurales que se arraigaron en barrios tan populares hoy como Teis, Coya o El Calvario. El impacto producido por las sucesivas crisis del petróleo golpeó con fuerza a la ciudad durante la década 1975-85, aumentando los conflictos sociales y destruyendo parte del tejido industrial tradicional, vinculado al mar. Desde finales de los años 80 se observó una recuperación económica que afianzó a la comarca como una moderna e importante zona industrializada y de servicios, tendencia que se prolonga hasta la actualidad.

Lugares de interés

El centro urbano

    * El Casco Vello. Es la zona antigua de Vigo. En él se encuentra la famosa plaza y mercado de A Pedra, además de la plaza de la Constitución, la Concatedral de Santa María, la Biblioteca Penzol y otros edificios emblemáticos del Vigo medieval y moderno. Recientemente ha sido declarado "Ben de Interese Cultural" por la Xunta de Galicia.

    * La Colegiata de Santa María, Iglesia Concatedral construida en 1817, en sustitución de un templo medieval, cuyos restos se conservan en las ruinas de Santo Domingo, en Pontevedra. De estilo neoclásico, alberga en su interior el célebre Cristo de la Victoria que, según la tradición, favoreció a los vigueses en las Guerras Napoleónicas. Cada primer domingo de agosto sale en procesión dentro de la mayor manifestación religiosa de la ciudad.

    * La Alameda y Montero Ríos-Areal. Zona de paseo cercana al puerto deportivo y anexa al Casco Vello. Calles peatonales y jardines conviven con el bullicio de la zona de marcha más de moda de la ciudad. En su frente marítimo está la zona de atraque de cruceros, los transportes en barco a las Islas Cies y a otros puntos de la Ría de Vigo, las instalaciones del Club Náutico de Vigo y un centro comercial de ocio (en construcción: entrará en servicio en 2007).

    * La Puerta del Sol, lugar donde se encuentra el monumento conocido popularmente como "El Sireno". Es el centro neurálgico de la ciudad.

    * La Plaza de la Constitución. Plaza porticada a la entrada del casco antiguo, considerada como la plaza mayor de Vigo. Muy familiar, con muchas terrazas y cafés.

    * Las calles Príncipe, Urzáiz y Gran Vía. Son las calles comerciales y de ocio por excelencia. Son calles ajardinadas y con amplias aceras, donde se pueden encontrar buenos establecimientos de moda y ocio.

Vigo, ciudad modernista

Vigo es una de las ciudades españolas con mayor número de edificios modernistas, siendo importante también el número de edificaciones de otros estilos como pueden ser el eclecticismo o el racionalismo, que le dan la singular apariencia a varias zonas del centro urbano. Así, salpicando la traza urbanística de Vigo se encuentran edificios monumentales, pequeñas joyas de autores modernistas como Antonio Palacios Ramilo (Teatro García Barbón y antiguo Banco de España), Jenaro de la Fuente (arquitecto del antiguo Hotel Universal en calles Carral/García Olloqui), Benito Gómez Román (antiguo edificio Simeón en la Puerta del Sol), Paczevich (los números 13,15,17 de la calle Urzaiz y los nº 15,17,19 de la avenidad García Barbón).

Vigo, ciudad románica

Es tal la importancia del románico que se conserva en el municipio de Vigo que muchos autores españoles han llegado a acuñar el término de románico vigués. Se conservan dos de los más importantes ejemplares de iglesias románicas del sur de Galicia:

    * Santa María de Castrelos, a tan sólo 100 metros del núcleo urbano; del siglo XII, está formada por una única nave de ábside semicircular y una planta de 20 por 7 metros. Se descubrieron recientemente unas pinturas murales en su interior.

    * San Salvador de Coruxo, también del XII. Destaca su monumental ábside y los motivos de sus canzorros. Se trata de la iglesia monasterial del antiguo priorato que existió allí hasta bien entrada la edad moderna.

    * Santiago de Benbrive, del siglo XII y también con un ábside de importancia.

Vigo, ciudad de Museos

    * Museo municipal Quiñones de León (Museo de Castrelos): Parque de Castrelos, s/n. Situado en el antiguo Pazo da Lavandeira, donado por el Marqués de Alcedo en 1925, está dividido en tres áreas; la planta baja está decorada simulando el aspecto del pazo cuando estaba habitado, otra área está dedicada al arte gallego contemporáneo y finalmente otra importante dedicada a la prehistoria y arqueología de Vigo y su área.

    * MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Vigo): Praza de Urzáiz, s/n.. El efidificio fue en su origen una cárcel. Años más tarde fue rehabilitado, de forma que el 13 de noviembre de 2002 volvería a abrir sus puertas como museo. Se trata de un importante museo que acoge exposiciones artísticas de alto nivel en soportes tales como la fotografía, la escultura o la pintura. Ofrece también diversas actividades didácticas y performances

    * Museo del Mar de Galicia: Avda. Atlántida, 160. Situado al lado de la ría, en la parroquia de Alcabre. El edificio, construido sobre una antigua fábrica de salazón, fue diseñado por los arquitectos Aldo Rossi y César Portela. Su contenido museístico versa sobre el mar y especialmente su relación con Galicia y las gentes que de él dependen.

    * Verbum Casa das Palabras: Avda. de Samil, s/n

    * Museo Etnográfico Liste: C. Pastora, 22

    * Casa das Artes: C. Policarpo Sanz, 15

    * Casa Galega da Cultura (Biblioteca Penzol): Praza da Princesa, 2

    * Centro Cultural Caixanova (Antiguo Teatro García Barbón): C. Policarpo Sanz, 13

    * Centro Social Caixanova: C. Policarpo Sanz, 24-26

    * Museo de la estación marítima. Realiza periódicas exposiciones temporales.

Vigo, ciudad natural

Además de los atractivos propios de una ciudad, Vigo también es un municipio con una amplia oferta de playa y naturaleza, destacando ante todo las visitables Islas Cíes, pero también las playas de Samil, Canido y de O Vao, sus parques urbanos y también los parques forestales situados en las colinas que circundan la ciudad, casi todos ellos excelentes miradores. Además cuenta con varias importantes rutas de senderismo homologadas que recorren los montes y otros parajes del muncipio vigués.

    * La playa de Samil, es una de las mayores playas de Vigo y la más frecuentada por turistas y visitantes. Dispone de amplias zonas de paseo, zonas ajardinadas y deportivas, piscinas y otros servicios.

    * La playa de Canido. Situada entre la playa del Vao y Cabo Estai. Dispone de zonas de paseo y zonas ajardinadas, así como un puerto marítimo. La pesca es una de las actividades más desarrolladas en la zona. Posee también restaurantes para la degustación de mariscos y pescados propios de la Ría de Vigo.

    * La playa de O Vao, de gran calidad ambiental. En su extremo occidental se encuentra la villa romana de Toralla (s. III-IV d.C.), visitable y sobre la que se realiza un proyecto de excavación y museización.

    * Las Islas Cíes, archipiélago que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Dispone de playas y cámping, y es visitable en temporada veraniega con barcos que parten a diario desde Vigo (Estación de Ría, C. Cánovas del Castillo) y Baiona.

    * El Parque de Castrelos. Situado en el barrio del mismo nombre, es el mayor parque urbano de Vigo. Está dotado de un gran auditorio al aire libre y zonas de paseo con estanques y variedad es especies forestales. En él se encuentra el Pazo de Castrelos, propiedad del pueblo de Vigo y transformado en Museo desde que, en 1925 fuese donado por el último descendiente de la familia Quiñones de León, antigua propietaria.

    * El Monte de O Castro. Es un parque situado en el centro de la ciudad. Ocupa el espacio de un antiguo poblado fortificado (castro) del que se puede apreciar una parte excavada en distintas intervenciones arqueológicas, con varias construcciones circulares (prerromanas) y cuadrangulares (forma proveniente de la romanización). El Castro de Vigo está datado entre los siglos VI antes de Cristo al II después de Cristo. El mundo castreño coincide con la llamada Edad de Hierro en Galicia y la romanización en sus albores. En el parque también se pueden contemplar los restos de una de las fortificaciones del siglo XVII que formaban parte -junto con el próximo castillo de san Sebastián y las murallas que rodeaban la ciudad antigua- de la estructura defensiva de Vigo.

