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Weiter, immer weiter! || Adelante, siempre adelante!

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Enfilando ya el tramo final de la temporada, era el momento de que los ojeadores del club convocasen a los chicos más destacados que tenían localizados en la región de Baden. Edmund Becker, jefe de cantera del club, era el encargado de coordinar esta convocatoria, en la que los jugadores llegaban a Wildpark y durante algunas semanas se entrenaban con los juveniles, para calibrar sus posibilidades y decidir si se incorporaban a o no a cada uno de los diferentes equipos.

La campaña del equipo juvenil no había sido buena, principalmente, porque el KSC había optado por una política de hacer jugar a los mejores al mayor nivel de exigencia posible. Así, los chicos del Karlsruher II que más destacaban eran cedidos a equipos profesionales para foguearse, mientras que los juveniles que más descollaban jugaban en el equipo sub 23. Por lo tanto, la media de edad de los juveniles era la menor de toda la competición, con chicos de 15 años enfrentándose en muchas ocasiones a otros dos y tres años mayores.

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Como Manager del club, Oliver Kahn había recibido la correspondiente notificación, y aprovechó para pasarse por las instalaciones de entrenamiento a ver que tal era la hornada de chicos nuevos que llegaban a prueba. A decir verdad quedó muy impresionado con 3 o 4 de ellos, quienes apuntaban un magnífico potencial, pero hubo un detalle que no le pasó desapercibido. Entre los chicos convocados, no había ninguno que jugase de portero.

Por un momento, dejó a un lado sus obligaciones como máxima autoridad deportiva del KSC y permitió que los sentimientos se apoderaran de su raciocinio. En lugar de comentarle este punto a Becker para traer jugadores a prueba para ese puesto, vio en ello una oportunidad para Jonas, quizás la última y definitiva. Era plenamente consciente de que dar el salto al juvenil sin ni siquiera haberse hecho hueco en la categoría inmediatamente inferior era casi un imposible, pero también que un entrenamiento intensivo podría mejorar bastante sus principales carencias.

Sin pensárselo dos veces, Oliver Kahn subió en su coche y se dirigió a casa de Jonas. Durante el trayecto, no paraba de darle vueltas a cómo plantearía el tema, puesto que las dificultades no eran pocas. No sólo se trataba de convencer al chaval de que hiciese un último intento, sino que estaba la dificultad añadida del alto nivel de exigencia que sería necesario para que llegase a tener opciones reales de lograrlo. Kahn lo tenía más que claro. Si los chicos de categorías inferiores entrenaban de 3 a 4 días por semana, Jonas debería hacerlo un mínimo de 6.

Esto planteaba otra cuestión a resolver, con quien entrenaría Jonas esos 6 días. Descartaba que lo hiciese con los chicos de su edad, puesto que Oliver no quería que el sobrino de Kauczinski se sintiese un marginado, además de que ésto no le otorgaría ventaja alguna puesto que seguiría el mismo ritmo y volumen de entrenamiento que los demás. Pero tampoco tenía nivel para hacerlo con equipos de edades superiores, y por otro lado él tampoco disponía del tiempo necesario para dedicarle al chico más allá de un día a la semana. No era, desde luego, un tema de fácil solución, pero si algo había aprendido de pequeño de su padre es que el deseo verdadero puede derribar todas las barreras. Si el chico aceptaba regresar, debería hacerlo bajo sus condiciones, sean estas lo duras que fuesen.

Cuando Oliver se presentó en casa del muchacho, le sorprendió lo cambiado que estaba. Habían pasado más de tres meses desde la última vez que Jonas había acudido a uno de sus entrenamientos, y en todo ese tiempo, apenas se había relacionado con nadie más allá de con sus compañeros en la escuela.

"Cómo te ha crecido el pelo!" -fue lo primero que Oliver exclamó nada más verlo-

Resultaba significativo que el pequeño Jonas hubiese cumplido con aquel deseo expresado meses atrás, cuando, de visita en casa de Oliver, En ese momento no le había dado demasiada importancia, pero que, incluso habiendo dejado a un lado su aspiración de convertirse en guardameta, el chico hubiese cambiado su apariencia física sólo por el deseo de parecerse a él cuando también era niño, lo emocionó una vez más. Aquel pequeño siempre conseguía remover algo en su interior.

