Capítulo 32. Celebración y a la capital 07 de julio de 2025 - Chavales, después del partido de hoy, habrá un antes y un después en Dudestii Vechi, en el Pobeda Star Bisnov. Este partido puede hacer que Rumanía entera se pregunte quien cojones está aquí ganando dos títulos en un año, por muy regionales que sean. Este partido va a hacer que esta gran comunidad que formáis, se sienta más unida y orgullosa que nunca. Hasta Hristo Stoichkov está en las gradas, orgulloso de vosotros! Vamos a salir y a comernos al Padureni. Sin piedad, sin respiro. Ganar, ganar y GANAR! Mi última arenga para el equipo caló tan hondo que los chavales salieron a disputar la final de la Copa Timis frente al AS VHP Padureni como toros de miura. Tanto fue así que a los 6 minutos de juego, Paul Bactar (DLC, 17 años) nos adelantaba con un remate desde cerca, típico pase de la muerte. Poco duró la alegría. Tres minutos más concretamente, ya que un balón en largo comido por nuestra defensa adelantada, era aprovechada por su veloz delantero, logrando el empate. Pese a ello, mantuvimos la posesión de la bola y las ocasiones se sucedían continuamente. Tanto que antes de finalizar la primera parte, el que parece estar siendo el ídolo de este tramo final de temporada, Paul Bactar, anotaba el segundo con una preciosa volea a pase desde la banda. En el descanso no hablé, al margen de animar un poco a los chavales diciéndoles que estaban haciéndolo bien. Salieron de los vestuarios automotivados y se notó porque en apenas 5 minutos marcamos dos goles más. A partir de ahí nos relajamos un poco y tratamos de frenar los ataques del rival y mantener la pelota lo posible en nuestro poder. Estilo Guardiola. Si tenemos el balón, no nos hacen daño. Pues bueno, un despistillo de esos que hacen reventar la aorta provocó el segundo del Padureni. Desde ahí, cero errores. Sólidos, contundentes y generosos en el esfuerzo. Resultado final, 2-4 y campeones de la Copa Timis! Tras ello, fiesta, celebraciones y gente llena de orgullo coparon el humilde pueblo de Dudestii Vechi. Todo el mundo estaba contento. Todo el mundo, menos yo. A ver, si lo estaba por los chavales, por lo conseguido, porque esta gente lo merece. Pero nadie salvo yo, sabía que ese iba a ser mi último partido al mando del equipo. Al día siguiente me fui, prácticamente sin decir adiós. Ni una cena, ni un discurso barato. Miré por última vez la casa de Vasil, del cual si me despedí, y de camino a la parada de tren pasé por el campo de fútbol, donde habían unos chavales pegando cuatro balonazos. Llegué a esa cochambrosa estación de tren a la que llegué hacia apenas dos años y me subí en el tren rumbo a Bucarest, lugar del que inicialmente hui. En el trayecto del tren envié un whatssap al grupo del equipo en el que dije textualmente “Gracias por estos dos magníficos años, pero nuestros caminos deben separarse. No cambiéis vuestra forma de ver la vida y disfrutar del fútbol, porque solo así seguiréis siendo los mejores. Hasta siempre.” ¿Que más podía decir? ¿El lugar al que me iba? ¿El equipo? No me creerían... Porque cuando Tudor me dijo el nombre del club… solo pude reír. - ¿El Steaua? ¿Estás de coña? - No. - ¿Y cómo coño has conseguido que un tipo como yo entrene a los del ejército? - Porque hay cosas que no entiendes todavía. Y porque allí estarás más seguro que en cualquier otro lugar de este país. - ¿Seguro… o vigilado? No respondió. Y eso me dejó claro que era ambas. Mientras iba en el tren, recordé las anotaciones que tenía pensadas hablar con mi pequeño staff en Dudestii en relación a los jugadores. Pese a que no sirviera ya de nada, estuve echándoles un ojo para recordar lo vivido y ya dejado atrás. PORTEROS Ovidiu Jianu El puto amo del área. Treinta y ocho partidos a sus espaldas y aún no le he visto temblar ni una vez. Siempre serio, siempre firme, con cara de tipo que se ha criado a bofetadas. Se ha comido algún gol que me ha hecho querer tirarle los guantes, pero luego te saca una a mano cambiada y te tienes que callar. Media de 7.02. Es de esos a los que no hace falta gritarles porque ya saben lo que tienen que hacer. Da gusto tener a alguien así atrás. Ovidiu Iancu El chavalín del futuro. Solo ocho partidos, pero se nota que tiene hambre. No se le ha visto titubear, y eso que lo puse en partidos donde nos jugábamos más que tres puntos. Media de 7.10, que para un portero suplente es como si Messi te lleva el agua. Si sigue así, en dos años el Jianu se va a tener que poner las pilas o se lo come con patatas. LATERALES Alexandru Benea El Benea es pura rabia. Juega de lateral izquierdo pero parece que quiere comerse el campo entero. Treinta