Die Geschichte von Matthias - Der Enkel des Kleinen Toni (La historia de Matthias - El nieto del pequeño Toni) Kapitel 3 – Der Endgültige Kurs (Capítulo 3 – El Rumbo Definitivo) Teil 15 – Die Fahrt nach Süden (Parte 15 – El Viaje al Sur) En las afueras de Salzburgo, Austria. La noche en Leopoldstadt se había vestido con la quietud fría y húmeda del Danubio, pero dentro del apartamento, la adrenalina quemaba. Matthias había colgado el teléfono, la sonrisa indescifrable confirmando su elección. Había rechazado la presión emocional del Admira, pero no había renunciado a la misión de su padre. —Daniel, ¿trajiste el auto? —preguntó Matthias, ya ajustándose la correa de su mochila, donde latía simbólicamente la carta de Karl. —Claro, la tengo cargada abajo —respondió Daniel, todavía recuperándose del shock del rechazo al Admira—. Pero, ¿puedes decirnos al menos el país? ¿Alemania? ¿Suiza? ¿O nos quedamos en Austria? Fernando se unió a la prisa, cerrando su notebook con un golpe seco. —Matthias, necesito preparar el análisis financiero y la base de datos de jugadores. ¡Dame al menos la liga! Matthias se limitó a sonreír, una sonrisa que prometía grandes cosas. Los tres salieron de su departamento con el equipaje justo. Daniel, al volante de su Volkswagen T-Roc, miraba a Matthias por el espejo retrovisor. La atmósfera era tensa, llena de expectación. Daniel puso la llave en el contacto. —Bien, Matthias —dijo Daniel, con una mezcla de impaciencia y resignación—. La mochila está cargada, la T-Roc con el tanque lleno. ¿Adónde vamos? Matthias se reclinó en el asiento del copiloto, sintiendo el aire fresco de la noche vienesa. —Toma la autopista A1. Vamos a tomar la autopista para ir a Salzburgo. El silencio en el coche fue absoluto. —¡Espera, espera! —exclamó Fernando desde el asiento trasero—. ¿Salzburgo? Matthias, Salzburgo es Red Bull. ¡Es la élite de la élite! ¡Es lo opuesto a un "laboratorio" sin presión! ¿Estás bromeando? Matthias soltó una carcajada tranquila y encendió el piloto automático. —Tranquilo, Fernando. Salzburgo es solo una escala técnica. Necesito un lugar tranquilo para procesar algunas variables antes de la reunión de mañana. Saquen el termo. En un ritual familiar que contrastaba con la velocidad de la autopista austríaca, compartieron unos mates bien argentinos. El calor de la calabaza, el amargor familiar de la yerba, sirvió como un ancla emocional en medio de la incertidumbre europea. —En Salzburgo haremos noche en el B&B HOTEL Salzburg-Nord —anunció Matthias, sintiendo el efecto del mate en su garganta—. Ya está hecha la reserva. Cenaremos algo simple, descansaremos y al otro día, saldremos para el destino final. Fernando, el organizador, seguía sin entender la falta de planificación formal. —Pero, ¿acaso tenemos una reunión programada con algún club, Matthias? Estamos conduciendo hacia una reunión que no existe, a miles de kilómetros. Matthias le pasó el mate a Daniel. —No. Todavía no tenemos una reunión programada —respondió Matthias, tranquilo—. Por la mañana llamaré, antes de que salgamos, y agendaré la reunión. Daniel tomó un sorbo largo, intentando encontrar la lógica en esa fe ciega. —¿Cómo sabes que aceptarán? Si el club que elegiste es tan reacio a la exposición, ¿cómo sabes que aceptarán a un argentino recién llegado, por más Wunderkind que seas? Matthias sonrió, un brillo glacial en sus ojos, mirando la oscura autopista que corría hacia las montañas. La jugada final ya estaba escrita en su mente. —Tranquilo, Daniel. Lo harán, no podrán rechazarnos.
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