Oliver no había perdido un ápice del ascendente que tenía sobre el muchacho, así que no necesitó demasiado esfuerzo para convencerlo de que lo intentase una vez más. Bastó con una inspiradora charla en la que expresase su admiración por quienes son capaces de levantarse una y otra vez tras la caída, para insuflar una notable dosis de entusiasmo en el muchacho, que pronto se mostró dispuesto a entrenar tanto como fuese necesario y cumplir con todas las pruebas que se le solicitasen.

Lo que desconocía Jonas es que su principal traba no iba a ser el esfuerzo físico o las horas de entrenamiento que tenía por delante. Cuando aceptó entrenar seis días por semana ni siquiera imaginaba que la gran dificultad a la que iba a tener que enfrentarse serían las burlas y las chanzas de sus amigos y compañeros de escuela.

Porque, sí, finalmente, Oliver Kahn había encontrado una solución al problema de con quien entrenaría Jonas esos seis días, pero aquella solución estaba muy lejos de ser la idónea para un chico preadolescente, y por tanto, fuertemente influenciable por los comentarios de otros niños.

No, definitivamente, aquella solución no hubiera sido la que Jonas hubiese elegido jamás. Pero era la única posible.

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Editado por Mister

Uff...otra derrota que nos devuelve a la zona peligrosa de la tabla, aunque hay que tomar lo bueno del encuentro: 2 a 1 en el peor partido del año, no esta mal. Por lo que se ve en los puntajes, los defensores no estuvieron tan mal (Birinci con un 8.3, ¿que fantasía hizo?), y los mediocampistas tampoco, siendo el mayor problema la pésima actuación de Benyamina y de Hennings. Es cierto que los puntajes individuales pueden no reflejar el rendimiento general, pero si vamos uno por uno hay más cosas positivas que negativas.

Y si ya veníamos pensando distinto sobre el partido, ¿qué decir sobre la loca idea de llevar a Jonas a jugar en la categoría juvenil? Si no daba la talla para atajar con los chicos de su edad no creo que vaya a jugar mucho más en un equipo más avanzado...aunque claro, si a mi me mandaran a entrenar con un equipo de mujeres alemanas, rubias y sensuales no me molestaría tampoco jugar solo en el entrenamiento. ¿Sus amigos lo molestarán? ¿En serio? Pues te dejo aca abajo una propaganda argentina donde queda claro por qué Jonas debería aceptar esta oferta sin dudarlo, y que aquel que lo moleste podría ser definido como un ignorante total.

que daño esa derrota.tus jugadores de banda no estan para jugar?en casa yo abriria el campo y atacaria por las bandas. menos mal que Khan nunca se rinde. vamos vamos a por la victoria

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@warrik

El rendimiento de Yelldell y Benyamina puede calificarse de bastante bueno. Son jugadores de un nivel aceptable que están ofreciendo su mejor versión, hay muchos porteros y delanteros mejores en la categoría, pero ambos están cumpliendo sobradamente con lo que se les pide, evitar goles uno y marcarlos el otro.

Respecto al párrafo en el que te refieres a Verena, sinceramente no sé como calificarlo. Ese extraño análisis en el que mezclas churras y merinas, no será probablemente, tu aportación más brillante en este foro, pero consiguió sacarme una sonrisa. Sin duda, este capítulo en el que se narra el desahogo de Kahn ha sido uno de los momentos más turbadores de la historia :thumbsup:

Es verdad que Barth-Haas-Salmeen han funcionado bien, pero por circunstancias no siempre pueden jugar juntos. Si queremos tener bandas hay que renunciar a alguno de ellos, de todas formas es bastante probable que vuelvan a jugar asiduamente porque parece un medio campo muy sólido.

Respecto a si fue un planteamiento demasiado ofensivo, puede ser, pero tampoco fue esa la causa de la derrota. Nos marcaron tras un rechace desgraciado y una falta, así es que no estuvo el problema en que nos machacaran a la contra. Ofensivo jugamos siempre, por tanto, cuando vamos atrás en el marcador no nos queda otra que jugar MUY ofensivo.