    * El Monte de A Guía, se encuentra en el barrio de Teis. Mirador privilegiado sobre la Ría de Vigo. Este monte fue también un Castro, uno de los 27 poblados fortificados de la edad del hierro que están catalogados en el municipio. Su nombre se debe con toda probabilidad a una paronimia del original "Monte da Aguia" (Monte del Águila) por la forma castellana "Monte de La Guía".

    * Los extensos parques forestales situados en las afueras de Vigo: El Monte Alba (se trata del punto de mayor altitud, con excelentes vistas sobre las Rías Bajas), el cercano Monte Cepudo, el Monte dos Pozos, el Monte de Beade, Vixiador, La Madroa, Saiáns y Zamáns.

Otros sitios de interes

    * El puente de Rande, colosal obra de ingeniería que es un emblema de la ciudad.

    * El Campus Universitario de Vigo, remodelado por el arquitecto catalán Enric Miralles, es una obra de gran valor arquitectónico.

Mucha suerte en tu nueva historia, aqui tienes un seguidor ;)

Aqui otro seguidor.

PD: Si piensas que me voy a leer el post de informacion sobre la ciudad flipas :P :P

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Conociendo el club

Historia

Años 1920

El Celta de Vigo nació el 23 de agosto de 1923 de la unión de dos clubes de la ciudad de Vigo, el Real Vigo Sporting y el Real Fortuna. El Sporting era el más laureado, ya que fue subcampeón de la Copa de España en 1908.

Aquel subcampeonato logrado por uno de sus fundadores debería haberle permitido al Celta participar en la Primera división en el año que se creó la Liga (1928), pues el criterio para integrar la máxima categoría era haber sido campeón o subcampeón de la Copa de España, y en aquella fecha sólo 10 clubs, incluído el Celta como heredero del Vigo Sporting, cumplían ese requisito; sin embargo, al Celta se le negó ese derecho y se vio relegado a la segunda categoría. A la conclusión de la temporada 1928-29 el Celta decidió retirarse de la competición liguera la temporada siguiente para afrontar una radical reestructuración deportiva.

Años 1930

El reingreso en la liga se produjo en 3ª división la temporada 1930-1931; un Celta arrollador logró el título de campeón de la categoría y el ascenso a 2ª división, derrotando en la eliminatoria final de la fase de promoción al Recreativo de Huelva por un contundente 7-0 (4-0 en Balaídos y 0-3 en campo onubense).

El ansiado ascenso a 1ª División se consiguió al conquistar el título de campeón de 2ª en la temporada 1935-1936, derrotando por 7-0 al Zaragoza en Balaídos. El Celta se convertía así en el primer equipo gallego en alcanzar la división de honor del fútbol español.

Años 1940 y 1950

Debido a la suspensión de las actividades deportivas por causa de la Guerra Civil (1936-1939), el debut del Celta en la máxima categoría se vio postergado a la temporada 1939-1940. Se inció así una etapa dorada, con 20 años de presencia casi ininterrumpida en la élite, a excepción de la temporada 1944-45, que purgó en la 2ª división. Recuperada inmediatamente la categoría, el Celta consolidó un equipo brillante, que alcanzó sus mayores cotas en la temporada 1947-48, bajo la dirección técnica del mítico guardameta internacional Ricardo Zamora: concluyó el campeonato nacional de liga en cuarta posición, a 6 puntos del campeón, F.C. Barcelona, al que derrotó por 3-2 en un Balaídos que convirtió en feudo inexpugnable, en el que también cayeron goleados Athletic Club (5-1), Valencia (5-2) y Real Madrid (que cosechó aquella temporada sendas derrotas por 4-1 frente a los celestes, tanto en Vigo como en Chamartín). Pahiño, que con 23 goles se alzó con el título de pichichi del campeonato, y Hermidita, con 14, fueron los máximos anitadores de una plantilla en la que formaron también Simón, Mesa, Cabiño, Gaitos, Gabriel ALonso, Yayo, Roig, Miguel Muñoz, Aretio, Vázquez, Retamar, Zubeldia, Salas, Marzá, Venancio, Bermejo y Montoro. La magnífica campaña de los olívicos tuvo su rúbrica con el subcampeonato de Copa del Generalísimo. El Celta alcanzó la final, que se disputó en el estadio madrileño de Chamartín el 4 de julio de 1948, tras superar una agónica eliminatoria de semifinales frente al R.C.D. Español de Barcelona, que precisó de dos partidos de desempate, con sus respectivas prórrogas, que se celebraron en Madrid en la misma semana de la final. Las gestiones de la directiva céltica para lograr un aplazamiento resultaron infructuosas y el equipo, agotado, saltó al césped del coliseo madridista para enfrentarse al Sevilla. A los 6 minutos de juego un gran disparo de Miguel Muñoz adelantó al Celta en el marcador. Sin embargo, el Sevilla reaccionó con rapidez y en el minuto 19 lograba empatar. El Celta mantuvo el tipo tres cuartos de hora más, pero tras el descanso, en un fatídico minuto 14, los sevillistas marcaron su segundo gol, en una jugada que significó además la lesión del portero vigués Simón, obligado a retirarse del terreno de juego. En aquel entonces el reglamento no permitía sustituciones, de manera que el equipo se quedó con 10 jugadores y su puesto bajo palos tuvo que ser cubierto por Gabriel Alonso, quien en los siguientes 15 minutos encajó dos goles más, que dejaron el marcador en el definitivo 4-1 a favor de los andaluces.

