Jump to content

Futbol Argentino

Respuestas destacadas

El hace 1 hora, elsenior dijo:

porque los pibes son (supuestamente) pobres, o ignorantes, o nenitos, o medio salames.

o "negritos"....

El hace 18 minutos, KokoKevin dijo:

o "negritos"....

Pero de alma, eh, yo no hablo del color de piel.

El hace 6 horas, elsenior dijo:

Ojo que lo de los abusos sexuales y la pedofilia no es solo del fútbol. Es una red que excede por mucho el fútbol: dio la casualidad que se destapó en las inferiores de Independiente, lo que le dio más visibilidad mediática, pero es algo que bien podría haber saltado en otro ámbito (una escuela, un boliche, etc) y no estaríamos hablando de eso.

O sea, acá el problema no es solamente el ambiente del fútbol: es una sociedad enferma que naturaliza cosas terribles, como si fueran normales y hasta necesarias, porque los pibes son (supuestamente) pobres, o ignorantes, o nenitos, o medio salames. 

Explicame cómo carajo puede ser comparable a una ESCUELA o un BOLICHE. Ya hay muchos casos en el deporte en general (ámbito muy diferente a un colegio) pero en el caso de las pensiones en el fútbol tiene otros factores: aislamiento de la familia (por cientos de kilómetros, no estamos hablando de familia disfuncional o algo así), relación de inferioridad con múltiples personas (dirigentes, cuerpo técnico, representantes, etc), condiciones económicas desfavorables, y varias más.

Si varias personas (Bertoni, el hermano de MacAllister) hablan de algo que siempre pasó, entonces estamos hablando de un problema que sí tiene una entidad propia. Más si hace 20 años hubo 20 chicos abusados en El Porvenir, si ahora hay por lo menos 7 en Independiente. Lo más grave del caso de Independiente es que, a diferencia del caso MacAllister, esto es una red organizada. El número de víctimas por ahora es imposible de adivinar.

La "red organizada" no está organizada solamente en el fútbol sino que involucra otros ámbitos. Por eso digo que es algo que excede al fútbol.

Igual estoy de acuerdo con que en este caso hay agravantes, empezando por la naturalidad con la que recibieron el problema muchas personas del ambiente. 

  • 2 semanas más tarde...

Superclásico suspendido, gol de un arquero y compañeros peleados en el primer torneo profesional

El campeonato de 1931 tuvo partidos postergados, otros que no pudieron completarse y hasta uno en el que solo se presentó un equipo; no faltaron los hechos insólitos en un torneo que marcó un quiebre.

Por Rubicón

El back izquierdo de Huracán, que ya se había puesto también la camiseta de la Selección, se sintió envalentonado con lo que escuchaba. Le decían que se anime, que vaya a golpear la puerta y él también pida, que pasaba en todos lados. Ahí fue entonces. Y dijo que quería cobrar para jugar. En ese momento, a finales de la década del 20 del siglo pasado, terminó su carrera de futbolista. 

Cuando en 1931 se estableció el profesionalismo lo que se hizo fue sacar a la superficie algo que existía de manera soterrada: el pago a los futbolistas. Era una realidad que estaba muy extendida pero que se mantenía en la oscuridad. Formalizar esa relación laboral fue lo que impulsó la huelga iniciada el 10 de abril de ese año, encabezada por los jugadores de los equipos más convocantes. El reclamo no era otro que tomar parte en una actividad comercial que los tenía como actores principales y movía cifras cada vez mayores. 

