OTRA DEMOSTRACIÓN DE CARÁCTER

El Karlsruher volvió a amargarle la tarde al líder Colonia, al igual que lo hiciese en De hecho, el partido tuvo enormes similitudes con éste, ya que el KSC volvió a recibir dos goles en cinco minutos y nuevamente fue capaz de neutralizar la ventaja rival.

El encuentro, en general, fue enormemente disputado, sin un dominador claro y con ambos equipos en busca de la victoria. El KSC no se amilanó en ningún momento por estar jugando en casa del mejor equipo de la categoría, y esa valentía, de algún modo, sorprendió a los locales, que pese a contar con un plantel de mayor calidad, por momentos se veían superados por el empuje de los de Kahn.

Este dominio alterno no se tradujo en ocasiones durante los primeros 20 minutos, pero en el 23 Yelldell tuvo que emplearse a fondo para repeler un sorpresivo disparo desde fuera del área que iba a ser el preludio de los dos tantos del Colonia. Un par de minutos más tarde, Cristian Clemens adelantaba a los cabrones al rematar casi a puerta vacía un centro que superó a su marcador, y en el 30, un disparo de Chihi pegaba en ambos palos y el rechace era aprovechado por Jong Tae Se. El Colonia se ponía 2-0 sin haber hecho méritos para lograr tan cómoda ventaja.

Como siempre le ocurre al Karlsruher en estas situaciones, ante la inminencia de la derrota, el equipo se dejó de medias tintas y se lanzó decididamente al ataque. Pero, pese a gozar de un par de buenas ocasiones, el resultado no se movió en estos primeros 45 minutos.

El equipo había dado la talla y hecho merecimientos para mucho más, y tal vez por ese motivo salió enrrabietado. Bastaron cinco minutos para que ese deseo se tradujese en gol, y éste llegó tras aprovechar Sylvestr un rechace a un golpe franco directo magistralmente ejecutado por Steffen Haas que repelió el larguero.

Ese 2-1 volvía a insuflar ánimo en el equipo que veía como por juego, valentía y ambición, el empate era una posibilidad real. Y éste, efectivamente llegaba tras recoger Muriel un despeje defectuoso de un defensor que le caía en los pies y convertir con gran frialdad.

Ni si quiera el 2-2 parecia suficiente para los chicos de Kahn, que lejos de venirse atrás siguieron buscando decididamente la victoria, ofreciendo ambos conjuntos un cuarto de hora final pleno de alternativas y emoción, si bien el marcador ya no iba a registrar más cambios.

En resúmen, excelente actuación del KSC que logra un punto en casa del todopoderoso Colonia y confirma que el equipo comienza a carburar. A falta de 6 jornadas para el final de la liga, el Karlsruher necesita apenas un par de victorias para garantizar su salvación y viendo el nivel actual de juego, nadie duda que se conseguirán.

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http://youtu.be/AV-fejuO7CE

Aquella tarde había dado descanso a los chicos y Oliver estaba en casa. Svenja andaba lidiando con el pequeño Julian, que estaba en la edad en la que los niños son un verdadero terremoto, mientras él trataba de leer un libro y relajarse. No todo iba a ser fútbol, y en sus manos había caído un ejemplar de "Las 21 leyes irrefutables del liderazgo" de John C. Maxwell, que se disponía a devorar con avidez.Pero no iba a ser sencillo, con Julian correteando y el whatssapp sonando sin parar.

Qué pesaditos con el whattsapp! Quien es cariño? Es que ni un día pueden dejarte en paz?

Pero Oliver no estaba por la labor de informar a Svenja sobre la persona que trataba de comunicarse con él. No hubiese sido prudente ni oportuno. Así que prefirió zanjar el tema con una mentira piadosa y quitarse de enmedio cuanto antes, no fuese que Svenja tuviese la ocurrencia de mirar su teléfono por alguna extraña razón.

Son los de Adidas, que quieren que vaya a un acto promocional de la firma, espera, salgo un momento al jardín y los llamo, que a mí también me tienen la cabeza loca con la musiquita...

Aquella pequeña mentirijilla no iba a perjudicar a nadie, y Svenja no tenía porqué enterarse de que Verena lo venía buscando desde hace ya tiempo. Era absurdo hacer que se preocupase, sobre todo porque Oliver estaba casi seguro de que nada iba a ocurrir entre ellos. Aunque era ese "casi" lo que en su fuero interno le preocupaba.