Años 1960

El final de esas dos décadas de esplendor céltico llegó con el descenso en la temporada 1958-59. El purgatorio de la 2ª se prolongó durante la practica totalidad de la década de 1960, pues pese a contar con varias oportunidades de ascenso (promociones contra Valladolid en 1960, Oviedo en 1961 y Sabadell en 1966), la fortuna le resultó esquiva hasta la temporada 1968-69, en que consiguió por fin el regreso a la categoría de oro.

Años 1970

El Celta de los años 70 volvió a marcar hitos en el fútbol gallego. Después de una primera temporada 69-70 de reencuentro con la categoría, el Celta de la 70-71, dirigido por Juanito Arza, uno de sus verdugos sevillistas en la final del 48, mantuvo Balaídos invicto. El conjunto de los Quique Costas, Manolo, Lezcano, Doblas, etc. concluyó la liga clasificado en un sexto lugar que le permitió clasificarse para la primera edición de la Copa de la UEFA, en lo que representó la primera participación de un equipo gallego en las competiciones europeas. La experiencia, sin embargo, fue efímera, al no poder superar la primera eliminatoria frente al Aberdeen escocés.

A partir de la temporada 1974-75 el Celta se instaló en el ascensor, encadenando descensos y ascensos entre primera y segunda. Así, al descenso de la 74-75 siguieron un ascenso en la 75-76, un nuevo descenso en la 76-77 y otro ascenso en la 77-78. Tanta inestabilidad acabó por pasar factura, y al descenso a 2ª de la temporada 78-79 le sucedió la mayor calamidad en la hitoria del club: un descenso a 2ª B.

Años 1980

La nefasta temporada 1979-1980 se cerró con un descenso a 2ª B consumado en la última jornada. La siguiente campaña, 1981-1982 se contrató a un técnico yugoslavo, Milorad Pavic, que obró el milagro de hacer al equipo campeón de 2ª B y, al año siguiente, de 2ª A, recuperando en dos temporadas consecutivas todo el terreno perdido. Militaban ya en el equipo algunos de los grandes mitos del celtismo de los 80, como Lucas, pichichi de 2ª, o el portero Javier Maté. El Estadio de Balaídos se disponía a estrenarse como campo de la fase final de la Copa del Mundo de 1982 en su mejor condición, como sede de un equipo de primera categoría. El Celta aprovechó esa circunstancia para organizar un homenaje a su gran capitán, Manolo, un hombre que había protagonizado todas las alegrías y desventuras de la década anterior, desde las mieles de la UEFA y los ascensos a los sinsabores de los descensos, y de ese modo se celebró un encuentro amistoso contra la sensacional selección polaca, que concluyó el mundial en el tercer puesto.