La vinculación de los jugadores con los clubes por medio de contratos sirvió también para organizar la competencia y crear una elite con la primera división. Cuando en 2015 el fútbol argentino decidió hacer un torneo populoso de 30 de equipos no se trató de un hecho sin antecedentes en la máxima categoría. El campeonato de 1930 se había prologando por más un año a partir de la competencia entre los 36 equipos participantes. Para el primer certamen  rentado la cantidad de clubes se redujo a la mitad y el 31 de mayo de 1931 se disputó la primera fecha de la era profesional. River le ganó 1-0 a Atlanta, San Lorenzo 4-2 a Tigre, Estudiantes 3-0 a Talleres de Remedios de Escalada, Huracán 4-0 a Quilmes, Ferro 2 a 0 a Argentinos, Platense 1-0 a Vélez y Gimnasia 2-1 a Lanús, mientras que el único empate, sin goles, fue el de Boca y Chacarita. Hubo un asterisco en aquella jornada que actuó de punto de partida, porque el fútbol argentino tiene sus mismos problemas desde siempre: Racing le ganó a Independiente 4-1 en un encuentro que recién se jugó cuando había finalizado el torneo. 

La postergación del duelo de Avellaneda no fue el único inconveniente de aquel torneo en blanco y negro. El primer cruce entre Boca y River no concluyó al ser suspendido por incidentes. Enfrentados en la última fecha de la primera rueda, el 20 de septiembre de 1931 se jugó menos de media hora del partido más esperado. El Millonario ganaba 1-0 con gol de Carlos Peuccele cuando a los 28 minutos sus jugadores protestaron encendidos al árbitro Enrique Escola por el penal que les acababa de sancionar en contra. Francisco Varallo, a quien le habían cometido la falta dentro del área, tomó la pelota para el remate frontal y el empate llegó por la tozudez del centrodelantero: el arquero Jorge Iribarren le contuvo el disparo con la pelota quieta y volvió a hacerlo en el rebote, pero al dejar la pelota suelta esta vez, la tercera, Varallo no falló. Las quejas de los jugadores de River se inflamaron todavía más y el juez expulsó a Pedro Lago, José Belvidares y Camilo Bonelli. Los tres futbolistas sancionados se negaron a dejar el campo de juego, entonces el partido fue suspendido y la Policía se los llevó detenidos. Aquella tarde ya había arrancado mal, con otra suspensión, la del partido preliminar por la violencia del juego, y terminó peor, a partir de las peleas entre ambas hinchas en los alrededores del viejo estadio de Boca. 

El de Boca y River no fue el primer partido suspendido de ese torneo. En la undécima fecha Racing y Estudiantes empataban 1-1 y por los inconvenientes que se generaron en la tribuna de la Academia en disconformidad por los cobros del árbitro el encuentro no continuó. En total fueron cinco los partidos en los que no llegaron a jugarse los 90 minutos durante. El más caso más curioso se dio cuando por la 14° fecha Estudiantes le ganó 8-0 a Lanús y el juez dio por finalizado el encuentro después del octavo gol, a los 22 minutos del segundo tiempo, al entender que la disparidad era insalvable. En la segunda rueda también se suspendió Lanús-Platense en el segundo tiempo y en la última fecha el Calamar no se presentó a jugar contra Tigre.

El campeonato de 1931 tuvo distintas rarezas, como el gol de Eduardo Alterio, arquero de Chacarita. Fue de penal en el 3-3 con Tigre de la 12° fecha y la particularidad no fue solamente que se trató de un gol de un arquero (algo que no volvería a ocurrir en 40 años, hasta el Nacional de 1972, cuando Alberto Parsechian, de Independiente de Trelew, le marcó a Vélez) sino también la decisión de su colega, Savarro, que no opuso resistencia y como forma de protesta en desacuerdo con el fallo se quedó cómodamente apoyado contra un palo.

Otro hecho particular fue la pelea de dos compañeros y la determinación tomada por otro de los integrantes del equipo. En la segunda fecha del torneo, Racing le ganaba a Platense cuando Fernando Paternoster, defensor, y Pedro Pompey, mediocampista, comenzaron a agredirse. La insólita situación de una pelea entre dos integrantes del mismo conjunto lo fue todavía más cuando Natalio Perionetti, capitán del equipo, sacó de la cancha a Pompey y Racing continuó con diez jugadores. A la fecha siguiente Pompey no formó parte del equipo y se le permitió regresar recién en la cuarta fecha, en la victoria académica 6-0 ante Vélez.