@roniixeneizee

Este es justamente uno de esos casos donde no te puedes fiar de las calificaciones. Sí, puede que los números de los jugadores dijesen que no lo habían hecho mal, pero fue más el deseo que otra cosa. En líneas generales el equipo estuvo de pena. Yo, por ejemplo, no entiendo ese 8´3 de Birinci. Es un jugador muy bueno en las entradas, y eso hace que sus números sean buenos, pero no creo que ese bagaje sea para otorgarle esa puntuación.

La idea de jugar en juveniles puede parecer loca, pero hay que tener en cuenta que Jonas tiene sólo 14 años (aunque aparenta menos) y por tanto tiene muchos años por delante. Al no haber llegado chicos nuevos que jueguen en esa posición renace la esperanza de que pueda lograrlo, y ya vemos que Jonas es incluso más tozudo que el propio Kahn. Y aunque tu anuncio es muy divertido (si algo tendrá bueno siempre Argentina serán psicólogos, futbolistas y publicistas) que no te quepa duda de que al pobre Jonas lo van a machacar. Los chicos son crueles.

@nisetru

La verdad es que después de 4 jornadas sin perder nadie se esperaba esta derrota, sobre todo ante un equipo que a priori no es nada especial. Lo de jugar por las bandas es complicado, porque Tulasne no está al nivel del año pasado, Krebs tampoco (es muy frágil y le roban muchos balones por su falta de físico) y el único que de momento está haciendo algo en la banda es Benyamina, pero más como delantero interior que como extremo puro. Dulleck no parece jugador para 90 minutos, y Alibaz está lesionado, así que jugar por las bandas está muy, muy dificil. Definitivamente tenemos que mirar un par de jugadores que desborden y un atacante que vaya bien por alto para tener más recursos ofensivos. Ahora mismo, quitando Muriel y Benyamina, no veo a nadie que nos pueda aportar gol, ni Hennings, ni Marton, ni Sylvester, los tres fuera de forma.

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Probablemente si el entrenador rival hubiese tenido conocimiento de aquella reunión hubiese puesto el grito en el cielo, pero, ¡Qué demonios! Alguna ventaja debía tener llamarse Oliver Kahn. Su nombre todavía pesaba lo suficiente como para levantar el teléfono, llamar al representante de Hakan Calhanoglu, y concertar una reunión, aunque ahora militase en un equipo rival, justamente, en aquel al que nos enfrentábamos esta semana. Para Oliver, que Calhanoglu no estuviese teniendo minutos en el club en el que estaba jugando cedido, era toda una aberración.

Ese club era el Dinamo Dresden, en su tiempo poderoso equipo de la Alemania oriental que, tras la reunificación, perdió parte de su pujanza ante los más potentes clubs de la República federal alemana. Aún así, su estadio era impresionante, y su potencial, de respetar, a pesar de que ahora anduviesen inmersos en la mediocridad de la tabla.

Kahn ya había querido prorrogar la cesión de Calhanoglu al final de la pasada temporada, pero problemas presupuestarios lo impidieron y finalmente el Hamburgo terminó por cederlo al Dinamo, donde apenas estaba gozando de oportunidades. Sin embargo, nuestra afición tenía un recuerdo imborrable del joven talento turco criado en la cantera del KSC, y en dicha reunión, Oliver le transmitió su deseo de recuperarlo para la campaña venidera. Calhanoglu era un blauweiss de corazón, su hermano Mohammed era uno de los jóvenes valores del talent team y él desde muy pequeño, había estado considerado un referente del club, el jugador más talentoso salido de Wildpark en muchos años. La afición, por tanto, seguro que lo recibiría con los brazos abiertos.

Para este encuentro ante el Dinamo Dresden, Oliver había estudiado al rival considerablemente mejor que en el anterior. Era consciente de que el rapapolvo a los jugadores tras su anterior derrota era en cierto modo injusto, ya que él mismo no había estado a la altura. El episodio del encuentro con Verena en Berlín lo había trastornado, y no había prestado toda la atención necesaria a sus tareas ni, probablemente, había controlado que el nivel de concentración del grupo fuese el adecuado.

Ahora el equipo se encontraba con la dificil situación de estar a tres puntos del descenso, y una derrota en Dresden podría complicar las cosas notablemente. Tras revisar los informes, Oliver optó por un 4-4-1-1, prescindiendo del pivote y retomando las bandas, con Sirl y Krebs como principales novedades. El gran sacrificado era, pues, Martin Stoll, que perdía su sitio en el centro de la defensa, ocupado por Oliver Barth. Y aunque el dibujo pudiese ser, a priori, conservador, los chicos salían con la intención de dar la sorpresa y traernos, como mínimo un punto. ¿Como? De la única forma que sabíamos hacerlo.