El tercer año de Pavic (1982-83), de nuevo en primera, concluyó de manera muy triste en el Nuevo José Zorrilla de Valladolid, con una derrota que materializó un descenso olívico más. Las temporadas 1983-84 y 1984-85, en segunda, se vivieron de forma muy distinta. En la primera de ellas, sexto clasificado, el ascenso se escapó finalmente por un sólo punto: campeón el Castilla de la "Quinta del Buitre" y subcampeón el Bilbao Athletic del pichihi Julio Salinas, ambos filiales de Real Madrid y Athletic Club, respectivamente, e imposibilitados, por tanto, para subir, ascendieron 3º, 4º y 5º clasificados, Hércules, Rácing de Santander y Elche, con 3, 2 y 1 punto más que los vigueses. En la siguiente, el equipo entrenado por Félix, jugador fundamental en los 70 y Director Técnico imprescindible del gran Celta del siglo XXI, logró su objetivo en una liga que pudo haberse malogrado por los convulsos acontecimientos de las primeras jornadas, cuando una huelga de jugadores a nivel nacional obligó a los clubs a alinear a jugadores juveniles en las primeras jornadas. Superadas todas las dificultades, aquel Celta de Félix, comandado por los Maté, Lemos, Atilano, Alvelo, Cortés, Lucas y la solvencia del líbero mundialista hondureño Gilberto, recuperó una vez más la plaza en la máxima categoría.

La temporada 1985-86 supuso un nuevo fiasco. La contratación del brasileño Baltazar no fue suficiente para fortalecer un equipo gafado, que empezó a fraguar su desgracia en el encuentro inaugural del campeonato; pese a arrancar un valioso empate a domicilio frente a la Real Sociedad de los Arconada, Satrústegui, Zamora o López Ufarte, en Atocha cayó lesionado de gravedad el portero céltico Javier Maté, una de las grandes estrellas del equipo, que dijo adiós a la temporada. Aquella lesión coincidió con el servicio militar de su sustituto, la gran promesa navarra Patxi Villanueva, por lo que la responsabilidad de cubrir la portería celeste recayó en el tercer portero del equipo, Chucho. Durante bastantes encuentros de la primera vuelta el centrocampista Vicente tuvo que ser el designado para alinearse en el acta como portero suplente. Cuando se reabrió el mercado de fichajes, el Celta se hizo con los servicios del gallego Pereira, procedente del Atlético de Madrid, pero su concurso no pudo contrarrestar la dinámica negativa, y el descenso se consumó con muchas jornadas de anticipación.

En 1986, alarmada por el declive de la audiencia y repercusión del fútbol, castigado por el público por episodios como el de la huelga de jugadores de campañas anteriores, la federación decidió innovar en el sistema de competición para el campeonato de 1986-87 en primera y segunda división, de modo que tras una fase regular en la que se enfrentaron todos los equipos entre sí a doble vuelta, se conformaron 3 grupos que pelearían por distintos objetivos. El Celta conservó el bloque de jugadores de la temporada anterior, que se puso a las órdenes del británico Collin Addison. La incorporación más destacada a la plantilla fue la del central irlandés Jimmy Hagan, fichado para reforzar al equipo con vistas al tramo decisivo de la competición. Concluída la fase regular del campeonato en la 4º plaza, el Celta quedó encuadrado en el grupo par, junto a Coruña (2º), Castellón, Málaga, Rayo Vallecano y Sestao. Las victorias sobre los coruñeses (3-0 en Balaídos y 0-1 en Riazor), permitieron al cuadro celeste llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo para conquistar el ascenso: sólo una derrota céltica permitiría al Castellón, que se enfrentaba al Coruña de Arsenio Iglesias en el Ángel Carro de Lugo (Riazor había sido clausurado por los graves incidentes del público tras la victoria céltica), soñar con la posibilidad de ascender. Los albinegros recibieron facilidades de los desterrados herculinos, que alinearon un equipo formado por jugadores juveniles y del filial; no desaprovecharon la ocasión y se impusieron con comodidad. Sin embargo, su victoria resultó pírrica, puesto que el Celta, arropado por cientos de aficionados, desplazados en un convoy ferroviario especial, logró mantener el empate que le servía para ascender a primera junto a Valencia y Logroñés, vencedores del grupo impar.