También fue atípico lo que pasó en un Chacarita-Tigre. Marcos Díaz y Juan Tellería cursaban juntos en la facultad de Medicina, pero esa tarde era rivales. Un disparo del primero salió por el costado del arco después de un desvío del arquero del Matador. Entonces buscó enseguida a su compañero de estudios para preguntarle si él también había visto que, después de ingresar al arco, la pelota había salido por un agujero de la red. Entonces Tellería se acercó al árbitro, le comentó lo sucedió y el gol fue dado por válido.

En las 34 fechas del torneo se convirtieron 1.099 goles y Estudiantes, que finalizó tercero detrás de Boca y San Lorenzo, fue el equipo que más tantos marcó. El Pincha anotó 104 goles y tuvo a los dos máximos anotadores del torneo: Alberto Zozaya (33)  y Alejandro Scopelli (31). La delantera platense la completaban  Miguel Ángel Lauri, Enrique Guaita y Manuel Ferreira, quien había sido el capitán de Argentina en el Mundial del año anterior y en los Juegos Olímpicos de 1928. Guaita, que había nacido en Entre Ríos en 1910, dos años más tarde de aquel primer torneo profesional se iría a jugar a la Roma y en 1934 se consagraría campeón del mundo con Italia, al igual que otros tres compatriotas: Luis Monti, Raimundo Orsi y Atilio Demaría.

El futbol profesional generó una ruptura a partir de la cual se creó la Liga Argentina de Football, sello que no sería reconocido por la FIFA, entidad que mantuvo la vinculación con la Asociación Argentina Amateur, a la que pertenecían los jugadores que más tarde afrontarían el Mundial de 1934. Entre los 18 clubes nucleados en la nueva federación, River era en 1931 quien tenía más socios tenía, con 14.900 afiliados, seguido por San Lorenzo con 600 adherentes menos. 

El pago a los futbolistas con primas y salarios no fue la única novedad vinculada al dinero en 1931. También comenzaron a comprarse jugadores. El pase más caro de ese año fue el de Carlos Peucelle, que pasó de Sportivo Buenos Aires a River a cambio de 10.000 pesos. Por su parte, Boca consiguió la ficha del goleador de Gimnasia Francisco Varallo. Los clubes de Buenos Aires salieron a buscar jugadores en el exterior, mayormente en Uruguay y Paraguay, y también en otras provincias del país, sobre todo en Córdoba, desde donde llegaron a San Lorenzo José Galíndez, Juan Baigorria, Luis Castañares y Félix Pacheco. 

Del profesionalismo también dieron cuenta en las oficinas estatales con la imposición de impuestos al fútbol, un gravamen que los clubes no absorbieron sino que trasladaron al precio de las entradas. Pese a que se multiplicaban las quejas por el precio de los tickets, los estadios eran un mar de gente: en el torneo de 1931 se vendieron casi dos millones de entradas.

El mismo formato de torneo anual a dos ruedas se extendió durante más de tres décadas, con exclusividad de los cinco grandes en las vueltas olímpicas. En 1967 se produjo una revolución al crearse los torneos Metropolitano, en la primera mitad del año, y Nacional, certamen que le permitió jugar en Primera División, aunque sea por una vez, a varios equipos de distintos puntos del país y no ya solamente a los de Capital Federal, Gran Buenos Aires y Rosario. Si los primeros años del profesionalismo habían sido para los grandes, la década del 80 revirtió ese orden con los títulos de Ferro (Nacionales 82 y 84), Argentinos (Metropolitano 84 y Nacional 85), Estudiantes (Metropolitano 82 y Nacional 83), Rosario Central (Nacional 80 y temporada 86/87) y Newell´s (temporadas 87/88 y 90/91). En la segunda mitad de los 80 y principios de los 90 se jugó con el calendario europeo y otra vez a dos ruedas. Luego siguieron los torneos Apertura y Clausura, hasta que el fútbol argentino entró en la vorágine de los últimos años y ahora se disputa por quinta vez un torneo con formato distinto al de los anteriores. 

