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Respuestas destacadas

  • Autor

  • CHA.png

    21 de Septiembre de 2011

    Antesala

    Luego de tres jornadas de Liga en las que hemos cosechado nueve puntos de nueve posibles y dejado la portería en cero, debutamos en Champions donde esperamos superar nuestra actuación de la temporada anterior donde clasificamos como segundos de grupo y caímos eliminados en octavos de final. El año anterior dejamos muchos detalles de gran equipo ante los equipos de menos entidad, pero al momento de enfrentar equipos fuertes quedamos muy en evidencia. Para esta temporada uno de los objetivos es el asentamiento en Europa y pelear codo a codo con los campeones de las demás ligas.

    Iniciamos quizá ante el rival más complicado y en el campo más complicado. En Allianz Arena es una catedrál del siglo XXI que aloja al Bayern Munich, el coloso aleman que lleva un par de años en blanco, muy a la sombra del Werder Bremen de Michael Laudrup. Se ha hablado mucho sobre que el Bayern debía recuperar la identidad alemana que habían perdido luego de su último golpe continental, en la Champions 2001. Se decía que si el Bayern jugara con una base más alemana obtendría mejores resultados, después de todo, la selección alemana en esta década ha sido dos veces semifinalista y una vez finalista en los mundiales disputados. Con la asención de Karl Heinz Rummenigge como presidente, en lugar de Franz Beckenbauer quien empezó a ejercer en un cargo menor, pero de suma importancia, y rodeado, además de por Beckenbauer, por glorias del fútbol alemán y el equipo bávaro como Uli Hoeness, en la directiva, y Jurgen Klinsmann, Jens Jeremies, Giovani Elber, Paul Breitner, Franz Roth, entre otros, en el cuerpo técnico, el Bayern parece haber logrado el cometido y presenta una fuerta candidatura este año en todas las competiciones, luego de una segunda vuelta escalofríante que los dejó a un sólo punto del Bremen, a pesar de un inicio terrorífico.

    El Munich no fichó a ningún jugador esta temporada, queriendo mantener esa misma base que les dió esa abismal diferencia en lo que va corrido del año. La alemanización del equipo ha sido exitosa. Son un equipo fuerte en todas sus líneas, salvo la portería, y con jugadores capaz de marcar la diferencia. Ha retornado a Ballack, Metzelder y Mario Gómez al fútbol alemán. Se deshicieron de medianías como Lell, Ottl o Sosa para darle paso a jugadores de la academia bávara como Tony Kroos, la joya de la corona, Thomas Muller o David Schmiedel. Supieron sobreponerse a la retirada por lesión de Lukasz Podolski fichando libre a Ivica Olic y su fútbol es fiel reflejo del fútbol aleman, aunque con el toque de distinción que Klinsmann le dió a la selección cuando esta estuvo bajo su tutela.

    Su once tipo es un 4-4-2 potente, con mucha pegada y mucho poderío físico. En la defensa suelen combinar a los dos brasileños o Metzelder y uno de ellos, con dos carrileros de flecha larga y muy ofensivos, Phillip Lahm y el turco Hamit. El centro del campo suele estar conformado por Michael Ballack y Martin Demichelis, aunque Tim Borowski y Mehmet Ekici rotan con el argentino. En las bandas se ubican Bastian Schweinsteiger por derecha y Frank Ribery por izquierda, con las rotaciones Tony Kroos por cualquiera de los dos sectores. En el frente de ataque, Miroslav Klose, que la temporada anterior marcó 22 goles en liga, es el único titular asegurado, mientras el otro puesto se lo suelen jugar Mario Gómez y Luca Toni como puntas de referencia, o bien Ivica Olic jugando por afuera y dejando a Klose más por dentro.

    Será un partido complicado donde necesitaremos jugadores con temple y capaces de luchar cuerpo a cuerpo con el mediocampo aleman. Andrea Poli no será de la partida, en pro de la veteranía de Riquelme y Tommasi, quien además aportará ese plus de lucha que necesitaremos. Saldremos con un 4-3-3 con un falso extremo por izquierda para tratar de cogerle la espalda a Hamit, con Foti luchando con las torres que tiene como centrales el Bayern y con Cassano pululando por todo el frente de ataque. En defensa improvisaremos con Regini de central izquierdo, pasando a Accardi a la derecha, debido a las bajas por suspensión y lesión de Campagnaro y Lucchini, respectivamente, y tambien para controlar el fuerte juego áero del rival.