Tras el éxito en la liga más larga de la historia, culminada con el ascenso y el pichichi para Baltazar, la temporada 1987-88 se presentaba como la oportunidad de Collin Addison de lucirse en la élite del fútbol español. Sin embargo, sorprendentemente el técnico no se incorporó a dirigir la pretemporada. La dirección de los Maté, Otero, Nacho, Hagan, Atilano, Alvelo, Vicente, Lucas, Balatazar, Julio Prieto, Zambrano, Rodolfo, Maraver, Mosquera, Camilo etc. fueron encomendados a José María Maguregui, quien consiguió mantener el nivel del equipo en la nueva categoría, acariciando la posibilidad de retornar a las competiciones europeas al ocupar durante muchas jornadas los puestos de cabeza. Finalmente el equipo bajó su rendimiento en las últimas jornadas y concluyó el campeonato en 7º puesto. Maguregui presentó su dimisión varias jornadas antes de la conclusión, debido al malestar que provocó entre los aficionados la confirmación de su compromiso para liderar la temporada siguiente el Proyecto II de Jesús Gil en el Atlético de Madrid.

Maguregui se llevó consigo al goleador Baltazar, que en el Atlético consiguió procalamarse pichichi. Sin embargo el Celta no los echó de menos. Sustituído el vasco por el asturiano Novoa, antiguo jugador céltico, y el brasileño por su compatriota Amarildo, el Celta 1988-89, con las incoporaciones de Zoran Maric y Pedro Herrera, registró números muy similares a los de la campaña anterior, concluyendo el torneo liguero en 8ª posición.

Pero este periodo caracterizado por el juego brillante fue breve. La sensacional campaña de Amarildo no pasó desapercibida para los grandes de Europa y la lluvia de ofertas se concretó en un traspaso, estratosférico para la época, al Lazio de Roma, que pagó entonces 200 millones de pesetas por el jugador. El Celta 1989-90 fichó a otro buen delantero brasileño, Nilson, confiando en repetir el éxito de las contrataciones anteriores. Sin embargo, su rendimiento fue muy inferior al esperado. Se incorporó también otro brasileño, Fabiano, que con el tiempo llegaría a ser una de las estrellas del fútbol español. Se fichó también al jugador más carismático del Coruña, el delantero Vicente Celeiro, que tuvo por fin en Vigo la oportunidad de jugar en primera. Sin embargo, todos estos mimbres, que sostenían el cesto construído en los años anteriores, no consiguieron mantener la categoría.

Años 1990

Hubo que esperar a la temporada 1991-1992 para recuperar el lugar en primera. El ex-jugador internacional Chechu Rojo, incorporado a finales de la temporada anterior construyó un equipo sólido que se alzó con solvencia con el título de campeón de la segunda división varias jornadas antes de la conclusión de la liga. El veterano Maté cedió la titularidad bajo los palos al prometedor Patxi Villanueva, que cuajó una temporada magnífica. El cuerpo técnico había sondeado el mercado balcánico y de él se trajo dos perlas excelentes: el defensa Goran Juric y el delantero Vlado Gudelj, un jovencísimo y corpulento goleador serbo-bosnio que se proclamó pichichi de la categoría. Poco tiempo le hizo falta al joven Gudelj para convertirse en uno de los jugadores más queridos para los celtistas. La felicidad que le proporcionaba su éxito futbolítico contrastaba con el desasosiego que manifestaba por los acontecimientos que se vivían en su país, donde estallaba una cruenta guerra que atrapaba a su familia. Se fichó también a otro ídolo del eterno rival, el interior "Flaco" Gil. Fabiano se convirtió en el director de juego y Otero se consolidó en el lateral derecho.

Conseguido el ascenso, el Celta se enfrentó en aquellas fechas a otro reto transcendental para su futuro: la conversión en S.A.D. Era preciso cubrir el capital social establecido por el Consejo Superior de Deportes para mantenerse en las competiciones profesionales. Finalmente, el celtismo respondió a los llamamientos de la directiva presidida por Ignacio Núñez y se pudo solventar ese trámite.