Ya en el jardín, Oliver se sintió más tranquilo para responder a los incesantes mensajes de Verena. Pero lejos estaba de imaginar que recibiría una propuesta tan directa como difícil de rechazar.

A solas consigo mismo, Oliver sintió un torrente de emociones ante aquel ofrecimiento. Por un lado, no podía negarse por más tiempo la innegable atracción sexual que aún sentía hacia su ex, ni que el acoso de ésta había ido minando su resistencia. Por otro, se sentía culpable por estar viviendo una historia de flirteo -aunque fuese virtual- a espaldas de Svenja. A fin de cuentas ella era la esposa perfecta: guapa, servicial, entregada, buena madre, y que incluso había abandonado su carrera de modelo por él. Demasiados méritos para que ahora la estuviese engañando aunque fuese con el pensamiento.

Pero entre una y otra emoción, Oliver se sentía rabioso. Rabioso porque, a pesar de los años y los errores que acabaron con su primer matrimonio, no había aprendido a controlar aquel deseo.

Sí, era un entrenador reconocido por su trabajo psicológico. Era un conferenciante respetado en aspectos como el dominio de la mente enfocado a lograr objetivos. Pero ninguna de sus teorías era capaz de aplicárselas a sí mismo cuando de mujeres se trataba. Y aquella pérdida de control lo trastocaba, porque sabía que hacía de él un hombre débil y manejable, algo que odiaba con todas sus fuerzas.

*********

A muchos kilómetros de Karlsruhe, horas más tarde, Verena y Natascha tomaban la primera copa de la noche en una reunión de diseñadoras organizada por la Cámara de comercio de Munich. Su línea de ropa iba a lanzarse en breve y era el momento ideal para mostrarla a las verdaderas profesionales para que le diesen su opinión. Por supuesto, Verena había contado con el asesoramiento de algunas de ellas y con el inestimable apoyo de su amiga Natascha, y el dinero de los inversores bien utilizado en una potente campaña de promoción haría el resto.

En medio de la informal charla que mantenían un grupo de ellas, sonó un teléfono que interrumpió por unos instantes la conversación. Era el de Verena.

Le extrañó recibir una llamada a esas horas, sobre todo teniendo en cuenta que Martin volaba en esos momentos hacia New York a cerrar unos contratos con una cadena de televisión americana. Revolvió en su bolso, y no sin cierto trabajo, finalmente dió con su Iphone. Al comprobar la identidad de quien la telefoneaba, no pudo evitar una sonrisa, y mostrándole el número a Natascha dijo:

Con la afición eufórica por el buen momento del equipo, recibíamos en Wildpark al Paderborn, nuestra bestia negra. Lo que teóricamente debería ser un partido sin demasiada complicación por la posición clasificatoria del rival, creaba ciertas reticencias ante los notables repasos que el Paderborn nos había dado en enfrentamientos anteriores.

Junto a Tobías Kempe, un talentoso centrocampista, y un viejo conocido como el ex-blauweiss Dominic Peitz, el verdadero peligro venía por parte de su pareja de delanteros, los sobradamente conocidos Pierre Boya y Benjamin Auer. Ambos habían estado en la órbita del KSC y muy cerca de incorporarse en su momento, pero tras ser descartados, recalaron en el Paderborn, y desgraciadamente, los dos habían tenido oportunidad de tomarse cumplida venganza.

Se trataba de un partido importante, que podía darnos la tranquilidad total o por el contrario, volver a meternos en problemas, pero Oliver no estaba lo centrado que debiera en su trabajo. Aquella semana, tras sus escarceos con Verena, Kahn se mostraba menos comunicativo de lo normal. Tanto es así que incluso sorprendió a los muchachos con su comportamiento previo al choque. Tras anunciar el once inicial, Kahn abandonó el vestidor sin dar la preceptiva charla de motivación que acostumbraba.

KARLSRUHER SC- SC PADERBORN 07

LA MALDICIÓN CONTINÚA

El Paderborn continúa siendo un imposible para el KSC, y Oliver Kahn continúa tropezando en los errores del pasado. Si en anteriores enfrentamientos la vocación ofensiva del Karlsruher había sido duramente castigada con dos humillantes goleadas, en esta ocasión se volvió a pecar en un exceso de valentía que culminó con una dolorisísima derrota en el descuento que dejó tocados a afición y jugadores.