Atacando.

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DINAMO DRESDEN-KARLSRUHER SC

vamos a por ellos!!

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NO HUBO MANERA


El KSC cosechó su segunda derrota consecutiva, que lo mantiene en una situación delicada. De poco sirvió el notable esfuerzo ofensivo ni la vehemencia con la que los jugadores se emplearon en busca del empate, porque, cuando este se logró, el árbitro se encargó de tirar al traste todo el despliegue físico y de ambición que los blauweiss habían hecho. En una controvertida decisión, el colegiado anuló un tanto a Luis Muriel por fuera de juego, en un lance en el que el colombiano anduvo muy listo y se adelantó de cabeza a la salida del portero.

Esta jugada, decisiva en el resultado final, provocó duros ataques por parte de Oliver Kahn hacia el trencilla. "Todo el mundo ha podido ver que Muriel estaba en línea, y eso, que yo sepa, es gol legal. Hoy nos vamos de vacío de un modo injusto, hemos merecido puntuar y no hay derecho a que la ineptitud de este personaje malogre el trabajo de los muchachos"

El Dinamo Dresden se había adelantado en el marcador en el minuto 14, en una jugada en que Mickael Poté atrajo a Barth al espacio entre líneas y terminó por desbordarlo en velocidad, definiendo de forma magnífica. Incluso pudo volver a marcar al final del primer periodo, pero el árbitro anuló un tanto, esta vez sí, de forma justa, por hallarse el delantero en posición ilegal tras aprovecharse de un rechace en el larguero. No fue esta una buena primera mitad para el KSC, cuyas bandas naufragaban miserablemente, especialmente en el caso de Radek Sirl, incapaz de mantener la posesión de la bola cada vez que iniciaba una acción individual.

La segunda tuvo un tono bien distinto, ya que el Karlsruher se lanzó a una ofensiva total, llegando incluso a jugar con tres puntas, un mediapunta y dos carrileros de corte ofensivo. Iban cinco minutos de la reanudación cuando se produjo la mencionada acción en la que Muriel se adelantaba al portero por alto en una acción que recordó extraordinariamente "La mano de Dios" de Maradona, pero que en este caso se culminó sin irregularidad alguna. La anulación de este tanto espoleó aún más al KSC, pero sin que finalmente pudieran lograr su objetivo de igualar el encuentro.

Cabe señalar la gran labor defensiva de los laterales Schiek y Birinci, y el buen tono general del equipo en la segunda mitad, pero el equipo sigue adoleciendo de pegada para transformar ese dominio en ocasiones claras. No parece que haya razones para el alarmismo, pero tampoco puede el equipo dormirse en los laureles y se hace necesario cosechar una racha de buenos resultados de forma inmediata, si no quiere el Karlsruher que su mortal calendario del último mes de competición le meta en verdaderos problemas para mantener la categoría.



PUNTUACIONES ESTADISTICAS ESTADISTICAS KSC CLASIFICACION

http://youtu.be/kGHbhSH0Qpg

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Jonas se quedó unos segundos al borde del campo, observando a Katia, la entrenadora del equipo femenino. Ahora entendía el porqué de aquella decisión. Viendo el nivel de exigencia con el que se desenvolvía, cualquiera hubiese dicho que Katia era Oliver Kahn con tetas. No les daba respiro. Ni un segundo de descanso. Katia obligaba a sus jugadoras a esforzarse en cada una de las acciones hasta el límite de sus posibilidades.

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Cuando Katia vio llegar a Oliver y al pequeño, hizo una señal a éste para que se incorporara al terreno de juego y sonrió con complicidad al ex-guardameta. Dio unos segundos de descanso a las chicas y aprovechó para hacer las presentaciones

"Chicas, este es Jonas, y desde hoy entrenará con nosotras cada día. Tratádmelo bien, ok?"

En realidad aquella postilla sobraba, porque a las chicas la idea de que Jonas se incorporase al grupo les encantaba. No sólo por la ternura que les despertaba, sino porque, en su fuero interno, confiaban en que, con Jonas entre ellas, quizás Katia bajase un poco el pistón y les diese algo de aire.