    Será de suma importancia no dejar pelotas sueltas para que Ballack, Schweinsteiger, Mario Gómez, Hamit o Lahm puedan usar su potentisímo disparo a puerta, así como evitar lo máximo posible jugadas a pelota quieta y centros desde la banda. Será un partido para tener la posesión, defendernos bien y aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente.

    1301394.pngChampions League - Fecha 1

    bayern.png Bayern Munich 3-2 Sampdoria 1167-2.png


    GOLES| Ballack 12' (BAY), Arshavin 15' (SAM), Gómez 17' 32' (BAY), Riquelme 40' (SAM)

Tacticas - Calificación - Datos

Postpartido

Pecamos de inexperiencia nuevamente. Empezamos muy acelerados y casi marcamos al minuto de empezar el partido, pero rápidamente el Bayern impuso condiciones, enfrió el juego y desconectó a Riquelme de la delantera. Al 12' cometimos el primer error grave del partido: Dejamos centrar a Schweinteinger. Bastian ganó un balón por la banda, centró y, a pesar que Accardi le ganó arriba a a Gómez, sorpresa en la alineación en lugar de Klose, no pudimos evitar que Ballack tomara el balón suelto en el borde del área y fusilara, literalmente, a Curci marcando el primer gol del partido. Luego de eso, tres minutos después, Cassano asistió a Arshavin que regateó a Breno, amagó dos veces y tiró por entre las piernas de Rensing marcando el empate. No habíamos terminado de celebrar cuando Mario Gómez recuperaba un balón en las proximidades del área y sacó otro misíl teledirigido e inatajable para Curci que significó el 2-1.

A partir de allí el Bayern volvió a congelar el partido y a mostrar su poderío físico en el medio del campo. Teníamos el balón, pero nos era imposible hilvanar más de dos pases seguidos en el mediocampo y terminabamos jugando al pelotazo para un muy activo Arshavin que fue nuestra única cuota de ataque durante la mayoría del primer tiempo con sus constantes desbordes. A la media hora y algo más de partido, un pelotazo largo de Rensing es recogido por Olic tras ganarle la espalda a Alex. Accardi fue al relevo a la banda mientras Alex se posicionó como primer central, Olic centró y ni Regini, ni Alex ni Curci pudieron evitar el cabezazo anotador de Mario Gómez quien fue un verdadero incordio debido a su potencia física para un Regini que se mostró muy desubicado durante toda la primera parte. Ocho minutos después, Alex subió por banda, Cassano arrastró la marca de Demichelis dejando libre la zona central del campo donde Riquelme recibió con suficiente tiempo y espacio para sacar un disparo colocado y potente desde 35 metros que significó el 3-2 definitivo.

La segunda parte fue mucho mejor para nosotros. La entrada de Poli le dió un socio a Riquelme para poder manejar los tiempos del partido en el mediocampo y, aunque el partido siguió muy parejo, fuimos levemente superiores y más incisivos. Cassano y Arshavin hicieron trabajar muchisímo a Demichelis y a los dos laterales rivales y ahí estuvo nuestra ventaja: Ballack quedó sin ayudas en el mediocampo y Poli, y sobre todo Riquelme, dominaron toda la media cancha a su antojo. Contamos con varias oportunidades que no pudimos transformar en gol, con un Foti clavado entre los centrales, superado por momentos por los gigantes brasileños y muy bien controlado por ambos, nos faltó un jugador con más movilidad en el centro del ataque, pero, como ha pasado en varias ocasiones, confié en Salvatore en exceso y no introducí al campo a Fornaroli hasta el minuto 85'. El uruguayo causó más peligro que el italiano en el poco tiempo que estuvo en el campo e incluso llegó a estrellar un balón en el poste, luego de dejar en el camino a dos rivales, en el último minuto del partido.