El inicio de las desgracias pudo intuirse ante la indolente actitud de los jugadores del KSC, que parecían jugar a medio gas y faltos de concentración. La mejor prueba de ello fue el absurdo penalty cometido por Mauersberger ante el veterano Benjamín Auer. Este no perdonó desde los 11 metros y adelantó al Paderborn, obligando al KSC a ir a por todas sin reserva. Sin embargo, a pesar de que el KSC gozó de alguna oportunidad aislada, el marcador no se movió, completando los azules un primer tiempo verdaderamente mediocre.

La esperanza de que las cosas cambiasen renació cuando en el 49 Haas remataba de cabeza un corner y lograba el empate, pero no pasó demasiado tiempo hasta que el Paderborn volviese a tomar ventaja, nuevamente por medio de Auer, verdadera pesadilla para el KSC en cada partido. El atacante se libró de forma excelente de la marca de los centrales en el 57 y con un magistral cabezazo, ponía el balón lejos del alcance de Yelldell.

El KSC volvió a una ofensiva total, encerrando al Paderborn en su área durante gran parte de la segunda mitad, pero sin demasiado acierto. Cuando ya la idea de la derrota comenzaba a asumirse por parte de la afición, Schiek puso un balón al área y Muriel anotaba el empate con un espectacular cabezazo en plancha.

Pero de nada sirvió tanto esfuerzo. Animados por haber logrado igualar el marcador por dos ocasiones, el KSC no tuvo la mentalidad práctica necesaria para amarrar al menos un punto duramente trabajado. Y sobrepasando el 90, llegaba la verdadera jugada desgraciada del partido: Auer recoge el balón en el área y lo pone para un Shawn Parker que llegaba en carrera desde atrás. Mauersberger, ante la inminencia de la desgracia, se lanza a la desesperada, con tan mala fortuna que, además de no lograr su objetivo de frenar al atacante, sufría una lesión que lo mantendrá alejado de los terrenos de juego de 3 a 4 meses.

El Paderborn se hacía con la victoria en el último instante, el KSC vuelve a complicarse la vida y Mauersberger da por finiquitada su temporada. Demasiadas desgracias para un minuto fatídico que prolonga la maldición del KSC ante el Paderborn.

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http://youtu.be/jLZjSysIcgc

Aunque nuestra posición en la tabla no pareciese harto comprometida, había otra realidad que no podíamos obviar. A falta de 5 jornadas para el final de la competición, estábamos a tan sólo 3 puntos de los puestos de descenso, involucrados junto a varios equipos muy igualados entre nosotros, pero con el enorme handicap de un calendario demoledor.

En estas cinco jornadas restantes, teníamos que enfrentarnos a todos los equipos punteros de la competición con excepción de al lider Colonia, con quien lo habíamos hecho recientemente, esto es: Duisburgo (2º), Kaiserlautern (3º), Furth (4º) y Union Berlín (5º). El único "respiro", nos venía de parte de un Ingolstadt (11º), que parecía asequible en Wildpark.

La primera de estas finales nos llegaba en Duisburgo, frente al conjunto, probablemente, más en forma de toda la liga. Su trayectoria ascendente era espectacular, habiendo completado una vuelta arrolladora, que lo había llevado de estar en el puesto 15 en la jornada 13, a estar luchando por el título desde hace varias semanas. Un conjunto sin nombres de relumbrón pero con jugadores de gran calidad que habían formado un bloque muy sólido y dificil de derrotar.

La lesión de Mauersberger volvía a abrir la puerta de la titularidad a Kevin Akpoguma, pero pocas más concesiones iba a hacer Oliver Kahn a la juventud. Para un partido tan trascendente, prefirió echar mano de la veteranía, ubicando a Sirl en banda izquierda en lugar del aún algo tierno Kostic, y conformando un medio campo pleno de experiencia, con Haas, Barth, Salmeen y Nacho González. En cuanto a la punta de ataque, las matemáticas no engañan, nuestros máximos artilleros eran Muriel y Benyamina, y por tanto, fueron ellos los elegidos con la responsabilidad de crear peligro ante la defensa rival.

MSV DUISBURG-KARLSRUHER SC

UN PUNTO DE ORO

Con una parte baja de la tabla cada vez más apretada, el punto logrado en Duisburgo cobra un extraordinario valor y permite a los de Kahn no acusar excesivamente la presión. A pesar de bajar un puesto, el Karlsruher mantiene la distancia de tres puntos sobre el descenso, pero habiendo salvado uno de los grandes escollos que tenía en su complicado camino por la permanencia.