Reintegrado una vez más a la primera división, la temporada 1992-93 Chechu Rojo consiguió dotar al equipo de una solidez defensiva que proporcionó a su portero el trofeo Zamora al menos goleado. Santiago Cañizares, fichado ese verano, empezaba a recorrer el camino que le llevaría a la internacionalidad y a defender la portería española en el siguiente mundial (de hecho, suya fue la responsabilidad de, con un hombre menos, mantener el marco imbatido en el partido que significó la clasificación de la selección para Estados Unidos 1994, la victoria por 1-0 sobre Dinamarca en Sevilla). El eje de la defensa de Rojo se reforzó con un central internacional que el preparador bilbaíno conocía bien: su paisano Patxi Salinas fue el complemento a la solvencia y clase de Goran Juric. Otero se apropió del lateral derecho y el izquierdo se confió a todo un campeón olímpico, Rafael Berges. En la vanguardia se incorporó un extremo campeón de Europa, Milorad Ratkovic, para asistir al ariete serbo-bosnio. El Celta se balcanizaba y se vulcanizaba, se convertía en un equipo correoso y demoledor. De este modo conquistó plácidamente la permanencia en esa primera temporada de regreso a la élite.

En 1994 se vivió la mayor movilización de la historia del celtismo, con el desplazamiento a Madrid de los 25.000 aficionados para los que se ofrecieron localidades de la final de la Copa del Rey, el 20 de abril de 1994. El Celta de Chechu Rojo alcanzó la final tras superar en las semifinales al Tenerife de Jorge Valdano, que se presentaba en esa cita como el gran favorito. Un genial caracoleo de Ratkovic en la banda izquierda, en una jugada que parecía condenada a diluirse en la nada, sirvió al serbio para colocar un centro magistral a Gudelj, que remató poderoso a la red tinerfeñista, abriendo la senda de la victoria en el partido de ida. Otro gol de Gudelj y un último de Salillas ponían la eliminatoria muy favorable. El partido de vuelta en el Heliodoro Rodríguez López se puso muy cuesta arriba cuando los canarios marcaron el 2-0 a falta de media hora para la conclusión. Afortunadamente, en cinco minutos de inspiración, Gudelj consiguió empatar el partido. El segundo gol fue magistral: pase en profundidad de un genial Andrijasevic (internacional croata fichado en el mercado de invierno) y galopada para resolver en el uno contra uno ante el portero.

Tras superar las semifinales, el rival que esperaba en la final era el Real Zaragoza, entrenado por Víctor Fernández, equipo que deslumbraba en Europa con su fútbol. Tras empatar ambos equipos tras los primeros 90 minutos y la prórroga, finalmente se llegó a los penaltys, donde el portero blanquillo Andoni Cedrún detuvo un penalty al defensa del Celta, Alejo, y tras ese fallo, Higuera marcó el penalty definitivo que llevó la Copa del Rey a la ciudad de Zaragoza.

Años 2000

Durante estos años el Celta se caracterizó por practicar un fútbol atractivo y alegre, gracias a la clase y liderazgo de jugadores como Mostovoi, Karpin, Gustavo López o Mazinho, comandados por la dirección técnica de Víctor Fernández. El Celta se mantuvo en los primeros puestos de la clasificación, con memorables actuaciones en la Copa de la UEFA ante reconocidos equipos europeos, como la Juventus, el Liverpool, el Aston Villa o el Benfica. El Celta tuvo de nuevo una oportunidad para estrenar su palmarés en una final de Copa del Rey en la que partía como favorito. Tras el optimismo inicial con el golazo de Alexander Mostovoi, la desesperación se apoderó de los incansables aficionados celestes que vieron, impotentes, como el Zaragoza remontaba y volvía a repetir el éxito de 1994. Una temporada más tarde, Víctor Fernández asumió el final de un exitoso ciclo en el que logró que el Celta practicase un gran fútbol y se clasificase siempre para disputar las competiciones europeas, incluyendo la conquista de la Copa Intertoto en el año 2000 que le otorgó al Celta una plaza para la Copa de la UEFA.

El relevo lo tomó Miguel Ángel Lotina, un entrenador que apostó desde el principio por un fútbol mucho más defensivo, tosco y a la larga práctico. Aunque la afición disfrutó mucho menos en cuanto a espectáculo, si pudo celebrar la consecución de un sueño, la clasificación para disputar la Liga de Campeones, tras una temporada histórica en la que el Celta finalizó en el cuarto puesto en la Liga, complementada más si cabe, con la conquista del prestigioso trofeo Zamora para el portero argentino, Pablo Cavallero.