Hace 87 años se creyó que abrirle le puerta al profesionalismo era también darle paso a los zigzagueos  económicos. La presunción se cumplió, está claro. Sin embargo, la era del fútbol rentado incrementó la cantidad de gente que fue acercándose al fútbol, hizo crecer a las instituciones y contribuyó a mejorar el rendimiento de los jugadores, dedicados exclusivamente al deporte. La pasión genuina siguió siendo la misma y los clubes conservan su razón de ser, porque además de las grandes sumas que manejan en el fútbol, mantienen su rol social y la vinculación barrial. 

La era iniciada el siglo pasado se estrenó con un torneo que daba cuenta del tránsito anterior tanto como de lo que se vendría más adelante. El torneo de 1931 marcó un quiebre que, lejos de invalidar el amateurismo (esos títulos tienen el mismo valor deportivo que cuando comenzó a terciar el dinero), marcó el devenir del fútbol hasta estos días de inmediatez digital y masificación mediática.

 

  • 3 semanas más tarde...

Invictos, goleadores, edades, campañas, convocatorias

Los números que dejó la Superliga

El torneo que anoche se cerró tuvo una gran cantidad de particularidades que son rescatadas repasando lo que hicieron los 28 equipos que lo disputaron, desde el bicampeón Boca hasta el colista Olimpo.

Por Cristian Dellocchio

nac28_0.jpg?itok=DGDVwOaY

1 partido más que Godoy Cruz tuvo Boca jugando como local. En Mendoza, el Tomba ganó 12 de sus 13 encuentros, pero jugó más de visitante, donde sufrió 4 de sus 5 derrotas en el torneo. Por su parte, Boca en la Bombonera también gano 12, pero de 14. En torneos con un total de fechas impar, los equipos con más partidos como local salen campeones el 66 por ciento de las veces (al menos en los últimos 30 torneos de este tipo).

2 fue el mejor puesto conseguido por Godoy Cruz en su historia, donde ya había salido tercero varias veces. Además, es la primera vez que un equipo que no es de Buenos Aires, Santa Fe o Córdoba llega tan alto.

3 Fue el tercer peor torneo de Lanús desde que ascendió a Primera por última vez en 1992. En la Superliga obtuvo el 35,8 por ciento de los puntos en juego, quedando sólo por delante del 35,1 por ciento del Clausura 2004 y del 31,5 por ciento del Clausura 2008. Además, cortó una racha de 16 torneos terminados arriba de mitad de tabla.

4 Los últimos cuatro equipos del campeonato fueron también los últimos cuatro en los promedios. Desde que se instaló este sistema y los equipos comprometidos con bajar de categoría son cuatro, esto nunca había ocurrido. Es decir, es la primera vez que los promedios no hacen diferencia.

5 temporadas estuvo Olimpo en Primera desde su ascenso en 2013. Fue la estancia más larga de los bahienses en la máxima categoría.

6 goles convirtió Luis Ardente, arquero de San Martín de San Juan. Todos de penal.

7 escoltas tuvo Boca desde que se adueñó en solitario de la punta en la cuarta fecha. Fueron San Lorenzo (por 10 jornadas), Talleres y Godoy Cruz (6), Unión (4), River (3), Colón y Lanús (1).

8 partidos ganados en forma consecutiva fue el comienzo record de los dirigidos por los mellizos Barros Schelotto.

8 jugadores que fueron parte de la Superliga están en la lista provisoria de Jorge Sampaoli para el Mundial. Son Maximiliano Meza y Nicolás Tagliafico (Independiente); Cristian Pavón y Pablo Pérez (Boca); Enzo Pérez (River); Ricardo Centurión y Lautaro Martínez (Racing); y Franco Armani (River).

9 goles marcó Darío Benedetto en tan sólo nueve partidos y terminó siendo el máximo artillero del campeón. Con él, Boca tuvo un promedio de 2,4 goles por partido; tras su lesión, esa cifra cayó a 1,5.

10 partidos duró el invicto de Colón al inicio del torneo, el más largo de los 28 equipos.