El encuentro tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera, anodina y sin ocasiones, en la que el Duisburgo se adelantó en el marcador merced a un golpe franco ejecutado magistralmente, pero poco más. Y una segunda plena de alternativas y mucho más entretenida, sobre todo a raíz de la consecución del gol visitante.

Este llegó tras una jugada individual de Sylvestr, que tras deshacerse de su par, se interna en el área, cruzándose un defensor cuando se disponía a disparar y llegando el rechace a un Salmeen que se lanzó a por el balón y remató flojo, pero dentro, ante la oposición de otro defensor que trataba a la desesperada de impedir el gol.

Desde ese instante el partido cobra otro tono y las alternativas se suceden, más en dominio que en ocasiones, que siguieron sin ser demasiado numerosas, especialmente gracias a la impresionante labor de la línea defensiva del KSC, que prácticamente anuló casi todas las posibilidades de llegada con peligro.Un disparo lejano del Duisburgo que repelió el larguero, y una jugada individual de Sylvestr con remate, rechace, e intervención del defensa adelantándose a Muriel cuando tenía el gol en su bota, fueron las oportunidades más reseñables en esta segunda mitad.

La experiencia de derrotas anteriores esta vez sirvió, y el equipo no se volvió loco buscando la victoria, sino que supo guardar la ropa y gestionar con acierto los minutos finales. El resultado, un empate inesperado frente a uno de los grandes que permite algo de oxígeno y sobre todo, creer que el equipo sigue en buena línea.

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http://youtu.be/nh7kI9XRCaM

Rara situación esta viviendo el KSC, alternando entre victorias aisladas, muchos empates y algunas derrotas ajustadas, que nos mantienen fuera de la zona de descensos pero que no alcanzan para alejarnos del peligro. Ahora se viene una racha de partidos complicados, y la cosa se pone peor pues serán estos partidos los que definan la permanencia del equipo en la 2-Bundesliga. Igualmente, ya hemos obtenido un empate fuera de casa frente al Duisburgo, un equipo casi ascendido, y en caso de conseguir mantener esta actitud "Kahnística" saldremos con vida.

Pese a esta situación, parece que Oliver se puede distraer con otras cosas...Verena irrumpe de vuelta en la historia con más fuerza que nunca, y los sentimientos de Kahn comienzan a florecer. Confiamos en usted Oliver, aunque mi mayor preocupación es que Svenja, ante el menor descuido de su marido, descubra todo esto.

Vamos Karlsruher, queda poco para el final y ahora es cuando más necesitamos que los jugadores tengan la actitud que su técnico les exige!

Rara situación esta viviendo el KSC, alternando entre victorias aisladas, muchos empates y algunas derrotas ajustadas, que nos mantienen fuera de la zona de descensos pero que no alcanzan para alejarnos del peligro. Ahora se viene una racha de partidos complicados, y la cosa se pone peor pues serán estos partidos los que definan la permanencia del equipo en la 2-Bundesliga. Igualmente, ya hemos obtenido un empate fuera de casa frente al Duisburgo, un equipo casi ascendido, y en caso de conseguir mantener esta actitud "Kahnística" saldremos con vida.

Pese a esta situación, parece que Oliver se puede distraer con otras cosas...Verena irrumpe de vuelta en la historia con más fuerza que nunca, y los sentimientos de Kahn comienzan a florecer. Confiamos en usted Oliver, aunque mi mayor preocupación es que Svenja, ante el menor descuido de su marido, descubra todo esto.

Vamos Karlsruher, queda poco para el final y ahora es cuando más necesitamos que los jugadores tengan la actitud que su técnico les exige!

Hola Roni!

Es verdad que la situación es extraña. Los fichajes parecen haber mejorado mucho el equipo en esta segunda vuelta, pero sin embargo, a un paso de terminar la liga, todavía estamos metidos en problemas. El equipo juega bien, pero no hemos llegado a encadenar una racha que nos dé la suficiente tranquilidad. Sabíamos que el tramo final era complicadísimo, sin embargo no hay que perder la confianza viendo el nivel ofrecido ante los dos mejores equipos, Colonia y Duisburgo. A poco que lo mantengamos, no deberíamos sufrir. De hecho creo que, a no ser que ocurra una debacle, el equipo llegará a la última jornada con los deberes hechos, las sensaciones están siendo buenas, y lo del Paderborn no creo que sea más que un tropezón ante un equipo que se nos da especialmente mal.