y cinco partidos, ni uno en el que no haya acabado con las medias reventadas y la cara roja como un semáforo. Lo único malo es que es un cabezón de cuidado. A veces le da por regatear a tres y meterse en jardines que no le tocan. Media de 6.91, el mejor de la defensa tras Cochintu. Răzvan Ilan El lateral derecho que te firma un siete sin despeinarse. Veintinueve partidos, cinco asistencias y una solidez que ya la quisieran otros. No es de hablar mucho, pero cuando sube por banda, los rivales se echan para atrás como si viniera la policía. Media de 6.89, pero su valor real no se ve en números, se ve en los entrenamientos, en el vestuario, en cómo no se borra nunca. De esos que siempre están. Laurențiu Luca Para mí, un salvavidas. Dieciocho partidos de titular, doce de suplente. Cada vez que ha salido ha cumplido. Puede jugar por izquierda, por derecha, por donde le pongas si le das media hora para calentar. Un comodín serio, de esos que no se quejan si se quedan en el banquillo y te rinden como si llevaran diez partidos seguidos. Media de 6.84, pero más importante aún, cero errores gordos. Eso vale oro. Marius Chițu El más irregular del grupo. Promesa importante al que le queda todavía algo de cocción. Diez partidos como titular, diecisiete desde el banquillo, y un balance de “ni fu ni fa”. Lo ves en un partido subiendo como Cafú y en el siguiente no sabe ni por dónde le da el aire. Si espabila, tendrá sitio. Si no, cualquier juvenil le podrá comer la tostada. CENTRALES Raul Cochintu El central de los partidos grandes. Treinta y dos titularidades y un puñado de actuaciones que han salvado el pellejo del equipo más de una vez. No es el más fino, pero tiene el sentido de la anticipación tatuado en el alma. Encima marca goles a balón parado. El Sergio Ramos rumano. Lo quiero siempre en mi once, aunque se haya comido un bocata de calamares antes del partido. Media superior a 7, lo cual le sitúa en el mejor defensa del equipo. Andrei Petrov Treinta partidos, dos tarjetas rojas que todavía me tienen doliendo la cabeza... Es un defensa con nervio, con carácter, de esos que entran fuerte para marcar territorio pese a su corta edad. A veces se le va un poco la olla, como a su padre Vasil. Pero prefiero uno que muerda a uno que mire. El día que entienda que no hace falta ir al cuello en cada jugada, será un central top. Rocky Tranculov El nombre lo dice todo... Rocky. Si fuera boxeador, estaría en los pesos pesados. Veinticinco partidos entre titularidades y suplencias y un rendimiento que no hace honor a su nombre. Ha quedado relegado al final de temporada a ser el cuarto central y que “ni chicha ni limoná”. Marius Florică El benjamín del grupo. Diecisiete partidos y ya se ha estrenado con gol. Puede jugar de central o de mediocentro, y aunque a veces va más blandito, se le ve el talento. Es joven, futuro prometedor, pero necesita un tutor al lado. Si no va con la correa, se pierde. Si espabila y mete músculo al juego, podría ser un gran comodín en el futuro. CENTROCAMPISTAS Claudiu Rad Veintidós partidos como titular y nueve como suplente no son grandes números, debido a una lesión que le tuvo apartado de los terrenos de juego un par de meses. No obstante sus siete asistencias demuestran su buena visión de juego y su generosidad con los compañeros. Con una media de 6.88, Claudiu es de esos que no destacan nunca por encima del resto, pero tampoco se hunde. Tiene trabajo, recorrido y sabe dónde colocarse. A mí me gusta, aunque a veces le falta un poco más de mala leche. Ionuț Florea Treinta y dos partidos en total, tres goles, seis asistencias y una media de 6.96. Florea es un perro de presa, que corre, lucha y trabaja por y para el equipo. No le pidas que rompa líneas con un pase de 40 metros, pero si puedes pedirle que contenga a los atacantes y que se vaya arriba cuando el equipo lo necesita. No tiene miedo a nada e infunde respeto. Andrei Șerengău Fichajazo. En treinta y un partidos ha conseguido la bonita cifra de diez goles y siete asistencias, y eso que su perfil no es ofensivo. También ha sido contundente en labores de trabajo y defensa. Jugador que si no está en el campo, notas que te comen el centro del campo. Recupera, presiona, tapa espacios. Ha sido una grata sorpresa y se ha llevado de maravilla con la zona de arriba. Alexandru Ghiuruțan-Tomescu El menos utilizado, no solo por cuestión de calidad, sino porque su rendimiento ha pasado muy desapercibido. Es un chaval por pulir al que a veces da ganas de zarandearlo y gritarle que despierte. Si algún día encuentra regularidad puede que despunte. Petrișor Boboiciov Un suplente de lujo que ha salido