Perdimos y debemos mejorar mucho, más en lo mental que en lo futbolístico. Volvimos a sufrir de miedo y, tal como pasó ante el Inter, los ajustes defensivos que hicimos no sirvieron y el equipo jugó mucho mejor con Poli, quien no tuvo un partido brillante, pero le quitó trabajo a Riquelme y le dió más espacios en ataque, que con Tommasi a quien se le notó la falta de ritmo en partidos de máximo nivel.
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Llegabamos en buen pie a este complicado partido ante el Bayern. Los 9 puntos en liga y con el arco en 0, el Bayern era el equipo perfecto para medir los parametros, a pesar de ir perdiendo durante todo el encuentro, lo hicimos de gran manera y cumplimos dentro del papel, vencimos en 2 veces a esa dura defensa y Román junto con Arshavin por momentos le enseñaron el buen futbol a los Teutones. En el segundo tiempo levantamos el nivel y nosotros estuvimos cerca de igualar el partido, un 3-3 que habría sido maravilloso para nosotros. Lástima que Bruno no encajó esa que pegó en el palo.

Saludos

  • Autor

losdeabajo

Siendo sinceros, el Bayern es muy potente. Nos ganaron por experiencia y pegada, aunque nosotros alcanzamos claramente picos más altos de rendimiento. Veníamos con el arco en cero y en un mismo partidos nos hicieron tres. Lo importante es seguir jugando así y ponernos bien arriba en Liga. Arshavin está comenzando a rendir muy bien, aunque claro está, con más espacios que Foti y Cassano está haciendo destrozos, igual que Fornaroli quien parece venir muy bien de la Copa América en la que fue titular en sus primeras internacionalidades, es más, un gol suyo eliminó a Brasil.

Ayy que pena...

La verdad es que siempre se nos atragantan estos partidos, como buenos campeones de Serie A pienso que tendríamos que empezar a luchar codo a codo con los grandes.

Por cierto, ¿por qué no metiste de titular a Poli? Me sorprendió esa decisión.

Suerte xD

Ayy que pena...

La verdad es que siempre se nos atragantan estos partidos, como buenos campeones de Serie A pienso que tendríamos que empezar a luchar codo a codo con los grandes.

Por cierto, ¿por qué no metiste de titular a Poli? Me sorprendió esa decisión.

Suerte xD

Me imagino que no pondría a Poli de titular debido al despliegue fisico del Bayern ya que Poli es un jugador de poco cuerpo, pero vamos mejor que te conteste rey.

Saludos y perdon si no es así.

Ayy que pena...

La verdad es que siempre se nos atragantan estos partidos, como buenos campeones de Serie A pienso que tendríamos que empezar a luchar codo a codo con los grandes.

Por cierto, ¿por qué no metiste de titular a Poli? Me sorprendió esa decisión.

Suerte xD

Me imagino que no pondría a Poli de titular debido al despliegue fisico del Bayern ya que Poli es un jugador de poco cuerpo, pero vamos mejor que te conteste rey.

Saludos y perdon si no es así.

Pero si por algo se caracteriza esta Samp es por predominar el cerebro al físico sea el rival que sea... xD

Aún así, a ver si nos lo aclara rey.

  • Autor

Fernan Gomez

Si, una verdadera pena porque como campeones de Italia deberiamos representar un poco mejor al pais en Europa.

Sobre Poli, fue una decision plenamente fisica. Andrea tiene muy poco fisico y la idea era tener alguien con mas presencia y lucha para que liberara totalmente a Riquelme, mucho mas experimentado que Andrea, en el partido. Tomassi no estuvo a la altura y Sanmarco ha perdido mucha de la confianza que le tenia.

Sobre lo de cerero y fisico, pues si, lo privilegiamos, pero tampoco despreciamos un poco de musculo, aunque esta vez fue mas por musculatura en otra parte del cuerpo xD

Van Basten

Exactamente.

  • Autor

  • 1112.png

    25 de Septiembre de 2011

    Antesala

    Luego del pelotazo anímico y físico que significó nuestra visita a Alemania, enfrentamos al Bologna, equipo al que ya vencimos en la pretemporada, en busca de nuestro cuarto triunfo consecutivo en Serie A. Teniendo el partido ante el Milan inmediatamente después y con un equipo agotado y necesitado de algo de frescura tras nuestra primera derrota en la presente campaña, alinearé un par de cambios de cara al partido de hoy, siendo el más significativo, la vuelta a la titularidad de Andrea Poli, a pesar de no haber tenido su mejor tarde ante el Bayern.