Pronto muchas de ellas comenzaron a gastar bromas con el recién llegado. Eran conocedoras de su historia previa, y por tanto, suponían que aquella no sería una situación fácil de llevar para el chico, así que pusieron todo su empeño en que, cuanto antes, pudiese sentirse cómodo.

Jonas se había incorporado al entreno una vez finalizada la parte física, demasiado exigente para sus posibilidades, y cuando el grupo iba a comenzar a tocar balón. Katia lo puso en un pequeño grupo junto a varias chicas, y le encomendó a detener los lanzamientos de estas, pero no tardó ni dos minutos en comprobar que el pequeño estaba totalmente desentrenado y fuera de forma. Los disparos de las jugadoras se le escurrían, estaba lento y torpón, incluso falto de agilidad después de más de tres meses de inactividad absoluta.

El chico, viendo su nulidad, y sabiendose observado por Kahn y Katia, comenzó a ponerse más y más nervioso. Su cara comenzó a enrojecer, y sus ojos a adquirir un tono vidrioso y brillante, señal inequívoca de que la frustración estaba a punto de provocarle el llanto.

A Katia aquello no le pasó inadvertido. Ordenó hacer un alto, cogió al chico e hizo un aparte con él, con objeto de preguntarle qué le sucedía.

No quiero seguir. Estoy haciéndo el ridículo. Nunca, nunca seré como Oliver. Ahora estoy seguro.

Que Jonas dijese aquellas palabras con la mirada baja y con la resignación de quien acaba de tirar la toalla definitivamente, le partió el corazón. Aquel chico era demasiado joven para renunciar a su sueño.

"No digas eso, Jonas. Nunca serás como Oliver si lo dejas. ¿Lo viste a él alguna vez abandonar? ¿Rendirse ante una dificultad? No, ¿Verdad?. Pues si de veras quieres ser como él, tienes que seguir ese camino. No te preocupes porque no agarres el balón o porque te veas lento y torpe. Eso se corrige con entrenamiento. Pero no puedes entrenar sintiéndote derrotado, así nunca progresarás. La meta es importante, sí, pero no lo es menos disfrutar del camino, así que, escúchame bien, vamos a hacer una cosa.

Ahora vamos a volver al entreno. Trabajaremos tu agilidad y movimiento de pies con los conos y algunos ejercicios específicos. Trabajaremos tu agarre progresivamente. Primero con disparos más suaves, luego con más dureza e intensidad. Pero los resultados no llegarán en cinco minutos, ni hoy, ni en una semana. Necesitarás tiempo para ver progresos, y en ese tiempo, quiero que entrenes con una sonrisa en tu cara. No quiero lágrimas ni derrotismo.

No se si sabes que Oliver Kahn participó en un programa de televisión hace algunos años. ¿Quieres saber como se llamaba? que significa Nunca te rindas. Si quieres parecerte a Oliver, debes empezar a pensar y actuar como él lo hizo. ¿Crees que estaría orgulloso si ahora te marchases y dejases de luchar? Ya te digo yo que no. Así que, vamos, alegra esa cara y comencemos a trabajar duro para hacer de tí un portero"


http://youtu.be/1SJieDnfngs

  • 2 semanas más tarde...
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El grupo seguía confiando en sus posibilidades de acabar la temporada sin apreturas clasificatorias. Los jugadores sabían que estaban en el camino correcto porque las sensaciones ofrecidas casi siempre, eran positivas. Y el fútbol es un deporte donde las sensaciones tienen una gran importancia en lo que se refiere al estado de ánimo.

El FSV Frankfurt era el visitante de Wildpark en esta ocasión, un equipo situado en la zona media pero cuyo momento de forma no era el más idóneo tras una racha poco afortunada. Aprovechando la tesitura, Oliver recordó haber leído algún artículo de Gunter Netzer en la revista de entrenadores referente a las maniobras psicológicas que pueden utilizarse para provocar reacción en el rival, y consideró que era un momento propicio para poner en práctica aquellas consignas.

El resultado fue que las interacciones previas al partido calentaron lo suficiente el ambiente como para que dos puntales del rival, como el cancerbero Klandt y el goleador Kapllani, llegasen algo descentrados por el cruce de declaraciones.