Tanto afición como directiva y jugadores eran muy optimistas. El equipo era sólido, ordenado y compacto y estaba formado por jugadores de gran calidad y experiencia. El Celta tenía al alcance de su mano abrir un nuevo periodo en su historia, un periodo histórico en el que lucharía por crecer y equipararse lo máximo posible a los grandes equipos nacionales y europeos. Por desgracia el exceso de euforia y confianza se comenzó a hacer patentes en las primeras jornadas de la temporada 2003-2004 con unos nefastos resultados que hicieron tambalearse todo el proyecto. Mientras la situación en la tabla era cada vez más preocupante, el equipo respondía en la Liga de Campeones, clasificándose como segundo de su grupo por detrás del todopoderoso Milán y por encima del Brujas y el Ajax.

A pesar de este éxito, las sonrojantes goleadas ante el eterno rival (0-5) y ante la Real Sociedad (2-5) provocaron una situación insostenible que le costó el puesto a Miguel Ángel Lotina. El experimentado Radomir Antic fue su sustituto, y a pesar de sus buenos resultados iniciales, que auguraban un resurgir del equipo, el Celta quedó eliminado de la Liga de Campeones ante el Arsenal en octavos de final. Derrota tras derrota, el Celta se encaminaba hacia el pozo de la Segunda División sin freno. Sobrepasado por la situación, Radomir Antic dimitió. El club, a la desesperada, hizo recaer la responsabilidad en dos hombres de la casa, Ramón Carnero y Rafael Sáez. Este tándem obtuvo muy buenos resultados, que pese a todo fueron insuficientes para evitar un inesperado descenso.

Muchos jugadores que fueron piezas clave en anteriores proyectos causaron baja en la plantilla. De la mano de Fernando Vázquez y con un equipo renovado con jugadores con experiencia e incorporaciones del equipo filial, el Celta se dispuso a intentar retornar a la máxima categoría cuanto antes. A pesar de los altibajos iniciales, el equipo le tomó el pulso a la categoría y tras una segunda vuelta apabullante, logró un ascenso imprescindible, con suspense incluído debido al polémico caso Toni Moral, no resuelto aún.

En su retorno a Primera división española, el Celta confeccionó una plantilla interesante con un presupuesto muy bajo. El equipo dio la talla y desde las primeras jornadas ocupó los primeros puestos de la clasificación, logrando la permanencia matemática sin sufrimiento alguno y logrando el inesperado regreso a Europa gracias a la 6º plaza final obetenida en el campeonato. El éxito es aún mayor si se tiene en cuenta que en la temporada del retorno, el Celta venció en campos como el Santiago Bernabéu, Riazor, Vicente Calderón o Ruiz de Lopera.

No cuenta con títulos nacionales, si bien ha sido tres veces subcampeón de la Copa del Rey (1948, 1994 y 2001) y ganador de una Copa Intertoto en 2000. Ha participado 7 veces en la Copa de la UEFA y una vez en la Liga de Campeones en la que llegó a octavos de final donde cayó ante el Arsenal FC.

Uniforme

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Cuerpo tecnico

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El estadio

El Estadio Municipal de Balaídos se inauguró el 30 de diciembre de 1928 con un encuentro entre el Celta de Vigo y el Real Unión de Irún. Como muchos otros estadios españoles, sufrió una gran remodelación en 1982 al ser sede de los mundiales que se disputaron aquel año. Tiene una capacidad de 31.800 espectadores.

Datos del club

    * Temporadas en 1ª: 45

    * Temporadas en 2ª: 25

    * Temporadas en 2ªB: 1

    * Temporadas en 3ª: 1

    * Mejor puesto en la liga: 4º (Primera división española temporadas: 47/48 y 02/03)

    * Peor puesto en la liga: 19º (Primera división española temporadas: 89/90 y 03/04)

Pero hombre... el reto con el Salzburg tenía más miga...^^U

En fin... como castigo tienes que traerte a Vonlanthen sí o sí...:P

Buena suerte con los celtiñas.

.P.D.: Era el atún el atún de la Rianxeiraaaaaa ^^

Muy buena presentacion...

Suerte y andare seguido por aqui..

suerte! y pablo contreras titular!!! :P

Contreras y Lequi, indiscutibles!!! :P

PD: Perera boooota de orooo Perera booota de ooooooroooooo :P

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