desde el banquillo las mismas veces que de titular. Con poco más de 1500 minutos jugados, ha conseguido cinco goles y tres asistencias, lo que demuestra que puede ser muy importante si tiene más minutos y un rol más importante. El chaval es como el primo tímido de la familia, callado, trabajador, y cuando menos lo esperas, te suelta una genialidad. Me gusta porque no protesta, no se lesiona y no hace ruido. EXTREMOS Paul Nistor Nistor ha jugado bastante, y lo ha hecho porque lo ha merecido. Doce asistencias demuestran su verticalidad y buen pase de gol. Tiene velocidad y desborde, pero le falta algo de definición. Ha fallado algún mano a mano que me ha hecho saltar del banquillo en más de una ocasión. Gheorghe Mirciov Pintaba que con el declive físico de Mirciov, este jugaría más bien poco, pero ha demostrado con números, que aún estaba para dar guerra en su último año antes de su retirada. Ha jugado algo más de 2000 minutos, y aunque ha sido irregular en algunos tramos de la temporada, es un jugador que juega más con la cabeza que con las piernas. Ya no está para hacer eslálones de 30 metros, pero sabe cuándo aparecer y cómo. Tiene experiencia, mala leche y un guante en la pierna izquierda. Vasile Vincu Vasile se ha consagrado con goles y asistencias. No ha sido titular indiscutible, pero ha tenido muchos minutos (el sexto que más), aprovechando lesiones en ambas bandas. Nueve goles y diez asistencias son números al alcance de pocos. Es un jugador que va al uno contra uno como si fuera el último del mundo, y aunque pierde muchos, cuando gana uno, te cambia el partido. Si mejorara en defensa, la banda sería exclusivamente suya. Călin Gruiescu El extremo menos utilizado. Tiene un perfil similar a Vincu, pero menos atrevido y efectivo. Ha sido un jugador que me ha dado opciones cuando Mirciov pedía oxígeno. Es el típico extremo de correr y centrar, poco más. MEDIAPUNTAS Andrei Cărăbaş Veinte goles. Repito, veinte goles. Seis asistencias. Media de 7.26. El cabrón ha hecho más goles que muchos nueves en toda su carrera. Y eso que juega de mediapunta. Tiene instinto, tiene calidad y, lo que más me gusta, ayuda en todas las facetas del juego. Le pega bien con las dos, tiene visión, y muestra un liderazgo muy necesario en estas categorías, pese a su edad. Sin él, estas dos temporadas no habrían sido lo que han sido. La única pega que le pongo es su “mal rendimeinto” en los meses de abril y mayo, donde por suerte, Movila si estuvo a la altura. Cristian Movilă Diez goles, cuatro asistencias, media de 6.96. No es Carabaș, pero ha hecho su parte del trabajo y ha evolucionado de maravilla respecto a la pasada campaña. Ha estado cuando lo he necesitado, ha marcado goles importantes, y aunque a veces se diluye, cuando le sale una de las suyas, te levanta del banquillo y hasta las gradas corean su nombre. El chaval tiene clase y aunque no creo que vaya a ser titular indiscutible con Carabas por delante, si que puede ser un jugador que como recambio aporte esa chispa desde el banquillo, tan necesaria muchas veces. DELANTEROS Paul Bactăr La lesión de larga duración de Novac le otorgó la titularidad y cuando el pequeño veterano volvió, Paul se había hecho con el puesto. Treinta y siete partidos, 16 goles, 4 asistencias... Tiene 17 años. Repito: d-i-e-c-i-s-i-e-t-e. Y juega como si hubiera salido del útero con la camiseta del Pobeda puesta. Es rápido, intuitivo, no se asusta si le meten una hostia... Me ha salvado partidos que estaban condenados, o incluso a la derrota. Su final de temporada ha sido de escándalo. Si no se le sube a la cabeza, hay delantero para años. O hasta que venga un club que se lo lleve... Fabian Novac Fabian ha jugado poco, debido a una lesión de cuatro meses. Cuando volvió no fue el mismo de la pasada campaña y cayó relegado al banquillo. Pese a ello, se ha dejado la vida en cada partido y ha demostrado lo viejo zorro que es. Ha aceptado su rol, ha arropado a Bactăr como si fuera su hijo, y eso, para mí, vale más que cien goles. Se retira ya, y en el Pobeda se le echará de menos. Tras el análisis llegué a Bucarest tras más de 20 horas de viaje, con trasbordos en Timisoara y Craiova. Cogí un taxi, que me llevó a una pensión de mala muerte cerca del las instalaciones del club, donde a la mañana siguiente, me presentaría. Estando allí, empecé a sentirme como cuando me fui a Dudestii Vechi. Un mar de dudas, con una mano delante y otra detrás y con el miedo de no poder estar a la altura. La única certeza que tenia ahora es que escapar, debía dejar de ser una opción. Y para ello, hacía falta un plan...
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