    El Bologna, dirigido por por Sinisa Mihaijlovic, quien fuera uno de los mejores líberos de mi época, y ganador de la Serie B la temporada pasada, es un equipo hecho a la medida de la categoría de plata. Técnicamente pobres, pero con un espirítu espartano en el mediocampo conformado por Gabi Mudingayi y Nicola Mingazzini, y dos torres goleadores en la delantera, Della Roca y Bernnaci, siempre dispuestos a recibir los centros, precisos o no, de los únicos jugadores que salen del esquema de peleones, fuerte y luchadores, es decir, Hallfreosson y el ruso Ivanov. Es un 4-4-2 simplista, sin misterios y que apuesta por la garra en lugar de por la pelota, algo extraño sabiendo como jugaba Sinisa.

    Será seguramente otro partido donde tendremos que jugar contra 9 hombres encerrados en el último cuarto de cancha y peloteando a mansalva hacia sus dos puntas. Será un partido donde tendremos la pelota por decreto y donde deberemos explotarla. Hoy, más que nunca, nuestro exceso de elaboración nos puede costar muy caro y tendremos que patear más y ser más profundos y verticales si queremos sacar petroleo. Arshavin, a pesar del partidazo ante el Munich, estará como opción desde el banquillo dandole lugar en el 11 a los dos extremos puros con que contamos.

    32-1.pngSerie A - Fecha 4

    1111-1.png Bologna 0-0 Sampdoria 1167-2.png


    GOLES| No Hubo.

Tacticas - Calificación - Datos

Postpartido

Nuestro mejor partido. Fuimos incisivos, punzantes, manejamos el balón mucho más de lo que el rival hubiera querido y tuvimos un elevadisímo número de pases acertados; Sólo Storari, figura del partido, pero no el que mejor jugó, evitó lo que debió ser una goleada para los libros de records. No hay mucho que decir. Malogramos todas nuestras oportunidades y nos reflejamos nuestro abultadisímo dominio en el marcador. El rival sólo se dedico a llenar espacios en la cancha, a cortar juego cada vez que podía y rezar por un milagro.

El partido de Poli fue colosal. Andrea debió jugar su mejor partido de su carrera. Un mediocampista central en un equipo que juegue con la pelota y que cuide la posesión, suele hacer un promedio de 50 pases por partido sí el equipo es superior al rival, o de 30 si son rivales muy parejos. Poli, en cambio, superó con creces esa media y de sus 93 pases en los 82' minutos que estuvo en el juego, acertó 82 y siete de esos fueron asistencias para gol. Un crack.

En líneas generales jugamos muy bien, solventes en defensa tanto atacando como alejando el poco peligro que pudo producir el rival, y con un excelente dominio de los tiempos y la salida con balón. Cassano hizo un gran partido, moviendose entre líneas y volviendo loca a la defensa rival con sus pases y regates imposibles. Antonio fue el jugador que más falló de cara al gol, aunque hay que anotar que fue más virtud de Storari que defecto de Cassano.

Foti culminó otro partido donde su aportación al juego del equipo fue mucha, pero su peligro dentro del área fue poco. Sin espacios se vuelve un jugador muy poco determinante e incapaz de aprovechar sus enormes condiciones para anotar. Los extremos tuvieron partidos bastante regulares, sin sobresalir mucho cumplieron su trabajo de desahogo y desborde.

Mejoramos mucho, pero queda camino que recorrer. Tenemos que ser más determinantes de cara a puerta, nos falta la pegada y el gol de Cassano y Foti. Sin ellos anotando hay que buscar otras vías de solución.
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Links de Importancia: Estadísticas finales de Andrea Poli
poli93.png

Ainss, será posible...

Parece un poco irónico eso de que Mihaijlovic juegue con hombres tan físicos, pero ay amigo, por algo será... Nos salió el partido perfecto, pero no pudimos. Se me hace extraño ver a la Samp sin marcar (precisamente es lo que había estado haciendo siempre) pero algún partido tenía que haber, pero podía haber sido con el Inter... xD. Ahora solo queda imitar este juego en el siguiente partido pero marcando los goles, porque si no lo vamos a lamentar bastante.

Por cierto, una pregunta. ¿De momento te están convenciendo las actuaciones de Alex Meschini? Me parecio muy curiosa la apuesta de que un "extremo" (o cuanto menos interior) izquierdo pase a ser un carrilero diestro.