Por parte del KSC, la ausencia de Schiek por sanción coincidió con la lesión de su sustituto natural, Abenzoar, un jugador que ya había mostrado su malestar por no estar contando con muchas oportunidades y al que la mala fortuna le impedía la primera que se le presentaba. Así las cosas, la solución más práctica era situar en el lateral a Akpoguma, un lugar donde el joven canterano no se desenvolvía nada mal.

Stoll volvía a ocupar el eje de la defensa y Barth a ubicarse como mediocentro defensivo, mientras que el centro del campo contaba con una estructura un tanto particular. Estudiados los informes del rival, el cuerpo técnico había optado por potenciar la zona central como forma de explotar la mayor debilidad del rival, y para ello se habían establecido dos líneas bien diferenciadas. Una, compuesta por Haas y Salmeen (con lo que se volvía al trivote que tanta solidez nos había dado) y otra de corte ofensiva, con Nacho Gonzalez y Muriel, dejando a Sylvestr en punta, con la intención de que su velocidad pudiera causar estragos entre los centrales del FSV Frankfurt.

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KARLSRUHER SC-FSV FRANKFURT

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VICTORIA INCONTESTABLE

El KSC volvió por la senda del buen juego, y desarboló por completo a un FSV Frankfurt que en la primera mitad fue un muñeco roto en manos de los locales. Apoyados en una gran defensa y un medio campo muy consistente, el Karlsruher no dio demasiadas opciones a su rival, más aún cuando a los cinco minutos éste se encontraba ya con el primer zarpazo de un Muriel inspiradísimo.

Este primer periodo fue un monólogo blauweiss. En defensa Mauersberger imponía su ley mientras Akpoguma y Birinci (en un momento de forma excepcional) eran una garantía en los laterales. El medio campo, muy luchador, contó con un Salmeen muy inspirado, y los jugadores de Frankfurt no podían más que llegar tarde a todas las acciones merced a la rapidez con la que la medular blanquiazul movía el balón.

Fruto de esta incontestable superioridad llegó el segundo tanto en el 39, una verdadera obra de arte colectiva, con el KSC tocando el balón al más puro estilo FC Barcelona y Salmeen -cual Xavi- metiendo un balón escorado al área que Muriel convertía en gol con enorme maestría.

El colombiano, principal referencia ofensiva, pudo haber completado una tarde gloriosa, ya que, al margen de sus dos magníficos tantos, desperdició dos clarísimas oportunidades que tenían todas las papeletas para ser gol.

La segunda parte estuvo algo más igualada o al menos no tuvo un dominio tan abrumador por parte del KSC, que entendió que tenía el encuentro controlado y no forzó más allá de lo necesario.

El KSC permanece en el puesto 12 de la tabla pero sin urgencias a la espera de viajar la próxima semana a casa del lider Colonia, en un encuentro con nada que perder y mucho que ganar en cuanto a moral si el equipo regresa con un resultado positivo.

PUNTUACIONES ESTADISTICAS ESTADISTICAS KSC CLASIFICACION


http://youtu.be/h_sROLoB0CA

Editado por Mister

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La visita al RheinEnergiestadion llegaba en un momento de relativa tranquilidad. El equipo parecía haber superado los momentos más complicados, había realizado un gran encuentro ante el FSV Frankfurt y nadie sentía como una obligación el puntuar en casa de un lider, el Colonia, que dominaba con autoridad en la categoría y que ya tenía medio pié en la 1-Bundesliga.Quizás por eso, por la ausencia de presión, en el fuero interno de los chicos se albergaba la esperanza de puntuar y así confirmar las buenas sensaciones percibidas la semana pasada.

En la defensa Schiek regresaba, una vez cumplida su sanción, pero era baja Birinci por idéntico motivo,siendo sustituído por Dabrosav Kostic. El trivote compuesto por Barth, Haas y Salmeen, que tanta solidez y equilibrio nos daba, parecía intocable, y con objeto de cerrar las subidas por banda, Oliver Kahn había ubicado a Tulasne y Silvestr. La punta de ataque quedaba para un Muriel que se había convertido en unas pocas semanas, en el nuevo ídolo de la afición blauweiss.

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FC KÖLN-KARLSRUHER SC

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