Lo de Oliver con Verena se veía venir. Conociendo la naturaleza masculina, es dificil resistirse a una ex con la que tenías química, pero además, es que Oliver ha sido "acosado" lo suficiente como para que cualquier muro de contención terminase por caer. Es lo que tienen las ex, que nos conocen a la perfección y saben de nuestros puntos débiles.

Gracias por comentar

El jugar el último partido de la jornada nos otorgaba la ventaja de conocer lo que habían hecho nuestros rivales directos.En este caso, esa información nos quitaba un buen grado de presión, y a la vez, servía de acicate extra, puesto que los tropezones de estos, nos otorgaban la oportunidad de certificar virtualmente la permanencia en el caso de que pudiésemos imponernos al rival que esta semana visitaba Wildpark, esto es,el Ingolstadt.

En un principio, de los rivales que quedaban por llegar, el Ingostadt parecía el más asequible. Ubicado en mitad de la tabla y sin apuros ni aspiraciones, todos eran conscientes de que se trataba de una ocasión propicia para finiquitar los agobios y afrontar los tres partidos finales con cierto colchón sobre los equipos involucrados actualmente en la zona de descenso.

La única novedad reseñable en el once era la presencia de Jimmy Marton. El prometedor canterano había tenido menos oportunidades de las esperadas, pero sus 18 años no eran obstáculo para que Kahn siguiese considerándolo un jugador válido para la plantilla y contase con él incluso en trascendentales partidos como este.

KARLSRUHER SC- FC INGOLSTADT 04

LA SALVACIÓN A UN PASO

Con 9 puntos en juego, el KSC tiene una renta de 6 sobre el Osnabruck, conjunto que ocupa la primera plaza del descenso, una renta que virtualmente certifica la salvación de los blauweiss en una temporada un tanto extraña, que comenzó con el equipo coqueteando con la zona alta y tras un largo y profundo bache, está culminando con ciertos sobresaltos.

El Karlsruher mereció la victoria ante el Ingolstadt, y tal vez, incluso por una mayor diferencia. Este equipo ha hecho de la ambición por la victoria su seña de identidad, y desde el comienzo de cada partido los jugadores salen convencidos de que su misión es atacar. El tanto que daba ventaja a los locales llegó, como no podía ser de otro modo, de botas de Luis Muriel, que encarando al defensor, supo llegar al área encadenando fintas y regates para acabar batiendo al guardameta de un fuerte disparo.

El Ingolstadt estaba totalmente maniatado, pero en la segunda mitad, un despiste gravísimo de Akpoguma provocaba una pérdida de balón en el área y con ella un robo de Eigler, que centraba desde línea de fondo para Schaffler. Este, a puerta vacía, tuvo la sangre fría de aguantar a Yelldell que se lanzaba a la desesperada, y regatearlo en un palmo de terreno, en un tanto muy similar al que Maradona marcó contra el Real Madrid hace años ante la oposición de Sandokan Juan José.

Pero a pesar de que éste fue el único disparo a puerta de los visitantes durante los 90 minutos, este hecho no desanimó a los de Kahn, acostumbrados ya a enfrentarse a contínuos avatares. Y la insistencia tuvo su fruto gracias a una contra ocasionada por un robo en medio campo, que llegó a Salmeen al borde del área y este sirvió con gran visión para la incorporación de Benyamina desde atrás. El undécimo gol del argelino en liga dejaba al KSC con pie y medio en la 2.Bundesliga, y ahora, con dos de los tres enfrentamientos restantes a disputar en Wildpark, le bastará con uno o dos empates más para garantizar la permanencia.

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http://youtu.be/csKRaYKpwOM

Inmerso como estaba el equipo en plena competición, Oliver sabía que tener la mente puesta en otras cosas no era la actitud más profesional, pero también que una vez finalizase la temporada su disponibilidad para ausentarse de casa sin una razón convincente sería mucho más difícil. Las llamadas a Verena habían ido sucediéndose cada vez con mayor frecuencia en las últimas fechas, y la tensión sexual no resuelta tenía que terminar por explotar de algún modo. Así pues, en una de sus tórridas conversaciones, ambos acordaron encontrarse de un modo discreto, algo francamente difícil teniendo en cuenta que ninguno de ellos era precisamente un ciudadano anónimo.