Saludos! xD

  • Autor

gazzetazb4.jpg

26 de Septiembre de 2011

Diferentes Velocidades

Arshavincopia.png

El fútbol es uno de los pocos deportes donde el talento está en la cabeza y no en el físico. A lo largo de la historia han sido esos jugadores sútiles, sublimes y geniales gracias a su inmenso imaginario con el balón, los que más han llenado de emoción nuestros ojos y nos han hecho vibrar y sonreír. No eran los más rápidos, ni los más fuertes, ni los más altos, como reza el lema olímpico, sino que eran los más creativos, los más ingeniosos y los más elegantes. Era un goce total ver a Rivelino caminar por el tapete verde y en segundos dejar una jugada grabada en la memoria colectiva de la gente. Más aún se gozaba con las piernas locas de Garrincha moviendose en un pequeño palmo de terreno y enloqueciendo rivales por doquier. Y mucho más aún, el el culmen de lo conmovedor en el fútbol: Gerson haciendo una pared. Qué maravilla.

Desde hace unos años, muchos (Pseudo) entrenadores y (Psuedo) periodistas han querido, en su afán por protagonismo, revolucionar el fútbol, quitandole la simpleza y el efecto lírico del mismo. Han convertido el fútbol en un deporte y no en un arte. Han convertido a Valdano, Cruyff y Menotti, entre otros, en filosofos sólo por expresar el íntimo deseo del espectador. Han logrado que hasta Maradona, quien apoyado en la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, y por muy campeón del mundo que sea, es un genio, porque ese tipo de cosas no se pierden con la edad, con la pelota, parezca un intelectual de cepa cuando dijo que si el fútbol fuera correr deberíamos hablar de Carl Lewis y no de él.

Hoy, cuando alguien habla de transición y simpleza, la mitad de la gente de fútbol hace cara de extrañeza, mientras la otra mitad refleja en su rostro la más infinita añoranza. Son tiempos difíciles, donde el fútbol europeo, que siempre fue rápido, pero hoy exagera, y el sudamericano, donde la simpleza y el talento se respiraba en el aire de cada tarde dominical, se dejan llevar por las prisas y el caos, o bien por el efecto contrario, por la lentitud por decreto y el fútbol somnoliento donde los equipos giran en torno al miedo y no en torno a la pelota. En Inglaterra, madre y cuna del fútbol, se despreció a Scholes, ese pequeño, feo y pelirrojo mediocampista, el mejor inglés desde Gascoigne, en pro de los más mediaticos; El Manchester, que no lo hizo, arrasó todo lo que tuvo por delante, Inglaterra sólo decepcionó, decepcionó y volvió a decepcionar.

Sin embargo, siempre aparece el genio o el loco, según los resultados, que se le olviden los marcadores, que se lo olviden los (Pseudo) periodistas, que se le olviden los contratos de televisión y que su puesto estará en peligro si no gana un par de partidos (Sí, hasta en eso el fútbol se ha vuelto acelerado), y comienza con poner el balón al piso y decirles a sus jugadores que el fútbol hay que Sentirlo. Y así disfrutamos del Brasil del 70', el Ajax y la Holanda de Michels, la Alemania del 72', el Huracán de Menotti la Francia de Platini, la Quinta del Buitre, el Milan de Sacchi, el Napoli de la formúla Ma-Gi-Ca, el Barcelona de Cruyff, el Sao Paulo de Telé, el Ajax de Van Gaal y los mil ejemplos de esos equipos que ganaron y ganaron con fútbol, sin prisas, con simpleza y con el balón. Y tambien están los que no ganaron, encabezados por el Brasil de Zico, Falcao, Socrátes, Toninho Cerezo, Junior y Eder.

Hoy, en Italia, está la Sampdoria como cabeza de un grupo, que cada día va en aumento, de equipos que siguen la estela del fútbol de seda y los tiempos, y no del fútbol pragmatico, resultadista y de las prisas. Muchos se quejan de que la Sampdoria de este año no hace goles y que en su primera prueba de fuego, olvidandose de la Supercopa ante el Inter, les hacen tres. Qué equivocados están. Esta Sampdoria es la inminencia del peligro. No hay equipo en el mundo que tenga tanto tiempo el balón en los últimos cuartos de cancha, dando la sensación de que, en cuanto quiera, marcará un gol. Lo de ayer ante el Bologna fue un recital de fútbol; Tambien lo del segundo tiempo ante el Inter, y lo del partido ante el Atalanta, y ante el Torino, y ante la Lazio, y el del otro día ante el Bayern a pesar de la derrota. La Sampdoria tiene la piedra filosofal del fútbol: Juegan simple y siempre a distintas velocidades.