11 asistencias repartió Cristian Pavón. El siete bravo xeneize fue líder en el rubro.

12 años pasaron desde el último bicampeonato conseguido en el fútbol argentino. Aquel de 2005 y 2006 también fue de Boca, que no pudo ser “tri” tras caer con Estudiantes en el partido desempate.

13 partidos jugó Unión como local y no perdió ninguno. Fue el único que conservó su invicto en casa.

15 veces terminó con el arco en cero Marcelo Herrera (en 27 partidos). El uno de Talleres fue el que más vallas invictas acumuló, seguido por Marcos Díaz (14), de Huracán, y Lucas Acosta (13), de Belgrano.

17 tantos sumó el uruguayo Santiago García para terminar como goleador del campeonato. El delantero de Godoy Cruz anotó doce en sus últimos trece partidos.

25 puntos cosechó Independiente como visitante, el mejor en esa condición. El Rojo, Vélez y Temperley fueron los únicos que rindieron mejor a domicilio que como local.

29 torneos disputó Arsenal desde que subió a Primera en 2002. Hasta llegó a alzarse con el Clausura 2012 pero, cuatro años después de la muerte de su fundador y Presidente de AFA Julio Humberto Grondona, descendió por primera vez.

40 años tiene Sebastián Bértoli, arquero y capitán de Patronato. El elenco paranaense no sufrió con el descenso e irá por su cuarta temporada en Primera el año que viene.

44 fechas consecutivas como puntero acumula Boca entre Superliga y el torneo anterior. El bicampeón se subió a la cima a fines de 2016 y no se bajó.

45 puntos sumó San Lorenzo con Claudio Biaggio como DT. El Pampa asumió en la cuarta fecha tras la salida de Diego Aguirre y cosechó 13 triunfos, 6 empates y 4 derrotas.

50 por ciento de los goles de Patronato (26) hizo el uruguayo Sebastián Ribas (13). Es el porcentaje más alto desde el 52% conseguido por Ramón Abila (11), con Huracán (21), en el torneo 2016.

55 puntos tendrá Tigre en el promedio a partir de la próxima temporada. Está último –si no se tiene en cuenta a los dos ascendidos– y a once de distancia de Belgrano y San Martín de San Juan, sus rivales más próximos.

81 por ciento de los puntos obtuvo Godoy Cruz con Diego Dabove en el banco: 12 ganados, 3 empatados y uno perdido para quien reemplazó a Mauricio Larriera a comienzos de año.

99 goles uruguayos tuvo la Superliga, liderados por García y Ribas. Además, hubo 25 tantos colombianos (se destacó Juan Otero con 7), 11 de paraguayos (Epifanio García con 4), 7 de Santo Tomé (Luis Leal), 4 de chilenos, 2 de ecuatorianos y uno por Brasil (Mosquito, para Arsenal).

111 años tuvo que esperar Unión para disputar un certamen continental. De la mano de Leonardo Madelón logró uno de los cupos para disputar la próxima Copa Sudamericana.

2000 es el año en que nació el juvenil de Banfield Julián Carranza. El delantero de 17 años terminó como segundo goleador del Taladro, con 5 tantos.

10.000 pesos fue el costo aproximado de ver siete meses de Superliga si se tiene en cuenta el abono del cable, el HD y el paquete del fútbol.

 

https://www.pagina12.com.ar/114813-los-numeros-que-dejo-la-superliga

PS: Y me los veo venir por UNA SOLA de las conclusiones... :facepalm:

  • 3 semanas más tarde...

HISTORIA

El abrazo del alma

A 40 años del primer Mundial ganado por Argentina, Papelitos juntó en el Monumental a Fillol con dos mujeres a las que la guadaña militar les desgarró a sus familia; es una de las 78 historias que se descubren en www.papelitos.com.ar a partir de la investigación de Memoria Abierta y el colectivo de periodistas NAN.

