Nik es un pelotudo, plagiador de Garfield horrible

Igual, es 23 de Marzo (?)

Desde cuando nos convertimos en asesinos???

http://m.rosario3.com/noticia.aspx?id=144393

Nik es un pelotudo, plagiador de Garfield horrible

De Garfield y de Rudy y Paz, los dibujantes de Página12. Ahora no tanto, pero en los 90 se afanaba todos los chistes el sorete.

Lo de Rosario es terrible. En Santa Fe hay un quilombo importante a nivel seguridad, con los narcopolicías, las amenazas al gobernador y otros funcionarios, incluso creo que han baleado la casa de alguno de ellos.

A la verdadera "inseguridad" se le suma la manija de políticos irresponsables y de medios hijos de puta, y la gente reacciona para la mierda.

Si la policia sirviera para algo mas que indicarte una calle cuando te perdes estas cosas no pasarian.

El otro dia a una conocida le robaron con un arma a la vuelta de una comisaria en San Telmo...

Koko yo de politica entiendo poco y nada...pero esto creo q va mas alla.

Aca yo veo 80, 100 personas, como vos, como yo, como cualquiera de los que puedan estar leyendo esto, que tuvieron la posibilidad de estudiar, de trabajar, de formar una familia... que asesinaron a otra persona. Que le patearon la cabeza hasta reventarla, que cuando se cansaban, se turnaban para seguir pegando, que los que pasaban en su autito, se bajaban, le seguian pateando la cabeza un rato, se subian nuevamente y se iban... como si nada. Todo adelante de criaturas, mientras muchos aplaudian...como si nada.

Y despues leo los comentarios de la noticia, riendose, jactandose...cientos y miles, con el mismo grado de violencia.

En esto nos convertimos como sociedad?

Yo me pregunto ¿como hacen ahora esas personas para dormir en paz? ¿como miran a los ojos a sus hijos?

digo yo... ¿como hacen ahora para no sentirse tan iguales a aquellos de los que tanto quieren diferenciarse?....

Si ellos no tienen respeto por la vida de los demas porque los demas deberian tener respeto por la vida de ellos?

Porque te convertis en lo mismo que ellos, un asesino. No entiendo esos pensamientos, porque no salimos a afanar, a violar, a matar, si total ellos lo hacen porque no lo podemos hacer nosotros.

Koko yo de politica entiendo poco y nada...pero esto creo q va mas alla.

Aca yo veo 80, 100 personas, como vos, como yo, como cualquiera de los que puedan estar leyendo esto, que tuvieron la posibilidad de estudiar, de trabajar, de formar una familia... que asesinaron a otra persona. Que le patearon la cabeza hasta reventarla, que cuando se cansaban, se turnaban para seguir pegando, que los que pasaban en su autito, se bajaban, le seguian pateando la cabeza un rato, se subian nuevamente y se iban... como si nada. Todo adelante de criaturas, mientras muchos aplaudian...como si nada.

Y despues leo los comentarios de la noticia, riendose, jactandose...cientos y miles, con el mismo grado de violencia.

En esto nos convertimos como sociedad?

Yo me pregunto ¿como hacen ahora esas personas para dormir en paz? ¿como miran a los ojos a sus hijos?

digo yo... ¿como hacen ahora para no sentirse tan iguales a aquellos de los que tanto quieren diferenciarse?....

No entioendo en qué se diferencia de lo que dije yo, pero estoy totalmente de acuerdo.

Si ellos no tienen respeto por la vida de los demas porque los demas deberian tener respeto por la vida de ellos?

¿Un tipo que supuestamente robó una cartera (al que no voy a defender, en la medida de la falta cometida) no respeta la vida? Están muy pasados de rosca algunos.

El pibe cobro no por el en si mismo sino por los largos años de impunidad que se viven en el pais, por el miedo con que se vive, por el futuro posible choreo q recibiremos, por el pasado choreo que recibimos, por algun conocido que robaron, poralgun conocido que lastimaron, por algun conocido que mataron, por la bronca, por la impotencia, por la ausencia de la seguridad.

Y seguira pasando por desgrasia, por suerte...depende como se lo mire, depende lo que se haya vivido. Si esta bien o mal? No se, solo pienso que es tiempo de decir BASTA de que nos maten, basta de agachar la cabeza, de que nos roben, de sufrir por conocidos y/o familiares victimas de los DELINCUENTES que no respetan los derechos ni la vida misma, que el estado sea duro que la justicia sea justicia y que nosotros tipos de bien y laburantes podamos seguir siendo eso sin nescesidad de tener q cruzar la linea.

Estas mezclando todo. Que los delicuentes tienen que estar presos, si, que la justicia es lenta si, ahora, no por eso vos podes hacer justicia por mano propia. No existe eso, no es viable, y en todo caso, terminaras seguramente con el culo roto en una carcel, porque los que no se dedican a delinquir seguro caen presos. Aparte vos podes tener bronca, y "decir" solamente (al estilo del perro que ladre no muerde) lo voy a matar, ahora si ya salis a la calle con esa premisa, disculpame, pero sos un asesino en potencia (no lo tomes personal, lo digo asi, porque vos estas escribiendo eso, no intento decir que vos lo llegues a hacer) y encima con predeterminacion. Y para finalizar, tenes que tenr mucho huevo y sangre fria para matar a alguien. Por eso dije lo anterior, si alguien lo hace, es porque tambien es un asesino y delicuente igual que a los que tanto repudian.