El jugador clave para eso se llama Andrea Poli. Lo que hizo Poli, Il Metronomo III, fue una verdadera lección de como se juega al fútbol. "Tiene un panorama amplísimo; sabe cuando hay que tenerla y cuando hay que soltarla, sabe cuando hay que jugar en corto y cuando hay que jugar en largo, sabe cuando hay que tocar hacia los laterales y cuando hay que profundizar. En un fútbol donde la norma es chocar, siempre encuentra los caminos despejados. El disco duro que tiene en la cabeza parece juntar la historia del fútbol europeo y la del fútbol suramericano; el resultado es un juego universal". Valdano habla sobre Zidane, pero facílmente podría estar refiriendose a Andrea. Poli juega a tomar decisiones, a hacer lo correcto en el momento y lugar adecuados. Por eso juega tan bien y por eso es uno de los jugadores más determinantes de la Sampdoria en estos momentos.

El otro es Arshavin. El ruso maneja las velocidades a su antojo, flota sobre 3/4 de cancha y mueve los hilos ofensivos del equipo con soltura. Acelera, desacelera y vuelve a acelerar: "Hacé que vas, no vayás, y andá". Y luego está Cassano. Entre los dos componen la partitura de la Sampdoria. Juegan, combinan, maravillaban. La Sampdoria es sublime; No se podía esperar otra cosa de un equipo en el que, de su plantilla, podríamos sacar más de 10 jugadores, ponerlos como cerebros de otro equipo y nadie notaría que en la Sampdoria juegan de delanteros, mediocentros e incluso laterales.

La Sampdoria es lírica y quizá salga campeón, por méritos ya es el gran favorito del público. No como la Juventus y el Inter que, además de racanos, resultadistas y necesitados de un fino reloj Poli o Riquelme, no han ganado ningún partido de lo cuatro que han jugado y están a un punto del descenso.

Andrea Arbelazzi

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  • Autor

gazzetazb4.jpg

27 de Septiembre de 2011

El fútbol "es" un lenguaje con sus poetas y prosistas

548px-Rivera_Gianni_02.jpg

En el debate sobre los problemas lingüísticos que artificialmente distancian a literatos de periodistas y a periodistas de futbolistas, fui preguntado por un atento periodista, para el “Europeo”: pero en la rotativa mis respuestas han resultado un poco reducidas y flojas (¡debido a las exigencias periodísticas!). Como el tema me gusta, desearía retomarlo con un poco de calma y con la plena responsabilidad de lo que digo. ¿Qué es una lengua? “Un sistema de signos”, responde, de la manera más exacta hoy, un semiólogo.

Pero ese “sistema de signos” no es sola y necesariamente una lengua escrito-hablada (ésta que usamos aquí ahora, yo escribiendo y tú, lector, leyendo).

Los “sistemas de signos” pueden ser muchos. Pongamos un caso: yo y tú, lector, nos encontramos en una habitación donde están presentes también Ghirelli y Brera, y tú quieres decirme de Ghirelli algo que Brera no debe escuchar. Entonces no puedes hablarme por medio del sistema de signos verbales, debes adoptar forzosamente otro sistema de signos: por ejemplo, el de la mímica: entonces empiezas a gesticular con los ojos y la boca, a agitar las manos, a hacer movimientos con los pies, etcétera. Eres el “cifrador” de un discurso “mímico” que yo descifro: eso significa que tenemos en común un código “italiano” de un sistema de signos mímico.

Otro sistema de signos no verbal es el de la pintura; o el del cine; o el de la moda (objeto de estudios de un maestro en este campo, Roland Barthes), etcétera. El juego del futball es un “sistema de signos”; es decir, una lengua, aunque no verbal. ¿Por qué hago este discurso (que quiero continuar esquemáticamente después)? Porque la querelle que enfrenta el lenguaje de los literatos con el de los periodistas es falsa. Y el problema es otro.