1a4a1046.jpg?itok=7I7UihmV

Imagen: Joaquín Salguero

Ahí donde uno volaba de palo a palo y otro se escabullía para dejar una señal. Ahí donde uno intentaba que no lo descubrieran mientras el otro buscaba llegar al pico máximo de trascendencia. Ahí donde todo parecía olvidarse durante 90 minutos. Donde las sensaciones se mezclaban al compás de una pelota. Ahí están de nuevo. Son los mismos protagonistas, pero a la vez son otros. Justo cuando al Pato se le cristalizan los ojos a Lita se le dibuja una sutil sonrisa maternal que enternece. Y el círculo empieza a cerrarse.

“Eramos 25 millones de argentinos festejando. Y nosotros los jugadores también. Después, cuando pasó el tiempo y llegó la democracia y empezamos a saber todo lo que había pasado. Yo empecé a sentir vergüenza. Siento mucha vergüenza porque me doy cuenta de que se usó esa enorme gesta, la gloria de salir campeón del mundo, para seguir secuestrando, torturando y matando gente. Me da vergüenza decir que fui feliz porque fui campeón del mundo”, admite Fillol.

A cuarenta años del Mundial 78, Papelitos reunió en el estadio Monumental al arquero campeón del mundo junto a Angela “Lita” Paolín de Boitano, madre de dos hijos detenidos-desaparecidos, y Graciela Palacio de Lois, quien sufrió la desaparición de su marido durante la última dictadura cívico militar.

“Nos queda pedir perdón”, sentencia el Pato. “A las Madres, a las Abuelas, a todos los familiares de los desaparecidos. Creo que todavía estamos a tiempo, muy, muy a tiempo de reivindicarlos. Tomamos conciencia de lo que pasó, de la alegría del triunfo y de la tristeza de que murieran de esa manera nuestros compatriotas. Hay una canción de León Gieco que se llama La Memoria y dice una frase que me quedó marcada. Dice: ‘cuando el fútbol se lo comió todo’. Y fue eso. Esos treinta días que duró la Copa del Mundo… Y nosotros creíamos que defendíamos al país”.

Graciela Lois reconoce que los familiares de desaparecidos arrastran “una ambivalencia tremenda” y al rebobinar la cinta se encuentra con esas escenas. “Me acuerdo que mi viejo no se perdía los partidos y yo ni los miraba porque en lo único que pensaba era en la desaparición de mi marido. Mi hija, con dos años, se ponía delante de la pantalla y decía ‘Mario Kempes’. Uno lo vivía con tristeza por saber que con el Mundial se estaban tapando muchas cosas. Lamentablemente en ese momento nuestra voz no se escuchaba. Mi marido estuvo secuestrado acá nomás, en la ESMA, donde se escuchaba el griterío de los partidos…” 

Fillol les cuenta a Lita y a Graciela la realidad de aquel plantel argentino. Que su esposa estaba embarazada de Nadia, que ahora tiene 40 años, y que casi no tenían comunicación durante el certamen. En la quinta de José C. Paz, donde se concentraba la Selección, había un solo teléfono -“de esos negros grandotes”- y cuando permitían, muy de vez en cuando, la visita de los familiares montaban un operativo de seguridad extremo. “Mi esposa venía de Quilmes a José C. Paz. Quizá algún sábado o domingo nos podían visitar. Teníamos discusiones feas con los custodios porque no dejaban entrar los autos, los hacían estacionar enfrente. Y les revisaban todos. Ellos nos decían que era por ‘el terrorismo´. Que querían cuidarnos, que tenían miedo de que hubieran puesto una bomba”, relata el arquero, que por ese entonces tenía 27 años y jugaba en River.

Lita y Graciela vivían su realidad paralela. Sufrían en medio de una fiesta. Intentaban encontrar la manera de ser escuchadas dentro de una puesta escena preparada especialmente para ignorarlas. Cada paso que daban lo hacían con el miedo de poder seguir el camino de sus familiares detenidos y desaparecidos. Así entraron al Monumental el 14 de junio de 1978 y, mientras jugaban Italia-Alemania, fueron dejando en los baños una serie de panfletos que denunciaban la detención y desaparición de sus seres queridos. 

