Capítulo 43. Romper la baraja 04 de junio de 2026 El verano ya asoma en el horizonte y el final de temporada también. Vamos a tope, en un momento en el que tenemos que estar mejor que nunca si queremos conseguir los mejores resultados posibles. Nuestro primer partido del mes fue referente a la semifinal de la Copa de Rumanía, y que fue frente al CFR Cluj que actualmente juega en la Superliga. Pese a que no está siendo su mejor temporada, ya que van a mitad de tabla, no tenemos que olvidarnos lo que son y lo que somos. Así y todo, las apuestas nos daban como perdedores, aunque no de forma muy clara. El Cluj tiene excelentes jugadores, sin duda, pero lo que más impone de este equipo es un exjugador, que además no es rumano. El gran Andriy Shevchenko es su entrenador desde hace un par de años y no se puede uno imaginar lo que es que un Balón de oro como el ucraniano, hable bien del equipo. Pues llegado el día, recibimos al Cluj. El partido estuvo muy igualado al inicio, con más balón para nosotros, pero sin muchas ideas al pasar de mediocampo. Ellos utilizaban las bandas y aprovechaban las subidas de nuestros carrileros. En un centro desde la banda izquierda, Eliezer Tapé (POR, 28 años) erró en el despeje de puños y fue aprovechado por el rival para marcar el primero. Solo tres minutos después, otro centro desde la misma banda trajo otra desgracia, esta vez en forma de lesión del portero al intentar atajar el balón. Dimitar Todorov (POR, 31 años) salió en su lugar y al poco de hacerlo nos salvó del segundo con una estirada digna del gran Bogdan Stelea. Quien no recuerde al calvorota este es que no ha vivido el fútbol rumano... Lejos de venirnos abajo cogimos el toro por los cuernos y fuimos avanzando líneas y presionando más al rival, que decidía cedernos el balón y aprovechar la velocidad de sus bandas y balones en largo a sus delanteros. Llegando al final del primer tiempo, en una jugada de estas rocambolescas con rebotes e imprecisiones, logramos empatar. Llegamos al descanso y la segunda parte fue de nuevo nuestra. Ocasiones para los dos, pero más posesión para nosotros y más peligro real. Pero como de posesión y de peligro no se vive en el fútbol, llegamos al final del partido con el empate a cero. En la prórroga, más de lo mismo, pero con los jugadores desfondados. Así pues, llegamos a los penaltis porque nadie fue capaz de marcar gol. Penaltis en los que nuestro búlgaro favorito, Todorov, se erigió como héroe atajando dos de los cuatro lanzamientos que hicieron. Nosotros no fallamos ninguno, así que nos clasificamos, aumentando nuestra leyenda al haber eliminado ya a tres equipos de la Superliga. Como se puede ver, partidazo, sobretodo, de nuestros jugadores más defensivos y de contención, con protagonismo para el ya mencionado Todorov y para los laterales. De este modo llegamos a la final, que nos enfrentará a un conocido de nuestra división, que aunque ha tenido un camino algo más placentero en las diversas rondas, también ha hecho méritos para ser finalista. El Otelul Galati será nuestro rival. El siguiente partido lo jugábamos en casa contra el tercer clasificado. Si ganábamos este partido, nos coronábamos campeones de la Liga 2, y salimos con la convicción de lograrlo, pero el partido fue algo castañero. Se notó el cansancio y algunos jugadores que rotaron no estuvieron del todo finos. Pese a ello conseguimos empatar a uno y debido al resultado de nuestro más cercano perseguidor, logramos el ansiado título y un reporte económico interesante. El siguiente examen fue contra el Otelul, en liga, que nos debía servir para ver el estado de los dos equipos de cara a la final. Pudimos comprobar que el Otelul no es un equipo fácil, de los que se rinda pese a la adversidad, ya que nos empataron en el último minuto del partido. Merecieron el empate, todo sea dicho. Nosotros estuvimos demasiado erráticos en muchas fases del partido y es algo que no podemos cometer en la final. Lo que restó de mes fueron tres partidos más de liga y la final de la Copa intercalada entre ellos. De la final hablaré en otra momento, pero si puedo decir que los partidos del liga fueron divertidos para el espectador, pero se notó que la relajación por ser campeones y el cansancio de toda la temporada, eran la nota dominante. Dos empates y una victoria en esos tres partidos. Finalizada la temporada (recuerdo que ya hablaré de la final de Copa), hemos sido campeones con una holgura interesante. Trece puntos de ventaja sobre el segundo lo demuestran. En la zona baja de la tabla, nuestro ex, el Pobeda Star Bisnov, consuma un descenso en una temporada nefasta, siendo los más goleados de la categoría. Por cierto, nosotros los más goleadores y los que menos hemos encajado. A nivel individual ya hablaré, pero destaco los mejores de la liga. Razvan Florea (MEC, 19 años) ha sido el jugador con mejor media de todo la temporada y el húngaro Marton Radics (CRD, 24 años), el tercer mejor asistente de la liga regular. Pasados los partidos y todo este intenso periodo futbolístico, volví a verme con Mihai. El plan de Tudor era seguir siendo la marioneta de Mihai y Stancu y tratar de sacar información para poder desmoronar el castillo de naipes. La verdad es que no sé en qué momento pasé de entrenar a gritar a once mataos de pueblo, a convertirme en la puta marioneta de tres tipos con traje. Pero ayer lo tuve claro. Hasta aquí hemos llegado. Mihai me había citado con esa cara de contable de funeraria que tiene, como si siempre estuviese calculando cuántos agujeros caben en una tumba. - Ya ha acabado la temporada Ilie, y las cosas han ido francamente bien. Estoy contento... - Tú solo o aquellos a los que rindes cuentas también? - Todo aquel que gane dinero, venga de donde venga, está contento. - Pues Mihai, para la próxima temporada esto se acabó, Mihai. No voy a mover un puto dedo más para tus amaños. ¿Quieres que pierda partidos? Búscate otro pelele. ¿Quieres manipular estadísticas? Que me lo diga Stancu en persona. Ya no soy vuestra puta marioneta. El silencio fue brutal. Mihai me miraba como si le hubiera cagado encima de la mesa. Después, se inclinó hacia adelante, y con esa voz que siempre suena a amenaza, soltó: - Ilie, ten cuidado con lo que dices. Aquí no se trata solo de Stancu, esto es mucho más grande de lo que crees. ¿O ya olvidaste quién te puso en el Steaua? Esa frase me atravesó como un cuchillo. - ¿Qué quieres decir con eso? - Quiero decir que tu amiguito Tudor quizás te trajera aquí por algo más de lo que piensas... Tu “ascenso” no fue casualidad. Y que si juegas a ser rebelde, no será Stancu el que te hunda, será quien menos esperes. Me quedé helado. Tudor, otra vez él. ¿El mismo que me dijo que presionara a Mihai? ¿El mismo que prometía ayudarme contra Stancu? ¿El mismo que jugaba a salvador con una mano y ahora descubría que con la otra tenía una soga preparada? No contesté porque no podía. Salí del despacho dando un portazo que casi arranca la bisagra y caminé rumbo a casa con la cabeza gacha. Lo único que sabía era que mi plan, el de Tudor, el de Mihai..., todos eran una puta trampa y ahora tenía que ver cual sería mi próximo paso...
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