Veamos. Cada lengua (sistema de signos escritos-hablados) posee un código general. Pongamos el italiano: yo y tú, lector, al usar este sistema de signos, nos comprendemos, porque el italiano es nuestro patrimonio común, “una moneda de cambio”. Sin embargo, cada lengua está articulada en varias sublenguas, de las que cada una posee un subcódigo: así pues, los italianos médicos se comprenden entre sí -cuando hablan su jerga especializada- porque cada uno de ellos conoce el subcódigo de la lengua médica; los italianos teólogos se comprenden entre ellos porque poseen el subcódigo de la jerga teológica, etcétera.

También la lengua literaria es una lengua jergal que posee un subcódigo (en poesía, por ej., en vez de decir “speranza” se puede decir “speme”, pero ninguno de nosotros se sorprende de esta cosa extraña, porque todos sabemos que el subcódigo de la lengua literaria italiana requiere y admite que en poesía se usen latinismos, arcaísmos, palabras apocopadas, etc.).

El periodismo no es más una rama menor de la lengua literaria: para comprenderlo nosotros nos valemos de una especie de sub-subcódigo. En pocas palabras, los periodistas no son más que unos escritores, que, para vulgarizar y simplificar conceptos y representaciones, se valen de un código literario, digamos -por permanecer en el ámbito deportivo- de serie B. También el lenguaje de Brera es de serie B respecto al lenguaje de Carlo Emilio Gadda y de Gianfranco Contini.

Y el de Brera es, quizá, el caso más noblemente cualificado del periodismo deportivo italiano. Por lo tanto, no existe conflicto “real” entre escritura literaria y escritura periodística: es esta segunda la que, siendo servil como ha sido siempre, y enaltecida ahora por su empleo en la cultura de masas (¡que no es popular!), tiene pretensiones un poco soberbias, de parvenu. Pero pasemos al football.

El football es un sistema de signos, o sea un lenguaje. Tiene todas las características fundamentales del lenguaje por excelencia, el que nosotros nos planteamos en seguida como término de confrontación, o sea el lenguaje escrito-hablado.

De hecho, las “palabras” del lenguaje del fútbol se forman exactamente igual que las palabras del lenguaje escrito-hablado. Ahora bien, ¿cómo se forman estas últimas? Se forman a través de la llamada “doble articulación”, o sea a través de las infinitas combinaciones de los “fonemas”: que son, en italiano, las 21 letras del alfabeto.

Los «fonemas», por tanto, son las «unidades mínimas» de la lengua escrito-hablada. ¿Queremos divertirnos definiendo la unidad mínima de la lengua del fútbol? Veamos: “Un hombre que usa los pies para chutar un balón” es tal unidad mínima: tal “podema” (si queremos seguir divirtiéndonos). Las infinitas posibilidades de combinación de los “podemas” forman las “palabras futbolísticas”: y el conjunto de las “palabras futbolísticas” forma un discurso, regulado por auténticas normas sintácticas. Los “podemas” son veintidós (casi igual que los fonemas): las “palabras futbolísticas” son potencialmente infinitas, porque infinitas son las posibilidades de combinación de los “podemas” (en la práctica, los pases de balón entre jugador y jugador); la sintaxis se expresa en el “partido”, que es un auténtico discurso dramático.

Los cifradores de este lenguaje son los jugadores, nosotros, en las gradas, somos los descifradores: así pues, poseemos en común un código.

Quien no conoce el código del fútbol no entiende el “significado” de sus palabras (los pases) ni el sentido de su discurso (un conjunto de pases).

No soy ni Roland Barthes ni Greimas, pero como aficionado, si quisiera, podría escribir un ensayo mucho más convincente que esta mención, sobre la “lengua del fútbol”. Pienso, además, que se podría escribir también un bonito ensayo titulado Propp aplicado al fútbol: porque, naturalmente, como toda lengua, el fútbol tiene su momento puramente “instrumental”, rigurosa y abstractamente regulado por el código, y su momento “expresivo”.

En efecto, antes he dicho que toda lengua se articula en varias sublenguas, cada una de las cuales posee un subcódigo.

Pues bien, en la lengua del fútbol se pueden hacer también distinciones de este tipo: también el fútbol posee unos subcódigos, desde el momento que, de ser puramente instrumental, pasa a convertirse en expresivo.

Puede haber un fútbol como lenguaje fundamentalmente prosístico y un fútbol come lenguaje fundamentalmente poético.