Decidieron hacerlo de un modo supuestamente casual, en la penumbra de una discoteca y simulando que aquel encuentro era fruto del puro azar. El marco, una sala de fiestas de Munich, ciudad a la que Oliver Kahn viajaba con frecuencia acompañado del director deportivo Oliver Kreuzer, uno, por cumplir con las preceptivas visitas a sus hijos David y Katerina, fruto de su primer matrimonio con Simone, y el otro, para cumplir con tareas propias de su puesto y actuar como representante del club en las ocasiones en las que Wellereuther no podía acudir a reuniones federativas.

Precisamente el hecho de tener como compañero de viaje habitual a Kreuzer en sus viajes a Munich le concedía una coartada ideal ante Svenja, lo que era su principal preocupación. Oliver, en su inconsciencia, ni siquiera medía las posibles consecuencias que a nivel de imagen podía acarrerarle el ser sorprendido en compañía "inadecuada". Lo que no quería bajo ningún concepto era que Svenja sospechase.

Verena se había encargado de cuadrarlo todo para que la cita se produjese en un entorno de máxima discreción. Fue ella quien eligió el local -propiedad de un amigo que se ocupó de ubicarlos en una zona VIP con muy escasa visibilidad- y de despistar a los periodistas, realizando algunas llamadas a paparazzis de forma anónima y anunciándoles que a esa hora, en un punto muy distante de allí, podrían encontrar a su amiga Natascha junto a un personaje muy relevante de la vida política germana. Como era de esperar, cuando los paparazzi acudieron al lugar indicado, se encontraron con Natasha, si, pero del famoso político no hallaron ni rastro.

El encuentro fue especialmente emotivo para ambos. Una vez cumplieron con el trámite de montar la representación de su encuentro casual, fueron acomodados en la zona VIP alejados de miradas indiscretas, y allí conversaron durante algo más de una hora, principalmente, recordando viejos tiempos y justificándose cada uno de ellos de sus respectivos motivos para aquella cita secreta. Pasado ese tiempo, y cuando el deseo era ya incontrolable, Verena susurró al oído de Oliver las palabras que él había estado esperado escuchar desde el inicio de aquella cita

"¿Vamos a un hotel? No aguanto más para estar contigo..."

Oliver sabía muy bien que decir sí a aquella propuesta significaba volver a poner en riesgo su matrimonio. Era volver a empezar una dinámica de engaños, medias verdades, y culpabilidad que ya había estado a punto de destruirle cuando Simone puso punto final a su vida en común. Y sin embargo, era incapaz de negarse a ello.

Oliver y Verena se entregaron durante horas a una maratoniana sesión de sexo en una de las amplísimas suites del hotel Charles de Munich. Ambos dieron rienda suelta a las ganas y el deseo acumulados durante tantos meses, y finalmente, tras un buen número de orgasmos, dieron por concluido su encuentro, sin saber muy bien qué sucedería a partir del día siguiente.

¿Sería aquel el comienzo de una serie de citas furtivas? ¿Se convertirían en amantes poniendo en peligro cada uno de ellos sus respectivas relaciones? Ninguno de los dos sabía lo que les depararía el futuro, sólo sabían que en ese momento se sentían felices y vivos. La adrenalina de lo prohibido había producido en cada uno de ellos que sus sentidos se multiplicasen, dando como resultado una sublime sesión de sexo que tardarían años en olvidar.

Los problemas... ya los afrontarían mañana.

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Eran cerca de las 5 de la madrugada. Aún no había amanecido, y pese a ser Primavera, a esas horas hacía frío en Munich. Que se lo preguntasen si no a Klaus, el fotógrafo de Bild que había estado apostado toda la noche en la puerta de "The Charles Hotel" .

Tras recibir un chivatazo de uno de los botones, al que premiaba regularmente con jugosas propinas a cambio de información, Klaus había pasado horas refugiado en su coche a la espera de que se produjese el acontecimiento que en ese momento tenía lugar ante sus ojos. Otras veces esas guardias resultaban infructuosas, y los personajes en cuestión pactaban con el director del Hotel una salida discreta, pero en esta, Oliver y Verena habían bajado la guardia. Se sentían tan seguros y felices que no adoptaron mayores precauciones.

Frío. Café. Aburrimiento. Un precio más que asequible y que pagó muy a gusto por unas fotos que de seguro, iban a proporcionarle unos pingües beneficios y se convertirían en el tema de conversación nacional durante las próximas semanas. Klaus sabía que al pulsar el disparador de su Canon Ixus 900, iba a remover los cimientos del país con un nuevo escándalo.

Click.

Ya estaba hecho.