1a4a0992-1-.jpg?itok=GSQL9kpq

“Lo bueno es que no sentimos odio. Porque el odio nos hace mal”, aclara Lita. Y con Fillol a su lado interpreta las diferentes sensaciones de aquel momento: “Lo que vos decís, Pato, forma parte de la memoria, de la verdad y de la justicia, que es lo que buscamos. Ustedes en ese momento estaban luchando como profesionales por el país, sentían orgullo. Yo me lloré todo el día de la final. Y al mismo tiempo para nosotros fue una tragedia. Cada uno reaccionó como pudo. No organizamos nada, cada madre hizo lo que pudo. Muchos de los presos nos cuentan que vieron el partido en las cárceles y, dentro del horror, también se alegraron. Yo salí sola. Empecé a caminar por la calle Santa Fe hasta Plaza San Martín en medio de la gente que vivaba. Lloraba por dentro. No tuve el coraje de decir nada”.   

El paso del tiempo fue agregando información en la cabeza de Fillol y de tantos argentinos. Y sirvió para tomar real dimensión de varios instantes que habían sido relegados al olvido y ahora salen a la luz pare cerrar heridas. 

Como aquel día de 1979 en el que llamaron al padre del Pato para decirle que su hijo debía firmar el contrato de renovación con River porque si no iban a desaparecer ambos. O cuando Lacoste lo amenazó de muerte cara a cara.

“Un día me llamó Lacoste, sacó un revólver y lo puso arriba de la mesa. Me dijo ‘si quiero yo te hago desaparecer y nadie se entera’. Yo era un pibe y no entendía nada. Con el tiempo decís ‘la pucha, me podría haber matado’. En ese momento no me entraba en la cabeza. Fue muy doloroso. Me lo guardé muchos años. Y ahora puedo decirlo. ¿Y por qué no lo voy a decir? ¿Por qué? ¿Quién me va a quitar el derecho a mí de decir lo que me pasó?”. 

logo-papelitos-1_1.png?itok=W3Q687ue

  • 3 meses más tarde...

Vamos a revivir un poquito la zona no?, buen comienzo de campeonato para todos (menos para lanus).

¿Que opinan de Tagliafico capitan de la seleccion?

  • 2 meses más tarde...

Muy buen partido tuvo Leonardo Balerdi el sabado contra Patronato, sin dudas una de las mayores promesas que tiene Boca y el fútbol argentino en un puesto que suele escasear. Para que se den una idea quienes no lo conocen, a mi parecer, es muy parecido a Juan Foyth (debutó con la selección el viernes pasado siendo elegido como figura). Los veo parecidos en la manera de salir jugando que tienen, dos jugadores muy técnicos con la pelota dominada, gran altura sin una gran contextura física y una gran cualidad para anticipar.

 Otro para seguir y tener en cuenta es el jugador de Velez, Thiago Almada, de 17 años de edad. Vendría a ser un volante ofensivo o mediapunta, que ya cuenta con 2 goles en su haber en sus 5 partidos en primera. Lo poco que vi de él fue una buena pegada, muy buena gambeta, y lo que lógico por su edad es a veces una mala toma de decisiones y ser un poco individualista.

  • 1 año más tarde...

¿Alguno es socio pleno o semipleno de Vélez Sarsfield?, si hay alguno y me podría comentar su experiencia, gracias.

Vivo en Veléz Sarsfield (mini-barrio pegado a Floresta), por lo tanto Liniers y lógicamente la cancha de Vélez me quedan muy cerca, además que soy asiduo a un famoso bodegón que queda al lado. xD Después de la cuarentena eterna juré que nunca más me perdería un domingo sin ir a la cancha aunque no sea hincha de Vélez. xD

A ver si vuelve la zona, ¿qué pasó que cerraron casi todos los topics? Mala decisión. :ph34r:

Archivado

Este hilo está archivado y por tanto cerrado a incorporar nuevas respuestas.

viendo esta sección 0

  • Ningún usuario registrado viendo esta página.