Para explicarme, pondré -anticipando las conclusiones- algunos ejemplos: Bulgarelli juega un fútbol en prosa: él es un “prosista realista”. Riva juega un fútbol en poesía: él es un poeta “realista”.

Corso juega un fútbol en poesía, pero no es un “poeta realista”: es un poeta un poco maudit, extravagante.

Rivera juega un fútbol en prosa: pero la suya es una prosa poética, de “elzevir”.

También Mazzola es un elzeviriano, que podría escribir en el Corriere della Sera: pero es más poeta que Rivera: de vez en cuando él interrumpe la prosa, e inventa en seguida dos versos fulgurantes.

Quiero aclarar que entre la prosa y la poesía no hacemos distinción de valor; la mía es una distinción puramente técnica.

Sin embargo, entendámonos: la literatura italiana, sobre todo la reciente, es la literatura de los “elzevirios”: ellos son elegantes y extremadamente estetizantes: su fondo es casi siempre conservador y un poco provinciano... en fin, democristiano. Entre todos los lenguajes que se hablan en un país, incluso los más jergales y difíciles, hay un terreno común: que es la “cultura” de ese país: su actualidad histórica.

Así, precisamente por razones de cultura y de historia, el fútbol de algunos pueblos es fundamentalmente en prosa: prosa realista o prosa estetizante (este último es el caso de Italia), mientras que el fútbol de otros pueblos es fundamentalmente en poesía.

En el fútbol hay momentos que son exclusivamente poéticos: se trata de los momentos del “gol”. Cada gol es siempre una invención, es siempre una perturbación del código: todo gol es “ineluctabilidad”, fulguración, estupor, irreversibilidad. Precisamente como la palabra poética. El máximo goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año. En este momento lo es Savoldi. El fútbol que expresa más goles es el fútbol más poético.

También el “dribbling” es de por sí poético (aunque no “siempre” como la acción del gol). De hecho, el sueño de todo jugador (compartido por todo espectador) es salir del centro del campo, driblar a todos y marcar. Si, dentro de los límites permitidos, se puede imaginar en el fútbol una cosa sublime, es precisamente ésta. Pero no sucede jamás. Es un sueño (que he visto realizado sólo en Maghi del pallone de Franco Franchi, que, aunque sea a nivel rústico, ha conseguido ser perfectamente onírico).

¿Quiénes son los mejores dribladores del mundo y los mejores goleadores? Los brasileños. Por lo tanto, su fútbol es un fútbol de poesía: de hecho, en él todo está basado en el dribbling y en el gol.

El catenaccio (encadenado) y la triangulación (que Brera llama geometría) es un fútbol de prosa: en efecto, está basado en la sintaxis, o sea en el juego colectivo y organizado: es decir, en la ejecución razonada del código. Su único momento poético es el contraataque, con el “gol” añadido (que, como hemos visto, no puede más que ser poético). En definitiva, el momento poético del fútbol parece ser (como siempre) el momento individualista (dribbling y gol; o pase inspirado).

El fútbol en prosa es el del llamado sistema (el fútbol europeo). El “gol” está encomendado a la “conclusión”, a ser posible de un “poeta realista” como Riva, pero debe derivar de una organización de juego colectivo, basado en una serie de pases “geométricos” ejecutados según las reglas del código (Rivera en esto es perfecto: a Brera no le gusta porque se trata de una perfección un poco estetizante, y no realista, como en los centrocampistas ingleses o alemanes).

El fútbol en poesía es el del fútbol latinoamericano. Esquema que para ser realizado debe requerir una capacidad monstruosa de driblar (cosa que en Europa es repudiada en nombre de la “prosa colectiva): y el gol puede ser inventado por cualquiera y desde cualquier posición. Si dribbling y gol son los momentos individualistas-poéticos del fútbol, es por eso que el fútbol brasileño es un fútbol de poesía. Sin hacer distinción de valor, sino en sentido puramente técnico, en México la prosa estetizante italiana ha sido vencida por la poesía brasileña.

Pier Paolo Pasolini, 3 de Enero 1971

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Había dudado mucho en ponerlo, pues se sale mucho de contexto, quizá, pero al final he decidido hacerlo porque, más que una Historia, este es un espacio de fútbol y para el fútbol. Es el mejor ensayo futbolístico que he leído. Espero lo disfruten a pesar de su longitud. Es fantastico.

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