Para decir BASTA no es necesario matar a otra persona, sino ir a donde corresponde a exigir soluciones, porque es facil decir es todo una mierda, nos matan todos los dias, etc etc, pero en el sillon de sus casas sin levantar el culo. Que se yo, no hagamos con nuestros hijos, (mira que los chicos escuchan, aprenden y repiten) lo que hicieron muchos padres con los pibes de nuestra generacion con el tema de la Dictadura que nos decian tienen que venir los milicos, o el famoso algo habran hecho, seguro andaba metido en algo, etc etc. Ai seguimos asi, le vamos a enseñar que tienen que salir a la calle a matar.

Espero Pinchita no te enojes, ni lo tomes personal, solo trato de debatir y no de acusar, como es un tema delicado quiero dejarlo en claro.

El miedo

El sábado tuve que ir a una farmacia en La Plata. Mientras buscaban mi medicamento, me quedé mirando la hoja que sobre el mostrador invitaba a firmar contra el Código Penal. La empleada notó mi curiosidad y dejó lo que estaba haciendo para alcanzarme una lapicera:

-¿Vio? Firme, hay que firmar. Todos estamos firmando. Van a soltar a todos los violadores. No va a ir nadie más preso.

No pude discutir. Cada frase que decía, provocaba una reacción mayor y más desesperada. Hasta que llegó finalmente lo que debía llegar:

-Hay que matarlos a todos.

Hay que matarlos a todos. La traducción tribal, deshumanizada, anticivilizatoria en que el sentido común traduce los dichos de una dirigencia política que juega a instalar el terror como forma de conseguir votos. Que apela a los miedos más primitivos para desatar instintos.

Un juego peligroso, perverso, hecho desde la irresponsabilidad de apelar a cualquier cosa con tal de “marcar agenda”, de decir cualquier cosa con tal de tener un minuto más en los medios. Sin entender el camino oscuro que esos dichos van trazando en canales profundos sociales que tienen su propia trayectoria, sus propias sinuosidades, que ya nadie maneja.

Hay dos miedos ancestrales, dicen los teóricos. El miedo a la habitación oscura, y el miedo al perro que ladra. El miedo a lo desconocido, y el miedo a lo conocido. Sobre la pulsión de esos dos miedos el hombre ya no reconoce sus reacciones, puede actuar dejando de lado valores, solidaridades, pautas que en una situación normal lo harían comportar de otra manera.

El estado de terror es precisamente la dominación de una sociedad a través de estos miedos. Por eso fue tan efectivo el estado terrorista argentino: la clandestinidad con que se llevó a cabo la represión agigantó los fantasmas. No había que meterse, no había que decir, no había que mirar, porque podía pasar algo que nadie sabía bien qué era, pero que era tremendo. Cualquiera podía ser llevado por cualquier cosa. El desmoronamiento del estado de derecho impregna a la sociedad de terror: no hay delitos y penas, no hay causas y efectos, hay una amenaza permanente de la que hay que huir.

Cada uno se vuelve hacia adentro, hacia su mundo más privado, en donde también hay que cuidarse de lo que se dice o lo que se hace. A cualquiera le puede pasar eso, que no se sabe bien qué es.

El terror, el miedo, son las armas más poderosas de dominación de una sociedad. Porque rompen la trama social. Deshumanizan. Plasman un derrumbe civilizatorio, estalla la esfera pública y el hombre y la mujer, seres sociales unidos por ética y valores, se convierten en hordas capaces de cualquier cosa por defenderse quién sabe de qué.

El camino a la deshumanización no es lineal, ni se construye en un momento ni de un solo paso. Para explicar ese “derrumbe civilizatorio” que fue el Holocausto, Zygmunt Bauman escribió que un hecho extraordinario es sólo la unión especial de muchos hechos ordinarios.

Qué es lo que convierte a hombres y mujeres comunes y corrientes en una horda asesina, capaz de matar a patadas a un joven, de apalear a otro hasta dejarlo sin conocimiento?

Qué es lo que lleva a una sociedad que se cree cosmopolita y moderna, regida por valores éticos y religiosos a convertirse en un grupo tribal, despojado de cualquier sentido civilizatorio?

El miedo, el terror. Hay que matarlos a todos, porque si no van a venir a matarnos a nosotros.

Sin ese terror, sin esa psicosis generada desde un lugar de poder, como es el de un dirigente o una dirigencia que habla desde medios de comunicación respetados, podría entenderse a hombres y mujeres dispuestos a matar a un ser humano por defender una cartera?

La condición humana es contradictoria y compleja. Pero la responsabilidad de un dirigente político, de un líder social o religioso, de cualquier persona con ascendencia en la sociedad, y de los medios de comunicación que reproducen esas ideas, es convocar al altruismo, a los sentimientos más nobles, a los valores por todos compartidos.

El primer paso sería recuperar el lenguaje: dejar de llamar justicia por mano propia a un asesinato, dejar de llamar delincuente a quien es inocente hasta que se pruebe lo contrario, dejar de llamar hartazgo social a una horda asesina.

No menos importante sería que quienes se proponen para dirigir un país entiendan que no son más importantes sus cinco minutos de fama que el futuro de una sociedad. Que alguien le avise a Sergio Massa que en un derrumbe civilizatorio, la humanidad es la primera víctima.

Gabriela Cerruti